En Sultanahmet puedes visitar la mayoría de los edificios más emblemáticos de Estambul, pues aquí están Santa Sofía, la mezquita Azul, la basílica Cisterna o el palacio de Topkapi. Además, muy cerca se encuentran el Gran Bazar y el Bazar de las Especias, donde, en una de las calles que lo rodean, se esconde un pequeño tesoro, la mezquita de Rüstem Pasha. ¿Nos acompañas?
En este post te vamos a contar que ver en Sultanahmet, una de las zonas más visitadas de Estambul. Además, incluimos también sus alrededores, la zona de los bazares y la mezquita de Solimán, que está a unos 2 kilómetros del parque de Sultanahmet.
Puedes ver esta zona en un día si vas a buen ritmo y no visitas museos ni palacios, pero si quieres visitar Topkapi, o alguno de los museos de esta área, entonces es mejor que le dediques, al menos, día y medio.
Además, si has llegado hasta aquí, será, seguramente, porque vas a viajar a Estambul. Por eso, pueden serte de utilidad nuestros posts anteriores sobre esta ciudad:
– Cómo llegar a Estambul desde el aeropuerto, como moverse por la ciudad: la Istanbulkart
– El lado moderno del Estambul europeo.
– Qué ver en los barrios más tradicionales de Fatih, Fener, Balat y Eyüp.
– Qué ver en la parte asiática.
– Nuestras mezquitas favoritas de Estambul.
– Qué ver en 5 días en Estambul: nuestra ruta.
Índice
Información práctica para visitar Estambul
– Este es el horario de las 5 oraciones islámicas diarias, que te vendrá muy bien a la hora de visitar las mezquitas, pues suelen cerrar durante estas. Ten en cuenta que la oración del viernes al mediodía es especialmente importante.
Además, es posible que el horario de las mezquitas cambie en fechas señaladas como el Ramadán. También otros edificios, como los bazares, cambian sus horarios durante las fiestas religiosas.
Asimismo, si eres mujer, que no se te olvide cubrirte la cabeza al entrar tanto en las mezquitas como en los mausoleos. La mayoría tiene pañuelos a la entrada que puedes utilizar de manera gratuita, así como túnicas, en caso de llevar ropa demasiado corta.
Y, por supuesto, seas del sexo que seas, que no se te olvide descalzarte antes de entrar.
– En Estambul hay un gran número de lugares que son de pago. Para ahorrarte algo de dinero en las visitas, te recomendamos echar un ojo a los pases que combinan muchas de estas atracciones. Hablamos sobre estas en el post de consejos para viajar a Turquía.
– Una tarjeta que viene muy bien para moverse por Estambul es la Istanbulkart. Con esta puedes pagar en todos los medios de transporte públicos. Hemos escrito sobre ella en nuestro post de cómo moverse por Estambul.
Qué ver en Sultanahmet
Comenzamos con los lugares más interesantes que ver en Sultanahmet e iniciamos la visita en el parque de Sultanahmet, donde una fuente y unos pequeños jardines separan dos de las mezquitas más conocidas de la ciudad, Santa Sofía y la mezquita Azul.
Por cierto, una buena manera de empezar a conocer la historia y los monumentos más importantes de esta área es hacer un tour guiado por Sultanahmet.
Santa Sofía
Historia de Santa Sofía
Este templo, que actualmente funciona de mezquita, destaca por su importancia histórica y su belleza.
Así, Santa Sofía se ha construida tres veces en este mismo lugar. La primera vez fue por orden de Constancio II en el S. IV. Tras sufrir un incendio, el emperador Teodosio II la reconstruyó en el 415, pero en el 532, durante el motín de Nika, fue destruida de nuevo.
Finalmente, durante el gobierno de Justiniano y tras sólo 5 años de construcción, el actual templo abrió al culto como iglesia ortodoxa en el 537. Cuando el emperador entró en él por primera vez dijo: «Mi Señor, gracias por darme la oportunidad de crear un lugar de adoración así. Salomón, te superé» refiriéndose al templo de Salomón en Jerusalén.
El diseño fue obra de los arquitectos Isidoro de Mileto y Antemio de Tralles y para su construcción se enviaron las mejores piezas arquitectónicas de las provincias que estaban bajo dominio del emperador. Así, se usaron columnas del Templo de Artemisa en Éfeso, de Egipto y de Grecia, y de la antigua ciudad de Pérgamo se trajeron dos vasijas de mármol de gran tamaño que datan de los S. 3 – 4 a. C. y que puedes ver cerca de la entrada.
