Palacio Real de Berlín frente al puente del palacio al atardecer

Qué ver en Mitte, el corazón de Berlín

El distrito de Mitte alberga el centro histórico de Berlín. Aquí puedes pasear por el lugar donde se fundó la ciudad y, como puedes imaginar, ver la mayoría de los puntos de interés de la capital alemana. Además, puedes aprender sobre su complicada historia, visitar interesantes museos y asistir a un sin fin de espectáculos en alguno de sus numerosos teatros y salas de música. ¿Nos acompañas?

Collage 8 fotos Berlín

El distrito de Mitte, que significa centro en alemán, alberga el corazón de Berlín, el lugar donde nació la ciudad en algún momento del siglo XIII. Este está dividido a su vez en barrios, de los cuales los más populares son Mitte, Tiergarten y Wedding. 

En él se encuentran la mayoría de los lugares de interés y es la zona que no puedes dejar de visitar en tu primer viaje a la capital alemana. Aquí podrás ver la Puerta de Brandeburgo, el Reichstag, la Isla de los Museos o la Torre de la Televisión. 

En este post vamos a contarte qué ver en Mitte para que no te pierdas nada durante tu visita. Además, en nuestro blog encontrarás mucha más información sobre esta ciudad:

 Un breve resumen de la historia de Berlín

 Berlín: todo lo que necesitas saber para visitarla. Cómo moverte por la capital de Alemania

– Qué ver en Berlín: un paseo por sus barrios

 Isla de los Museos y Kulturforum, un paraíso para los amantes del arte

Imprescindibles de Berlín, qué ver si se tiene poco tiempo

Qué ver en el barrio  de San Nicolás, donde recordar el Berlín medieval

– Qué ver en el barrio judío de Berlín

– Qué ver en Kreuzberg-Friedrichshain, arte, historia y mucho ambiente

Una manera perfecta de empezar a conocer esta ciudad es unirte a este free tour por Berlín, que te lleva a conocer sus principales lugares. O bien, unirte a este tour de Berlín al completo. Si sois un grupo, igual os interesa reservar este tour privado por Berlín

Un consejo: si quieres visitar varias de las atracciones de Berlín, igual te interesa echar un ojo a los pases que ofrecen descuentos para muchas de las actividades, además de incluir el uso ilimitado del transporte público. Una de ellas es la Berlin Welcome Card. Otros pases son el EasycityPass Berlín o el Berlin CityTourCard. Además, puedes adquirir el Museum pass Berlín, que incluye la entrada a muchos museos de la ciudad, pero no el transporte.

Qué ver en Mitte

Puerta de Brandeburgo: el monumento más emblemático de Berlín

Esta entrada triunfal neoclásica fue construida a finales del s. XVIII por orden del rey Federico Guillermo II. El diseño lo realizó Carl Gotthard Langhans, quien tomó como modelo los Propileos de la Acrópolis de Atenas. Sobre la puerta hay una cuadriga de cobre conducida por la diosa Victoria.

Es la última puerta que queda de las 18 que formaban el Muro de la Aduana de Berlín y se encuentra en la plaza de París, donde ningún otro edificio sobrevivió a la guerra.

Este símbolo nacional ha sido testigo de importantes hechos históricos. Así, Napoleón Bonaparte cruzó la puerta con sus tropas cuando ocupó la ciudad en 1806. Al emperador le gustó la cuadriga y ordenó su envío a París, donde acabó expuesta en el Louvre. Cómo es fácil de imaginar, esto dañó el orgullo de los prusianos. Por eso, cuando ganaron las guerras de liberación y entraron en París en 1814, la enviaron de vuelta a casa, donde fue recibida con gran júbilo. También vio cómo se fundaba el Imperio alemán en 1871 con un desfile que pasó bajo ella y cómo comenzaba el peor capítulo de la historia del país, cuando, en 1933, los nacionalsocialistas celebraron, con una procesión con antorchas que pasaba bajo ella, que Hitler era canciller alemán.

Como casi todo Berlín la puerta sufrió graves daños durante la II Guerra Mundial, aunque se mantuvo en pie. Eso sí, de la cuadriga original solo quedó una cabeza de caballo que puedes ver en el museo märkisches. Por eso, en 1956, se decidió reconstruirla y ambas partes de Berlín se pusieron de acuerdo para hacerlo, cosa que, con seguridad, no fue fácil.

Y llegó el Muro en 1961 y la puerta quedó en tierra de nadie y ya no se podía cruzar, convirtiéndose en un símbolo de la división de Berlín. El presidente alemán Richard von Weizsäcker dijo durante la Guerra Fría: «Mientras la Puerta de Brandeburgo esté cerrada, la cuestión alemana estará abierta» y en 1987, Ronald Reagan pronunció frente a ella las conocidas palabras «!Señor Gorbachov, abre esta puerta! ¡Señor Gorbachov, derribe este muro!” que hoy puedes ver escritas en el suelo frente a la Puerta.

Tras la caída del Muro, 28 años después de su construcción, la Puerta de Brandeburgo fue reabierta el 22 de diciembre de 1989. Hoy es un símbolo de la Unidad.

Memorial al Holocausto: un recuerdo a los aproximadamente 6 millones de judíos asesinados

Muy cerca de la puerta se encuentra el memorial a los judíos asesinados de Europa bajo el régimen nacionalsocialista. Este es una gran explanada diseñada por Peter Eisenman que consta de 2.711 estelas de hormigón de alturas diferentes. Fue inaugurado en mayo de 2005. Para apreciar su magnitud merece la pena que lo veas desde alguno de los miradores de los alrededores.  

El memorial es accesible todo el día. Sin embargo, bajo él se encuentra un centro de información que abre de martes a domingo de 10:00 a 18:00, siendo la última entrada 45 minutos antes del cierre. La exposición trata sobre la persecución y exterminio de los judíos de Europa y merece mucho la pena entrar.

Antes de la II Guerra Mundial, aquí se encontraban los jardines ministeriales y muy cerca estaba la Cancillería y también el búnker privado de Hitler, donde pasó sus últimos días, se casó y acabó suicidándose. En el lugar, que es a día de hoy un aparcamiento, hay un cartel informativo sobre el tema. 

Tiergarten: el pulmón verde del centro de la ciudad

Este parque de gran tamaño se extiende entre la Puerta de Brandeburgo y el zoológico. Aquí verás gente paseando o en bicicleta y, si hace buen tiempo, tirados en el césped tomando el sol. Es un sitio perfecto para recuperarte de tu visita al centro de Berlín. Tiene zonas infantiles, una cafetería junto al lago Neuer, numerosos monumentos conmemorativos y, más o menos en el medio, sobresaliendo por encima de las copas de los árboles, la Columna de la Victoria.

Su origen se remonta a un antiguo coto de caza de los Electores de Brandeburgo del s. XVI, que, a finales del s. XVII, se fue transformando en un parque. Federico el Grande, a quien no le gustaba la caza, ordenó que se convirtiera en un parque de recreo público a mediados del s. XVIII. El Tiergarten salió muy mal parado de la II Guerra Mundial y, además, en la posguerra, los berlineses buscaron leña en él y se utilizó para cultivar hortalizas. Al final, el parque fue reforestado gracias a la ayuda de las ciudades alemanas que donaron árboles para este fin.

Hoy tiene muchos lugares que visitar, como el Jardín inglés, donde puedes tomarte algo en la casa de té mientras disfrutas del paisaje. Cerca está el palacio Bellevue, a orillas del río. Esta mansión neoclásica de finales del s. XIX, es hoy la residencia oficial del presidente alemán. Si este se encuentra en la ciudad, entonces verás su estandarte ondeando en el tejado del palacio. 

