Tras la Guerra de los Treinta Años, Rothenburg perdió importancia y se detuvo su crecimiento, quedándose dormida cual Bella Durmiente. Fue despertada por los visitantes, que querían conocer este prototipo de ciudad medieval. Y es que Rothenburg guarda dentro de sus murallas un tesoro que ha sabido recuperarse de muchas vicisitudes, muchas veces a fuerza de orgullo, y si no, que se lo digan al alcalde Nusch ¿Nos acompañas?
Rothenburg ob der Tauber es, probablemente, la ciudad de pequeño tamaño más famosa de Alemania. Esto trae consigo aspectos positivos y negativos.
Por un lado, si es tan conocida, es porque es una auténtica joya medieval y pasear por sus calles es retroceder en el tiempo.
Por otro lado, su fama hace que todos quieran conocerla. Eso sí, su casco histórico no es tan pequeño y, si te alejas de sus rincones más famosos o recorres algunas rutas de los alrededores, no te encontrarás con tanta gente.
Además, Rothenburg pertenece a la Ruta Romántica, un camino de unos 500 km que une Würzburg y Füssen a través de pueblos medievales, ciudades históricas y paisajes alpinos, así como a la Ruta de los Castillos o Burgenstraße, que, en unos 1200 km, te permite conocer un gran número de fortalezas repartidas entre Mannheim y Praga.
En este post vamos a contarte qué ver en Rothenburg ob der Tauber y para ayudarte a conocer sus alrededores te recomendamos leer:
– Las ciudades y pueblos más bonitos de Baviera
– Las mejores excursiones desde Múnich
– Lugares curiosos que ver en Múnich
Índice
Dónde está Rothenburg ob der Tauber
Un detalle importante a saber es que hay cuatro Rothenburg en Alemania. Nuestro protagonista es Rothenburg sobre el Tauber, que es el rio que atraviesa el valle a los pies de la ciudad, y está en el sur de Alemania, al noroeste de Baviera, en la región de Franconia Media.
Las ciudades más grandes cercanas a ella son, Würzburg a unos 55 km, Núremberg a unos 80 km, Stuttgart a unos 150 km, Frankfurt a unos 175 km y Múnich a unos 225 km.
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También puedes llegar en tren desde otra ciudad alemana. Así, para consultar rutas, horarios y precios lo mejor es que entres en la página de la compañía de trenes Deutsche Bahn. Por ejemplo, una buena opción es adquirir el Bayern Ticket, que te permite tomar a lo largo de un día todos los trenes que quieras dentro de Baviera y es válido para un máximo de 5 personas.
Asimismo, puedes visitar Rothenburg uniéndote a una excursión organizada, que, además, suelen incluir otros puntos de interés de los alrededores:
– Excursión a Rothenburg desde Múnich junto a Nördlingen o Rothenburg desde Múnich junto al castillo de Harburg
– Visita a Rothenburg desde Núremberg
– Conoce Rothenburg desde Frankfurt
– Tour por Rothenburg desde Würzburg con cata de vino
Por el contrario, si llegas en coche, es importante saber dónde aparcar. Así, lo más recomendable es dejarlo en uno de los parkings, de P1 a P5, que rodean las murallas y que son de pago entre las 9:00 y las 18:00. La última vez que estuvimos la tarifa era de 1, 10€ por hora, siendo 5,50€ el precio por día. En alguno también puedes aparcar caravanas.
Cuánto tiempo necesitas para conocer los lugares que ver en Rothenburg ob der Tauber
El casco histórico de Rothenburg lo puedes conocer en unas 3 horas si vas a buen ritmo. Sin embargo, te recomendamos estar, al menos, medio día para poder pasear tranquilamente por sus murallas, entrar en la iglesia de Santiago, perderse por sus calles y sentir que ya es Navidad en la tienda de Käthe Wohlfahrt.
Si vas a dedicarle más tiempo, te aconsejamos hacer alguna de las rutas que rodean la ciudad. Así, conocerás sus viñedos, los molinos del valle del Tauber o la obra de arte que esconde el pequeño pueblo de Detwang.
Eso sí, lo mejor es que visites Rothenburg entre semana y, o pronto por la mañana, o al final de la tarde, cuando los visitantes ya se están yendo y puedes pasear sin tanto jaleo por sus calles.