Durante el período bizantino, Santa Sofía era el lugar donde se coronaba a los emperadores y el sitio donde se hacía era el área que no está cubierta por alfombras y donde el piso está decorado con piedras de colores, el omphalion.
Tras el Saqueo de Constantinopla durante la IV Cruzada, que dio lugar al corto Imperio latino, Santa Sofía fue una catedral católica.
El último emperador bizantino, Constantino XI, rezó aquí horas antes de morir defendiendo las murallas de la ciudad y el primer símbolo de victoria del sultán Mehmet II en 1453 fue venir aquí y convertirlo en mezquita. Tal era la importancia de Santa Sofía.
Durante el Imperio Otomano, para evitar más daños causados por terremotos, se le agregaron contrafuertes a los lados. Además, los sultanes la siguieron embelleciendo y le añadieron hasta 4 minaretes en diferentes periodos.
En 1935, Santa Sofia pasó a convertirse en museo, pero en 2020, volvió a funcionar como mezquita. Es por esto, que en su interior verás alguno de los mosaicos tapados.
Información sobre la visita
Desde el 15 de enero de 2024, los extranjeros que quieran visitar Santa Sofía tendrán que comprar una entrada que cuesta 25 €.
El punto de venta se encuentra cerca de la entrada al palacio Topkapi, frente a la fuente de Ahmet III, y se accede directamente a la galería superior, donde hay varios mosaicos bizantinos y desde donde se tiene una vista panorámica de la mezquita, quedando restringido el piso inferior para los fieles. Abre de 9:00 a 19:30.
Cuando nosotros visitamos la mezquita en octubre de 2022, la entrada era gratis, pero no se podía acceder a la galería superior. Con esta nueva medida, no estamos seguros de cuál es el recorrido que hacen los turistas.
De seguir siendo accesible, en el jardín frente a la mezquita hay restos de la basílica construida por Teodosio I. Además, te recomendamos visitar los mausoleos de los sultanes Selim II, Murat III y Mehmet III, que se encuentran alrededor del edificio y cuya decoración es realmente bella. Los de los sultanes Mustafá I e Ibrahim se encuentran en el antiguo baptisterio.
No olvides que estos mausoleos son también lugares de oración y es muy probable que coincidas con personas rezando. Además, también tienes que descalzarte para entrar y cubrirte la cabeza si eres mujer.
Además, han abierto el museo de historia de Santa Sofía, donde te cuentan los secretos de este templo de una manera diferente.
Mezquita Azul o del Sultán Ahmet
Frente a Santa Sofía se encuentra la mezquita Azul, una de las más bonitas de la ciudad y uno de los lugares que ver en Sultanahmet.
Historia de la mezquita Azul
Su nombre oficial es la mezquita del Sultan Ahmet, ya que fue el gran proyecto del Sultán Ahmet I, quien la mandó construir a principios del S. XVII para lograr un edificio que compitiera en belleza y grandeza con Santa Sofía.
Por otro lado, su conocido sobrenombre viene de los más de 20.000 azulejos de Iznik de color azul que recubren sus paredes. Los azulejos de Iznik son el ejemplo más bello de cerámica otomana.
Durante mucho tiempo, esta mezquita fue la única de Estambul que tuvo 6 minaretes. A día de hoy, comparte este número con la de Camlica.
De hecho, este fue un tema que dio que hablar en la época, pues la única mezquita con 6 minaretes era, por aquel entonces, la de La Meca. Por eso, se llegó a plantear el derribo de uno de los de la mezquita Azul, pero, al final, el sultán acabó donando la construcción de un nuevo minarete en la mezquita sagrada de La Meca.
Información sobre la visita
La mezquita Azul cierra durante las horas de oración, una hora antes y media hora después de esta. Al llegar, verás el panel donde informan de las horas de apertura.
Es posible visitar esta mezquita dentro de un tour guiado a la mezquita Azul y Santa Sofía o con esta visita guiada a la mezquita Azul.
Muy cerca de esta, se encuentra el mausoleo de Ahmet I y su familia, cuyo interior está bellamente decorado con azulejos de Iznik.
Otro de los lugares que ver en Sultanahmet se encuentra cerca de Santa Sofía y es la Basílica Cisterna.
De camino a ella, pasarás por los restos del Milion, un monumento erigido a principios del S. IV d.C., que marcaba el kilómetro 0 de Bizancio, es decir, el origen de todos los caminos que llevaban a las ciudades del Imperio.
