Qué hacer en Bodrum y Gümüslük: historia, playa y gastronomía

Bodrum es un destino perfecto en la costa turquesa, pues mezcla playa, historia y un casco antiguo con bonitos rincones. Si te parece poco, muy cerca está Gümüslük, un pueblo costero donde puedes comer a la orilla del mar ¿Nos acompañas a descubrir qué hacer en Bodrum?

Bodrum es la sucesora de Halicarnaso, una antigua ciudad griega que vivió su época de mayor esplendor con Mausolo, cuya tumba era tan espectacular, que no sólo entró en la lista de las maravillas del mundo antiguo, sino que su nombre se usó para referirse a los monumentos funerarios.

Sin embargo, en Bodrum no sólo puedes rememorar tiempos antiguos, sino también tomar el sol y subirte en un barco para explorar la costa turca o llegar a alguna isla griega. Además, puedes pasear por su ajetreado puerto y disfrutar de su casco antiguo, que tienen un animado bazar, terrazas a orillas del mar y bonitas calles encaladas.

Y si Bodrum se te queda pequeño, no te preocupes, pues sus alrededores tienen mucho que ofrecer. Así, puedes acercarte a Gümüslük, un pueblo costero donde los restaurantes, además de ofrecer sabrosos platos de pescado, están decorados de tal manera que no sabrás cuál es tu rincón favorito.

Por todo ello, vamos a contarte qué hacer en Bodrum y en la cercana Gümüslük.

Consejo: No siempre es fácil encontrar los precios y horarios actualizados de las atracciones turcas. Así, te recomendamos descargarte la Turkey museum app o visitar la página oficial de los museos de Turquía.

Índice

Dónde está Bodrum

La antigua Halicarnaso es un puerto al sudeste de Turquía que se encuentra en la península de Bodrum y en la provincia de Muğla.

Además, está muy cerca de Grecia. De hecho, el punto más cercano, que es la isla griega de Cos, está a sólo unos 20 km de la costa de Bodrum.

Cómo llegar a Bodrum

Los aeropuertos más cercanos a Bodrum son el de Milas – Bodrum, que está a unos 35 km, y el aeropuerto internacional de Cos, que se encuentra a unos 70 km.

Así, si llegas al aeropuerto de Milas – Bodrum, puedes reservar un servicio de traslado privado, pero si llegas al aeropuerto griego, tendrás que coger un bote para llegar.

Para encontrar los vuelos que mejor se adaptan a nuestras fechas y presupuesto, nosotros usamos Skyscanner.

Asimismo, puedes llegar a Bodrum en coche de alquiler, ya que no está lejos de lugares tan conocidos, como Éfeso, que está a unos 170 km, o Pamukkale, que se encuentra a unos 250 km.

Por esta razón, desde Bodrum hay tours organizados a ambas ciudades.

– Excursión de un día a Éfeso desde Bodrum

– Tour de un día a Pamukkale desde Bodrum

– Excursión de dos días desde Bodrum a Éfeso y Pamukkale

Y si quieres saber si Éfeso y Pamukkale son lugares interesantes, puedes leer nuestros posts sobre la ciudad grecorromana de Éfeso y sobre la ciudad balneario de Pamukkale.

Historia de Bodrum, la antigua Halicarnaso

– Halicarnaso fue fundada por los griegos dorios en la costa sudoccidental de Caria, Asia Menor, en el mar Egeo.

– En el S. V a.C estaba bajo dominio persa y era gobernada en su nombre por los sátrapas de Caria. El más famoso fue Mausolo, que gobernó del 377 al 353 a.C y trasladó la capital desde Milasa a Halicarnaso. Además, la embelleció y fortificó.

– Tras su muerte, su viuda y hermana, Artemisia II, supervisó la construcción de una grandiosa tumba para su marido y, más tarde, también para ella. Esta llegó a ser considerada una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.

