Núremberg tiene una larga historia en la que ha sido una ciudad floreciente y de gran importancia durante el Sacro Imperio Romano Germánico, la cuna de grandes artistas, la sede de los mítines del partido nazi, una de las ciudades alemanas más devastadas tras la II Guerra mundial, la sede de los juicios contra los criminales de guerra de la dictadura nacionalsocialista y una de las ciudades más importantes de Baviera. Un paseo por su casco histórico te llevará a descubrir un castillo imperial, impresionantes iglesias, callejones llenos de encanto, interesantes museos, una ciudad subterránea y una rica gastronomía que puedes acompañar con buen vino o buena cerveza local ¿Nos acompañas?
Núremberg es una escapada perfecta, ya sea como excursión desde Múnich o aprovechando su aeropuerto. El casco antiguo tiene mucho que ofrecer, edificios que han sido protagonistas de momentos clave de la historia, un paseo por sus puentes que te hará sentir en un cuento y un subsuelo donde se ha almacenado cerveza, protegido obras de arte o servido de refugio a sus habitantes. Además, Núremberg tiene una gran variedad de museos, donde todo el mundo puede encontrar algo de su interés. Si te cansas, siempre puedes sentarte en alguno de sus restaurantes a probar sus platos típicos y beber su rica cerveza y vino.
En este post te contamos todo lo que necesitas saber para disfrutar al máximo tu estancia en Núremberg.
Índice
Dónde está Núremberg
La ciudad se encuentra en el sur de Alemania, al norte del estado de Baviera y en la región de Franconia Media. Es la segunda ciudad más grande de este estado, por detrás de la capital, Múnich.
Las ciudades de más tamaño cercanas a Núremberg son, Ingolstadt a unos 95 km; Würzburg, a unos 110 km; Augsburg, a unos 150 km y Múnich, a unos 170 km.
Si has llegado hasta aquí, igual estás organizando un viaje por esta parte de Alemania. Por eso podrían serte de utilidad algunos de nuestros posts anteriores:
– Las ciudades y pueblos más bonitos de Baviera
– Las mejores excursiones desde Múnich
– Los castillos mas bonitos al sur de Alemania
Cómo llegar a Núremberg
El aeropuerto de Alberto Durero se encuentra a 7 km del centro de la ciudad.
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– Para llegar al centro de la ciudad desde el aeropuerto puedes usar el metro, U-bahn.
La línea U2 llega en unos 13 min al centro. El ticket sencillo cuesta unos 3 € y la frecuencia de trenes es de 10 min. Si quieres llegar a la feria de muestras, tienes que cambiar a la línea U1 en la estación central. El trayecto dura unos 20 min.
– También puedes llegar en autobús, con las líneas 30 y 33. La parada se encuentra frente a la T1. Hay un autobús nocturno, el N12, para las noches de viernes, sábado y las anteriores a festivo.
– El viaje en taxi al centro de la ciudad cuesta unos 20 €. A la feria de muestras cuesta unos 30€.
– También puedes reservar un traslado privado en Núremberg, con lo que alguien te estará esperando en el aeropuerto y te llevará a donde necesites.
Además, el aeropuerto de mayor tamaño cercano a la ciudad es el de Múnich. De hecho, Núremberg es una excursión perfecta para hacer desde la capital de Baviera.
En tren
Si te encuentras en alguna ciudad cercana a Núremberg, una buena manera de llegar hasta aquí es el tren. Por ejemplo, el trayecto desde Múnich dura poco más de 1 hora, si eliges el de alta velocidad (ICE), o 1h 45 min si tomas un tren regional, que es más económico.
Los tickets puedes comprarlos en las máquinas rojas o de manera online desde la página de la Deutsche Bahn. En su página puedes consultar todas las rutas, horarios y precios. Una buena opción para conocer esta región es adquirir el Bayern ticket, un billete que te permite usar a lo largo de un día todos los trenes que quieras dentro de Baviera. Es válido para un máximo de 5 personas.
Te recomendamos mirar antes de cada viaje la página de la compañía, porque a veces hay tramos en obras que modifican los horarios y rutas.
Con una visita organizada
También puedes llegar en una excursión desde Múnich a Núremberg, que incluye una visita guiada por la ciudad.
Si vas a llegar en coche, es importante que sepas dónde aparcar. En esta página encontrarás información sobre los parkings de la ciudad, con sus características y el numero actual de plazas libres.
En coche
Si vas a viajar en coche por Alemania, te recomendamos leer consejos para conducir por las carreteras alemanas.
Dónde dormir en Núremberg
En la ciudad hay mucha oferta hotelera. La última vez que la visitamos, nos quedamos a dormir en las afueras, en la localidad vecina de Fürth, pues decidimos ir con muy poca antelación y los hoteles de la ciudad estaban al completo debido a una feria. Lo mejor sería quedarse a dormir dentro de las murallas, al ser la zona más interesante y donde hay un gran número de bares y restaurantes.
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Cuál es la mejor época para visitar Núremberg
Cualquier momento es bueno para visitar Núremberg, quitando los meses de enero y febrero, donde los días son cortos y las temperaturas bajas. Ten en cuenta que en Baviera suele nevar. Además en temporada baja algunos museos y jardines están cerrados y algunas fuentes están tapadas para protegerlas de la congelación.
En primavera-verano la ciudad está decorada con flores y el tiempo es perfecto para sentarse en las terrazas y disfrutar del buen ambiente de la ciudad. Pascua es un buen momento para viajar a Alemania, pues las tiendas y algunos lugares de la ciudad se decoran con huevos y motivos típicos de esta época.
En otoño los colores cambiantes de las hojas dan un ambiente especial a la ciudad y crean rincones difíciles de olvidar. Además, el tiempo suele ser suave.
A finales de noviembre – diciembre, Núremberg se engalana para recibir la navidad y se organiza un mercado que atrae a muchos visitantes. Es más, es uno de los más antiguos y más conocidos de Alemania. A nosotros nos gusta mucho, aunque esté lleno de visitantes
Si te gustan los mercados de navidad, te puede interesar nuestro post con los mercados de navidad más bonitos de Alemania, entre los que se encuentra el de Núremberg
Qué comer en Núremberg
Baviera es un estado con sabrosos platos tradicionales y Núremberg es una ciudad con una amplia oferta gastronómica. Si no te apetece probar la comida alemana, no te preocupes, vas a encontrar un gran número de restaurantes internacionales.
Nosotros probamos el restaurante Bratwurstglöcklein im Handwerkerhof, un restaurante con decoración típica de la zona y en un rincón encantador de la ciudad. No nos sentamos a comer, aunque el ambiente era muy bueno, sólo pedimos los típicos bocadillos de la zona con las salchichas de Núremberg. Estaba muy bueno.
Cenamos en el restaurante del Hospital del Espíritu Santo, donde puedes probar el vino de la zona. Es un restaurante alemán decorado con mucho gusto y donde la comida está rica. Es bastante amplio, por lo que encontrar mesa puede resultar algo más fácil que en otros. Nosotros llegamos después de no encontrar sitio, un sábado a las 18:30, en otros restaurantes de la zona.
Otro restaurante que probamos fue el Hausbrauerei Altstadthof, que es una cervecera alemana con platos típicos de Franconia. La comida nos gustó, pero por lo que lo recomendamos es por su cerveza. Nosotros probamos la cata de cerveza, que incluía la famosa cerveza roja de Núremberg. También producen whisky.
Nos quedamos con ganas de probar el restaurante de enfrente, el Hütt´n, que nos lo recomendó el guía del free tour que hicimos, pero no nos dio tiempo.