No muy lejos está la casa de las culturas del mundo, un salón de congresos donde se expone arte contemporáneo y se realizan numerosos eventos. Fue un regalo de Estados Unidos como símbolo de amistad con Berlín Occidental para la Exposición Internacional de Construcción de 1957. Visitarla es gratis los lunes y los primeros domingos del mes. En el estanque frente al edificio hay una escultura de Henry Moore, Big Butterfly. Además, hay un carrillón que con 68 campanas es el cuarto más grande del mundo. Si quieres ver como suena, todos los domingos a las 15:00 se organiza un concierto. 

Dominando el parque se encuentra la Columna de la Victoria, que fue inaugurada en 1873 para conmemorar las victorias alemanas contra Dinamarca, Austria y Francia entre 1864 y 1871. Así, su decoración muestra la fundación del Imperio Alemán. Durante el Nacionalsocialismo, como parte de los planes de Hitler para hacer de Berlín la «Capital mundial Germania», la columna fue colocada en su ubicación actual, en el centro de la concurrida Gran Estrella. El monumento superó la II Guerra Mundial sin grandes daños y hoy, con sus 67 metros de altura, es un estupendo mirador. Eso sí, para llegar a lo más alto tienes que subir 285 escalones. Como curiosidad, en 2008, Barack Obama dio un discurso en este lugar.

Además, en el Tiergarten hay numerosos monumentos y memoriales, como los que conmemoran a Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo, los líderes del KPD, el partido comunista alemán. Estos fueron asesinados por los Freikorps tras el Levantamiento Espartaquista en enero de 1919. Los monumentos recuerdan los lugares donde murieron.

También puedes ver el primero de los monumentos que la Unión Soviética erigió en honor a sus caídos. Ya en 1945 se levantó este monumento a los soldados soviéticos, que, se estima, 80.000 perdieron la vida sólo en la Batalla de Berlín. Este incluye un cementerio militar, donde hay más de 2000 soldados enterrados. El memorial está flanqueado por dos tanques y dos cañones utilizados en la Batalla de Berlín. Se dice que parte de los materiales utilizados para construirlo, provinieron de los cercanos edificios gubernamentales destruidos.

En el Tiergarten hay dos monumentos que conmemoran a las víctimas de los crímenes nazis. Uno es el memorial a las víctimas sinti y romaníesque recuerda a las hasta 500.000 personas que fueron perseguidas y asesinadas de estas minorías. Se encuentra frente al Reichstag y fue inaugurado en 2012. El otro es el monumento a los homosexuales perseguidos, que fue inaugurado en 2008 y es un bloque de hormigón con una pequeña ventana desde donde se ve una escena de amor entre personas del mismo sexo.

Fuera del parque, pero cerca de este, se encuentra el monumento a las víctimas de los asesinatos de la «eutanasia» nacionalsocialista. Este se ha levantado donde antiguamente estaba el edificio en el que se planearon estos crímenes, en la calle Tiergarten 4. El plan fue conocido como Acción T4 e iba dirigido a personas con discapacidades físicas o mentales que eran considerados indignos de vivir. El monumento se inauguró en 2014.

Kulturforum: el centro cultural de Berlín Oeste

Junto al Tiergarten se encuentra este centro cultural con interesantes museos, bibliotecas y salas de música. Aquí se encuentra la Filarmónica de Berlín, la Sala de la Música de Cámara, lBiblioteca Estatal, la Nueva Galería Nacional, el Museo de artes decorativas, el Kupferstichkabinett, la Biblioteca del Arte y la Gemäldegalerie

Si quieres saber más sobre este área, puedes leer nuestro post sobre el Kulturforum.

Otro museo interesante de este barrio es el museo de arte contemporáneo Hamburger Bahnhof, situado en una antigua estación de tren de mediados del s. XIX.

Bendlerblock: el centro conmemorativo de la Resistencia Alemana

Cerca del Kulturforum y rodeado de embajadas, se encuentra el Bendlerblock, que actualmente es la segunda sede del Ministerio de Defensa. Ya desde principios del s. XX, el Bendlerblock ha albergado varias oficinas militares. Pero si por algo ha pasado a la historia este bloque de edificios, es por su papel en la Resistencia militar contra el Régimen Nacionalsocialista. Por ejemplo, en este lugar se organizó el plan Valquiria, que buscaba acabar con Hitler. Pero el intento de asesinato y golpe de estado llevado a cabo el 20 de julio de 1944 fue un fracaso. Y esa misma noche, los líderes del plan fueron ejecutados en el patio del Bendlerblock, que ahora es un memorial. Y no fueron los únicos asesinados, muchos otros participantes cayeron más tarde en la prisión de Plötzensee. 

Hoy, en las oficinas donde se urdió este y otros intentos para acabar con el poder de Hitler, se encuentra el centro conmemorativo de la Resistencia Alemana. Este es un lugar muy interesante, donde puedes pasarte horas leyendo y buscando información sobre las diferentes formas en las que se luchó contra el nacionalsocialismo, intentos de asesinato, resistencia del movimiento obrero, de artistas, de la iglesia, de judíos, de sinti y romaníes o de grupos organizados, como el Círculo Kreisau, la Rosa Blanca o la Orquesta Roja. También hay una exposición sobre la resistencia a la persecución de los judíos durante el nacionalsocialismo. Y, además, la visita es gratuita. Abre de lunes a viernes de 9:00 a 18:00 y los fines de semana de 10:00 a 18:00. 

Muy cerca de Bendlerblock, en la esquina de la calle, se encuentra la casa Shell, que se construyó en la década de 1930 con una llamativa fachada. Se considera uno de los edificios de oficinas más importantes de la República de Weimar. Como dato curioso, la fachada está cubierta con losas de travertino romano y cuando la casa tuvo que restaurarse, la cantera de donde provenía este material ya estaba cerrada, por lo que tuvo que abrir de nuevo.

Plaza de Potsdam: de lugar vibrante, a terreno baldío y al sitio de construcción más grande de Europa

La Plaza de Potsdam, un cruce de tráfico con forma de plaza rodeada de numerosos rascacielos, es una obra de la posguerra. Originalmente, aquí estaba la Puerta de Potsdam, que se construyó en 1734 como parte del Muro de Aduanas de Berlín. Esta fue diseñada en estilo clásico por Karl Friedrich Schinkel que, se dice, fue el arquitecto más importante de Prusia. Al igual que la mayoría de los edificios de la plaza, no sobrevivió a la II Guerra Mundial. De hecho, el único edificio antiguo que queda es la casa de vinos Huth y los restos del famoso hotel Esplanade, que están integrados en el antiguo Sony Center, hoy Center am Potsdamer Platz.

Esta zona fue siempre un lugar muy bullicioso. Así, en la década de 1920 era considerada la plaza más concurrida de Europa. De estos tiempos queda la réplica de uno de los primeros semáforos de Europa, que fue instalado en 1924. Sin embargo, la II Guerra Mundial la convirtió en un lugar en ruinas y en un triángulo fronterizo entre los sectores soviético, británico y estadounidense. Para empeorar las cosas, el Muro atravesó la plaza, convirtiéndola en un terreno baldío con la franja de la muerte más ancha de todo su recorrido. Te puedes hacer una idea de su tamaño observando la distancia que separan los restos del muro en la plaza de Potsdan y en los de la vecina plaza de Leipzig.

Con la caída del Muro, la plaza se convirtió en el sitio de construcción más grande de toda Europa, donde importantes arquitectos trabajaron para darle su imagen actual. Rafael Moneo, Arata Isozaki, Hans Kollhof o David Chipperfield son sólo alguno de los nombres que ayudaron a su desarrollo. Hoy, hay importantes hoteles, cines, teatros, un casino, clubs, numerosas tiendas, cafeterías y restaurantes.

Uno de los rascacielos es la Torre Kollhoff, de 103 metros de altura. En su azotea hay un mirador con unas vistas geniales de los alrededores, el Panoramapunkt. Hasta él llegas con el ascensor más rápido de Europa. Además, hay información sobre la historia de la plaza de Potsdam, con fotos que te permiten ver su transformación a lo largo de los siglos.