– Cuando Alejandro Magno llegó a Caria en el 344 a.C, sitió la ciudad, que fue incendiada por los persas en retirada y nunca logró recuperarse. Tras su muerte, el poder pasó a sucesivos gobernantes e incluso fue un reino independiente hasta que quedó bajo dominio romano en el 129 a.C.

– A lo largo de su historia, la ciudad sufrió varios terremotos que la dañaron, incluida la tumba de Mausolo. Así, cuando los Cruzados llegaron en 1402, usaron los restos de la grandiosa tumba para construir su fortaleza, el castillo de San Pedro. Los Caballeros Hospitalarios, cuya base se encontraba en la isla de Rodas, llamaron a la ciudad Petronium.

– Sin embargo, en 1522, Solimán el Magnífico conquistó Rodas y la ciudad pasó a formar parte del Imperio Otomano y a llamarse Bodrum.

– Hasta principios del S. XX, Bodrum fue una tranquila ciudad de pescadores. No obstante, en la década de 1920, el escritor Cevat Şakir Kabaağaçlı llegó hasta aquí exiliado por sus artículos políticos y se enamoró de ella, adoptando el pseudónimo del pescador de Halicarnaso. Fue él quien introdujo los encantos de esta ciudad a un grupo de intelectuales turcos a partir de la década de 1950.

Qué hacer en Bodrum

Bodrum es un lugar perfecto para quedarse varios días y disfrutar de sus playas, explorar sus ruinas y descubrir sus alrededores en barco.

Aquí te mostramos varias actividades que hacer en Bodrum para que le saques el máximo partido a tu visita. Además, en el blog tenemos más información sobre la costa turquesa y Antalya.

Pasear por las ruinas de una de las siete maravillas del mundo antiguo: el Mausoleo de Halicarnaso

Historia del Mausoleo de Halicarnaso

Cuando Mausolo murió en el 353 a.C, su majestuosa tumba fue diseñada por los arquitectos Sátiro y Piteo. Además, fue decorada por los mejores escultores griegos de la época.

El resultado fue un mausoleo que medía alrededor de 45 metros de altura, tenía unos 134 metros de perímetro y estaba decorada con bellos bajorrelieves y con un gran número de esculturas. Además, estaba coronada por una pirámide de 24 escalones con una cuadriga en lo más alto.

Aunque no se sabe exactamente cuando fue destruida, se cree que en el S. XII ya había sido víctima de los terremotos. Más tarde, en el S. XV, los caballeros hospitalarios usaron sus piedras para levantar su castillo e incorporaron algunos fragmentos decorativos a las paredes.

A mediados del S. XIX, se llevaron a cabo las primeras excavaciones arqueológicas y, a día de hoy, las estatuas y bajorrelieves que se recuperaron se exponen en el British museum de Londres.

Cómo es la visita al mausoleo

Tras leer su historia, es fácil de imaginar que ya no queda prácticamente nada del monumento funerario. Eso sí, hay una maqueta que te ayuda a imaginar su antigua majestuosidad, además de un video donde se explica la historia de Mausolo, Artemisia y la tumba.

Información actual sobre la visita al mausoleo

Por cierto, su entrada está incluida en la tarjeta The Aegean. Te contamos más sobre estos pases en organizar un viaje a Turquía.

Visitar el teatro antiguo de Bodrum

El teatro de Halicarnaso fue construido en el S IV a. C, se cree que bajo el mandato de Mausolo, y tenía capacidad para 5000 personas. Sin embargo, cuando empezaron a celebrarse luchas de gladiadores en el S. III d.C, se incrementó su capacidad a 13.000. A día de hoy, se organizan conciertos y otros eventos en verano.

Aunque el teatro no está tan lejos del centro, para llegar a él hay que atravesar la autopista principal de 4 carriles. Por eso, pensamos que es mejor ir en dolmus. Nosotros llegamos en coche y lo aparcamos cerca de este.

Desde el teatro tienes unas bonitas vistas de la ciudad.

Te dejamos aquí el horario actual del teatro. La visita es gratuita, pero cierra los lunes.