Todos los restaurantes que hemos nombrado son alemanes. Pero vimos muchos con comida internacional. Por ejemplo, si te gusta el ramen, puedes ir al Takumi Nürnberg Sapporo ramen, que es una cadena. Nosotros vamos bastante al de Colonia, porque está muy bueno. Siempre que pasamos vimos gente haciendo cola, así que suponemos que este también lo está.
Sobre qué comer te recomendamos leer nuestro post sobre gastronomía alemana. Allí escribimos sobre los platos más típicos de este país, donde no sólo comen salchichas.
Además, Núremberg tiene varios productos muy típicos, que deberías probar en tu viaje a esta ciudad.
– Nürnberger würstchen, salchichitas de Núremberg. Son salchichas de pequeño tamaño, de unos 8 cm y con unos 20-25 g de peso. Por eso siempre se sirven varias. Una opción perfecta de comida rápida y económica son los bocadillos de estas salchichas por unos 3 €. Los encontrarás en muchas partes de la ciudad.
Estas se producen desde hace muchos años, parece que desde el 1300. Y se dice que a Goethe le gustaron tanto que las envió por correo a Weimar. Se acompañan con mostaza o tradicionalmente con rábano picante. También con chucrut o ensalada de patata. Se suelen servir a la brasa, pero también pueden cocerse y entonces al plato se le conoce como Saure Zipfel o Blaue Zipfel, por su color ligeramente azulado.
Existe la denominación de Original Nuremberg Rostbratwurst, en este caso se producen en Núremberg y de acuerdo con una receta específica.
Si quieres saber más sobre este producto, puedes visitar el museo que trata sobre la historia de esta salchicha. Se encuentra en la idílica isla del mercado de las pulgas, en el callejón de la salchicha, Bratwurstgasse.
– Schäufele, paleta de cerdo servido con hueso y corteza. La carne es tierna y la corteza muy crujiente. Su nombre viene por la forma que tiene de pequeña pala. Se suele acompañar con una especia de albóndigas de patata y ensalada de col rizada.
– Nürnberger Lebkuchen, pan de jengibre. El de Núremberg, al tener denominación de origen protegida, tiene que estar producido en el área de la ciudad. Su historia se remonta al S. XII y el primer productor de Lebkuchen en Núremberg se menciona a finales del S. XIV. En el S. XVII, los fabricantes de este producto tenían su propio gremio.
Son una especie de galletas grandes que pueden estar glaseadas con azúcar o recubiertas de chocolate. Las Elisenlebkuchen son las más especiales, pues presentan la más alta calidad, ya que deben de tener al menos 25% de almendras, avellanas o nueces y no pueden llevar más de 10% de harina. Cuenta la leyenda que su nombre viene de la hija de un fabricante de Núremberg, que estaba enferma y se curó gracias a este producto.
Son típicas de Navidad, aunque en Núremberg verás bastantes tiendas centradas sólo en este producto. A veces vienen en bonitas cajas de latón decoradas con imágenes de la ciudad y que nos parecen un bonito recuerdo.
– Cerveza. Si piensas en este país, enseguida te acordarás de la cerveza. Con más de 300 cervecerías, la región de Franconia tiene una de las mayores concentraciones del mundo.
Núremberg ha sido siempre una importante ciudad para la producción de cerveza. Esta se almacenaba bajo tierra en los pasajes que se encuentran bajo la colina del castillo. Una muy típica es la cerveza roja, que se viene produciendo desde principios de la Edad Media. Y, tenemos que decir, está muy rica.
– Vino. Franconia es tierra de cerveza, pero también de vino. Tipos de uvas usadas en esta región son Silvaner, Müller-Thurgau o Bacchus. En general se produce vino blanco y se comercializa en las típicas botellas conocidas como Bocksbeutel.
Una manera de conocer la ciudad y probar la comida tradicional, es hacer una visita autoguiada de Núremberg que incluye paradas culinarias.
Breve historia de Núremberg
Núremberg tiene una historia muy interesante. La ciudad llegó a ser una de las más importantes del Sacro Imperio Romano Germánico, la sede de las concentraciones del partido nazi, quedó reducida a escombros tras la II Guerra Mundial, fue testigo de los Juicios de Núremberg y hoy es una de las ciudades más importantes de Baviera.
Este lugar ya estuvo habitado durante la edad de Bronce, pero no se sabe con exactitud cuándo se fundó Núremberg. La primera mención escrita es del año 1050, con el documento de Sigena, en el que se le concede la libertad a la sierva Sigena de Norenberg.
En la primera mitad del S. XI se construyó un castillo imperial, que le fue concedido a los condes de Raabs a mediados del S. XII. Estos fueron nombrados burgraves. Con el paso de los años se desarrolló un extenso territorio en sus alrededores, que se denominó Burgraviato de Núremberg. Cuando murió sin descendencia el último conde de Raabs, a finales del S. XII, el burgraviato pasó a la familia Hohenzollern.
Núremberg fue visitado con frecuencia por reyes y emperadores hasta mediados del S. XVI. Y en el castillo se celebraban los Reichstage, las Dietas imperiales, reuniones de gran importancia para la estructura administrativa del imperio.
En 1200 recibió los derechos de ciudad y en 1219 se convirtió en una ciudad imperial libre, por lo que los ciudadanos sólo pagaban contribuciones al rey.
En 1356, Carlos IV emitió la Bula de Oro en Núremberg, por la que la elección del rey estaba regulada por siete electores y todo emperador tenía que celebrar su primer Reichstag en Núremberg.
El dominio de los Hohenzollern se expandió por otras tierras. Y al final, el burgrave Federico VI decidió, en 1427, vender su título al Consejo de la Ciudad, para poder dedicarse a sus otros principados. El ayuntamiento pasó a tener la única palabra en la ciudad y el poder pasó a las familias patricias.
En 1423, se le otorgó a la ciudad la custodia de las joyas imperiales. Estas incluían la corona, el orbe, el cetro, la espada imperial, la lanza sagrada y las insignias de coronación.
El poder creciente de Núremberg entró en conflicto con su antigua familia gobernante, los antiguos burgraves, quienes intentaron, sin éxito, recuperar sus derechos durante la Primera Guerra de los Margraves a mediados del S. XV.
Los años entre 1470 y 1530 se consideran el apogeo de la ciudad. Gracias a su buena ubicación, como centro comercial en el corazón de Europa, Núremberg tenía negocios con prácticamente todas las partes del mundo conocidas. En ese momento era una de las ciudades más grandes del Imperio, junto con Colonia y Praga.
Además fue uno de los centros culturales más importantes del Renacimiento al norte de los Alpes, así como del humanismo y la Reforma. Aquí trabajaron importantes artistas como Alberto Durero, el escultor Veit Stoss, o Martin Behaim, quien construyó el primer globo terráqueo.
En 1525, el protestantismo llegó a Núremberg, que se declaró protestante en 1529. Dado que los reyes y emperadores seguían siendo católicos, en 1543 se convocó la última Dieta Imperial en Núremberg.
En 1552, tuvo lugar la Segunda Guerra de los Margraves. Y aunque la ciudad resistió el asedio, esta conllevó enormes gastos, que dieron lugar al final del ascenso de Núremberg.
La Guerra de los Treinta Años, 1618-1648, marcó el declive de Núremberg. Tras esta, la ciudad perdió su posición destacada en el Imperio y acabó muy endeudada.
A finales del siglo XVIII, los estados de Francia, Prusia y Baviera rivalizaban por los territorios de Núremberg. Durante este periodo lleno de incertidumbre, las joyas se pusieron a salvo en Ratisbona y, finalmente, se enviaron a Viena, donde aún hoy se encuentran. En 1806, Nuremberg pasó a formar parte del recién fundado Reino de Baviera.