El hecho de que la plaza fuese atravesada por el Muro, se recuerda con adoquines en el suelo, que marcan su antiguo curso, y con fragmentos de este, donde se informa sobre su historia. Además, hay un objeto peculiar que si, no sabes lo que es, pasa desapercibido. Este se encuentra en la salida sur del metro y es el pedestal de un monumento a Karl Liebknecht, que nunca llegó a erigirse porque acabó en la franja de la muerte. También puedes ver una antigua torre de vigilancia de la era de la RDA en la pequeña calle latera Erna-Berger. Por el momento está tapada debido a obras en el sitio, pero antes se podía visitar. 

Existe otra torre de vigilancia en Mitte, en Kieler Eck. Aquí se encuentra el monumento a Günter Litfin, la primera víctima de los disparos en la frontera entre Berlín Oriental y Occidental después de la construcción del Muro. 

Si quieres aprender más sobre esta parte de la historia, puedes unirte a este Free Tour del Muro de Berlín y la Guerra Fría. Una manera diferente de conocer la ciudad, es intentar resolver este juego de pistas sobre el Muro de Berlín y sus fugas más sorprendentes.

La plaza  de Potsdam es también un buen lugar para los cinéfilos. Además de ser el centro del Festival de Cine de Berlín, la Berlinale, aquí se encuentra el Boulevard der Stars, donde puedes recordar a los grandes actores y actrices de habla alemana.

Junto a esta plaza se encuentra la plaza de Leipzig, donde está el Museo Alemán del Espionaje con información sobre la Guerra Fría. 

Reichstag: la sede del Parlamento alemán

Otro de los monumentos más conocidos de Berlín es el Reichstag, que se encuentra muy cerca de la Puerta de Brandeburgo, en uno de los extremos del Tiergarten. Se construyó a finales del s. XIX, tras la fundación del Imperio Alemán. Siendo Berlín su capital, la ciudad necesitaba un edificio grande y digno para su gobierno.

Durante su historia ha sido testigo de importantes hechos. Así, desde uno de sus balcones, el político Philipp Scheidemann proclamó la República alemana al final de la I Guerra Mundial. Y en 1933, un incendio provocado cuya autoría nunca se esclareció, favoreció a los objetivos de los nacionalsocialistas. Durante la II Guerra Mundial tuvo diferentes fines, siendo uno de ellos una clínica de ginecología donde nacieron unos 100 bebés. Y en la Batalla de Berlín fue uno de los objetivos del Ejército Rojo. Así, una bandera de la Unión Soviética ondeando en su tejado es una de las imágenes del fin de la Alemania nazi.

Tras la Guerra y la división de la ciudad, el edificio, que quedó muy dañado y había perdido su importancia, estaba en el sector británico y el Muro corría a lo largo de su lado este. No fue hasta la Reunificación, que se decidió trasladar el gobierno de Bonn a Berlín, devolviendo al Reichstag su función como sede del Parlamento. Pero tenía que ser modernizado. Fue entonces cuando recibió su famosa cúpula de vidrio obra de Sir Norman Foster. 

En el Reichstag y sus alrededores verás varios monumentos conmemorativos, como las cruces blancas que recuerdan a las víctimas del muro o el monumento a los 96 diputados asesinados por los nacionalsocialistas. Además, en su interior todavía puedes ver muestras de su pasado. Así, se han mantenido inscripciones hechas por los soldados soviéticos en 1945.

El Reichstag se puede visitar de manera gratuita. Pero para ello tienes que reservar tu cita con antelación. Te recomendamos que lo hagas varias semanas antes de tu viaje, pues es una visita muy popular y las plazas se acaban pronto. Al registrarte podrás elegir entre varios tipos de visita, desde subir sólo a la cúpula y disfrutar de las vistas, hasta asistir a una sesión plenaria. En la azotea hay un restaurante en el que puedes comer, pero primero tienes que reservar online.

Cerca del Reichstag se encuentra el distrito gubernamental, con la Cancillería, la casa Paul-Löbe y la casa Marie-Elisabeth-Lüders a lo largo del río Spree. Estos forman la Cinta Federal, el Band des Bundes, que conecta simbólicamente las antiguas partes este y oeste de Berlín y que es un símbolo de la unidad alemana

Los edificios se construyeron tras la caída del Muro. Al convertirse Berlín en la sede del gobierno, era necesaria la construcción de nuevos edificios gubernamentales. Y es que con la excepción del Reichstag y la embajada de Suiza, el antiguo distrito del gobierno había sido destruido.

La Cancillería, sede oficial del Canciller, fue inaugurada en 2001. Al igual que la Casa de Paul-Löbe, que alberga oficinas de los diputados, salas de reuniones y el servicio central de visitantes. Esta se conecta a través de un puente a la Casa Marie-Elisabeth- Lüders, que fue inaugurada en 2003. Aquí se encuentra el centro de servicios científicos del Parlamento y alberga un monumento del Muro. Y es que este pasaba por donde ahora se encuentra el edificio que lleva el nombre de la política alemana activista por los derechos de las mujeres.

Otro monumento conmemorativo de la zona es el Parlamento de los Árboles, que fue creado en 1990 en la antigua franja del Muro. La pieza central es un cuadrado de 16 árboles plantados en 1990 por los 16 primeros ministros alemanes.

Si esta zona te llama la atención, puedes chequear este tour guiado por el distrito gubernamental.

Unter del Linden: el bulevar que fue el corazón de la Berlín prusiana

Unter den Linden, que significa debajo de los tilos, es una ancha avenida de aproximadamente kilómetro y medio que se extiende desde la Puerta de Brandeburgo al puente del Palacio. Este es un buen lugar para comenzar a conocer Berlín, pues guarda importantes edificios históricos de la antigua metrópoli prusiana.

Sus orígenes se remontan al s. XVI, cuando era un camino que unía el Palacio con el Tiergarten. A mediados del s. XVII, la avenida fue rediseñada y se plantaron los árboles que dan nombre a la calle y, a lo largo de los siglos posteriores, su aspecto fue mejorándose. Aquí verás varias veces el nombre del maestro de obras más conocido de Prusia, Karl Friedrich Schinkel, quien tuvo la tarea de combinar los diferentes estilos de los edificios para darle a la avenida un aspecto homogéneo. Durante la II Guerra Mundial, el bulevar fue destruido casi por completo. 

Muy cerca de la puerta de Brandeburgo, junto a la Academia de las artes de Berlínse encuentra el Hotel Adlon Kempinski, uno de los más lujosos y conocidos de Alemania. Seguro que te suena porque desde uno de sus balcones Michael Jackson mostró a su hijo en 2002, causando un gran revuelo. Aunque fue inaugurado en 1997, está inspirado en el Hotel Adlon original, uno de los hoteles más conocidos de Europa que fue inaugurado en 1907 y demolido tras la Guerra. En sus habitaciones durmieron personajes de lo más selecto, como reyes y emperadores de Europa, Thomas Alva Edison, Henry Ford, John D. Rockefeller, Charlie Chaplin o Marlene Dietrich. 

Un poco más allá se encuentra el primer edificio de la posguerra, la magnífica embajada de la otrora Unión Soviética, hoy embajada de la Federación Rusa. Un símbolo de la unión entre las desaparecidas RDA y Unión Soviética. Cerca, en Behrenstraße, está el Forum Willy Brandt, de entrada gratuita. Aquí puedes aprender sobre la vida del antiguo Canciller Federal y ganador del Premio Nobel de la Paz. 

Si sigues paseando te encontrarás con la Casa de Suiza, que fue construida alrededor de 1935 y es uno de los pocos edificios que se salvaron de la destrucción. Y enseguida llegarás a la escultura ecuestre de Federico el Grande. Es aquí donde comienza la parte más bonita e interesante de Unter den Linden

Justo antes de la escultura, está el primer edificio histórico que llamará tu atención: la Biblioteca Estatal. Fue construida a principios del S. XX y en su interior está el Stabi Kulturwerk, un museo gratuito donde se muestran algunos de los tesoros de su colección, como partituras originales de Beethoven y Bach o una biblia de Gutenberg.

