Hay un gran número de lugares increíbles que ver cerca de Stuttgart. Y es que la ciudad es la puerta a la famosa Selva Negra y a la no tan conocida Jura de Suabia. Así, en sus alrededores podrás visitar palacios de ensueño, pueblos vinícolas, monumentos funerarios celtas, monasterios cistercienses y ciudades de donde no querrás irte ¿Nos acompañas?
Stuttgart se encuentra en el sur de Alemania, es la capital del estado de Baden-Württemberg y la sexta ciudad más grande de Alemania.
Si bien es cierto que no tiene mucho encanto, pues fue muy bombardeada durante la II Guerra Mundial, aun conserva un centro histórico con importantes edificios, importantes museos y la colonia de Weissenhof, una exposición de arquitectura moderna de 1927 incluida en la lista de la UNESCO en 2017.
Por otro lado, Stuttgart es visita obligada para los amantes de los coches, gracias a los museos de Mercedes Benz y Porsche.
Así, puedes descubrir la ciudad uniéndote a este free tour por Stuttgart o realizar esta visita guiada nocturna por Stuttgart y descubrir su lado más inquietante.
Sea como fuere, si no te quieres perder nada en tu visita, te recomendamos leer qué ver en Stuttgart, la ciudad del automóvil.
Y aunque no consideremos que Stuttgart sea una parada obligatoria en una ruta por Alemania, sí lo es la zona que la rodea. Por eso, como la ciudad tiene muchos hoteles, restaurantes, una gran red ferroviaria, un aeropuerto y mucho ambiente, es un buen lugar para comenzar a descubrirla.
Así, la ciudad puede ser considerada como la puerta de entrada a la Selva Negra, y a la Jura de Suabia y en este post te proponemos una lista con los mejores lugares que puedes ver cerca de Stuttgart. Estos se encuentran en un radio de unos 100 km y puedes llegar a ellos en transporte público.
Índice
Cómo llegar a Stuttgart
El aeropuerto internacional de Stuttgart se encuentra a unos 14 km del centro.
Para encontrar los vuelos que mejor se adaptan a tus fechas y presupuesto, te recomendamos entrar en Skyscanner.
Desde el aeropuerto puedes llegar a la estación central de Stuttgart en unos 30 minutos usando el S-Bahn o el U-Bahn. Cuál es la diferencia entre ellos no es muy importante, pues ambos pueden asimilarse con el metro, así que toma el que más te convenga.
– Por un lado, hay dos líneas de S-Bahn que salen de la terminal del aeropuerto: S2 y S3. Un viaje cuesta unos 4 € y puedes comprar los tickets en las máquinas rojas o de manera online desde la página de la Deutsche Bahn.
El horario del S-Bahn es muy amplio, de 5:08 a 2:08 entre semana y los fines de semana y festivos de 5:08 a 3:08. La frecuencia variará según el día y la hora, pudiendo ser cada 15, 30 minutos o cada hora.
– También la línea U6 del tren de cercanías sale de una parada que está a unos 5 min de la terminal. El viaje cuesta unos 4€ y el billete lo puedes comprar en las máquinas amarillas.
El horario de esta línea es muy amplio, de 4:21 a 1:19, y su frecuencia variará según el día. Entre semana hay cada 10 o 15 minutos, según la hora.
Asimismo, tienes la cómoda opción del traslado privado, con el cual te recogerán en el aeropuerto y te llevarán directamente a tu destino, así como tomar un taxi.
Cómo recorrer los alrededores de Stuttgart
Para descubrir los lugares que ver cerca de Stuttgart no necesitarás alquilar un coche, aunque, obviamente, este te da más libertad.
Así, todas las excursiones que te vamos a proponer se pueden realizar viajando con los trenes de la Deutsche Bahn y en su página podrás consultar todas las rutas, horarios y precios.
Una buena opción para conocer esta región es adquirir el Baden-Württemberg ticket, un billete que permite tomar a lo largo de un día todos los trenes que quieras dentro de este estado. Es válido para un máximo de 5 personas y están incluidos los medios de transporte S-Bahn, U-Bahn, tranvías y autobuses.