Basílica Cisterna
Historia de la Basílica Cisterna
En Estambul se construyeron un gran número de cisternas bajo tierra, puesto que se necesitaban grandes depósitos para abastecer de agua a una ciudad tan poblada y que sufrió bastantes asedios. De todas ellas, la más conocida es la Basílica Cisterna, llamada así por estar situada bajo una basílica.
Esta cisterna fue construida por orden de Justiniano I a principios del S. VI, usándose 336 columnas, muchas de las cuales provenían, seguramente, de templos antiguos.
Esta proporcionaba agua al Gran Palacio y a los alrededores, pero los otomanos dejaron de utilizarla y cayó en el olvido. A mediados del S. XVI, un viajero que realizaba estudios sobre las ruinas de Bizancio la descubrió, al saber que los habitantes sacaban agua bajo el suelo de sus casas.
La cisterna tiene una capacidad de almacenamiento de unas 100.000 toneladas y en su interior llaman la atención las dos cabezas de Medusa, cuyo origen se desconoce y sobre las que hay muchas leyendas.
Además de por su importancia y belleza, esta cisterna ha ganado fama al aparecer en películas como Desde Rusia con Amor, de James Bond, e Inferno de Tom Hanks.
Información sobre la visita y otras opciones a la Basílica Cisterna
Al entrar, uno se maravilla por su tamaño, que, gracias al reflejo de las columnas en el agua, parece aun mayor. Además, la luz es muy tenue y va cambiando de color, jugando con las diferentes esculturas que se encuentran repartidas por la cisterna. Nosotros estuvimos unos 20 minutos dentro.
Esta es una visita muy popular, por lo que es posible que tengas que guardar algo de cola. Si quieres evitarlas, puedes unirte a esta visita guiada a la Basílica Cisterna. También puedes aprovechar y hacer esta visita guiada a la Basílica Cisterna y a Santa Sofía, dado lo cerca que están la uno de la otra.
Te dejamos aquí la página web de la Basílica cisterna, para que puedes ver la información actualizada sobre la visita.
Si durante tu visita esta se encontrase cerrada, hay otras que puedes visitar. Por ejemplo, la cisterna de Teodosio o Serefiye, que, además, realiza un espectáculo de luces, o la de Philoxenos o de Binbirdirek, las cuales están cerca de la Basílica cisterna.
Esta es la página web de la cisterna de Teodosio, que, actualmente, es algo más barata que la Basílica cisterna.
Y esta es la página web de la cisterna de Philoxenos, que es más pequeña, pero más asequible y menos visitada que la Basílica cisterna.
También puedes visitar una cisterna que hay debajo de una tienda de alfombras, Nakkaş Rugs. Nosotros no fuimos, por lo que no sabemos si se puede ver durante todo el horario de apertura de la tienda. Además, puedes visitar de forma gratuita la pequeña cisterna que hay en el parque Gülhane.
Asimismo, muy cerca de la Basílica Cisterna, vimos un restaurante situado dentro de una cisterna, Sarnıç Fine Dining Restaurant.
Por otro lado, en las calles cercanas a la Basílica Cisterna puedes encontrar casas con llamativas fachadas de colores, como el hotel Kybele, y edificios de madera otomanos, como el que alberga la Oficina de Turismo. Ambos se encuentran en la calle Yerebatan.
Hipódromo
Historia del Hipódromo
La mezquita Azul se encuentra en uno de los lados del famoso Hipódromo, que hoy es un paseo de unos 400 m, pero que en la antigüedad era uno de los lugares más importantes de Constantinopla.
Como su nombre indica, aquí había un enorme estadio donde se celebraban carreras de caballos, que fue construido a principios del S. III por Septimio Severo y renovado más tarde por Constantino el Grande.
Además, el Hipódromo fue el escenario de muchos conflictos políticos y el lugar donde comenzaron muchos disturbios, siendo el más grave el motín de Nika en el 532, que, desde aquí, se extendió por toda la ciudad.
Finalmente, este salió bastante mal parado del saqueo de Constantinopla durante la IV Cruzada y dejó de usarse.
Qué ver en el Hipódromo
Las columnas y obeliscos que ves a día de hoy a lo largo del paseo ya decoraban la parte central del hipódromo en la antigüedad. Así, aquí puedes descubrir:
– El obelisco de Teodosio, que fue esculpido en Egipto allá por el 1500 a.C y estuvo en el templo de Karnak. Mide 20 metros, aunque en su origen era más alto, y en él hay un jeroglífico que celebra una victoria de Tutmosis III.