Enseguida estarás en una de las plazas más bonitas de Berlín, la plaza Bebel. Y es que aquí se encontraba el Forum Fridericianum, que se extendía desde la estatua ecuestre de Federico el Grande hasta el puente del castillo. Fue planificado por este monarca a mediados del s. XVIII y, aunque quedó muy destruido tras la Guerra, los edificios que lo conformaban fueron reconstruidos manteniendo sus fachadas originales de antes de la Guerra. Por eso, esta plaza es un sitio perfecto para imaginarse el aspecto del Berlín de hace unos 300 años. Entre los edificios se encuentran antiguos palacios, la Ópera, la Catedral de Santa Eduviges o la Antigua Biblioteca. 

El Palacio del Príncipe Enrique fue construido a mediados del s. XVIII para el hermano de Federico el Grande. Pronto se convirtió en la sede de la Universidad, que se fundó en 1810 por iniciativa de Wilhelm von Humboldt, que quería introducir un nuevo sistema educativo en Prusia. Y lo consiguió, pues está considerada la primera universidad moderna del mundo. Su importancia puede verse en el gran número de celebridades que han pasado por ella. Hermann von Helmholtz, Robert Koch, Albert Einstein, Max Planck, Otto von Bismarck, Karl Marx, Georg Wilhelm Friedrich Hegel o los hermanos Grimm, son sólo algunas de ellas.

Como ya te imaginarás, el nacionalsocialismo no fue un buen periodo para la Universidad, especialmente para sus trabajadores judíos, que fueron difamados y boicoteados, ni para los opositores al Régimen. Tras la Guerra, la Universidad quedó en territorio soviético y el conflicto entre las diferentes partes de Berlín tampoco la ayudó.  Así, vio como la influencia comunista se extendía por ella. Hubo protestas, arrestos e incluso ejecuciones. Como resultado, la Universidad Libre fue fundada en Berlín Occidental a mediados del s. XX. 

Junto a la Universidad se encuentra la Neue Wache, Nueva guardia, que fue construida a comienzos del s. XIX por Karl Friedrich Schinkel en estilo neoclásico. Este era el edificio de guardia para el Palacio Real y también servía como memorial para los caídos en las guerras de liberación. En 1931, pasó a ser un monumento conmemorativo para los muertos de la I Guerra Mundial. Tras ser reconstruida a mediados del s. XX, fue un memorial a las víctimas del fascismo. Desde 1993, alberga el Monumento Central de la República Federal de Alemania a las Víctimas de la Guerra y la Tiranía.

En su interior, donde te alejas del bullicio del exterior, hay una copia de la escultura Madre con hijo muerto de Käthe Kollwitz. Esta representa a la propia artista con su hijo Peter, muerto en la I Guerra Mundial. Sobre ella hay un tragaluz que le da una luz diferente según la época y el momento del día. En el suelo hay una losa conmemorativa, donde se encuentran los restos de un luchador de la resistencia desconocido y un soldado desconocido. Debajo de la placa del primero hay tierra de nueve campos de concentración, debajo de la segunda, de nueve campos de batalla.

Si llegas tarde y está cerrada, no te preocupes, pues no tiene puerta, sólo unos barrotes que te permiten ver siempre su interior.

A su lado se encuentra la Armería, de estilo barroco y de color rosa pálido. Es el edificio más antiguo del bulevar. Su construcción comenzó a finales del s. XVII y en el s. XVIII era el depósito de armas más grande de Prusia. En su interior se colocó un Salón de la Fama para el ejercito prusiano. Durante la época nacionalsocialista, se utilizó como un instrumento de propaganda. En él Rudolf-Christoph von Gersdorff llevó a cabo, en 1943, un intento de asesinato contra Hitler, que como ya sabes, acabó en fracaso.

Actualmente alberga el Museo Histórico Alemán. A comienzos del s. XXI, se le añadió un edificio de exposiciones moderno y un techo de vidrio en el patio. Ambos fueron diseñados por Ieoh Ming Pei, el arquitecto de la pirámide del Louvre. En su patio interior guarda un tesoro, 22 «Cabezas de guerreros moribundos» muy expresivas creadas por Andreas Schlüter a finales del s. XVII.

El arsenal está cerrado hasta finales de 2025 por trabajos de renovación. Sin embargo, el edificio de exposiciones Pei sigue abierto y allí puedes ver exposiciones temporales. Lo mejor es que mires la situación en su página web. Si visitas el Arsenal durante el fin de semana, te vas a encontrar con el mercado artesanal que se organiza todos los sábados y domingos de 11:00 a 17:00.

Frente al Arsenal se encuentra la Casa del Comandante y el Palacio del Príncipe Heredero. El primero data de principios del s. XXI, pero su fachada se corresponde a su aspecto de antes de la Guerra. Y es que tras esta, el edificio fue demolido y reemplazado por uno construido por la RDA para uno de sus Ministerios, el cual fue demolido en 1995. El segundo es también una reconstrucción de finales del s. XX, pero su historia se remonta a mediados del s. XVII. Cuando se abolió la monarquía, el palacio se convirtió en un museo de arte moderno, que sirvió de modelo para la fundación de importantes galerías posteriores, como el MoMA de Nueva York. Sin embargo, las obras que aquí se exponían no eran del gusto de los nacionalsocialistas, siendo consideradas muchas de ellas arte degenerado, por lo que fueron confiscadas. Durante la Guerra, el edificio fue gravemente dañado y sus ruinas fueron demolidas. En el edificio reconstruido se firmó el tratado de unificación entre la República Federal de Alemania y la República Democrática Alemana el 1 de agosto de 1990.

El pabellón Schinkel, que acoge exhibiciones de arte contemporáneo, forma parte de el palacio del Príncipe Heredero.

El resto de edificios del Forum Fridericianum forman parte de la actual plaza Bebel, llamada así en honor al político socialdemócrata August Bebel.

El Palacio de las Princesas fue construido en la primera mitad del s. XVIII. Fue demolido tras la II Guerra Mundial y reconstruido en la década de 1960. Actualmente alberga la galería de arte PalaisPopulaire, de entrada gratuita

La Catedral católica de Santa Eduvigis fue la primera iglesia católica de Berlín desde el final de la Reforma. Así, se construyó a mediados del s. XVIII y el edificio redondo se basó en el Panteón de Roma. Tras la II Guerra Mundial, fue restaurada a mediados del s. XX con un interior moderno dividido en dos niveles. Uno de sus sacerdotes fue Bernhard Lichtenberg, un opositor al Régimen que murió mientras era trasladado a un campo de concentración. Sus restos fueron llevados a la cripta de la catedral. Actualmente el interior está siendo renovado y está planeada su reapertura en 2024.

La Ópera Estatal Unter den Linden fue construida a mediados del s. XVIII. Al estar fuera del complejo del palacio se convirtió en el primer edificio de teatro independiente y en ese momento el más grande de Europa. Durante la II Guerra Mundial, el edificio fue dañado dos veces. Una en 1941, pero fue inmediatamente restaurada. La segunda fue en 1945.

El Antiguo Palacio fue construido en la década de 1830 como residencia del emperador Guillermo I, quien murió en este palacio en 1888. Después de ser restaurado tras la Guerra, ha sido la sede de la facultad de Derecho.

La Antigua Biblioteca fue construida en la segunda mitad del s. XVIII en estilo barroco. Y es que  Federico el Grande quería hacer accesible a la burguesía las obras de la Biblioteca Real, que antes estaban reservadas a ciertos grupos. La colección era muy grande y recogía las obras más importantes de la Ilustración. En 1895, Lenin fue uno de sus usuarios. Su constante crecimiento hizo necesaria la construcción de un edificio más grande. Por eso, a partir de 1910, la Antigua Biblioteca pasó a formar parte de la Universidad. Tras ser restaurado después la Guerra, el edificio forma parte de la facultad de Derecho.