En el S. XIX, se convirtió en uno de los centros industriales del estado. Aquí se llevaron a cabo grandes logros tecnológicos, como el primer ferrocarril de Alemania. Y una gran cantidad de nuevas empresas la convirtieron en una gran ubicación industrial.
Durante el período nacionalsocialista, Núremberg se convirtió en uno de los lugares más importantes de la propaganda nazi. A partir de 1927 se celebraron aquí los mítines del partido, que utilizaron la simbología de la antigua ciudad imperial y la tradición de las Dietas imperiales. Para estas reuniones, donde llegaron a reunirse hasta 500.000 personas, se erigieron numerosos edificios y algunas estructuras colosales.
Durante el 7º Congreso en 1935, se aprobaron las Leyes de Nuremberg, de carácter racista y antisemita y que son consideradas como el comienzo de la persecución de los judíos.
En 1938, Hitler trajo de vuelta las joyas imperiales desde Viena a Núremberg. Esto era una medida propagandística que hacia ver al régimen como un nuevo Imperio.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Núremberg fue frecuentemente bombardeada. El peor ataque fue el 2 de enero de 1945, que provocó miles de muertes y destruyó el casco antiguo casi por completo.
Aquí se celebraron, de noviembre de 1945 a octubre de 1946, los juicios de Núremberg, donde se juzgaron a los dirigentes y colaboradores del régimen nacionalsocialista por sus crímenes y abusos contra la humanidad. La elección de la ciudad, aparte de por tener un palacio de justicia que había resistido a los bombardeos, fue también simbólica. Allí donde se reunieron y redactaron leyes raciales, allí serían juzgados.
La ciudad se distinguió tras esto como una ciudad de los derechos humanos.
Después de 1945, se comenzó con la reconstrucción de la ciudad y esta recobró parte de su esplendor. Su antiguo espíritu empresarial pronto se hizo sentir y grandes empresas como Siemens, AEG o Triumph-Adler jugaron un papel importante en el milagro económico alemán.
A día de hoy es un importante destino turístico y es considerada una de las ciudades más bonitas del país.
Qué ver y hacer en Núremberg
El casco histórico de la ciudad está dividido por el río Pegnitz y ha mantenido su antiguo entramado de calles. Este se puede conocer, a buen ritmo, en medio día. Pero si quieres visitar alguno de sus muchos e interesantes museos o descubrir sus alrededores, te recomendamos pasar, al menos, un día.
Si vas a estar un par de días y piensas visitar alguna de sus atracciones, puede que te interese echarle un ojo a la Núremberg Card, que incluye la entrada a las principales atracciones, el transporte público y descuentos en algunas actividades.
Una buena idea es comenzar la ciudad participando en un free tour por Núremberg, que te permite conocer los lugares imprescindibles del casco histórico. Nosotros lo hicimos y nos permitió descubrir un montón de detalles que se nos hubieran pasado por alto. Además, el guía nos dio muy buenas recomendaciones de lugares a visitar y de dónde comer.
Si sois un grupo, igual os interesa este tour privado por Núremberg.
También puedes visitar los principales lugares en un autobús turístico por Núremberg, que va parando en cada uno de ellos. Y si no dispones de mucho tiempo, puedes hacer un recorrido en tren turístico, que incluye audioguía.
Aquí esta la lista de lo que no te puedes perder en tu visita a la ciudad. Para que te sitúes mejor, te hemos preparado un mapa con todos los lugares de los que vamos a hablar. El campo Zeppelín queda en el sureste de la ciudad y no está incluido.
- 1. Iglesia de San Sebaldo
- 2. Iglesia de Nuestra Señora
- 3. Iglesia de San Lorenzo
- 4. Iglesia del Espíritu Santo
- 5. Ruinas de Santa Catalina
- 6. Iglesia de Santa Marta
- 7. Iglesias de Santiago y de Santa Isabel
- 8. Iglesia de San Egidio
- 1. Puente de las cadenas
- 2. Puente de las cadenas
- 3. Puente del verdugo
- 4. Puente de Carlos
- 5. Puente de la carne
- 6. Puente del museo
- 7. Puentes del heno y del hospital
- 1. Weißgerbergasse
- 2. Patio de los artesanos
- 3. Plaza Tiergärtner
- 4. Jardines del alcalde
- 5. Obere Krämersgasse
- 6. Cementerio de San Juan
- 1. Museo del juguete
- 2. Museo del ferrocarril
- 3. Museo de la ciudad (casa Fembo)
- 4. Palacio Tucher
- 5. Museo Nacional Germano
- 1. Castillo de Núremberg
Visitar el castillo imperial y aprender sobre el origen de la ciudad y el Sacro Imperio Romano Germánico
El castillo de Núremberg es el símbolo de la ciudad y uno de los lugares que no puedes perderte en tu visita a Núremberg. Es un castillo doble que consta del castillo imperial, Kaiserburg, y del castillo de los Burgraves. Se encuentra a lo largo de una cresta de arenisca y forma parte de las fortificaciones.
Dada su ubicación, es un perfecto mirador con unas vistas preciosas del barrio de los artesanos, a los pies del castillo, y de todo el casco antiguo. Además, se alcanza a ver el sureste de la ciudad, donde, durante el periodo nacionalsocialista, se construyeron edificaciones megalómanas, como el palacio de congresos.
Si quieres conocer más castillos interesantes del sur de Alemania, igual te apetece leer los castillos más bonitos del sur de Alemania.
La actual forma del complejo del castillo es el resultado de siglos de demoliciones y reconstrucciones. Este se divide en tres partes:
– Los restos del castillo del Burgrave, del que se ha conservado, entre otros, la torre pentagonal construida a finales del S. XII y la capilla de Walpurgis, mencionada a mediados del S. XIII. Fue la sede del burgrave y la mayor parte fue destruida en 1420.
– Los edificios de la ciudad libre de Núremberg, con la torre Luginsland del S. XIV, los establos imperiales de finales del S. XV, que ahora son un albergue juvenil, y los baluartes añadidos en el S. XVI.
– El castillo imperial, cuyas partes más antiguas datan de 1200. Fue una de las residencias imperiales más importantes de la Edad Media.
Muchas de las zonas pueden conocerse de manera libre y gratuita. Pero para entrar en el castillo imperial, necesitas entrada. Esta es la información sobre la visita, que combina tres lugares del complejo:
– El interior del palacio, cuya decoración es bastantes sobria. Hay mucha información sobre el Sacro Imperio Romano Germánico y la importancia de Núremberg. Además se visita una exposición de armas.
Lo más llamativo es la capilla doble, del 1200 y estilo románico, por lo que es una de las partes más antiguas del castillo. Tiene tres niveles, de los cuales el superior estaba reservado a la alta nobleza y el inferior al pueblo. La familia imperial se sentaba en una galería de la capilla superior.
– La torre Sinwell, que fue construida a finales del S. XIII y que gracias a sus 41 m es un lugar perfecto para tener una vista panorámica de Núremberg. Además hay fotos del antes y después de la II Guerra Mundial, que te permiten hacerte una idea del nivel de destrucción de la ciudad.
– El pozo profundo, que suministraba agua potable al castillo en caso de asedio. Es probablemente tan antiguo como el complejo del castillo y tiene una profundidad de 53 metros.
La torre Sinwell y la capilla doble son las únicas estructuras que se mantuvieron casi intactas tras la guerra. El resto del castillo tuvo que ser reconstruido.
Otro atractivo son los pasadizos bajo el castillo. Para conocerlos te puedes unir a este paseo por los pasillos defensivos.