Este decora el hipódromo desde el año 390, cuando el emperador Teodosio I lo trajo a Constantinopla. La base de mármol donde está colocado muestra al emperador y a su familia disfrutando de una carrera de caballos.
– La columna serpentina, que proviene del templo de Apolo en Delfos, donde se encontraba desde el 478 a.C. en conmemoración a una victoria de los griegos sobre los persas. Esta era mucho más alta y estaba acabada con tres cabezas de serpiente.
Decora el hipódromo desde que Constantino el Grande la trajo alrededor del año 330.
– El obelisco de piedra, que mide unos 32 metros y no se sabe a ciencia cierta cuando fue esculpido. En el S. X fue restaurado por el emperador romano Constantino VII, quien lo recubrió con placas de bronce. Estas fueron robadas durante el saqueo de la Cuarta Cruzada.
Además, los Cruzados también se llevaron del hipódromo los caballos que decoran actualmente el balcón de la basílica San Marcos de Venecia, los cuales formaban parte de una cuadriga cuyo origen se desconoce. ¿Y por qué están en Venecia? Porque los que llevaron a cabo el saqueo eran fuerzas venecianas.
– Más actual es la fuente alemana, que está en el extremo norte del paseo y conmemora la visita del emperador alemán Guillermo II al sultán en 1898. Esta fue construida en Alemania y, más tarde, transportada y ensamblada en su posición actual.
Otros restos del Hipódromo se encuentran expuestos en el museo de arqueología de Estambul.
Además, alrededor del hipódromo puedes ver alguna ruina que pasa bastante desapercibida.
Así, aquí está lo poco que queda visible del palacio de Antíoco, de principios del S. V, debajo del cual se encuentra la cisterna de Philoxeno.
Y en la parte sur están los únicos restos visibles del Hipódromo, lo que se conoce como Sphendone.
También se encuentran en los alrededores los lujosos baños de Roxelana, Haseki Hürrem Hamami, encargados por la esposa de Solimán el Magnífico y diseñados por el famoso arquitecto Mimar Sinan, así como el museo de Arte Turco e Islámico, que está situado en un antiguo palacio del S. XVI y que alberga una importante colección de alfombras.
Como ves, el Hipódromo guarda muchos tesoros y mucha historia. Para aprender más sobre él, puedes reservar esta visita guiada por el Hipódromo.
Bazar Arasta
Detrás de la mezquita azul se encuentra el pequeño Bazar Arasta, mucho más tranquilo que los más conocidos y cuyas alcantarillas son muy originales. Antiguamente, formaba parte del complejo de la mezquita Azul.
Aquí está también el museo de Mosaicos del Gran Palacio, que muestra los mosaicos encontrados durante las excavaciones del Gran Palacio de Bizancio y que datan de los S. V-VI.
Este palacio fue construido por orden de Constantino el Grande, poco después de convertir a Constantinopla en capital del imperio Romano en el 330. A lo largo de los años se fue ampliando, convirtiéndose en un enorme complejo. Finalmente, fue abandonado tras el saqueo de la Cuarta Cruzada.
Información sobre la visita al museo
En el bazar Arasta está el café y restaurante Meşale, donde puedes ver a un derviche giróvago por las noches. Si, es turístico y no vale para entender el sentido del ritual Semâ, pero si no puedes, o no quieres ver la celebración que dura una hora, esta es una buena manera de ver en directo la increíble habilidad de los Derviches Giróvagos.
– Espectáculo de los Derviches Giróvagos.
Mezquitas pequeña Santa Sofía y Sokollu Sehit Mehmet Pasha
Cerca del bazar puedes visitar un par de mezquitas no tan conocidas, pero que merecen mucho la pena, la pequeña Santa Sofía y la Sokollu Sehit Mehmet Pasha.
– La pequeña Santa Sofía fue construida por el emperador Justiniano y su esposa Teodora a mediados del S. VI, lo que significa que es contemporánea a Santa Sofía.
De hecho, fue uno de los primeros edificios bizantinos importantes de Estambul, pero por aquel entonces se conocía como la Iglesia ortodoxa de San Sergio y San Baco. Esta se convirtió en mezquita durante el Imperio Otomano, a finales del S. XV.
Su interior es muy bonito, menos ornamentado que otros, y de colores blanco, negro y azul. Además, en muchos de los capiteles todavía puedes ver los monogramas de Justiniano y Teodora.
Por otro lado, sus alrededores tienen mucho encanto, con casas de madera otomanas y un ambiente relajado que contrasta con la turística zona del cercano parque de Sultanahmet.