Si decides visitar la ciudad por la tarde, en Rothenburg hay mucha oferta hotelera. Nosotros nos quedamos a dormir en las afueras, por eso de que salía más económico que dentro de las murallas.
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Cuál es la mejor época para visitar Rothenburg
Cualquier época es buena para visitar Rothenburg, quitando los meses de enero y febrero, donde los días son cortos y las temperaturas bajas.
En primavera-verano la ciudad está decorada con flores y las cerveceras al aire libre y las terrazas crean un muy buen ambiente.
En otoño los colores cambiantes de las hojas dan un encanto especial a la ciudad y crea rincones difíciles de olvidar.
A finales de noviembre – diciembre Rothenburg se engalana para recibir a la navidad y se organiza un mercado que atrae a muchos visitantes, pero que a nosotros nos decepcionó un poco.
Si te gustan los mercados de navidad, te recomendamos leer los mercados de navidad alemanes más bonitos.
Dónde comer en Rothenburg ob der Tauber
En Rothenburg hay numerosos sitios donde comer y nosotros hemos probado varios. Así, si quieres un restaurante de comida tradicional, puedes ir al Gasthof Goldenes Lamm, cuya terraza tiene vistas a la plaza del mercado, al Baumeisterhaus, con un bonito patio de una casa patricia en su interior, o al romantik hotel Markusturm, un elegante restaurante donde elaboran su propia cerveza.
También hemos comido en el restaurante Michelangelo, donde disfrutamos de una rica comida italiana.
Pero vamos, que la ciudad está llena de locales donde puedes comer tranquilamente, tomar algo rápido, beber un café o saborear un helado.
Una cafetería que te recomendamos es el Café Einzigartig, que está cerca de Galgentor, pues es muy acogedora y, si pasas por ella, seguro que quieres entrar.
Sobre qué comer, lo mejor es que te leas nuestro post sobre gastronomía alemana, donde te contamos cuales son los platos más típicos de este país.
Aparte, en Rothenburg hay un dulce típico que vas a ver por todos lados. Este es la Schneeball o bola de nieve, pues es redondeado y está espolvoreado con azúcar glas.
Así, es una masa frita que puede estar envuelta en chocolate u otra cobertura y que puede estar relleno con alguna crema. Antiguamente, se comía en ocasiones especiales, como bodas o bautizos.
Su pinta es muy buena, pero tenemos que decir que a nosotros nos decepcionaron un poco. Por eso, te aconsejamos comprar sólo una para probar y, si te gustan, comprar más.
Historia de Rothenburg ob der Tauber
La historia de Rothenburg comienza alrededor del 970, cuando se funda en el valle del Tauber una parroquia en Detwang.
Más tarde, a principios del S. XI, los condes de Comburg-Rothenburg construyeron un castillo cerca del actual Spitalhof. Sin embargo, la estirpe de esta familia se extinguió a principios del S. XII y la ciudad pasó a manos de la poderosa familia Staufer, que construyó un castillo en un espolón sobre el Tauber, donde hoy están los jardines del castillo.
A su alrededor se desarrolló un asentamiento, que, en 1274, se convirtió en ciudad imperial, título que mantuvo hasta principios del S. XIX. Rothenburg fue creciendo y vivió su periodo de mayor esplendor en los siglos XIV y XV.
Sin embargo, a mediados del S. XVI empezó a perder poder político y, durante la Guerra de los Treinta Años, la ciudad se arruinó y su población quedó diezmada, frenándose su desarrollo y manteniendo su aire medieval.
A mediados del S. XIX, varios artistas la redescubrieran y Rothenburg se convirtió en un famoso destino turístico.
Durante la II Guerra Mundial, la ciudad sufrió un ataque aéreo que dejó más de 39 víctimas y dañó cerca del 45% de la parte amurallada de la ciudad.
La parte afectada fue la parte oriental, que era la zona más joven del casco antiguo. En ella, los edificios más importantes fueron reconstruidos en base a su aspecto anterior a la Guerra.
Leyenda de la Meistertrunk, el trago maestro
Durante la Guerra de los Treinta Años, la ciudad no fue destruida y la razón por la cual salió indemne dio lugar a una leyenda que constituye una de las fiestas más importantes de la ciudad desde 1881: la Meistertrunk, que se celebra cada año en Pentecostés.