Recorrer la muralla medieval de Núremberg
El antiguo sistema de defensa encierra casi todo el casco antiguo, por ello tu visita comenzará atravesando alguna de sus puertas de entrada. Las murallas, como casi todo Núremberg, han sido parcialmente restauradas o reconstruidas tras la guerra.
Se cree que la primera fortificación data del S. XI. Pero lo que hoy se ve como una única fortificación, en sus comienzos fueron dos independientes. Estas protegían los barrios de Sebaldo y Lorenzo, que estaban separados por el río. Todavía pueden verse restos de estas primeras fortificaciones. Así puedes ver, aparte del castillo que está integrado en las fortificaciones el Laufer Schlagturm, la torre de la Deuda o la torre blanca.
No fue hasta la primera mitad del S. XIV que las dos secciones fortificadas se unieron. Y alrededor del 1400 se terminó la última muralla de la ciudad, que tenía unos 5 km y una puerta en cada una de sus cuatro esquinas, Laufer Tor, Frauentor, Spittlertor y Neutor. El foso se completó a mediados de siglo y las fortificaciones se fueron modificando según las necesidades de la época y los desarrollos militares. De las 128 torres originales se conservan unas 70, que irás descubriendo en tu paseo por el casco antiguo.
Para entender lo potente e inexpugnable que era este sistema defensivo, basta con decir que Núremberg fue tomada solo una vez por medios militares. Fue en abril de 1945, por el 7º Ejército de Estados Unidos, durante la batalla de Núremberg.
Las murallas no pueden recorrerse por encima, aunque en verano unos pocos metros se hacen accesibles.
Pero si te gustan las murallas y quieres recorrer algunas impresionantes, no lejos de Núremberg se encuentran las ciudades de Rothenburg ob der Tauber, Dinkelsbuhl y Nördlingen. Si te interesa, puedes leer nuestro post qué ver en Rothenburg ob der Tauber. Y si te apetece visitar este ejemplo casi perfecto de pueblo medieval alemán, puedes unirte a esta excursión a Rothenburg desde Núremberg. Si sois un grupo, igual os viene mejor esta excursión privada desde Núremberg.
La carretera de circunvalación que rodea el casco antiguo y que sigue la línea del antiguo foso de las murallas, tiene una serie de edificios interesantes, como la ópera o la estación central, a la que llegarás si vienes en tren.
La estación de metro que deja junto a la ópera es muy interesante, pues se encuentra a lo largo de la muralla.
Entrar en las maravillosas iglesias de Núremberg
En Núremberg hay un gran número de iglesias y varias de ellas tienen un interior bellamente decorado, a pesar de la reconversión de la ciudad al protestantismo en el S. XVI y de la II Guerra Mundial.
Iglesia de San Sebaldo
Comenzó a construirse alrededor del 1230 en estilo románico y con los años se le fueron incorporando modificaciones en estilo gótico, fue dañada durante los bombardeos. Fue la iglesia parroquial más importante durante la Edad Media. Merece la pena rodearla, para ver sus diferentes fachadas bellamente decoradas, así como el Vía Crucis que decora su parte trasera. La visita es gratuita, pero agradecen un donativo.
En su interior se encuentran las reliquias de San Sebaldo, el santo patrón de la ciudad, que era un ermitaño que probablemente vivió en esta área en el siglo VIII. Se encuentran dentro de una bella tumba de bronce de principios del S. XVI. Además hay muchas obras de arte, la mayoría donadas por las familias patricias del consejo, porque esta fue la iglesia del consejo desde el siglo XIV. Muchas de las vidrieras se han conservado y datan del 1500. Algunas se realizaron en base a diseños de Durero y una de ellas fue donada por el emperador Maximiliano I, con imágenes del emperador y su esposa, María de Borgoña, su hijo mayor, Felipe el Hermoso, y su esposa, Juana la Loca.
La iglesia está en la plaza de San Sebaldo, donde está la vicaría, con su bonito mirador tallado en piedra. En su entrada hay un café que es un buen lugar para hacer una pausa.
También hay una casa patricia de gran altura frente a la iglesia. Originalmente eran dos casas del S. XII, que acabaron uniéndose a finales del S. XV. Esta tiene un mirador al estilo de Núremberg, que son de madera o de piedra y se encuentran en el primer piso de las casas. Verás muchos en las casas del casco antiguo, aunque antes de la guerra había muchos más.
Como iglesia del consejo que era, se encuentra junto al ayuntamiento, cuya parte más antigua, el gran salón ceremonial, data de la primera mitad del S. XIV. Este estaba decorado por una pintura de la primera mitad del S. XVI, hecha bajo la dirección de Alberto Durero, que era la pintura de pared y techo más grande de Europa, más tarde superada por la Capilla Sixtina. Sin embargo, se perdió durante la Guerra y no volvió a realizarse.
En la primera mitad del S. XVII, cuando Núremberg era una exitosa ciudad imperial, se decidió ampliar el ayuntamiento para reflejar su importancia, tomándose como modelo los palacios renacentistas italianos. Con los años, el complejo del ayuntamiento se fue ampliando con edificios de diferentes estilos. En la Guerra se quemó y tuvo que ser reconstruido. Merece la pena recorrerlo para ver sus diferentes partes.
Debajo del gran salón están las mazmorras, que se pueden visitar con un tour por las mazmorras medievales.
Frauenkirche, Iglesia de Nuestra Señora
Para visitar esta iglesia tenemos que ir a la plaza principal del mercado, donde, desde la Edad Media, se lleva organizando. Es muy probable que durante tu visita veas los típicos puestos con sus telas rojas y blancas, pues el mercado se organiza aquí todos los días laborables.
Esta era en el pasado, una zona pantanosa que le fue concedida los judíos en el S. XII. Pero en 1349, cuando los asentamientos de San Lorenzo y San Sebaldo se juntaron en uno, se convirtió en el centro de la ciudad. Así que estalló un pogromo, en el que se destruyó el barrio, se mataron a muchos judíos y a los que quedaron se les reasentó en otra zona.
La plaza ha recibido varios nombre durante su historia, así, hasta el S. XIX, sus diferentes partes recibían el nombre del mercado que allí se organizaba. Durante el periodo nacional socialista pasó a llamarse plaza de Adolf Hitler y cuando los americanos tomaron Núremberg, le cambiaron el nombre a plaza Iron Mike y luego a plaza Roosvelt.
La iglesia de Nuestra Señora fue construida a mediados del S. XIV por orden del emperador Carlos III como capilla de la corte imperial. Anteriormente aquí se encontraba la sinagoga, en recuerdo a esto hay una estrella de David en su altar. Tras la reforma, la iglesia fue luterana, pero tras la adhesión a Baviera, se volvió a practicar el culto católico. Para conmemorar el bautizo del heredero al trono imperial, el príncipe Wezel, se mostraron en esta iglesia las joyas imperiales.
En su interior hay varias obras de gran valor y una entrada decorada con esculturas que seguro te sorprende. Además, la decoración exterior de su fachada hará que te quedes un rato admirándola. Sobre todo a las 12 del mediodía, cuando se pone en funcionamiento su carrillón, conocido como Männleinlaufen, paseo de los hombrecillos. El reloj data de 1509 y conmemora la Bula de Oro. Así todos los días, los siete electores rinden homenaje al emperador. Durante la Segunda Guerra Mundial, la obra se mantuvo a salvo en el búnker de arte de Núremberg.
Actualmente los edificios que la rodean son modernos, pues las bonitas casas que delimitaban la plaza fueron destruidas en la guerra y no se reconstruyeron. Pero si que hay algo que llamará tu atención, la fuente bella, schöner brunnen.