En la plaza también se encuentra el Hotel de Roma, construido a finales del s. XIX en estilo renacentista. Hoy alberga este hotel de lujo.

Además, en la plaza Bebel también puedes recordar el oscuro periodo nacionalsocialista, pues fue el escenario principal de la quema de libros de mayo de 1933. Alrededor de 20.000 libros de la biblioteca de la universidad, aquellos escritos por autores considerados «no alemanes», fueron enviados al fuego. Entre ellos estaban Sigmund Freud, Karl Marx, Heinrich Heine y Erich Kästner, el cual se encontraba, sin ser visto, en la plaza. Hoy, un monumento conmemora este hecho. Así, en el suelo de la plaza verás una losa de vidrio que permite ver una habitación llena de estanterías vacías. Estas podrían contener unos 20000 libros, aquellos que fueron destruidos. Junto a la losa hay una frase de Heinrich Heine: donde se queman libros, también se quemarán personas.

Si quieres conocer un poco más sobre la historia de la ciudad en tiempos del nacionalsocialismo, puedes unirte a este paseo histórico por el Berlín del nazismo.

Gendarmenmarkt: una de las plazas más bonitas de Berlín

Cerca de la plaza Bebel se encuentra Gendarmenmarkt, donde destacan tres edificios, la Catedral Alemana, la Catedral Francesa y la Sala de Conciertos. Esta se creó a finales del s. XVII y su nombre actual recuerda que aquí estuvieron las caballerizas del regimiento de guardias Gens d’armes. La plaza sufrió graves daños durante la II Guerra Mundial, pero fue reconstruida entre 1976 y 1993. La simetría de las dos catedrales le da un aspecto muy armonioso.

A principios del s. XVIII, en esta zona se instalaron un gran número de inmigrantes hugonotes franceses, a quienes el Gran Elector les había asegurado la protección de su libertad religiosa y plenos derechos civiles. Tanto la congregación luterana como la reformada francesa recibieron terrenos para construir aquí sus iglesias, que se construyeron alrededor del 1700. Pero no fue hasta el reinado de Federico el Grande que recibieron sus llamativas cúpulas simétricas en la década de 1780. El nombre de catedral que reciben no es por ser sede del obispo, sino por las cúpulas que las decoran. 

Hoy en día, la catedral alemana alberga el museo del Bundestag sobre la historia parlamentaria alemana y es de entrada gratuita. Por su lado, la catedral francesaque todavía alberga una iglesia en su planta baja, es la sede del museo Hugonote, de un restaurante y tiene un mirador a unos 40 metros de altura. Entre las catedrales se encuentra la Sala de Conciertos, que fue construida a principios del s. XIX por Karl Friedrich Schinkel.

Alrededor del Gendarmenmarkt hay tiendas, cafés, restaurantes y hoteles y muy cerca se encuentran las galerías Lafayette. En verano se organiza aquí el Classic Open Air, con conciertos de música clásica y en invierno hay un mercado de navidad. Si te gusta la época navideña, igual te interesa leer: Alemania en adviento, ¿Dónde encontrar los mejores mercados de navidad?

Cerca de la plaza se encuentra la iglesia Friedrichswerder, que alberga un museo gratuito de esculturas de la primera mitad del s. XIX. Abre de 10:00 a 18:00. El edificio fue construido por Karl Friedrich Schinkel en la primera mitad del s. XIX en estilo neogótico. A finales del s. XX tuvo que ser restaurada a causa de los daños de la Guerra. El edificio llama la atención por estar hecho de ladrillo y por sus multiples torrecitas.

Terminamos nuestro paseo por Unter den Linden en el puente del palacio. Ya desde el s. XV, en este lugar había un puente de madera. Sin embargo, en la década de 1820, se decidió construir uno que estuviese a la altura del Palacio. El encargo recayó en Karl Friedrich Schinkel. Al cruzarlo, fíjate en las ocho esculturas de mármol que lo decoran y en su bonita barandilla. 

Te encuentras ya en medio de la isla del Spree, un lugar lleno de puntos de interés.

Isla del Spree, donde podrías pasarte un día entero

El Palacio de Berlín fue, desde mediados del s. XV, la sede de la casa de Hohenzollern, que fueron electores de Brandeburgo, reyes de Prusia y emperadores alemanes. En sus orígenes era un castillo fortificado frente a las dos ciudades que dieron lugar a la actual capital de Alemania, Berlín y Cölln. Este sufrió varias reformas a lo largo de su historia, siendo las más destacadas las del s. XVI, que lo convirtieron en un edificio renacentista, y las del s. XVIII, que lo transformaron en un gran palacio barroco. La famosa Sala de Ámbar, considerada como una octava maravilla del mundo y que desapareció tras la II Guerra Mundial, formaba parte de este palacio a principios del siglo XVIII. Tras ser regalada al zar ruso Pedro el Grande, pasó a decorar el Palacio de Catalina, cerca de San Petersburgo. Hoy día se puede ver una reconstrucción en el Palacio de Catalina.

El palacio fue el escenario de importantes acontecimientos de la historia alemana. Aquí nació Federico el Grande, conocido por sus grandes hazañas militares. Desde sus balcones, el emperador Guillermo II anunció la entrada en la I Guerra Mundial y, desde ese mismo lugar, habló el político comunista Karl Liebknecht tras proclamar la República de Alemania en 1918.

Durante la II Guerra Mundial, el palacio sufrió graves daños. Tras la división de Berlín, este quedó en la zona soviética y, en 1951, los dirigentes de la RDA decidieron demolerlo en vez de reconstruirlo, a pesar de las numerosas protestas. En su lugar se creó la plaza Marx-Engels, donde, en la década de los 70, se construyó el Palacio de la República. Tras la Reunificación, el palacio tuvo que cerrar por su fuerte exposición al amianto. Y al final, a comienzos del s. XXI, se decidió demolerlo y reconstruir el Palacio de Berlín, tras grandes discusiones. Los trabajos se llevaron a cabo de 2013 a 2020 según los planos de Franco Stella. El edificio mantiene tres lados fieles al original y uno en estilo moderno, al igual que su interior. Si sientes curiosidad por ver un fragmento original del palacio, puedes acercarte al cercano edificio del consejo de Estado. Aquí se ha integrado uno de los portales, que se salvó al ser el lugar desde donde habló Karl Liebknecht.

Actualmente, el palacio es la sede del Foro Humboldt, que alberga varios museos, así como esculturas originales del palacio. Además, en el sótano puedes aprender sobre la historia de Berlín y ver restos de la antigua ciudad y los cimientos del castillo. Su azotea es también un buen mirador. La entrada a alguna de las salas es gratuita. En la página web puedes encontrar toda la información necesaria para tu visita. 

Frente al palacio se encuentra la catedral protestante de Berlin, construida a finales del s. XIX en estilo neorrenacentista y neobarroco. Si decides visitarla, podrás ver su interior, ricamente decorado con pinturas, mosaicos y estatuas, subir al mirador, que se encuentra alrededor de la cúpula y al que llegas después de subir 270 escalones, y visitar la cripta de los Hohenzollern, uno de los lugares de enterramiento dinástico más importantes de Europa. Aquí hay ataúdes que van desde finales del siglo XVI hasta principios del siglo XX, algunos de los cuales son verdaderas obras de arte. Actualmente la cripta está cerrada por restauración, se supone que hasta 2024. Lo mejor es que mires en su página web el estado de la visita.