Eso sí, te recomendamos mirar antes de cada viaje la página de la compañía, porque a veces hay tramos en obras que modifican los trayectos.
Por otro lado, para moverte por Stuttgart y sus alrededores más próximos puedes usar S-bahn. Aquí te dejamos el mapa del S-Bahn.
Y si vas a viajar en coche, te recomendamos leer consejos para conducir por las carreteras alemanas.
Los lugares que ver cerca de Stuttgart más interesantes
En este mapa te mostramos las 26 excursiones desde Stuttgart que consideramos más interesantes.
Como son muchos los lugares que ver cerca de Stuttgart, hemos marcado en negrita los que consideramos más interesantes, pero ten en cuenta que esto es muy subjetivo.
- 1. Leonberg
- 2. Museo celta de Hochdorf/Enz
- 3. Markgröningen
- 4. Ludwigsburg
- 5. Besigheim
- 6. Marbach am Neckar
- 7. Monasterio de Maulbronn
- 8. Schwäbisch Hall
- 9. Bad Wimpfen
- 10. Mosbach
- 11. Schwetzingen
- 12. Heidelberg
- 13. Esslingen am Neckar
- 14. Schorndorf
- 15. Schwäbisch Gmünd
- 16. Ulm y Blaubeuren
- 17. Bad Urach
- 19. Herrenberg
- 20. Castillo de Lichtenstein
- 21. Castillo de Hohenzollern
- 22. Castillo de Sigmaringen
- 23. Rottweil
- 24. Altensteig
- 25. Calw
- 26. Baden-Baden
Lugares que ver cerca de Stuttgart al norte de la capital
Comenzaremos con los lugares que ver cerca de Stuttgart que están situados al norte de la ciudad:
Qué ver en Leonberg
A unos 15 km de Stuttgart se encuentra esta ciudad en la que destaca su plaza del mercado y los jardines de su palacio. Puedes llegar a Leonberg en algo menos de media hora tomando la línea S6 del S-Bahn.
Al llegar, puedes recorrer su pequeño casco histórico medieval, donde destaca la plaza, que tiene un precioso conjunto de casas de entramado de diferentes colores. Entre todas ellas sobresale el ayuntamiento de la ciudad, que data del S. XV. Además, la ciudad conserva restos de su antigua fortificación y también merece la pena que entres en la iglesia de San Juan Bautista, que comenzó a construirse en el S. XIII.
Y, por supuesto, no puedes dejar de pasear por el Pomeranzengarten, el único jardín en terrazas del Alto Renacimiento que se conserva en Alemania. Su nombre recuerda a las naranjas amargas que allí se cultivaban y que se empleaban para la alimentación y el cuidado de la salud de sus dueños. La presencia de estos cítricos y otras plantas exóticas te da una idea del respeto y prosperidad del palacio.
Este jardín fue creado a principios del S. XVII, cuando el palacio de la ciudad se convirtió en la residencia de las viudas de las duquesas de Württemberg. Asimismo, también vivió aquí la madre del escritor Schiller.
Del mismo modo, también vivió en Leonberg la madre del astrónomo Johannes Kepler, que fue acusada de brujería a principios del S. XVII. Sin embargo, su hijo actuó como su defensor y fue absuelta. La familia vivió en la casa Keplerhaus, que está en el nº11 de la plaza del mercado.
Visitar el Museo Celta en Hochdorf/Enz
Este pueblo, que está a unos 25 km de Stuttgart, no tendría ningún interés turístico si no fuera por el túmulo funerario celta excavado en 1978.
Así, aquí puedes visitar un museo sobre el descubrimiento de la tumba celta y ver réplicas del increíble ajuar funerario que se encontró junto al cuerpo del «príncipe celta de Hochdorf», que fue enterrado alrededor del año 550 a.C.