Acercarse a los restos de las antiguas fortificaciones de Halicarnaso: la puerta Myndos

La puerta Myndos es la única puerta sobreviviente de las murallas de Halicarnaso, que tenían 7 kilómetros de largo y fueron construidas por el rey Mausolo en el S. IV a.C. Cerca se encuentran los restos del foso.

Esta se encuentra a 1 kilómetro del mausoleo, por lo que puedes llegar andando.

Visitar el castillo de San Pedro

Información actual sobre la visita al castillo

Su entrada está incluida en la tarjeta museo The Aegean. Además, cuando fuimos había bastante cola para comprar la entrada, pero como teníamos este pase, entramos directamente.

Historia del castillo de San Pedro

En el lugar del actual castillo ya hubo anteriormente otras fortificaciones y se cree que aquí estaba también el palacio de Mausolo.

Sin embargo, el edificio que ves hoy día data del S. XV y fue construido por los Caballeros Hospitalarios, que utilizaron piedras y mármoles del mausoleo. Así que, en cierta medida, al visitarlo, estás paseando por las ruinas de una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Es más, el castillo se decoró con algunas esculturas y partes del friso de la tumba de Mausolo, pero, a mediados del S. XIX, estas fueron retiradas y llevadas al British Museum de Londres.

Sea como fuere, su construcción finalizó en 1437, aunque se le fueron añadiendo nuevos sistemas defensivos hasta que pasó a manos otomanas en 1523. Fue entonces cuando la capilla se convirtió en mezquita. Además, disminuyó su importancia y acabó teniendo diferentes usos. Finalmente, en 1962 se convirtió en museo.

Cómo es la visita al castillo de San Pedro

Actualmente, el castillo alberga el museo de arqueología subacuática, donde se muestran los descubrimientos de antiguos naufragios en el Mar Egeo, como ánforas, piezas de vidrio, monedas y artículos de gran valor. Además, hay también salas donde se exponen hallazgos de la antigua Halicarnaso.

La visita a la mayoría de las salas están incluidas con la entrada, pero la que muestra el barco bizantino del S. XI a. C se paga aparte, aunque también está incluida en la tarjeta The Aegean. Creemos que, a no ser que estés muy interesado, no es necesario entrar, pues en las otras salas se tratan también otros naufragios.

Además, el castillo está muy bien conservado y es bastante grande, con un gran número de salas repartidas entre sus torres. Y, gracias a su localización, durante la visita disfrutas de unas buenas vistas al mar Egeo y a Bodrum. A nosotros nos pareció muy interesante y estuvimos en su interior 1 hora y cuarto.

La princesa de Caria

Además de todo lo mencionado, una de las salas del museo nos pareció muy curiosa: la que trata sobre la princesa de Caria.

Así, a finales del S. XX encontraron una tumba con un esqueleto bien conservado que incluía objetos de oro. Todos los hallazgos indicaban que se trataba de una mujer y, seguramente, de la nobleza. Gracias a las técnicas de reconstrucción facial, se consiguió una imagen que, al ser comparada con esculturas de aquella época, coincidió con la de dos bustos asignados a la reina Ada de Caria. Como todo eran suposiciones, se la denominó la princesa de Caria.

Pero ¿Quién era Ada?

Pues bien, Ada podía ser perfectamente la protagonista de una telenovela. Y es que era hermana de Mausolo y de Artemisia, así como la madre adoptiva de Alejandro Magno.

Así, su marido y también hermano, Hidrieo, subió al trono tras la muerte de Artemisia y, tras su muerte, el poder pasó a Ada. Sin embargo, el quinto hermano, Pixodaro, le arrebató el trono.

De este modo, cuando Alejandro Magno llegó a Caria, Ada le ayudó a dominar la región a cambio de recuperar el poder. Además, le adoptó oficialmente para que a su muerte el poder de Halicarnaso recayera sobre él.

Ver atardecer en los molinos de Bodrum

Las mejores vistas de Bodrum las tienes desde la colina que separa la bahía de Bodrum de la de Gümbet. Aquí hay varios molinos de viento, que, aunque no tienen ningún interés, disfrutan de una posición privilegiada.