Los orígenes de la catedral se remontan a mediados del s. XV, cuando se construyó una iglesia en la isla. A mediados del s. XVIII, Federico el Grande hizo construir una iglesia barroca en el lugar actual de la catedral. Esta fue modificada a principios del s. XIX por Karl Friedrich Schinkel, convirtiéndose en un edificio neoclásico. Pero los gustos cambiaron y esta ya no cumplía con los requisitos de la monarquía. Por eso, la catedral se demolió en 1894 para dar paso a la actual. Durante la II Guerra Mundial, la Catedral sufrió graves daños y, aunque se se reconstruyó, se hizo de forma simplificada. Así, se demolió una de sus partes, la iglesia conmemorativa que se encontraba en su lado norte.

Frente a la Catedral se encuentra el Jardín de Recreo, Lustgarten, un lugar muy popular que, si hace bueno, suele estar bastante lleno de gente sentada en sus zonas verdes. 

Esta plaza ha tenido numerosas funciones a lo largo de su historia, que reflejan también los cambios que ha sufrido la ciudad. Así, en el s. XVI, era el huerto del palacio. Más tarde, fue un jardín de recreo, donde, entre otras cosas, había estatuas, grutas y un invernadero. Fue en este lugar donde se cultivó la patata por primera vez en Prusia. Cuando se abrió al público, al igual que ahora, era un lugar de encuentro muy popular y se convirtió en la primera plaza ajardinada de Berlín. Pero el rey Federico Guillermo I mandó, a principios del s. XVIII, transformarlo en un patio de armas. Más tarde, volvería a sembrarse de nuevo con césped, el cual usaron las tropas de Napoleón para acampar cuando ocuparon la ciudad en 1806. Cuando abrió el Museo Antiguo, Karl Friedrich Schinkel y Joseph Lenné diseñaron los jardines y añadieron el cuenco de granito rojo que ves hoy día. Durante la República, se usó para mítines y manifestaciones. Los nacionalsocialistas lo pavimentaron y se convirtió en un foro de desfiles. Fue aquí donde, en el verano de 1936, se encendió la llama olímpica. Tras la Guerra, formó parte de la nueva plaza Marx-Engels y volvió a ser testigo de mítines y desfiles. En el s. XX, el jardín se reconstruyó basándose en los planos de Karl Friedrich Schinkel.

En el parque hay un monumento conmemorativo al grupo de resistencia de Herbert Baum, el cual, en 1942, provocó un incendio en una exhibición propagandística organizada en el Jardín de Recreo. Como resultado, gran parte de sus miembros fueran arrestados y muchos de ellos condenados a muerte. Además, 500 judíos fueron arrestados y la mayoría asesinados.

En uno de los lados del Jardín de Recreo se encuentra el Museo Antiguo, con su fachada clásica decorada con columnas jónicas, donde puedes ver los estragos de la Guerra. Este es uno de los cinco museos que componen la Isla de los Museos, uno de los complejos museísticos más importantes de Europa. Esta zona se encuentra en continua renovación, por eso es mejor que mires su página web para ver el estado de cada museo. Por ejemplo, el museo de Pérgamo va a estar cerrado desde octubre de 2023 hasta, al menos, el año 2027. 

Los museos que forman este paraíso para los amantes del arte son: Museo Antiguo, Museo Nuevo, Antigua Galería Nacional, Museo Bode y Museo de Pérgamo. Sus colecciones te llevarán a disfrutar desde la prehistoria hasta el arte del siglo XIX.

Para más información sobre este centro cultural, te recomendamos leer nuestro post sobre la Isla de los Museos, donde encontrarás toda la información necesaria para visitarlos. Puedes conocer esta zona llena de historia uniéndote a este tour por la Isla de los Museos.

Cuando cruzas la orilla este del río Spree, te encuentras en lo que un día fue el viejo Berlín, una zona densamente urbanizada. Hoy es todo lo contrario, la Guerra y la planificación urbana de la RDA dio lugar a una extensa plaza que termina en la Torre de la Televisión, donde el único recuerdo que queda de la antigua ciudad es la Iglesia de Santa María. Estás viendo lo que fue el centro político de Berlín Oriental.

Foro Marx-Engels: un recuerdo de la RDA

Si utilizas el puente de Karl Liebknecht, que está junto a la Catedral, o el del ayuntamiento, que está junto al palacio, lo primero que verás será el Foro Marx-Engels, un espacio verde creado en la década de 1970. Antiguamente, aquí estaba el barrio del Espíritu Santo, que fue muy dañado durante la Guerra y, más tarde, sus ruinas fueron demolidas. Hoy, aquí está el monumento a los alemanes Karl Marx y Friedrich Engels, dos importantes filósofos socialistas.

Junto a este se encuentra el museo de la RDA, el lugar perfecto para imaginarse como era la vida en Alemania Oriental. Aquí puedes pasear por un piso completamente amueblado y aprender sobre la moda, los juguetes o la música que se escuchaba. También puedes aprender sobre la vida política y entrar en una sala de espionaje, o montarte en un típico Trabi e imaginar que conduces por Berlín Este. 

Iglesia de Santa María: el lugar de culto más antiguo de Berlín

Muy cerca se encuentra uno de los edificios más antiguos de Berlín. Hoy ves esta iglesia luterana como un edificio solitario en un amplio espacio abierto. Sin embargo, en el pasado aquí se encontraba el barrio densamente edificado de Santa María. Dañado durante la Guerra, los edificios que aun quedaban fueron demolidos para llevar a cabo la planificación urbana que querían los dirigentes de la RDA.

La iglesia fue mencionada por primera vez a finales del s. XIII, pero se desconoce la fecha exacta de su construcción. Durante su historia sufrió muchas modificaciones. Tras la Guerra, y después de reparar sus daños, fue una de las pocas iglesias grandes que podían ser utilizadas. Algo que te llamará la atención es el hecho de que para llegar a ella tendrás que bajar unos escalones, y es que la iglesia se encuentra al nivel original del suelo medieval.

Entrar es gratuito y merece la pena. Dentro queda ya poco de una importante obra de arte medieval: el fresco de la Danza de la Muerte. Se cree que pudo ser pintado alrededor de 1484. Lo verás nada más entres en la iglesia. En 1964, Martin Luther King predicó en Santa María.

Muy cerca, no tienes mas que cruzar la carretera, se encuentra el memorial a las protestas de Rosenstraße. En este lugar, donde se encontraba la Antigua Sinagoga, se recuerda el levantamiento que se llevó a cabo en 1943. En una nueva ola de deportaciones, alrededor de 8000 judíos fueron arrestados. Entre ellos había unos 2000 que pertenecían a grupos que estaban exentos de deportación, como los llamados matrimonios mixtos. Sus familiares, principalmente mujeres, se manifestaron exigiendo su liberación frente al edificio donde fueron llevados: la administración social de la comunidad judía en Rosenstraße. Durante varios días, cientos de mujeres protestaron en este lugar hasta que fueron liberados.

Si quieres ver más recuerdos del Berlín medieval, cerca de este lugar, en Spandauer Straße, se encuentra la antigua capilla de ladrillo rojo del Hospital del Espíritu Santo, que fue construida alrededor del 1300. El hospital atendía a las personas necesitadas y a los peregrinos y de él sólo queda la capilla que, actualmente, sirve de salón de actos de la Universidad de Humboldt.

Fuente de Neptuno, una de las más bonitas de la ciudad

Junto a la iglesia de Santa María puedes ver la fuente de Neptuno, que fue inaugurada a finales del s. XIX como un regalo de Berlín para el emperador Guillermo II. En ella puedes ver al dios romano del mar rodeado por cuatro figuras que representan los grandes ríos de Prusia, el Elba, el Rin, el Oder y el Vístula.

Originalmente estaba en la plaza del palacio, entre este y la catedral de Berlín, pero fue retirada cuando se demolió el palacio. No fue hasta 1969 que volvió a colocarse donde está ahora, entre Santa María y el Ayuntamiento Rojo.

Ayuntamiento rojo, sede del alcalde y del gobierno de Berlín

El edificio de estilo neorrenacentita fue construido en la década de 1860 y recibe su nombre por su fachada de ladrillo rojo. En esta puedes ver un friso donde se cuentan hechos importantes de la historia de Berlín y Brandeburgo. 