Como dato curioso, el edificio del museo tiene la forma del túmulo que se encuentra a las afueras del pueblo, que presenta una altura de unos 6 metros y un diámetro de unos 60 metros.
Por otro lado, la localización de la tumba no es casual, pues se encuentra en un lugar con vistas perfectas hacia Hohenasperg, lugar donde se supone estaba la sede principesca.
Junto al museo han representado varios edificios celtas, cuyos restos también se encontraron en el lugar.
La entrada normal al museo cuesta 5€, y abre de miércoles a domingo y festivos de 10:00 a 17:00.
Los hallazgos originales puedes verlos en el Landesmuseum Württemberg de Stuttgart.
Para llegar a Hochdorf, tendrás que coger metro o tren y un autobús y el trayecto dura unos 50 min.
Qué ver en Markgröningen
Esta bonita ciudad está a unos 20 km de Stuttgart y puedes llegar a ella en una hora en tren.
Si visitas Markgröningen, descubrirás su bonito centro histórico, que tiene una preciosa plaza del mercado y un par de iglesias interesantes.
Así, en la plaza está el ayuntamiento, un precioso edifico de entramado de madera del S. XV, y, junto a él, hay otro edificio de entramado también del S. XV, que hoy es un restaurante, pero que antiguamente era un albergue para pastores.
Además, muy cerca, en Kirchgasse, verás un edificio de entramado que alberga el restaurante Der Treue Bartel, el fiel Bartolomé, que hace referencia a una leyenda sobre un pastor llamado Bartolomé, que, o bien demuestra su fidelidad a su amo, el Conde de Gröningen, o bien salva a los Condes de Württemberg.
En su honor, se celebra la Schäferlauf o carrera del pastor todos los años el día de su onomástica, el 24 de agosto, una fiesta que fue mencionada por primera vez en 1445.
Además, en Markgröningen puedes entrar en la iglesia de Bartolomé, donde hay frescos y está la lápida más antigua de un miembro de la familia Württemberg, que murió en 1280, así como en la iglesia del Hospital del Espíritu Santo, que data del S. XIII, pero donde se mezclan elementos antiguos y modernos.
Asimismo, la ciudad ha mantenido parte de sus fortificaciones medievales, destacando la puerta superior, que crea un bonito rincón junto a la Wimpelinhaus, un edifico de entramado de color amarillo del S. XVII.
Qué ver en la ciudad barroca de Ludwigsburg o Luisburgo
Uno de los lugares que ver cerca de Stuttgart es Ludwigsburg, que se encuentra a unos 15 km y a la que puedes llegar en unos 15 minutos tomando la línea S4 o S5 del S-Bahn.
Ludwigsburg fue fundada en 1704 por el duque Eberhard Ludwig de Württemberg, del cual recibe su nombre, y se desarrolló alrededor del palacio que el noble construyó fuera de la capital. De hecho, la ciudad se planificó de manera que el palacio estuviera en el eje principal.
Así, el palacio era inicialmente un pabellón de caza, pero se fue ampliando hasta convertirse en un edificio residencial con más de 450 habitaciones. A día de hoy, el palacio de Ludwigsburg es el palacio barroco intacto más grande de Alemania y se puede visitar.
En 1718, Eberhard Ludwig trasladó la capital de Württemberg desde Stuttgart a Ludwigsburg y, durante 26 años, fue la sede principal del gobierno de los duques Eberhard Ludwig y Carl Eugen de Württemberg. Además, el palacio fue residencia de verano durante 19 años bajo el rey Federico I y recibió importantes visitas, como el Zar Alejandro I o Napoleón.
Además de entrar en el palacio, puedes recorrer sus extensos jardines, donde hay hasta una sección de cuentos de hadas, donde se representan los más famosos cuentos infantiles.
Aunque visitar Ludwigsburg es siempre una buena idea, otoño es un momento perfecto, pues en los jardines de palacio se organiza la mayor exposición del mundo de calabazas.
Información actual sobre la visita al palacio de Luswigsburg
Y si un palacio residencial te parece poco, Ludwigsburg tiene aún dos palacios más.