Así, en octubre de 1631, las fuerzas imperiales de la ciudad se rindieron a los suecos, que la ocuparon. El general del ejército imperial, Tilly, acudió a Rothenburg, cercó la ciudad y salió victorioso.
Cuenta la leyenda que Tilly quería matar al concejal y destruir Rothenburg, pero antes, le invitaron a beber el vino local en un gran vaso de 3,25l.
Ablandado, prometió que perdonaría a la ciudad si alguien era capaz de beber de un solo trago todo el contenido del vaso. Fue el entonces alcalde Georg Nusch quien logró tal hazaña y Tilly no tuvo más remedio que cumplir su palabra.
Qué ver en Rothenburg ob der Tauber
La ciudad ha conservado gran parte de su casco medieval y es muy interesante dar un paseo por sus calles, callejones y plazas, así como rodear su muralla, que está muy bien conservada.
De hecho, antes de llegar a Rothenburg, cuando ya estés cerca, abre bien los ojos, porque enseguida aparecerá ante ti su impresionante sistema defensivo con más de 40 torres.
Por eso, tu visita comenzará atravesando una de sus seis puertas de entrada: la Klingentor en el norte, la Galgentor/Würzburger Tor en el noreste, la Rödertor al este, la Spitaltor y la Kobolzellertor al sur, o la Burgtor al oeste.
Empecemos hablando de su muralla…
Rothenburg estuvo fortificada desde finales del S. XII.
Así, alrededor de 1172, se construyó su primera muralla, de la que se conservan dos de sus cuatro entradas, la Torre Blanca y la torre Markus con el arco Röder, que es uno de los rincones más famosos que ver en Rothenburg ob der Tauber.
Hacia 1300, la ciudad prosperó y se expandió, por lo que se construyó una segunda línea de defensa, que está muy bien conservada y mide unos 4 kilómetros.
De hecho, uno de los atractivos de Rothenburg es recorrer su paseo de guardia, que es accesible en varios puntos y te hace sentir como un soldado protegiendo la ciudad con unas vistas preciosas sobre los tejados.
Durante este paseo, verás en las paredes de la murallas placas con los nombres de las personas que han donado dinero para su conservación. Si quieres aparecer, tendrás que donar, al menos, 1200 €.
Aparte, puedes conocer este sistema defensivo recorriendo el camino de las torres o Rothenburger Turmweg, que, a lo largo de 22 etapas recorre las distintas torres de la ciudad informando sobre la historia de las murallas, la función de cada torre o el por qué de sus nombres.
De entre todas sus torres vamos a destacar la torre Röder, pues puedes subir a ella para disfrutar de una preciosa vista panorámica de Rothenburg. Además, en su interior hay una pequeña exposición sobre los daños sufridos por la ciudad durante el ataque aéreo de 1945. Es más, esta torre tuvo que ser reconstruida tras este bombardeo.
La torre abre todos los días de 11:00 a 14:00 durante julio y agosto, pero en abril, mayo, septiembre y octubre, sólo festivos y fines de semana. Para avisar de que está abierta cuelgan una bandera de la torre. Su precio en 2024 es de 2,50€ y 1€para los menores de 18 años.
Por cierto, las vistas son a través de ventanas y, aunque creemos que las del mirador del ayuntamiento son algo mejores, estas también merecen mucho la pena.
Perdámonos en sus calles, callejones y plazas…
Plaza del mercado
El centro de la ciudad es la bonita plaza del mercado, que es, sin lugar a dudas, uno de los lugares que tienes que ver en Rotenburg ob der Tauber.
Uno de sus lados pertenece al ayuntamiento. En este se distinguen dos partes, una gótica, de los S. XIII-XV y que sufrió un incendio en 1501, y otra renacentista, construida en el S. XVI. Aparte, las arcadas de estilo barroco fueron añadidas a finales del S. XVII.
Sus escaleras son perfectas para descansar y disfrutar del bullicio de la plaza y de los bonitos edificios que la rodean. De hecho, suelen estar llenas de visitantes.