Tras la Guerra tuvo que ser reconstruido y tras la división de la ciudad fue la sede del magistrado de Berlín Oriental. Tras la Reunificación, volvió a ser la sede conjunta del gobierno. 

Puedes entrar en el ayuntamiento para ver algunas de sus salas y exposiciones. Abre de lunes a viernes de 9:00 a 18:00, aunque el horario puede verse modificado por algún evento. 

Barrio de San Nicolás, el mejor lugar para imaginarse el Berlín medieval

Detrás del Ayuntamiento Rojo se encuentra la zona más antigua de la ciudad, el lugar donde nació Berlín. El barrio de San Nicolás quedó destruido casi por completo después de la Guerra y tuvo que esperar a la década de 1980 para ser reconstruido con casas históricas y edificios de posguerra basados en modelos históricos.

Este barrio de pequeño tamaño es perfecto para alejarse del bullicio del centro de la ciudad. En él descubrirás pequeños negocios y restaurantes tradicionales mientras paseas por sus calles estrechas y empedradas. La iglesia de San Nicolás, cuyos orígenes se remontan a la primera mitad del s. XIII, domina el barrio con sus dos torres.

Para saber todo lo que hay que ver en esta zona, te recomendamos leer nuestro post sobre el barrio de San Nicolás, donde además te contamos otros lugares para descubrir la historia más antigua de Berlín, como las ruinas del monasterio franciscano o los restos de la muralla medieval.

Otra manera de conocer la parte más antigua de la ciudad es unirte a este Free Tour de los misterios y leyendas de Berlín

Un sitio diferente del barrio de San Nicolás es el Alte Münze, una antigua Casa de la Moneda que se ha transformado en un centro de arte y cultura.

Torre de la Televisión, el símbolo de Berlín que domina su horizonte

Con sus 368 metros, la Torre de la Televisión es el edificio más alto de Alemania y la vas a ver desde muchos lugares de la ciudad. Se inauguró en 1969 y, además de ser la sede de varias estaciones de radio y televisión, alberga un restaurante giratorio y un mirador a unos 200 metros, el cual ofrece una vista panorámica de todo Berlín. Desde aquí, y con buen tiempo, puedes ver hasta a 80 kilómetros de distancia. A día de hoy es una de las atracciones más visitadas del país y por eso pueden formarse colas para entrar. Para evitar tiempos de espera y subir a una hora determinada, reserva las entradas con antelación. Puedes comprar aquí tu entrada a la Torre de la Televisión

Su construcción comenzó porque Berlin Este necesitaba un transmisor que ofreciera una buena cobertura. El centro de Berlín no fue la primera localización escogida, pero después de algunos problemas, y del hecho de que se convirtió en un elemento propagandístico, la Torre se edificó en pleno centro histórico. Y es que la RDA la usó como símbolo para demostrar su modernidad y su superioridad frente al Oeste. Se dice que los enemigos del Régimen se burlaron del reflejo que se crea en la superficie de la esfera en forma de cruz, denominándolo la «Venganza del Papa».

En su momento fue la segunda torre de televisión más alta del mundo, superada sólo por la de Moscú. A día de hoy es la cuarta torre de telecomunicaciones más alta de Europa y el segundo mirador más alto de Alemania, superado sólo por la torre de prueba ThyssenKrupp Elevator en Rottweil, en la Selva Negra.

Alexanderplatz, el centro del antiguo Berlín Oriental

La Torre se encuentra junto a una de las plazas más conocidas de la ciudad, Alexanderplatz. Este es un buen lugar para conocer el centro de Berlín, pues aquí hay estación de S-Bahn, U-Bahn y también llega el tranvía. Durante el tiempo que el Muro dividió la ciudad, uno de sus andenes fue cerrado, pues por aquí pasaban trenes que iban del Este al Oeste, convirtiendo a la plataforma en una de las conocidas como estaciones fantasma.

El Alex ha sido siempre una de las plazas más animadas de la ciudad. En sus inicios estaba fuera de la muralla medieval, frente a una de las antiguas puertas de entrada, y a finales del s. XVII se organizaba aquí un mercado de ganado. Pero con la construcción del muro de Aduanas, a mediados del s. XVIII, los suburbios alrededor de la ciudad vieja quedaron dentro de ella. Federico el Grande convirtió la plaza en un patio de armas y, a comienzos del s. XIX, recibió su actual nombre cuando el zar Alejandro I visitó Berlín. El apogeo de la plaza llegó a principios del s. XX, cuando se abrió el primer cabaret y se crearon grandes almacenes. Alexanderplatz fue uno de los centros de la vibrante vida de Berlín durante los dorados años 20, junto con la plaza de Potsdam. 

La II Guerra Mundial destruyó gran parte de la zona y muchos de los edificios alrededor de ella. Del tiempo antes de la Guerra, hoy sólo quedan la Berolinahaus y la Alexanderhaus, ambos de alrededor de 1930. Durante el tiempo de la RDA se convirtió en una extensa zona peatonal y se añadieron la fuente de la amistad entre los pueblos y su símbolo más conocido, el reloj mundial Urania. La plaza se convirtió en el centro de Berlín Oriental y fue el escenario de los principales eventos de la RDA. Aquí tuvo lugar, el 4 de noviembre de 1989, cinco días antes de la caída del Muro, una de las mayores manifestaciones de Berlín y un hito de la revolución pacífica en la RDA. Después de la Reunificación, la plaza volvió a ser rediseñada. Actualmente, es un lugar lleno de tiendas y centros comerciales, que está en continuo estado de transformación, por lo que probablemente te vas a encontrar con obras.

En esta plaza hay un hotel al que igual te interesa entrar, aunque no te alojes en él. Es el Pak Inn Radisson y tiene una estupenda terraza con vistas a los alrededores. Abre de 12:00 a 22:00 y hasta las 18:00 de octubre a marzo. El precio, a septiembre de 2023, es de 6€ y se paga en el mostrador de la entrada. Es una opción más económica a la torre de la televisión. 

Barrio de Spandauer Vorstadt: patios de Berlín y testimonio de la vida judía

Otra zona interesante de Mitte es el barrio de Spandauer Vorstadt, donde se encuentra el llamado barrio judío, por ser el antiguo hogar de muchos de ellos. Se extiende entre las calles Oranienburger, Linien, Rosenthaler, Alte Schönhauser y el parque Monbijou. Aquí verás placas conmemorativas que recuerdan la vida de la antigua comunidad judía. Además, aquí se encuentra la Nueva Sinagoga, de estilo morisco y con una llamativa cúpula dorada, y el antiguo cementerio judío, cuya tumba más conocida es la del filósofo alemán Moses Mendelssohn. Frente a él se encuentra la escultura victimas judías del fascismo.

Si quieres conocer más sobre la vida de los judíos en Berlín, puedes unirte a esta visita guiada por el Barrio judío y su museo.

Además, en esta zona podrás descubrir los típicos patios de Berlín, donde verás interesantes negocios, galerías de arte y un ambiente diferente en cada uno de ellos. Los más famosos son los Häckesche Höfe, un complejo de ocho patios, donde el más espectacular es el primero con fachadas en estilo Art Nouveau. Sin embargo, te aconsejamos entrar en todos los que veas, como Heckmann-Höffe o Kunsthof Berlín.

Junto a los Häckesche Höfe está el callejón de los pollos muertos, que puede pasarte totalmente desapercibido. Dentro encontrarás paredes cubiertas de grafitis, bares, el Centro de Anna Frank y el museo Otto Weidt, una visita gratuita muy interesante donde aprenderás sobre Otto Weidt, el dueño de un taller para ciegos que empleaba a judíos a quienes también protegía de la deportación. 

Si te gusta el arte urbano, puedes unirte a este tour de arte callejero.