Así, es un lugar muy popular para ver atardecer. De hecho, esa era nuestra intención, pero llegamos un pelín tarde, así que nos conformamos con las vistas de la ciudad totalmente iluminada, que tampoco nos defraudaron. Eso sí, hacía bastante viento.

Los molinos están a unos 2 kilómetros del centro de Bodrum, por lo que podrías llegar caminando. Si vas en coche, como hicimos nosotros, puedes aparcar en algunas de las plazas que hay a los pies de los molinos.

Conocer al cantante turco Zeki Müren visitando su casa museo

Una visita diferente que hacer en Bodrum es entrar en el museo que trata sobre el afamado y querido cantante turco Zeki Müren, que murió en 1996. Así, aquí podrás ver algunos objetos personales, como vestidos y joyas, cuadros que él mismo pintó y aprender más acerca de este enigmático artista.

Información actual sobre el museo de Zeki Müren

Cierra los lunes.

Pasear por el casco antiguo de Bodrum

Una de las cosas que más disfrutamos en Bodrum fue pasear por su casco antiguo, que se encuentra en los alrededores del castillo de San Pedro. Además, es un área muy comercial, pues el bazar se encuentra aquí.

¿Y por qué nos gustó tanto? Pues por su buen ambiente, por sus estrechas calles encaladas, por sus casas blancas, azules y de otros colores, por las buganvillas que decoraban las paredes, por los fragmentos de cerámica que decoraban el suelo, por la decoración de sus calles y por la cantidad de terrazas a la orilla del mar, donde nos tomamos un café mirando al Egeo con la fortaleza al fondo.

Además, había un gran número de restaurantes muy apetecibles. Nosotros cenamos en el Mezemore y acabamos muy satisfechos. Pedimos unos calamares a la plancha que estaban geniales y es que esta ciudad es perfecta para comer pescado y marisco.

Por cierto, en Bodrum fue donde más pagamos por comer durante nuestro viaje, pero aún así, no nos pareció caro. Lo que pasa es que pedimos pulpo, calamares y pescado fresco. Por supuesto, también había lugares más asequibles.

Y para no equivocarte a la hora de pedir, te recomendamos leer qué comer en Turquía

Tras la cena, nos fuimos al hotel, pero a esas horas había un gran ambiente. Nos hubiera gustado tomarnos una copa o fumarnos una shisha en algunos de los bares cercanos a la playa, pero la pequeña estaba muy cansada.

Explorar los alrededores de Bodrum en barco

Un paseo por el bullicioso puerto te permite ver la cantidad de barcos que hay amarrados en él. Y es que una actividad perfecta que hacer en Bodrum es subirte a uno de ellos para conocer la costa. Por ejemplo, puedes unirte a esta excursión de un día en barco, donde también te puedes bañar y practicar snorkel, a este crucero por la costa de Bodrum o a esta excursión a la isla de Orak.

La verdad es que nosotros no tuvimos tiempo de hacer ninguna de estas actividades en Bodrum, pero sí en Kaş, donde nos montamos en un barco para explorar la isla de Kekova y nos encantó.

Aparte, la ciudad está muy cerca de alguna isla griega, como Cos o Rodas, a las que puedes llegar en poco tiempo en barco. El viaje más frecuente es el que lleva a Cos, a la cual puedes llegar en 20 minutos. Hemos leído que los billetes pueden agotarse, así que es mejor que reserves con antelación.

Otra opción para conocer esta isla es reservar una excursión a la isla de Cos por libre.

Por cierto, para los amantes del buceo también hay tours de buceo en Bodrum.

Relajarse en sus playas o practicar deportes acuáticos

En Bodrum y en sus alrededores hay un gran número de playas donde puedes pasar un buen día. Algunas pertenecen a bares y clubes privados, por lo que tienes que pagar para estar en ellas.