La fuente fue erigida a finales del S. XIV, aunque ha sido restaurada y reconstruida varias veces a lo largo de su historia. La que ves hoy es de principios del S. XX. Los restos originales se encuentran en el museo Germánico. Mide unos 19 metros y tiene la forma de una aguja de una iglesia gótica. Consta de cuarenta figuras policromadas que representan la visión del mundo del Sacro Imperio Romano Germánico repartidas en cuatro pisos. En el de abajo están las siete artes liberales, sobre ellas los cuatro evangelistas y los cuatro padres de la iglesia, después los siete electores y los nueve buenos héroes y arriba Moisés y los siete profetas. Sobrevivió a la destrucción de la guerra gracias a que fue cubierta por un muro de hormigón.
Cuando vayas, seguro que ves a mucha gente haciendo cola para girar dos anillos que están insertados en la bonita celosía que la rodea, uno es de latón dorado y el otro de hierro oscuro. Estos han dado lugar a varias leyendas y se dice que si les das vueltas se cumplirán tus deseos. Aunque los anillos actuales no son muy antiguos, se colocaron en el S. XX, pero si que parece que desde el principio hubo uno giratorio.
Frente a la fuente hay una casa decorada con frescos en su fachada. En su parte trasera hay un relieve de una balanza, porque aquí se encontraba el edificio donde se pesaban las mercancías.
Iglesia de San Lorenzo
Cruzando el puente del museo, llegas a la iglesia gótica de San Lorenzo, que define el skyline de Núremberg con sus dos esbeltas torres. La bonita decoración de su fachada hará que te pases un rato mirando todos sus detalles. Pero que no se te olvide entrar, pues su interior está bellamente decorado. Diríamos que es el más bonito de todas las iglesias de la ciudad. La visita es gratuita, aunque por supuesto agradecen un donativo. Esta era la iglesia parroquial del asentamiento medieval de San Lorenzo, que se encontraba al sur del Pegnitz, y su historia está muy ligada a la de la iglesia de San Sebaldo, pues compitieron en belleza e importancia. Su construcción comenzó a mediados del siglo XIII y fue modificándose a lo largo de los siglos. Tras la II Guerra Mundial tuvo que ser restaurada.
La decoración de la fachada te da una idea de la importancia de las familias patricias de Núremberg, que fueron las que financiaron mayoritariamente el edificio. También puedes ver esa riqueza en las obras de arte del interior, donadas muchas de ellas por estas familias. Desde la Reforma es una iglesia protestante. Cosa que llama la atención al entrar, pues está muy decorada, con bellos altares, vidrieras y otras representaciones. Algunas de las obras de arte provienen de monasterios secularizados o destruidos.
Pero hay dos obras que destacan entre todas. Una es el tabernáculo de finales del S. XV construido con piedra arenisca. Mide casi 20 metros de altura y su escultor fue Adam Kraft, que se representó a sí mismo en la base. Y la otra es la Anunciación que cuelga del coro, que Veit Stoss creó a principios del S. XVI. Ambos artistas están muy vinculados a Núremberg y verás más obras suyas en la ciudad.
Además, al entrar verás restos de la iglesia y fotos de cómo quedó tras la guerra.
La calle que sale de su entrada principal es la Karolinenstrasse, una calle comercial que llega hasta la torre blanca, que pertenece a la primera fortificación del asentamiento de San Lorenzo. Frente a ella hay una escultura que llama la atención, pues cuenta los diferentes momentos del matrimonio.
Junto a la iglesia hay dos fuentes, la pequeña fuente del demonio, donde está representados un dragón y un demonio agarrando a un niño y que, por supuesto, está ligada a una leyenda. Y la bella fuente renacentista de la Virtud, decorada con esculturas de las Siete virtudes. Si vas en invierno, la verás protegida por un cajón de madera, y es que en Alemania se cubren durante los meses más fríos para protegerlas.
Un detalle que se te puede pasar por alto, es el Vía Crucis que se encuentra entre estas dos fuentes. Para verlo tienes que mirar al suelo. Aquí descansan doce piedras que recuerdan a los trabajadores forzados de los campos de concentración. Estas provienen de la gran calle, un paseo para desfiles que se construyó en la época nacionalsocialista y que se encuentra al sureste de la ciudad.
Frente a la iglesia se encuentra la bonita casa Nassau. Una casa torre medieval, cuyo piso inferior data del S. XIII y los superiores del S. XV. Es la única torre residencial que se ha conservado en Núremberg y cuya influencia viene de las ciudades del norte de Italia. Pasó por varias familias patricias.
Desde aquí hay unas bonitas vistas del complejo del castillo.
Iglesia del Espíritu Santo
Una de las imágenes más conocidas de Núremberg, es el hospital del Espíritu Santo, que fue fundado en 1339. Casa de caridad y hospital en la Edad Media, era una fundación privada patrocinada por la ciudad. Ayudaba a los más desfavorecidos, ancianos, discapacitados y enfermos. Hoy alberga un restaurante de comida alemana.
Destruido durante la II Guerra Mundial, fue fielmente reconstruido. Sin embargo su capilla no se volvió a construir. Era en esta donde se guardaban las joyas imperiales desde 1423, cuando el rey Segismundo las confió a la ciudad imperial libre de Núremberg para su custodia.
Si entras en el patio del hospital y subes por unas pequeñas escaleras, podrás pasear por el patio de la Crucifixión, donde hay imágenes antiguas de la iglesia, así como las figuras centrales de la Crucifixión de Adam Kraft y las tumbas de Konrad Gross y Herdegen Valzne, sus dos patrocinadores más importantes.
Ruinas de Santa Catalina
Cerca del Hospital están las ruinas de la iglesia de Santa Catalina, un recuerdo de la destrucción de la ciudad durante la Guerra. Este convento dominico fue fundado a finales del S. XII y ganó importancia gracias a su biblioteca medieval. Tras la Reforma, el monasterio fue disuelto a finales del S. XVI. Ahora sirve de sala de conciertos al aire libre.
Después de tener varios usos, durante la era nacionalsocialista fue el lugar de reposo de las joyas imperiales que Adolf Hitler mandó traer desde Viena. Para el régimen nazi, que se consideraba un imperio, la imagen de la antigua ciudad imperial y todos sus símbolos eran muy importantes para sus fines propagandísticos. En 1945 las joyas volvieron de nuevo a Viena.
Otras iglesias
Hay más iglesias que encontrarás por tu paseo por el casco antiguo.
La iglesia gótica de Santa Marta, que se encuentra encajada entre dos casas. En su interior hay bellas vidrieras que datan de finales del S. XIV y principios del XV. La iglesia no sufrió grandes daños durante la guerra.
La iglesia gótica de Santiago Apóstol, que es el punto final del Camino de Santiago de Franconia Media, entre Núremberg y Rothenburg.
Junto a esta se encuentra la Iglesia de Santa Isabel, de estilo neoclásico y cuya cúpula, de 50 metros, está decorada con grandes estatuas de los apóstoles.
La iglesia de San Egidio, que es la única iglesia barroca de Núremberg y la iglesia más antigua de la ciudad, pues conserva una capilla que data de 1120.
Junto a San Egidio hay una casa moderna que no va a atraer tu atención. Pero antes de la Guerra, esta era, desde principios del S. XVII, la magnífica casa de la familia Peller, que era considerada uno de los lugares más bellos de Núremberg.
Hoy sólo puedes hacerte una idea de su esplendor si entras en ella. Pues su magnífico patio interior si fue reconstruido. La casa sigue en un proyecto de reconstrucción y, aunque la visita es gratuita, se puede ayudar con un donativo. Abre los viernes, sábados y domingos de 14:00 a 17:00. Además, puedes pasar un buen rato si la visitas, pues aquí está el archivo de juegos alemán de Núremberg, que tiene más de 30.000 juegos. Y los domingos organizan tarde de juegos.