Un buen lugar para comenzar la visita de este barrio es Hackescher Markt, una zona con mucho ambiente y muy popular para ir de fiesta y de compras. 

Para no perderte nada de esta zona tan interesante del centro de Berlín, te aconsejamos que te leas nuestro post sobre el barrio judío.

Estación de Friedrichstraße, donde los berlineses se despedían entre lágrimas

Terminamos nuestra visita al centro de Berlín en la estación de Friedrichstraße, que, hasta 1990, fue una estación fronteriza entre el Este y el Oeste. 

Con la construcción del Muro en 1961, la estación sufrió varios cambios, pues tuvo que ser dividida en zonas diferentes. El edificio era ahora el hogar de dos estaciones sin contacto directo. 

Hoy puedes visitar el palacio de las lágrimas, llamado así por las tristes despedidas que tenían lugar en él. Este era la sala de facturación para las salidas del Este al Oeste y fue construida tras la edificación del Muro. A diferencia de otros pasos fronterizos, este estaba abierto a todos los viajeros. Ahora alberga una exposición gratuita donde puedes aprender sobre la vida en la RDA y el proceso de unificación.

En esta zona hay también varios teatros y salas de espectáculos como el Friedrichstadtpalast, el Admiralspalast o el  Berlin Ensemble, uno de los teatros más famosos de la capital alemana, cuyo fundador fue Bertolt Brecht.

El distrito de Mitte lo forman también barrios que están algo más alejados del centro histórico de la ciudad. Este es el caso de Wedding, un barrio tradicional de clase trabajadora, donde se asentaron numerosos inmigrantes debido a las viviendas económicas disponibles. Este guarda visitas muy interesantes.

Berliner Unterwelten: donde aprender sobre los secretos que guarda Berlín bajo sus calles 

Berliner Unterwelten es una asociación sin ánimo de lucro que se encarga de conservar y dar a conocer las estructuras que se encuentran bajo el suelo de Berlín. Su sede se encuentra en un antiguo búnker en Gesundbrunnen. Aquí puedes visitar también las exhibiciones que han organizado, como la que trata sobre los planes urbanísticos que Hitler tenía para Berlín o sobre las instalaciones subterráneas de la ciudad.

Te recomendamos que hagas alguna de las visitas guiadas que ofrecen, que además las hacen en varios idiomas, entre ellos el español. Puedes elegir entre búnkeres con distintas funciones, instalaciones antiaéreas, túneles, refugios nucleares o túneles de escape de la RDA. Nosotros visitamos un refugio nuclear y nos quedamos con ganas de hacerlos todos. 

Calle Bernauer, donde aprender sobre el Muro de Berlín

Y es que aquí se encuentra el Monumento conmemorativo al Muro de Berlín, que recuerda la división de la ciudad y a las víctimas del Muro. Este se extiende alrededor de kilómetro y medio a lo largo de la antigua franja fronteriza, donde se ha reconstruido una sección del Muro de unos 70 metros de largo con todas sus instalaciones fronterizas y elementos de bloqueo tal y como se encontraba antes de la caída. 

Puedes encontrar información sobre la división de la ciudad en dos sitios del memorial. Una parte está al aire libre, en la antigua zona Este. La otra está en el Centro de Documentación, situado en lo que antes era Berlín Oeste. Aquí se cuenta toda la historia del Muro, desde el periodo anterior a su construcción hasta su caída. Y desde su torre de observación puedes tener una buena visión de la instalación fronteriza reconstruida. 

La calle Bernauer es un lugar donde la realidad que se vivió tras la construcción del Muro parece ficción. La situación fronteriza de la calle hizo que las casas del lado sur estuviesen en el sector soviético, pero la acera perteneciese al sector francés. Por lo tanto, las casas de cada lado pertenecían a diferentes sistemas políticos. Por eso, cuando empezó a levantarse el muro, algunos vecinos intentaron escapar saltando desde las ventanas de los edificios, aunque esto supusiera en alguno de los casos morir en el intento. Poco a poco, las ventanas de los diferentes niveles se fueron tapiando. Y, al final, los edificios acabaron demoliéndose en la década de 1960. Algunos cimientos de estos edificios, que acabaron formando parte del Muro, pueden verse hoy en el memorial. 

En esta calle se llevaron a cabo muchos intentos de huida. Una imagen muy conocida es la del soldado de la RDA que saltó la alambrada a Berlín Occidental dos días después del cierre de la frontera. Además, aquí se construyeron varios túneles de escape, cuyo trazado puedes ver marcado en el suelo, además del antiguo curso del muro y algunos intentos de huida. El túnel 57, llamado así por el número de personas que logró escapar por él, fue , con 145 metros y una profundidad de 12 metros, el más largo y profundo de los construidos. 

También la iglesia de la Reconciliación, de finales del s. XIX, fue víctima del Muro, pues al quedar en tierra de nadie sus feligreses no podían llegar hasta ella. Así que se demolió en 1985. Ahora, en su antiguo lugar está, desde el año 2000, la Capilla de la Reconciliación, que guarda recuerdos de la antigua Iglesia. Además, en ella se conmemora a una víctima del Muro de martes a viernes a las 12 del mediodía. En la Ventana Conmemorativa también se recuerda a las víctimas del Muro.

Para terminar la visita puedes ir a la estación de S-Bahn de Nordbahnhof, donde hay una exposición de las instalaciones de seguridad fronteriza de la RDA en las estaciones de tren.

El parque del Muro, el place to be los domingos

Si quieres seguir visitando lugares relacionados con el Muro, puedes ir al Mauerpark, el parque del Muro, que está cerca de Bernauer straße. Este es un lugar perfecto para visitar los domingos, pues se organiza un gran mercadillo y un karaoke al aire libre, donde puedes poner en práctica tus dotes de cantante.

El parque se llama así porque se encuentra en la antigua franja del Muro. En su parte superior hay una sección de este, donde seguro que encuentras a alguien pintando sobre él. 

Plötzensee, el último lugar para muchos luchadores de la Resistencia

El Plötzensee es un pequeño lago donde puedes bañarte en la playita que han montado. Aquí se encuentra, además, el Centro Conmemorativo de la prisión de Plötzensee. En esta, durante el Nacionalsocialismo, más de 2800 personas fueron ejecutadas, muchas de los cuales eran personas contrarias al Régimen, incluidos participantes en el golpe de estado fallido del 20 de julio de 1944 o miembros de grupos de la resistencia, como el circulo Kreisau o la Orquesta Roja.  

Berlín es una ciudad muy grande y aunque puedes conocerla fácilmente andando y usando el transporte público, la bicicleta es un buen modo para moverte por ella. Puedes alquilar una bicicleta o también puedes unirte a este Tour en bicicleta por Berlín. Y, por supuesto, Berlín tiene también el típico autobús turístico que hace paradas en los lugares más importantes y que te permite conocer la ciudad cómodamente. Y si lo que quieres es verla desde el agua, puedes hacer este tour en kayak.

Aquí te dejamos el mapa con los lugares de los que hemos hablado, para que te resulte un poco más fácil orientarte.

Mapa con los lugares más interesantes de Berlín centro

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Nos gusta mucho sacar fotografías en nuestros viajes. Para ello llevamos la cámara Nikon D3400 con objetivo Tamron 18-200. En los viajes largos llevamos también nuestra antigua cámara, la Canon Powershot G5x, por si tenemos problemas con la primera. Además, esta sigue siendo nuestra primera opción si vamos a la montaña, pues es pequeña y ligera. Siempre llevamos varias tarjetas de memoria. La mochila que usamos para llevar las cámaras es esta.

Nuestra guías favoritas para preparar nuestro viajes son la DK y la Lonely Planet. Además nos encantan los libros de Kunth, que siempre proponen muy buenas rutas y las fotos invitan a viajar. El problema es que son en alemán.

2 comentarios en “Qué ver en Mitte, el corazón de Berlín”

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