Desde este templo enseguida llegas a la mezquita Sokollu Sehit Mehmet Pasha, a la cual accedes por unas escaleras estrechas que dan a un bonito patio.
El edificio fue diseñado por el arquitecto imperial Mimar Sinan a mediados del S. XVII y su construcción fue comisionada por el gran visir Sokollu Mehmed Pasha y su esposa, Ismihan Sultan, que era nieta de Solimán el Magnífico e hija del sultán Selim II.
Lo que hace que esta mezquita destaque sobre otras es su pequeño interior bellamente decorado con azulejos de Iznik.
Palacio Topkapi
Nos toca hablar ahora de otro de los sitios impresionantes que ver en Sultanahmet, el palacio Topkapi, que te permite hacerte una idea de la vida de los altos cargos del Imperio Otomano, pues fue su centro administrativo durante 400 años.
Como te puedes suponer, este es un lugar muy popular y se forman grandes colas para entrar. Por eso, puede merecer la pena comprar la entrada al palacio con antelación, especialmente si lo vas a visitar en temporada alta. O bien reservar un tour guiado por el palacio, que también incluye el no hacer colas. Esta nos parece una gran idea, pues estas paredes guardan un sinfín de historias.
La visita no es barata, pero en nuestra opinión merece la pena. Su historia es muy interesante, sus salas están bellamente decoradas y guarda impresionantes tesoros. Hay varios tipos de tickets, pues la visita se divide en palacio, harem y la iglesia bizantina de Santa Irene.
Te dejamos la página web del palacio Topkapi para que eches un vistazo a la información actualizada. Nosotros dedicamos unas 3 horas a visitarlo.
Por cierto, antes de entrar al palacio por la puerta imperial, seguro que te sorprende la bella fuente del Sultan Ahmet II, que data del S. XVIII. La calle que te lleva hasta ella es la Soğuk Çeşme, que destaca por sus casas de madera. Aquí puedes contemplar también la muralla que rodea el palacio.
Información sobre la visita al palacio Topkapi
Este palacio fue el centro administrativo del Imperio Otomano desde la década de 1460 hasta 1856, cuando pasó al palacio Dolmabahçe.
Además, el sultán y su familia llevaban una vida de privacidad en su interior, que se aseguraba con el uso de pasadizos secretos y ventadas enrejadas.
Su construcción se inició en 1459 por orden del sultán Mehmed II el Conquistador y fue renovado y agrandado a lo largo de los años.
Una vez cruzas la puerta imperial, el palacio se extiende por 4 patios. Como es normal que en un complejo tan grande te encuentres con alguna zona en obras, es posible que tu visita difiera ligeramente de lo que vamos a contar ahora.
Así, en el primer patio se encuentran las taquillas y la iglesia bizantina de Santa Irene, una de las primerias iglesias que se construyeron en Constantinopla en el S. IV, pero que tuvo que ser reconstruida en el 532. Tras la conquista otomana, quedó dentro del palacio de Topkapi y se utilizó como arsenal hasta el S. XIX, además de como museo. Es por esto que nunca se convirtió en mezquita. Hoy se usa como sala de conciertos por su buena acústica.
En el segundo patio se encuentra el edificio donde se reunía el Consejo Imperial, así como la torre de la Justicia, el edifico más alto del palacio. Además, aquí puedes visitar la increíble colección de armas y armaduras de los sultanes y las cocinas del palacio.
En el segundo patio se encuentra también la entrada al harén, el hogar de la familia del sultán: de su madre, que ostentaba una posición muy importante en el imperio otomano, de sus esposas y concubinas, de los príncipes y de los sirvientes y de los eunucos que custodiaban el harén. A este no podía entrar nadie y sus habitantes no solían salir del palacio. La visita al harén sorprende por lo estricto de su organización y por su bella decoración.
En el tercer patio visitas las áreas privadas y residenciales del palacio, a las que nadie podía acceder sin la autorización del sultán.
Aquí se encuentra la Sala de la Audiencia, la bonita biblioteca de Ahmed III y el Tesoro Imperial, que está compuesto por increíbles objetos, como los impresionantes tronos de los sultanes, el primer mapa del almirante turco Piri Reis del S. XVI y dos de las joyas más valiosas del palacio, la daga Topkapi y el diamante de Spoonmaker, el cuarto más grande de su tipo.
En este patio también visitas la Cámara Privada, que alberga varias reliquias del Profeta Mahoma, además de otros objetos sagrados, como el Bastón de Moisés, el turbante de José o una alfombra de la hija de Mahoma.