Puedes aprender mucho más sobre el pasado de esta ciudad, uniéndote a un tour por el Núremberg medieval.
Recorrer los puentes sobre el río Pegnitz
Algo que no puedes dejar de hacer en tu visita a Núremberg, es cruzar los puentes construidos sobre el río Pegnitz. Estos dan un encanto especial a la ciudad y la dotan de una imagen propia. Desde algunos de ellos tendrás algunas de las postales más típicas de la ciudad.
Si te interesan las historias y los detalles de estas construcciones, puedes participar en este tour por los puentes del río Pegnitz.
Nosotros comenzamos este recorrido donde el río sale de la ciudad, en la parte occidental de la muralla. Aquí las torres de la muralla, el río y los puentes crean un conjunto muy bonito.
Así, el primer puente que cruzamos es el Kettensteg, puente de las cadenas, de unos 68 m de largo. Es el puente colgante más antiguo de Alemania, construido en la primera mitad del S. XIX para reemplazar un puente cubierto anterior.
El siguiente puente es el Maxbrücke, puente de Max, que es considerado el puente de piedra más antiguo de Núremberg.
Desde este te puedes desviar a la plaza Unschlitt, que encierra una pequeña curiosidad. Además está rodeada por algunos edificios del S. XVI y XVII y por uno de los antiguos graneros de la ciudad, de finales del S. XV.
Y es que fue aquí donde apareció, en 1828, Kaspar Hauser. Este misterioso personaje era un niño de unos 16 años, que creó un gran interés en toda Europa en torno a su persona, por todo el secreto que rodeaba a su origen y a su muerte en Ansbach. Creció en cautiverio y completamente aislado, y se especuló que tuviera orígenes reales, incluso que fuera hijo ilegítimo de Napoleón. En la plaza hay una placa que conmemora su aparición.
Y llegamos al Henkersteg, pasarela del verdugo, que lleva a la antigua casa del verdugo, donde estos vivieron hasta principios del S. XIX, durante casi 400 años. Utilizaban este puente para llegar a la ciudad, pues su oficio no era honorable y vivían apartados de la sociedad. En las antiguas habitaciones del verdugo hay un museo que cuenta la historia criminal de la ciudad durante la Edad Media. El museo en la casa del verdugo abre de abril a diciembre.
El puente actual fue construido después de la gran inundación de finales del S. XVI, que destruyó la antigua pasarela de madera de mediados del S. XV. Llega a la torre del verdugo, construida en la primera mitad del S. XIV. Esta se conecta a la torre del agua a través del Henkerbrücke, un puente de piedra con una estructura de entramado de madera. Junto a esta se ve el Weinstadel, un gran edificio de entramado de madera que fue construido a mediados del S. XV para albergar a los leprosos. Después se utilizó para almacenar vino, de ahí su nombre. Hoy es una residencia de estudiantes.
Este es uno de los rincones más pintorescos de Núremberg, que no te puedes perder.
Este idílico lugar se encuentra al norte de la pequeña isla conocida como mercado de las pulgas. Aunque antiguamente tenía un nombre que no pega con su aire romántico, mercado de los cerdos, pues aquí comercializaban con este animal. A partir del S. XVI, comenzaron a vender objetos antiguos y usados y recibió su actual nombre. En la isla hay pequeñas tiendas con mucho estilo y su extremo este es un buen lugar para relajarse.
El siguiente puente es el Karlsbrücke, puente de Carlos, que se divide en parte inferior y superior. Conecta la isla con los distritos de San Sebaldo y San Lorenzo, respectivamente. El puente de piedra inferior se construyó a finales del S. XV y el superior en la primera mitad del S. XVII, reemplazando a un puente de madera.
El siguiente es el Fleischbrücke, puente de la carne, un puente de piedra del Renacimiento tardío que sobrevivió a los bombardeos. Aquí ha habido un puente desde, al menos, la primera mitad del S. XIV y su nombre viene de la casa de la Carne, donde los carniceros vendían su producto. El arco rematado por un buey sirve de entrada a la casa, que fue reconstruida tras la Guerra y hoy aloja un Starbucks.
El siguiente puente, museumsbrücke, puente del museo, es el más transitado y conecta el mercado principal con la plaza de San Lorenzo. Se dice que aquí se encontraba el primer puente de la ciudad. Tras varios puentes y varios nombres, se construyó uno de piedra a principios del S. XVIII. Este tuvo que ser reconstruido a mediados del S. XX, como medida de protección contra las inundaciones, pero mantuvo su aspecto anterior. Desde él se tiene una de las vistas más fotografiadas de Núremberg, el Hospital del Espíritu Santo suspendido sobre el Pegnitz.
Y los últimos puentes de los que hablamos son el Heubrücke, puente del heno y el Spitalbrücke, puente del hospital, ambos reconstruidos en piedra a finales del S. XV. Se encuentran en la parte trasera del hospital del Espíritu Santo, conectando los distritos de la ciudad con la isla Schütt.
Aquí verás el monumento conmemorativo a la sinagoga, que fue destruida en 1938, y una torre de la antigua fortificación, la torre de la deuda, Schuldturm.
Descubrir los rincones con encanto de Núremberg
Núremberg tiene muchos rincones con encanto a lo largo de su centro histórico.
– Una de las calles más bonitas de Núremberg es la Weißgerbergasse, que te permite imaginar como era el casco antiguo de la ciudad. Aquí está uno de los pocos conjuntos monumentales conservados, una veintena de casas medievales con entramado de madera de un antiguo barrio de artesanos. Más específicamente, aquí vivían los curtidores blancos, que son los que le han dado su nombre. Estos transformaban las pieles de animales en cuero fino de color claro. No puedes irte de Núremberg sin pasear por esta calle.
– Junto a la Königstor, torre del rey, y rodeado por murallas, hay un sitio curioso, el patio de artesanos, Handwerkerhof. Este recrea un pequeño pueblo medieval con casas de entramado de madera que albergan tiendas de artesanía y un par de lugares donde tomarte un café o probar los productos típicos de la región.
La calle que verás de frente, la Königsstrasse, que llega a la plaza de San Lorenzo, tiene un par de edificios que llamarán tu atención, además de un par de iglesias.
– La plaza Tiergärtnertor es otro de los lugares con más encanto de la ciudad. Está a los pies del castillo y es un lugar perfecto para descansar y observar el ambiente, pues es un punto de encuentro muy popular. Su nombre, jardín de animales, viene de un parque de ciervos cercano.
Uno de los lados de la plaza está delimitado por la muralla y la puerta Tiergärtner, que data de la segunda mitad del S. XIII. Desde aquí, en la época de buen tiempo, puedes acceder al jardín del castillo a través de la muralla. Este es el único lugar en el que está abierta al público. Además también puedes llegar al Bürgermeistergarten, jardines del alcalde, un idílico remanso de paz que sólo abre de abril a octubre.
Además de las vistas al castillo Imperial, aquí hay dos magníficas casas de entramado de madera, la casa de Pilatos y la de Alberto Durero.
La casa de Pilatos es una casa de tres pisos construida a finales del S. XV. El dueño era un armero y la estatua de San Jorge y el Dragón que decora la fachada puede mostrar el tipo de armaduras que se producía en su taller. Cuando fuimos estaba totalmente en obras y permitían subir hasta su último piso, desde donde hay unas vistas espectaculares.
La curiosa escultura de conejo que hay frente a la casa, recuerda una obra de Durero, Feldhase, y es obra de Jürgen Goertz.