Además, su torre tiene un mirador a unos 60 metros de altura desde el que puedes disfrutar de una perspectiva increíble de la ciudad fortificada y del valle que la rodea. Eso sí, para subir tendrás que hacer un pequeño esfuerzo, pues hay 220 escaleras y el último tramo es una escalera de mano.
El mirador abre todos los días de 9:30 a 12:30 y de 13:00 a 17:00 de abril a octubre. Sin embargo, en noviembre y de enero a marzo abre sólo sábados y domingos de 12:00 a 15:00. Además, durante el mercado de navidad abre todos los días de 10:30 a 14:00 y de 14:30 a 18:00, los fines de semanas hasta las 19:00. Su precio, a junio de 2024, era de 4€ y 2€ para los menores de 14 años.
En el ayuntamiento también puedes visitar las antiguas mazmorras. La entrada está en el pasaje de la parte gótica y encima de ellas se encuentra el museo sobre la historia de la ciudad durante la Guerra de los Treinta Años.
Si quieres conocer más ayuntamientos impresionantes como este, puedes leer los ayuntamientos más bonitos de Alemania.
Aparte, en la plaza está la oficina de turismo en el bonito edificio barroco de la antigua taberna de los Concejales. En uno de sus tres relojes se recuerda, a las horas en punto entre las 10:00 y las 22:00, la leyenda de la Meistertrunk.
Además, en una de las esquinas de la plaza está la fuente de San Jorge, que es del S. XV y tiene 8 metros de profundidad y un volumen de 100.000 litros.
Detrás de ella, está la casa de la Carne y del Baile, que tiene una hermosa fachada de entramado de madera y que aloja en la planta baja una sala de exposiciones. El nombre viene del hecho de que los carniceros vendían su producto en los bajos del edificio, mientras que en el piso superior se organizaban fiestas.
A su lado llama la atención la bonita casa de entramado de la farmacia de María del S. XV.
Vamos a utilizar la plaza del mercado como punto de inicio para conocer las diferentes áreas del casco histórico de Rothenburg.
Zona Oeste: Käthe Wohlfahrt y jardines del castillo
Comenzamos explorando su parte oeste. Para ello tomamos la Herrngasse o callejón de los señores, que era el antiguo boulevard de Rothenburg, donde verás las casas de las antiguas familias ricas de la ciudad.
Al inicio de la calle está la tienda de Käthe Wohlfahrt, que es una empresa tradicional alemana de artículos navideños. Aunque tiene más tiendas por el país, esta es la más especial y se ha convertido en uno de los lugares que ver en Rothenburg ob der Tauber.
Y es que entrar en ella es volver a la Navidad, independientemente de que fuera brille el sol y vayas en tirantes. Los numerosos artículos navideños, un árbol de navidad de 5 metros de altura, un enorme belén y la réplica de un mercado navideño te envolverán y te harán olvidar en que estación te encuentras.
Además, aquí puedes ver la decoración tradicional alemana, con adornos en madera, cascanueces, lámparas que la gente pone en las ventanas y los belenes pirámide que dan vueltas. Asimismo, dentro hay un museo, que muestra tradiciones y artículos navideños de diferentes épocas.
Si la tienda está llena de gente, hay varias por la ciudad que también son de temática navideña.
Continuando por la Herrngasse, llegarás a la iglesia de los Franciscanos, que fue construida en el S. XIII como la iglesia de un monasterio disuelto tras las Reforma. En su interior puedes ver el altar de San Francisco, atribuido a Tilmann Riemenschneider, y un biombo de madera original que servía para separar a los monjes de las personas laicas durante las celebraciones.
Como curiosidad, el Papa Francisco aprendió alemán en el instituto Goethe de Rothenburg, que estaba al lado de esta iglesia. Un panel recuerda este hecho en el jardín, así como en la casa en la que vivió en Judengasse 27. Además, en el número 18 de la Herrngasse, verás la casa patricia conservada más antigua de la ciudad. Data del S. XII y pertenece a la familia von Staudt.
La calle termina en la puerta del Castillo, que es la torre de entrada más alta de las fortificaciones.
Sin embargo, a pesar de su nombre, aquí ya no hay ningún castillo. Lo que encontrarás al cruzar esta puerta fortificada, donde hay una máscara por cuya boca se podía lanzar brea contra los enemigos, son los jardines del Castillo, donde estaba la antigua fortaleza imperial del S. XII y de la que sólo queda la capilla de San Blas, que fue reconstruida y tiene frescos en su interior.