La parte más tranquila del palacio es el cuarto patio, donde está la bella sala de la circuncisión y varios pabellones, quioscos, terrazas y jardines que tienen unas vistas preciosas sobre el Bósforo.
Museo de Arqueología
Muy cerca del palacio se encuentra el museo de Arqueología, que está dividido en tres secciones:
– Museo de Arqueología, donde sobresalen los sarcófagos de la Necrópolis de Sidón, como el de Alejandro o el de las plañideras.
– Museo del quiosco de Azulejos, un edificio que data del S. XV y que fue mandado construir por Mehmet II. Muestra una gran colección de azulejos y cerámicas turcas de los S. XII a principios del XX.
– Antiguo Oriente, donde se exhiben objetos de los países del Cercano Oriente, como un fragmento del camino procesional de Babilonia.
Esta es la información sobre sus precios, horarios y estado del museo.
Y no hay mejor sitio para descansar de la visita a Sultanahmet, un área llena de historia y puntos de interés, que en el parque Gülhane, que antiguamente era parte del palacio de Topkapi.
Terrazas con vistas al parque de Sultanahmet
En Sultanahmet hay varios edificios con terrazas y unas vistas espectaculares, destacando la de algunos hoteles, donde no tienes que dormir para subir a su azotea.
Nosotros, por ejemplo, desayunamos en el Seven Hills. Y aunque el precio fue más alto que en otros lugares, las vistas hicieron que mereciera la pena.
Por supuesto, es un lugar muy turístico, donde, además, los camareros y los clientes dan comida a las gaviotas para que se acerquen.
Por eso, si vas en temporada alta, es mejor que reserves mesa. En nuestro caso, que visitamos Estambul a mediados de octubre, llegamos a eso de las 8:00 y fuimos los segundos en sentarnos, pero al irnos, la terraza ya estaba bastante llena.
Otros hoteles que tienen terraza con buenas vistas son el Adamar Hotel y el Arcadia Blue hotel.
Qué ver en la zona de los bazares
Nos dirigimos ya a los bazares más conocidos de la ciudad, el Gran Bazar y el de las Especias. De camino puedes visitar otros puntos interesantes.
Estación de Sirkeci
Esta fue construida a finales del S. XIX como la estación terminal del Orient Express, que realizó el recorrido Paris-Estambul de 1883 a 2009.
Su interior, donde predomina la madera, recuerda en parte estos tiempos, cuando la cafetería, que ahora se llama Orient Express, era punto de encuentro de escritores y periodistas.
Por esta zona encontrarás varios lugares para probar y comprar delicias turcas y baklava.
Mezquita Nueva
La mezquita Nueva se encuentra junto al bullicioso puerto de Eminönü, al lado del Bazar de las Especias.
Antiguamente, era la mezquita Valide Sultan, que es el puesto que ocupan las madres de los sultanes, pues se comenzó a construir por orden de Valide Safiye Sultan a finales del S. XVII y fue terminada por orden de Valide Turhan Sultan. Esta última ordenó también la construcción del bazar de las especias, para que ayudara económicamente a las necesidades de la mezquita y a sus actividades de caridad.
Frente a la mezquita está el mausoleo imperial, con las tumbas de Valide Turhan Sultan y la de su hijo, el sultán Mehmet IV
Además, muy cerca está el Hünkar Kasri, un pabellón que funcionaba como sala de espera y recreo para los sultanes antes de las oraciones. Se supone que se puede visitar de manera gratuita, pero funciona como sala de exposiciones y parece que sólo abre cuando hay una. Nosotros lo encontramos cerrado, pero si lo ves abierto, no dudes en entrar.
Puente de Gálata
En el puerto de Eminönü se encuentra el puente de Gálata, que cruza el Cuerno de Oro comunicando los barrios de Eminönü y Karaköy. La construcción actual es de 1994, pero es el quinto que ha habido en este lugar.
Puedes cruzarlo por su parte superior, que está llena de hombres pescando, y por su parte inferior, donde hay restaurantes que ofrecen pescado, aunque no creemos que esta sea una zona muy recomendable para comer.
Al lado del puente llaman la atención unos barcos dorados donde se preparan platos de pescado. En esta zona es normal encontrarse a gente comiendo el típico bocadillo de pescado, Balik Ekmek.
Mezquita de Rüstem Pasha
Muy cerca, con la entrada escondida en una calle llena de tiendas, se encuentra la mezquita de Rüstem Pasha, cuyo impresionante interior está decorado con azulejos de Iznik, mostrando la riqueza de quien la mandó construir, Rüstem Pasha, Gran Visir de Solimán el Magnífico, que se casó con una de sus hijas, Mihrimah Sultán.