Aparte de las playas que hay en Bodrum, alguna de las cuales, como la de Kumbahçe, te permite tener la vista de la fortaleza de fondo, hay muchas más, como las de Gümbet, Ortakent, Yalikavak, Akyarlar o Bitez.

Visitar Gümüslük

Cómo llegar a Gümüslük

Gümüslük es un pequeño pueblo costero a unos 20 kilómetros de Bodrum. Nosotros fuimos en coche y tardamos algo más de 30 minutos, pero también puedes llegar en dolmus.

El coche lo aparcamos en un parking que estaba a unos 5 minutos caminando de la playa. Cuando llegamos, estaba vacío y no tuvimos que pagar, pero en la cabina había una lista de precios, 6 horas costaban 30 LT y el día entero 70 LT. Suponemos que será de pago sólo en temporada alta.

Y es que a principios de octubre Gümüslük estaba prácticamente vacío. De hecho, sólo vimos a un par de parejas disfrutando en la playa y a alguna familia comiendo en los restaurantes. Vamos, que vimos casi el mismo número de personas que de perros tirados en la playa.

Este ambiente tranquilo hizo que el pueblo, donde no se ven grandes edificios, nos gustara aun más. No sabemos si en temporada alta esta sensación se perderá por completo, pero aun así, si visitas Bodrum, te recomendamos acercarte hasta aquí.

Qué ver en Gümüslük

Gümüslük se encuentra en lo que era la antigua ciudad de Myndos, que se cree fue destruida por un terremoto. Este dejó partes de la ciudad amurallada sumergidas en el mar. De hecho, algunos de sus restos son aun visibles alrededor del pueblo.

Nosotros estuvimos en la zona de la playa, que tiene vistas a la isla Rabbit, llamada así por el número de conejos que había. Además, parece ser que este era un lugar muy querido por Mausolo y Artemisia, que construyeron un camino para llegar fácilmente a ella.

A día de hoy, puedes llegar andando a la isla, pues el mar en esta zona no tiene mucha profundidad, algo así como un metro. Eso sí, la isla es un sitio arqueológico y no es totalmente accesible a los visitantes, es decir, que puedes llegar hasta ella, pero no explorarla libremente.

Por otra parte, el paseo de la playa está lleno de restaurantes, muchos de los cuales ofrecen pescado y marisco. Estos tienen terrazas decoradas con múltiples elementos, como calabazas pintadas, ojos de Fátima, flores o árboles que salen del mar. Además, la mayoría tiene mesas perfectamente colocadas junto al agua y con vistas a la isla. La verdad es que nos costaría decidirnos por el rincón más especial que vimos.

Y, aunque tuvimos que ir antes de que anocheciera, creemos que iluminado el lugar será aun más especial.

Dónde comer en Gümüslük

Uno de los restaurantes mejor valorados es el de Karafaki Erhan Usta, que es al que queríamos ir. Sin embargo, nos equivocamos, porque unos metros antes de llegar, vimos otro restaurante llamado también Karafaki, cuyas valoraciones son bastante peores. Nosotros leímos el nombre, teníamos ya bastante hambre y nos sentamos a comer.

No nos disgustó, pues la comida estuvo muy buena y el precio era más o menos lo que nos imaginábamos, unos 50€. Así, pedimos pulpo, flores de calabacín, mejillones rellenos, una ensalada y lubina. Sin embargo, el servicio dejó bastante que desear, ya que no fueron amables y nos sacaban botellas de agua sin preguntar, que luego, por supuesto, nos cargaron en la cuenta. Por eso, nos sorprendió que tuviera tan buena puntuación.

Sólo caímos en la cuenta de nuestro error, cuando, al terminar de comer, seguimos caminando y encontramos el Karafaki al que queríamos haber ido. La carta, por lo que vimos, no era muy diferente, pero nos sentimos un poco defraudados. En alguna valoración vimos que no éramos los primeros en cometer el mismo error.

Así que esta es nuestra recomendación: antes de decidir donde comer, date un paseo completo.

El café nos lo tomamos en el Satsuma, en una tumbona disfrutando del buen tiempo.