Estos jardines son un buen lugar para descansar, pues son uno de los lugares más tranquilos que ver en Rothenburg ob der Tauber. Además, son un mirador perfecto con unas vistas preciosas de la ciudad y del valle del Tauber. Así, desde aquí verás el palacete de Toppler, con su curiosa arquitectura, la iglesia Kobolzeller, el puente doble, y la parte sur de Rothenburg.
Zona Sur: Plönlein y barrio del hospital
Al sur de la plaza del mercado está la calle Obere Schmiedgasse o el callejón superior de la fragua, que está llena de tiendas de recuerdos y de pastelerías que venden las famosas Schneeballen. Y es que esta calle es una de las más transitadas, pues lleva a Plönlein, el rincón más conocido de la ciudad y uno de los lugares que tienes que ver en Rothenburg ob der Tauber.
Además, en ella verás también bellos edificios, siendo el más llamativo la Baumeisterhaus o casa del maestro de obras, que se encuentra muy cerca de la plaza. Esta data del S. XVI y tiene una preciosa fachada en estilo renacentista decorada con esculturas de las siete virtudes y los siete pecados capitales. A día de hoy, es un restaurante en el que puedes disfrutar de su bonito patio interior.
Muy cerca, está la iglesia de San Juan, que fue construida a finales del S. XIV y su planta superior llegó a ser el granero más grande de la ciudad.
Frente a ella, en el edificio amarillo, residió el alcalde Nutsch, el que, según la leyenda, se bebió 3,25 l de vino de un trago. Y si te preguntas para que sirve la edificación de madera en un lateral de la iglesia, en la calle An der Eich, la respuesta es que era un vivero para mantener el pescado, pues, de este modo, podían tener este alimento durante un asedio.
Por otro lado, en los edificios del antiguo monasterio está el museo criminal medieval, que es bastante famoso y se encuentra entre los más importantes de su tipo en Europa. En él se muestra como se ha desarrollado el derecho penal desde la Edad Media y puedes ver muchos elementos de tortura.
En esta zona, hay también una pequeña plataforma desde donde puedes disfrutar de las vistas de los alrededores y de los viñedos de Rothenburg. De hecho, desde aquí puedes comenzar un camino entre las vides.
Y enseguida llegas a Plönlein, una pequeña plaza donde una fuente, una casa amarilla de entramado de madera y dos torres, componen el rincón más famoso, más visitado y más fotografiado de Rothenburg, que ha servido incluso de inspiración para la película de Walt Disney Pinocho y de escenario de videojuegos y cómics.
Como te puedes imaginar, suele estar lleno de gente sacando fotos.
Plönlein es una bifurcación, por lo que puedes tomar dos caminos:
– Girar a la derecha y cruzar la Kobolzellertor, que lleva al valle del Tauber. Esta entrada fue construida en el S. XIV y antiguamente contaba con 4 puertas.
Si te quieres alejar del barullo, toma este camino para descubrir la pequeña iglesia de Kobolzeller, de finales del S. XV, el puente doble, algunos de los molinos que abundan en el valle o el palacete Toppler, una mansión junto al agua construida en 1388.
Nosotros te recomendamos cruzar esta puerta y subir por sus escaleras para disfrutar de las vistas del valle y de esta estructura defensiva. Desde aquí puedes acceder otra vez al paseo de guardia de la muralla que lleva a conocer el barrio del hospital.
– Seguir recto y cruzar la Siebersturm hacia el barrio del hospital, una zona de la ciudad que a nosotros nos gusta mucho porque es más tranquila. Como su nombre indica, este era el lugar donde antiguamente se cuidaba a pobres y enfermos y surgió alrededor del S. XIII fuera de las murallas. De hecho, fue la última parte de la ciudad en ser protegida por ellas.
Aquí está el Rossmühle, un antiguo molino construido en el S. XVI y que hoy es el albergue juvenil. Es fácil de identificarlo, pues tiene un gran número de ventanas en su tejado.
Este molino fue de gran importancia para la alimentación de los ciudadanos, porque, cuando los que estaban en el valle del Tauber no podían funcionar adecuadamente por guerra o sequía, el grano se molía en el Rossmühle, que iba tirado por 16 caballos.