Diseñada por Mimar Sinan a mediados del S. XVI, para entrar en ella tienes que subir unas escaleras estrechas y oscuras que acaban en un patio donde ya ves las primeras muestras de azulejos. Si te asomas a su balcón, podrás ver como la mezquita se encuentra sobre las tiendas, que, antiguamente ayudaban a su financiación.
En su interior, que es bastante pequeño, puedes pasar bastante tiempo, pues hay unos 2300 azulejos que forman alrededor de 80 diseños geométricos y florales diferentes.
La mezquita abre a las 9:00 y cierra durante la oración. Una de las entradas se encuentra en la calle Hasircilar.
Bazar de las Especias
La mezquita de Rüstem Pasha se encuentra muy cerca del Bazar de las Especias, un mercado cubierto construido en el S. XVII como parte del complejo de la mezquita Nueva.
Su nombre oficial es Bazar egipcio, porque, según dicen, se construyó con el dinero pagado como impuesto sobre las importaciones egipcias.
Con forma de L, en él hay más de 80 tiendas, muchas de las cuales venden especias que le dan al bazar un gran colorido y aroma. Además, puedes comprar otros alimentos, como frutos y verduras secas, hierbas, delicias turcas y baklavá.
El mercado abre de 8:00 a 19:30 y sus alrededores están también llenos de tiendas y puestos para comer. Aquí hay mucho ambiente y te puedes sentar en alguna terraza para disfrutar de él.
De hecho, nosotros desayunamos aquí, en uno de los puestos que venden el delicioso dulce turco, künefe. Y en la cafetería Kurukahveci Mehmet Efendi, muy conocida en Estambul, vimos grandes colas para compra café.
Gran Bazar
Cerca se encuentra el Gran Bazar, que es como una pequeña ciudad. Abre de 9:00 a 19:00 y cierra los domingos. Los horarios pueden cambiar en fiestas religiosas como el Ramadán.
Historia del Gran Bazar
Este mercado empezó a construirse a mediados del S. XV por orden de Mehmet II, poco después de la conquista de la ciudad, para impulsar su economía.
En sus orígenes era un edificio donde se vendían textiles y se encontraba cerca del palacio imperial, en la actual plaza de Beyazit. Con los años fue creciendo y remodelándose a causa de incendios y terremotos, hasta convertirse en el caótico laberinto que es hoy día.
El Gran Bazar llegó a ser un mercado muy importante, pues el Imperio Otomano se extendía por tres continentes y controlaba los caminos entre Asia y Europa, y a su alrededor se desarrollaron hans, es decir, caravanserais o posadas, que eran edificios de pocas plantas alrededor de un patio con tiendas y almacenes.
Algunos todavía se mantienen y puedes descubrirlos, como el Zincirli Han o el BüyüK Valide Han, donde parece que puedes subir a una azotea que tiene una buena vista de la ciudad. Nosotros no llegamos a ir, así que no sabemos cómo se consigue que te abran la puerta.
A día de hoy, el bazar tiene más de 60 calles y 3000 tiendas y su interior está dividido en secciones, como oro, antigüedades o alfombras. Así, puedes pasarte dentro todo lo que quieras, desde media hora para ver el ambiente, hasta un día entero si quieres recorrer todos sus rincones.
Una buena manera de conocer este laberíntico bazar es reservar esta visita guiada del Gran Bazar, que incluye varios hans.
Al salir del bazar, te sigues sintiendo dentro de uno, pues las calles de los alrededores están repletas de tiendas.
Alrededores del Gran Bazar
– Una de las entradas del Gran Bazar está en la plaza Beyazit, donde está el arco de Beyazit, que da acceso a la Universidad de Estambul. Dentro se encuentra la gran torre de Beyazit, que vas a ver desde muchos miradores, gracias a sus 85 metros de altura.
Además, en esta plaza puedes visitar la gran mezquita de Beyazit, que fue mandada construir por el sultán Bayezid II alrededor del 1500, siendo uno de los primeros complejos imperiales construidos tras la conquista.
Asimismo, en la antigüedad este era un punto importante de la ciudad de Constantinopla, pues aquí estaba el foro de Teodosio, que fue construido inicialmente en tiempos de Constantino el Grande.
Por otra parte, en esta zona se organiza el Bazar de los libros o Sahaflar, pero nosotros no lo vimos.