La casa de Durero se construyó en la primera mitad del S. XV. Tiene una planta baja de piedra y los pisos superiores de entramado de madera. Era propiedad de un astrónomo que, para poder hacer su trabajo, construyó el techo abuhardillado. Más tarde sería comprada por el artista más conocido de la ciudad, Alberto Durero, que residió aquí de 1509 a 1528. Hoy es un museo donde puedes aprender sobre la vida y obra de este artista del renacimiento. En el interior no hay originales del pintor. La visita es con audioguía y te explica la historia de la casa la esposa del artista, Agnes Durero.
– Muy cerca se encuentra otro de los rincones más bonitos de la ciudad, el Krämersgassen. Aquí hay casas de artesanos cuyas fachadas combinan entramado de madera y piedra. Además hay una tienda muy especial. Es una juguetería muy pequeña, donde venden y arreglan juguetes antiguos. A su puerta puedes ver algunos de sus productos.
Si te apetece alejarte un poco del casco histórico, especialmente si es época de rosas, puedes acercarte al cementerio de San Juan, donde están enterrados famosos habitantes de Núremberg como Alberto Durero o Veit Stoss. Cerca de este, está el jardín de las Hesperides, de inspiración barroca.
Una manera diferente de descubrir la ciudad es haciendo un recorrido autoguiado de búsqueda del tesoro.
Conocer la Núremberg subterránea
No sólo puedes descubrir la ciudad caminando por sus calles, sino también adentrándote en su subsuelo. Hay varias maneras de descubrir la Núremberg subterránea.
Visitando el Búnker artístico
Ya hemos dicho que la ciudad fue fuertemente bombardeada durante la II Guerra Mundial, de hecho, tras Dresden, fue la ciudad más destruida del país. Sin embargo, muchos de sus tesoros pueden verse hoy día como el carrillón de la iglesia de Nuestra Señora, el globo terráqueo de Martin Behaim o las joyas imperiales. Y es gracias a que se guardaron bajo tierra.
El búnker se encuentra a los pies del castillo y forma parte de los pasajes que se encuentran debajo de él y que alcanzan los 24 m de profundidad. Se excavaron durante la Edad Media y en los años anteriores a la guerra se prepararon para usarse de almacén de obras de arte.
Se puede recorrer una parte de él dentro de un tour en inglés o alemán y con audio guía en otros idiomas. Entrada al búnker artístico.
Recorriendo los Pasajes
A lo largo de los siglos, se ha construido bajo la colina de piedra arenisca del castillo, una red de pasadizos y sótanos. A finales del S. XIV, se usaron para la producción y el almacenamiento de la cerveza. También se usaron para la extracción y distribución de agua. Más tarde sirvieron de refugio antiaéreo para los ciudadanos durante la II Guerra Mundial. Estos pueden recorrerse dentro de un tour guiado.
Visitar un bunker nuclear
Hay visitas guiadas a un búnker nuclear que todavía está amueblado. Esta visita no la hemos hecho en Núremberg, sino en Berlín, y nos resultó muy interesante.
Como ya hemos dicho, también pueden visitarse las mazmorras en el sótano del ayuntamiento, donde hay doce celdas y una cámara de tortura, y los pasajes subterráneos de defensa del castillo.
Aprender sobre la época más oscura de Núremberg: el Tercer Reich
La ciudad jugó un papel propagandístico muy importante durante la era del Nacionalsocialismo y fue una de las ciudades más leales al régimen.
Para aprender más sobre este tema, puedes unirte a este tour del Tercer Reich, que te lleva por el casco histórico de Núremberg recordando los momentos clave de este periodo.
Y por supuesto tienes que ir al sureste de la ciudad, al Campo Zeppelín, donde estaba el terreno de concentración del partido nazi. Aquí se celebraba anualmente el congreso del partido, que llegó a reunir hasta 500.000 personas.
En esta zona, donde hay varios estanques y en verano se pueden alquilar barcas y descansar en algún biergarten, puedes aprender sobre la megalomanía del régimen, porque todavía pueden verse los restos de las construcciones monumentales que Adolf Hitler tenía en mente, como por ejemplo el estadio mas grande del mundo. Aunque muy pocas llegaron a completarse del todo.
Cuando fuimos en febrero de 2023, el área estaba en obras y leímos sobre el proyecto que se quiere desarrollar. Esta visita contrasta con la del casco histórico, pero creemos que merece la pena acercarse hasta aquí para aprender sobre la otra historia de Núremberg. Pasear por esta zona es gratuito, sólo hay que pagar entrada para el centro de documentación.
Si quieres conocer esta zona algo alejada del centro, puedes unirte a esta excursión al Campo Zeppelín o a esta visita guiada por el casco histórico y el campo Zeppelín. También puedes llegar hasta aquí en autobús o S-bahn (línea S2). Y si te gusta montar en bicicleta, puedes llegar con este tour guiado en bicicleta.
Aquí está el centro de documentación, por el cual la ciudad recibió el premio de la Unesco por la Educación en Derechos Humanos. Se encuentra en el palacio de congresos y está dedicado a la época de los mítines del partido nazi y a la arquitectura nacionalsocialista. Actualmente está en obras y la exposición permanente se ha reemplazada por una pequeña exposición provisional hasta 2025, que recorre la historia del lugar desde el final de la Primera Guerra Mundial hasta nuestros días.
Cuando el NSDAP subió al poder, esta parte de la ciudad fue elegida para la construcción del Palacio de Congresos y de los terrenos de concentración del partido nazi, ya que era un lugar con numerosas instalaciones y una buena conexión de transporte. Tras la guerra, los materiales de construcción y los escombros se cubrieron con tierra.
Aquí se construyó un área de desfile en 1933, donde se llevaron a cabo los desfiles de las SA y las SS con hasta 150.000 personas. Y un hall para los congresos, donde llegó a instalarse un monumental órgano. Este fue demolido en 1950 y ahora es un aparcamiento.
El Palacio de congresos, que estaba inspirado en edificios romanos como el coliseo, es uno de los edificios nacionalsocialista más grandes conservados en Alemania. Su construcción comenzó en 1935 y no llegó a terminarse, ya que la idea era que tuviera 70 m y el techo voladizo más grande del mundo. Al final se quedó en 39 m y el techo no llegó a completarse. Está hecho de ladrillo y la fachada está cubierta con losas de granito.
La Gran Calle se terminó en 1939 y era un pasillo para los desfiles. Aquí se unía la historia del Sacro Imperio Romano Germánico y las Dietas Imperiales que se llevaban a cabo en Núremberg, con los nuevos mítines del partido. Así el camino se enfrentaba al castillo imperial en dirección noroeste. Pero no llegó a usarse para las conferencias, pues estas acabaron tras el inicio de la guerra. Está construida con grandes losas de granito de 1,2 m a dos colores, que debían de facilitar la marcha y la alineación perfecta de los soldados. Si quieres saber cómo eran y no te quieres acercar hasta aquí, el Vía crucis de la iglesia de san Lorenzo esta construido con ellas. Sirvió de pista de aterrizaje a los aviones americanos. Ahora funciona de parking cuando se organizan grandes eventos en el campo Zeppelín.
También querían construir el estadio más grande del mundo, con espacio para 405.000 personas. La obra comenzó en 1937, pero no se terminó. Hoy puedes ver los cimientos de hormigón y lo que dio como resultado el pozo de excavación: el Silversee, que está contaminado por una montaña de escombros cercana.
El Märzfeld era el sitio para las Maniobras de la Wehrmacht durante los mítines y era más grande que 80 campos de fútbol. La construcción comenzó en 1938 y no se completó. El área se ha usado para el desarrollo residencial.
El estadio municipal, construido alrededor de 1926, se utilizó como sede del día de las juventudes hitlerianas durante los Mítines. Ahora es un estadio de fútbol.