Este se encuentra junto a la muralla, muy cerca de una de sus torres, la torre Kalk, que tiene unas bonitas vistas al centro de la ciudad.
Además, de aquí parte una ruta, el Mühlenweg o camino de los molinos, que pasa por alguno de los más de 50 que están repartidos por el valle.
Otro lugar que ver en este barrio es el Spitalhof o patio del hospital, donde verás la curiosa Hegereiterhaus, que fue construida en 1591 y era el hogar de la persona que administraba el hospital y sus bienes. Aquí también está el Reichstadthalle o Salón de la ciudad imperial y cerca se encuentra la iglesia del Espíritu Santo.
Al final de la calle se encuentra uno de los lugares que ver en Rothenburg ob der Tauber, el Spitalbastei o Bastión del hospital, un poderoso baluarte del S. XVI que es la parte más joven de las murallas y una de las más imponentes.
Zona Este: Torre de San Marcos y casa del Herrero
Para descubrir la parte este de la ciudad desde la plaza del mercado toma la Hafengasse, que lleva a otro de los lugares más fotografiados de la ciudad, la Torre de San Marcos y el arco Röder. Estos fueron construidos alrededor del 1200 y formaban parte de las primeras fortificaciones de la ciudad. De hecho, era una de las cuatro puertas de la primera muralla.
En este rincón que ver en Rothenburg ob der Tauber hay una fuente de piedra que suele estar magníficamente decorada, ya sea con flores o con huevos durante Pascua. Además, es una esquina muy querida por las cigüeñas, que vuelven todos los años a anidar en lo alto de la torre de San Marcos.
Si quieres hacer una pausa en tu recorrido, que sepas que al lado del arco se encuentra el Romantik hotel, que era la antigua aduana y, actualmente, alberga un restaurante donde puedes probar cerveza elaborada en Rothenburg.
Asimismo, de aquí sale la calle Alte Stadtgraben o antiguo foso, que se encontraba frente a la primera muralla y donde puedes visitar una casa de artesanos del S. XIII. Dentro se muestra la vida cotidiana de estas familias durante la Edad Media.
Si sigues de frente por la calle Rödergasse, llegarás a la torre Röder, .que es la que es un mirador. Cruzándola, verás el complejo que la forma, con casetas de vigilancia y aduanas.
Como ya hemos dicho, esta es la zona que sufrió daños durante la II Guerra Mundial y muchos de sus edificios tuvieron que ser reconstruidos. Por ejemplo, la casa del herrero Gerlach, que, hasta 1967, funcionó como herrería.
Gracias a su bella fachada, esta casa se ha convertido en otra de las imágenes más conocidas de la ciudad y en uno de los lugares que ver en Rothenburg ob der Tauber. Por cierto, su escudo con una serpiente coronada fue creado por el propio Gerlach
Zona Norte: Iglesia de Santiago, torre Blanca y San Wolfgang
Al norte de la plaza del mercado está la iglesia de Santiago, que es el templo principal que ver en Rothenburg ob der Tauber.
Iglesia de Santiago
Esta iglesia, que comenzó a construirse a principios del S. XIV y se tardó en completar 173 años, tiene dos torres que vas a ver desde muchos lugares de la ciudad. Estas, aunque parezcan iguales, son asimétricas, pues una de ellas es más esbelta y alta.
Como te has podido imaginar por su nombre, Rothenburg forma parte de uno de los caminos que conduce a Santiago de Compostela y, frente a la puerta principal, verás la escultura de un peregrino.
No te olvides de entrar en ella, pues conserva una obra maestra del importante escultor alemán Tilman Riemenschneider: el retablo de la Santa Sangre, que fue realizado a principios del S. XVI en madera de tilo. Su nombre se refiere a la reliquia que guarda dentro de una cruz de cristal de roca: una gota de la Sangre de Cristo derramada del cáliz de la Última Cena.
Si no te quieres perder ninguno de sus detalles, puedes unirte a uno de los tours por la iglesia que hablan sobre sus características.
Además, en el interior también destaca el altar que presenta una figura hecha por este escultor, el de Ludwig von Toulouse, así como el bonito retablo mayor, que fue realizado por Friedich Herlin y es conocido como el de los 12 Mensajeros.