– Otra de las entradas se encuentra junto a la bella mezquita de Nuruosmaniye, que significa la Luz de Osmán y fue construida en el S. XVIII por orden del sultán Mahmud I.
Esta refleja la transición al barroco otomano y su cúpula es la cuarta en tamaño detrás de las de Santa Sofía, Solimán y Fatih. Su interior es de mármol blanco y tiene un gran número de ventanas que le dan mucha luminosidad. Entrar en ella es un momento de tranquilidad en medio del bullicioso Gran Bazar.
Cerca está la plaza de Çemberlitaş, donde se alza una columna rota que es lo que queda visible del foro de Constantino, una de las primeras construcciones de Constantinopla que marcaba el centro de la nueva ciudad fundada por el emperador romano a mediados del S. IV. Por él pasaba la Mese, la calle principal de la antigua ciudad, por donde se dirigía el camino ceremonial.
La columna de Constantino, de Çemberlitaş o columna quemada estaba situada en el centro del foro y conmemoraba la designación de la ciudad como la nueva capital del Imperio Romano. Durante su historia sufrió muchos daños a causa de rayos, terremotos, incendios o el saqueo de Constantinopla.
Esta se construyó con bloques de pórfido traído de Egipto y en su parte superior se encontraba una estatua de Apolo, que se cambió por una cruz tras caerse la primera. La altura total del monumento podía alcanzar los 50 metros. Se dice que Constantino guardo importantes reliquias en su base.
Qué ver en la zona de la mezquita de Solimán
Cerca del Gran Bazar se encuentra otro de los templos más conocidos de Estambul, la mezquita de Solimán, que se destaca en el perfil de la ciudad y que verás muy bien desde el puente de Gálata.
Esta es una de las mezquitas más grandes y bellas de la ciudad, que fue comisionada por el sultán Solimán el Magnífico, bajo cuyo gobierno el Imperio Otomano alcanzó su apogeo y se extendió por África, Europa y Asia.
Así, el sultán quería construir una mezquita que indicara el poder del Imperio y le encargó el proyecto a Mimar Sinan, que se inspiró en la mezquita de Santa Sofía para diseñarla a mediados del S. XVI. Se tardaron siete años en construirla.
A lo largo de su historia, el edificio ha sufrido daños a causa de incendios y terremotos. Además, durante la I Guerra Mundial, se usó como depósito de armas y una explosión acabó dañándola. Por eso, ha necesitado de varias restauraciones.
La mezquita tiene 4 minaretes, número reservado a las mezquitas de los sultanes, y se dice que, al ser Solimán el décimo sultán en dirigir la ciudad, estos están decorados con 10 galerías. Por otro parte, su interior es bello, aunque más sencillo que otros.
Dentro del complejo se encuentran los bellos mausoleos del sultán Solimán y su esposa, Hürrem Sultan, conocida como Roxelana, que tuvo una gran influencia en el Imperio. Cristiana de raíces polacas, fue raptada por los tártaros y vendida a la corte del sultán, llegando a ser una mujer más del harén. Sin embargo, acabó convirtiéndose en la más famosa de las concubinas y Solimán la convirtió en su esposa.
El mausoleo más espectacular es el del Sultán, que está decorado con azulejos de Iznik, marfil, mármol y metales preciosos. En este se encuentra también la tumba de su hija Mihrimah Sultan.
Además, la tumba del arquitecto Mimar Sinan se encuentra junto a las murallas de la mezquita.
Por otra parte, al estar situada en lo alto de una colina, las vistas desde sus jardines merecen la pena.
La mezquita de Solimán se puede descubrir dentro de un tour guiado que incluye la visita a Santa Sofía y a la mezquita Azul.
El complejo de la mezquita fue pensado para atender las necesidades de los ciudadanos e incluía un gran número de edificios, de los que muchos aun siguen en pie, pero con otros usos.
Así, pasear por los alrededores de la mezquita te permite descubrir otras partes del complejo.
Por ejemplo, algunos edificios de la zona de la entrada principal son ahora una biblioteca y varios restaurantes, pero antiguamente solían ser casas de té donde se vendía opio. Además, verás un gran número de casas otomanas de madera.
Cerca de la mezquita hay un gran número de cafeterías con terrazas que ofrecen unas vistas espectaculares de la mezquita de Solimán, del Bósforo y de la ciudad.
Nosotros nos tomamos un té en Sefa-i Hürrem, pero toda la calle está llena de locales con terrazas. Cual es la mejor, no lo sabemos, pero si quieres ver la mezquita de Solimán, id al nuestro o a los que están calle arriba.
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