El complejo del campo Zeppelín fue el único edificio terminado en los terrenos del Partido. El área tenía espacio para más de 300.000 personas y se iluminaba con potentes reflectores, creando una gran cúpula de luz. La tribuna se construyó tomando como modelo el altar de Pérgamo. En su interior está la llamada Sala Dorada. Desde su púlpito central Hitler se dirigía a los allí reunidos.
El nombre de Núremberg ha pasado también a la historia por ser la sede de los procesos donde se juzgó a los líderes nazis por sus crímenes de guerra. El memorial de los Juicios de Núremberg, es una visita muy recomendable. Está en el palacio de justicia donde tuvieron lugar. Verás la sala 600 y partes del banquillo original, pero lo más interesante es toda la información que hay sobre ellos, sobre la gente que participó, sobre los acusados y sus testimonios, con fotos, audios y películas, que te hacen más fácil el entender todo lo que sucedió.
Para llegar, porque está algo alejado del centro, tienes que tomar la línea U1 el U-bahn, y bajarte en Bärenschanze.
Visitar alguno de los muchos e interesantes museos de Núremberg
Aparte de todos los que ya hemos nombrado, Núremberg tiene un gran número de museos, que abarcan áreas e intereses muy diferentes. Si estás interesado en visitar varios de ellos, igual te interesa mirar la Núremberg Card.
Nuremberg fue una ciudad donde floreció la producción artesanal de juguetes y actualmente alberga la Feria Internacional del Juguete. Este museo hace un repaso de la historia de este producto que gusta tanto a niños como a mayores. El museo se encuentra en un bonito edificio, la Hallerschen Haus.
Un museo muy interesante que dedica su última planta a los niños. Aquí pueden aprender sobre este medio de transporte jugando y montándose en uno que recorre la sala.
En el museo puedes ver la lujosa locomotora de Luis II, el rey que mandó construir Neuschwanstein. La decoración del vagón no tiene nada que envidiar a la del palacio.
La bonita casa Fembo, construida a finales del S. XVI, sobrevivió bastante bien a la Guerra, siendo de los pocos complejos de edificios que se salvaron de la destrucción. Hoy alberga el Museo de la Ciudad, donde aprenderás sobre su historia. Además, hay habitaciones decoradas de la época donde Núremberg era una prospera ciudad, por ejemplo se exhibe una habitación procedente de la casa Peller.
Desde el siglo XIII hasta principios del XIX, unas 40 familias patricias gobernaron Núremberg. Estos se hicieron conocidos en toda Europa por ser excelentes comerciantes. Una de estas familias eran los Tucher.
Su palacio fue construido a mediados del S. XVI. Fue dañado durante la II Guerra Mundial, aunque se reconstruyó tras esta. Hoy es un museo que muestra la historia de la familia y sus posesiones. Una de las mejores salas es el Hirschvogel Hall, que se dice es una de las salas del Renacimiento temprano más bellas de Europa. Originalmente formaba parte de la casa de la familia Hirschvogel, pero no sobrevivió a la guerra. La sala se muestra en el jardín de este palacio desde el 2000.
Parte de él se encuentra en un monasterio cartujo cuyos restos también pueden visitarse. Alberga grandes obras de arte, como cuadros de Durero, Lucas Cranach o Rembrandt. Así como esculturas de Veit Stoss, un cono de oro de la Edad del Bronce y el globo terráqueo más antiguo del mundo.
Frente al museo está la calle de los Derechos Humanos, que fue diseñada por el artista israelí Dani Karavan e inaugurada en 1993. En ella hay 27 columnas de 8 m de alto, dos losas y un árbol que muestran, cada uno, un extracto de los 30 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Además, cada uno está escrito en un idioma diferente y en alemán.
Si es adviento, recorrer uno de los mercados más antiguos y conocidos de Alemania
En la época de adviento el centro de Núremberg se llena de puestos con tejados rojos y blancos. Si ya pasear por esta ciudad es una maravilla, en navidad lo es aún más. Si puedes, porque este mercado, mencionado por primera vez en 1628, atrae a muchísima gente.
Un personaje muy importante del mercado es el Christkind, que es representado por una mujer que lleva un vestido blanco y dorado, rizos rubios y una corona. Este inaugura el mercado todos los años desde el balcón de la iglesia de Nuestra Señora.
Puedes unirte a este tour navideño por Núremberg, que te llevará a conocer los mercados mientras te explican diferentes tradiciones navideñas.
Conocer los alrededores de Núremberg
Si te quedas varios días en Núremberg, hay varias excursiones que pueden interesarte.
– A unos 8 km al oeste puedes visitar el palacio Faber-Castell. Y es que esta empresa tan famosa por sus útiles de escritura, se fundó a mediados del S. XVIII en Stein, muy cerca de Núremberg. Para visitarlo tienes que reservar con anterioridad en su página web. Ofrecen distintos tours en varios idiomas.
– A unos 10 km al norte está el palacio Neunhof, con su curiosa arquitectura de entramado de madera y una historia que se remonta al S. XIII. La casa solariega se salvó de los daños de la guerra y su interior es original y puedes imaginarte la vida de una familia patricia de los S. XVI al XIX. Aunque el castillo, a día de hoy, está cerrado por renovación, sus extensos jardines si están abiertos al público de abril a octubre. Hemos leído que la reapertura está pensada para el 2023.
– A unos 20 km se encuentra Cadolzburg con su castillo, que fue sede, desde mediados del S. XIII, de la familia Hohenzollern, burgraves de Núremberg. Tras la II Guerra Mundial quedó en ruinas. Pero fue reconstruido y ahora alberga un museo sobre la Baja Edad Media.
– A 20 km está la ciudda de Lauf an der Pegnitz, con un castillo, restos de muralla, una inmensa plaza y muchos rincones sugerentes.
– A unos 30 km está la bonita localidad de Forchheim, con casas de entramado de madera y una bonita plaza donde puedes pasar un buen rato observando los numerosos detalles del ayuntamiento.
– A unos 60 km se encuentra la ciudad de Bamberg, que tiene un casco histórico muy interesante y muy bien conservado. Fue incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993. En la parte baja de la ciudad se encuentra su edificio más conocido, su antiguo ayuntamiento. Y en la parte alta podrás visitar la catedral de San Pedro y San Jorge. Puedes descubrir la ciudad con un free tour por Bamberg.
Para más ideas de qué hacer en los alrededores, ciudades y pueblos más bonitos de Baviera.
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Nos gusta mucho sacar fotografías en nuestros viajes. Para ello llevamos la cámara Nikon D3400 con objetivo Tamron 18-200. En los viajes largos llevamos también nuestra antigua cámara, la Canon Powershot G5x, por si tenemos problemas con la primera. Además, esta sigue siendo nuestra primera opción si vamos a la montaña, pues es pequeña y ligera. Siempre llevamos varias tarjetas de memoria. La mochila que usamos para llevar las cámaras es esta.
Nuestra guías favoritas para preparar nuestro viajes son la DK y la Lonely Planet. Además nos encantan los libros de Kunth, que siempre proponen muy buenas rutas y las fotos invitan a viajar. El problema es que son en alemán.
¡Recorrido súper completo! No creo que falte nada que se pueda visitar por la zona😜.
A mí me impresionó el Memorial de los juicios, ¡también lo recomiendo!
Bueno, y la ciudad en general. ¡Me han entrado ganas de volver!
😘
Me alegro que te guste. Y si que nos hemos dejado cosas: Núremberg tiene muchos lugares para visitar y rincones que descubrir :). El Memorial de los juicios nos impresionaron mucho también a nosotros.