Este último guarda una sorpresa en su parte trasera, pues, además de imágenes del camino de Santiago, verás la representación más antigua de la plaza del mercado de Rothenburg, donde está la fachada del ayuntamiento anterior al incendio de 1501.
Asimismo, también destacan las vidrieras de la iglesia, donde, en una de ellas, descubrirás la huida del pueblo judío de Egipto con el maná representado con forma de bretzel, el típico pan alemán.
Para entrar en la iglesia hay que pagar una entrada, que, en 2024, costaba 3,50€. Los menores de 12 años entran gratis.
Si dejas la iglesia a la izquierda y tomas la Georgengasse, llegarás a la torre blanca, que fue construida a finales del S. XII como una de las entradas de la primera muralla. En 1945, durante el ataque aéreo, fue incendiada y tuvo que ser reconstruida.
Alrededor de 1400, se construyó junto a la torre un salón de baile judío. En recuerdo a esta comunidad hay un pequeño jardín con réplicas de lápidas del S. XIV y una placa conmemorativa.
Al fondo, verás la Galgentor o puerta del patíbulo, llamada así porque era el antiguo camino a la horca. De hecho, en el pavimento frente a la puerta está representada una horca.
Si por el contrario dejas la iglesia de Santiago a la derecha, enseguida llegarás a un rincón muy bonito que ver en Rothenburg ob der Tauber, donde está el antiguo convento de las dominicas, que fue fundado a mediados del S. XIII y disuelto tras la Reforma en el S. XVI.
Hoy en día, alberga el Museo de Rothenburg, que alberga exposiciones sobre la historia de la ciudad y donde verás muebles antiguos, un gran número de armas, esculturas originales de la ciudad y los paneles pictóricos del S. XV que representan la Pasión de Cristo de la iglesia Franciscana.
Además, en uno de sus patios está el teatro Toppler, donde se representan obras al aire libre en verano.
Al lado del convento están los jardines del monasterio, que solía ser el lugar donde las monjas plantaban sus hierbas medicinales. Puedes entrar en ellos de abril a octubre y pasear por esta zona rodeada por las murallas.
Si pasas por debajo del arco de la iglesia de Santiago, llegarás a la Klingengasse, que tiene rincones muy bonitos y te lleva a la puerta Klingen, cuya torre se usó como depósito de agua hasta el S. XIX y donde verás el antiguo foso, que se usó también como abrevadero de caballos.
Detrás de la puerta está la iglesia de San Wolfgang, construida a finales del S. XV en estilo gótico tardío y que forma parte de las fortificaciones. Así, además de ser un lugar de oración, tiene carácter defensivo y presenta aspilleras y túneles subterráneos o casamatas, que puedes recorrer si la visitas. La entrada es de pago.
Además, en el interior hay una pequeña exposición de la asociación histórica de la Danza de Pastores sobre la importancia de la lana y las ovejas durante la edad media en Rothenburg.
De la Klingengasse sale la Judengasse o callejón de los judíos, que fue el segundo barrio donde residió esta comunidad. El primero se encuentra en la plaza Kapellen, cerca de la plaza del mercado.
Conociendo sus alrededores
Si el camino por la ciudad te ha sabido a poco o te sientes superado por la cantidad de visitantes, siempre puedes recorrer alguna de las muchas rutas que llevan a descubrir sus alrededores.
Así, hay 13 senderos señalizados que ofrecen unas vistas preciosas de la ciudad amurallada sobre el rio Tauber. Esta es la información sobre las rutas que puedes hacer.
Nosotros, por ejemplo, recorrimos la número 6 saliendo de la puerta del hospital y disfrutamos de unas buenas vistas panorámicas de Rothenburg desde la parte occidental del valle. Al hacerla en mayo, vimos los campos de colza en todo su esplendor, esto es, de un color amarillo precioso.
Además, pasamos por el Wildbad, un edificio a la orilla del rio de aire romántico, que fue construido a finales del S. XIX como balneario. Hoy es un centro de conferencias y se puede dormir aquí.
También vimos algunos de los muchos molinos de la zona y nos sorprendió una explanada, donde, desde 2008, el ayuntamiento regala a cada pareja que se casa en la ciudad un árbol frutal.