Por un lado, el de Monrepos, que fue construido en la década de 1760 a orillas de un lago en estilo clásico. Y por otro, el palacio Favourite, un palacio de caza y placer muy cerca del palacio principal, construido entre 1713 y 1728.
Este segundo edificio de un color naranja muy llamativo está rodeado de extensos parques y fue un regalo de Eberhard Ludwig a su amante, Wilhelmine von Grävenitz.
Entre estos dos palacios hay un paseo de unos 2 kilómetros, donde hay un camino de planetas.
Por último, merece la pena que te acerques al centro de Ludwigsburg para pasear por sus anchas avenidas que llevan a la plaza del mercado, donde están la iglesia católica de la Trinidad y la iglesia protestante.
Qué ver en Besigheim: vino y casas de entramado
La pintoresca ciudad de Besigheim está rodeada de viñedos y tiene un precioso casco histórico. Esta se encuentra a unos 30 km de la capital y puedes llegar en unos 45 minutos tomando el metro hasta Ludwigsburg y de allí en tren hasta Besigheim.
Una curiosidad sobre esta ciudad es que, a raíz de una visita a Alemania del entonces presidente de EEUU Barack Obama, se descubrió que este tenía raíces alemanas y que uno de sus antepasados había nacido en Besigheim.
Al llegar, sólo tienes que ir a la calle de la iglesia, Kirchstrasse, pues te conducirá a todos los puntos principales de la ciudad.
Así, verás la plaza del mercado, con su bonito ayuntamiento del S. XV y la Dreigiebelhaus, un edificio de entramado de madera de color amarillo que es de finales del S. XV. Además, visitarás la iglesia de San Ciriaco, en cuyo interior hay un precioso retablo de madera, y la torre Schochenturm, que es del S. XIII y pertenecía al castillo superior.
Junto a la iglesia hay una columna Staufer, que son bastante frecuentes en las ciudades de Baden-Württemberg, pues recuerdan hechos relacionados con la poderosa familia Staufer, más conocidos como los gibelinos. En este caso, se conmemora que Besigheim fue donada por el emperador Federico I Barbaroja al margrave Hermann III de Baden.
Si te interesa conocer otros lugares de esta región relacionados con los güelfos y los gibelinos, puedes echarle un ojo a las ruinas de Weibertreu, Güelfos, Gibelinos y la lealtad de las mujeres.
Asimismo, la ciudad ha conservado varias torres de las antiguas fortificaciones. Una de ellas es la Waldhornturm, una torre del S. XIII que pertenecía al castillo inferior destruido durante la Guerra de los 30 años. Mide unos 29 metros y es un mirador, aunque nosotros siempre la hemos encontrado cerrada.
Antes de irte, merece la pena que recorras sus callejones, donde descubrirás más restos de la antigua muralla y muchos rincones con encanto.
Sin embargo, no todo es ver edificios en Besigheim, pues, como hemos dicho al principio, la ciudad está rodeada de viñedos y es un lugar perfecto para probar el vino de esta región.
Así, te recomendamos hacer una pausa en tu visita, por ejemplo, en la bodega de la Felsengartenkellerei, cuyo nombre, jardín de rocas, hace referencia a la disposición de sus viñedos en la ladera de una colina. Esta se encuentra junto a la Waldhornturm.
Y si quieres disfrutar de una bonita panorámica de Besigheim, entonces debes acercarte al mirador Aussichtskanzel am Niedernberg. Asimismo, también es bonito bajar hasta el río Enz y observar el perfil de la empinada ciudad alta desde el puente.
Por otra parte, muy cerca de Besigheim puedes visitar las Hessigheimer Felsengarten o los jardines rocosos de Hessigheim, a los que te recomendamos acercarte para pasear por estas formaciones rocosas, disfrutando de las vistas del rio alrededor de las colinas cubiertas de viñedos, un lugar conocido también por los escaladores.