Al llegar al puente de Barbaroja, nos desviamos al pequeño pueblo de Detwang, al que puedes llegar también en unos 20 min desde los jardines del castillo, pues está a unos 2 km de Rothenburg.
En Detwang se encuentra el origen de la ciudad, pues esta localidad fue mencionada por primera vez en el S. X.
Aquí merece la pena que entres en la iglesia románica de San Pedro y San Pablo, que fue fundada en el S. X, pues su interior es muy bonito, con pinturas murales y un retablo de madera atribuido a Tilman Riemenschneider.
Otro camino del que ya hemos escrito es el Mühlenweg o camino de los molinos, donde pasas por algunos de los molinos que están en el Tauber. Muchos de ellos son de propiedad privada y otros sirven como pensiones. Antiguamente, 17 molinos abastecían a la ciudad.
Además, recorriendo los alrededores puedes ver el palacete de Toppler, del S. XIV. Nosotros no hemos entrado, pero hemos leído que está amueblado con piezas de los siglos XVI al XIX y que puedes visitarlo contactando con su propietaria.
También puedes pasar por el puente doble, cuyos orígenes se remontan al S. XIV y que recuerda a un viaducto romano. Este sirvió de aduana en una ruta comercial y desde aquí tienes muy buenas vistas de la ciudad.
Asimismo, de primavera a mediados de octubre hay una cervecera al aire libre a la orilla del rio, se llama Unter den Linden y es un buen lugar para tomarse algo.
Mapa con los lugares que ver en Rothenburg ob der Tauber
- 1. Plaza del mercado
- 2. Iglesia de Santiago
- 3. Tienda de Navidad Käthe Wohlfahrt
- 4. Iglesia de los Franciscanos
- 5. Puerta del castillo y jardines
- 6. Casa Baumeister
- 7. Museo del Crimen e iglesia de San Juan
- 8. Plönlein
- 9. Molino de Ross
- 10. Patio del hospital
- 11. Bastión del hospital
- 12. Torre de Marcos y arco Röder
- 13. Torre Röder
- 14. Casa del herrero Gerlach
- 15. Torre Blanca
- 16. Torre del Patíbulo
- 17. Museo de Rothenburg
- 18. Puerta Klingen y San Wolfgang
Fiestas en Rothenburg
En Rothenburg se organizan un gran número de festivales y esta es la información sobre sus eventos más importantes.
– Festival histórico Meistertrunk, que se celebra en Pentecostés, es decir, a finales de mayo principios de junio, y dura un fin de semana. Durante este se recrean los hechos de la Guerra de los Treinta Años, con desfiles y representaciones teatrales, y desde 2014 forma parte de la lista de bienes patrimoniales inmateriales reconocida por la Unesco. Eso sí, si vienes durante esta fiesta, tendrás que pagar entrada para entrar a la ciudad.
– Teatro Toppler: durante los meses de verano se hacen representaciones en el teatro al aire libre del convento de las Dominicas.
– Festival del valle del Tauber, que se celebra en agosto con conciertos de rock y hip-hop. Artistas como Pink, IggyPop o Placebo han actuado aquí.
– Festival de la ciudad imperial, Reichstadt Festtage: el primer fin de semana de septiembre la ciudad se transporta a la Edad Media y se reviven los tiempos de más prosperidad para la ciudad.
– Cuentos de hadas de Rothenburg, Rothenburger Märchenzauber. Se organiza durante 15 días de septiembre y hay diversos eventos alrededor de los cuentos, visitas guiadas, teatro, conciertos…
– Mercado de Navidad, Reiterlesmarkt, que abre desde el viernes anterior al primer domingo de adviento hasta el 23 de diciembre.
Y si te interesa conocer más pueblos alemanes capaces de transportarte a la Edad Media o a los cuentos de hadas, aquí te dejamos algunas recomendaciones:
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Que pedazo artículo sobre Rothenburg ob der Tauber! 😉 Nuestras felicitaciones! hemos estado un par de veces y que lástima no tener este artículo a mano, muy buenas recomendaciones! Saludos! 🙋♂️🙋♀️
Muchísimas gracias. Rothenburg nos encanta y tenemos la suerte de no vivir muy lejos, por lo que vamos de vez en cuando.