Qué ver en Marbach am Neckar, la ciudad natal de Schiller
A unos 35 km de Stuttgart se encuentra el lugar de nacimiento de uno de los escritores alemanes más conocidos, Friedrich Schiller, que nació en Marbach am Neckar en 1759. Hasta ella puedes llegar en unos 30 min con la línea S4.
Pero no te recomendamos Marbach sólo por haber visto nacer a Schiller, sino porque ha logrado conservar un bonito casco histórico que se remonta principalmente a finales del S. XVII, ya que la ciudad fue destruida por las tropas francesas durante la Guerra de los Nueve Años (1688-1697).
Así, en la Marktstrasse verás los edificios más importantes de la ciudad, como el ayuntamiento o la Oberes Torturm, la puerta de la torre superior, que tiene unos 40 metros de altura. Y es que la ciudad ha mantenido gran parte de sus antiguas fortificaciones.
Además, las calles con más encanto son Untere, Mittlere y Obere –Holdergasse, que están cerca de la calle Niklastor, donde está la casa natal del escritor y en donde hay un pequeño museo sobre Schiller.
Cerca de la casa, pero fuera de las antiguas fortificaciones, se encuentra la Alexanderkirche o iglesia de Alejandro, que fue construida en el S. XV y marca el núcleo de asentamiento más antiguo de Marbach que sobrevivió a la destrucción de la ciudad en el S. XVII.
Por último, antes de irte, tienes que subir a la Schillerhöhe, donde una estatua de Schiller te da la bienvenida. Aquí están el Museo Nacional Schiller, el Archivo de Literatura Alemana y el Museo de Literatura Moderna.
Visita al monasterio cisterciense de Maulbronn
Uno de los lugares que ver cerca de Stuttgart es Maulbronn, que está a unos 45 km y es conocido por su monasterio cisterciense, que, desde 1993, pertenece a la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Y es que está considerado uno de los complejos monásticos medievales mejor conservados al norte de los Alpes.
Su construcción comenzó a mediados del S. XII y, en el S. XVI, tras la Reforma, se estableció aquí una escuela protestante que todavía existe y por la que han pasado estudiantes tan conocidos como Johannes Kepler o Hermann Hesse.
El monasterio tiene un tamaño considerable y, cuando cruces su puerta de entrada, comprenderás que los monjes tenían todo lo necesario para la vida de la comunidad allí dentro. Por otro lado, las colinas llenas de viñedos que lo rodean te indicarán que eran unos buenos productores de vino.
Dentro del recinto amurallado podrás visitar el claustro y la iglesia, que fue construida en estilo románico entre 1147 y 1178. Su vestíbulo, construido alrededor de 1220 en un estilo de transición románico-gótico, se conoce como el Paraíso y es una de las obras de arte de Maulbronn. Aquí debes fijarte en las puertas originales del S. XII.
Asimismo, otra de sus características es la capilla de la fuente, que está frente al Refectorio y era el lugar donde los monjes se purificaban antes y después de las comidas. Construida en el S. XIII, fue ampliada en el S. XIV y, en el S. XVII, se le añadió su vistosa estructura de entramado de madera. De la fuente medieval solo se conserva el caparazón de piedra inferior.
Te dejamos la página web del monasterio, donde puedes encontrar la información actualizada sobre su horario y precio. En abril de 2024, la entrada sin audio guía era de 9€.
Dentro del recinto hay baños gratuitos, un par de tiendas y tres locales donde puedes tomarte un café, un trozo de tarta o comer con las bonitas vistas del patio del monasterio.
Qué ver en la preciosa ciudad de Schwäbisch Hall
Schwäbisch Hall es una preciosa ciudad a la que puedes llegar en algo más de 1 hora en tren desde Stuttgart.
Esta ciudad es, sin ninguna duda, uno de los lugares que ver cerca de Stuttgart, pues es una joya arquitectónica, que, gracias a la sal, prosperó en la Edad Media.
Durante tu visita descubrirás la plaza del mercado, que está dominada por la iglesia de San Miguel, verás edificios barrocos y casas de entramado de madera, así como torres de su antigua fortificación y puentes de madera que conectan las pequeñas islas que hay en el rio Kocher. Además, podrás visitar museos de gran calidad y de entrada gratuita.
Tanto nos gusta esta ciudad, que hemos escrito un post sólo sobre ella: qué ver en Schwäbisch Hall, una de las ciudades más bonitas de Alemania.
Viajar a lo largo del río Neckar
El Neckar nace en la Selva Negra y desemboca en el Rin a la altura de Mannheim y, gracias a una serie de carreteras, la B27 y la B37, puedes llegar de Stuttgart a Heidelberg siguiendo su recorrido.
Durante este viaje, descubrirás un gran número de castillos que van apareciendo en lo alto de las colinas. Algunos de ellos son privados, como el de Zwingenberg, que te tienes que conformar con admirar su bonita silueta desde el valle, pero otros se pueden visitar.
– Castillo de Horneck, que es un antiguo castillo de la Orden Teutónica que aloja un museo sobre los Sajones de Transilvania, una minoría de origen alemán que jugó un importante papel en el desarrollo de esta región de Rumanía.
– Castillo de Gütenberg, construido en el S. XII, donde ofrecen espectáculos de cetrería.
– Fortaleza de Hornberg, un castillo del S. XII cuyas ruinas puedes recorrer mientras disfrutas de las vistas sobre el Neckar. Además, en su interior hay un restaurante, por lo que puedes comer o tomarte un café en su terraza con unas vistas increíbles de los alrededores.
En este último castillo conocerás al irreverente caballero Götfried von Berlichingen, que vivió aquí unos 45 años hasta su muerte. Conocido como mano de hierro, pues llevaba una prótesis, llegó a ser el protagonista de unas de las obras de Goethe. Además, una de sus frases ha pasado a la historia: «sag’s ihm, er kann mich im Arsche lecken», lo que se puede traducir como «dile que me puede lamer el culo». Hoy en día, a esta frase se le conoce como saludo suabo.
A lo largo del camino junto al río Neckar, hay, además, un par de localidades que merecen la pena que las visites, Bad Wimpfen y Mosbach.
Qué ver en la antigua ciudad imperial de Bad Wimpfen
Esta ciudad se encuentra a unos 70 km de Stuttgart y puedes llegar hasta ella en una hora y media tomando metro y tren.
Cuando te acerques a Bad Wimpfen desde Stuttgart, ya de lejos verás el perfil de la ciudad en lo alto de un promontorio, una perfecta invitación para adentrarse en sus calles empedradas y empinadas llenas de bellos edificios históricos.
En esta zona, alrededor del año 98 d.C, los romanos construyeron un sistema de fuertes para proteger sus tierras. Este se conoce como el Limes Neckar-Odenwald y la parte baja de Bad Wimpfen tuvo gran importancia en aquella época.
Además, en el S. XII, fue una importante ciudad Staufer y aquí se construyó un palacio desde donde los emperadores celebraban la corte y administraban justicia. De este palacio imperial todavía se conservan algunos edificios, como la Blaues Turm, el actual símbolo de la ciudad, la Rotes Turm, desde donde tienes unas bonitas vistas de los alrededores, la capilla palatina, el Schwibbogentor y la Steinhaus. Así como parte de la muralla que lo rodeaba.
Cuando los Staufer perdieron importancia, Bad Wimpfen pasó a ser ciudad imperial en el S. XIV y, durante la Guerra de los 30 años, una de las batallas más importantes tuvo lugar cerca de la ciudad, que sufrió bastantes daños durante este periodo.
Al visitar la ciudad, además de ver los restos del palacio imperial, entra en la iglesia evangélica del S. XIII y recorre sus bonitas calles. Durante el paseo, descubrirás un buen número de cafeterías que, seguro, harán que te apetezca sentarte a ver pasar el tiempo en esta bonita localidad.
Además, no te olvides de visitar la parte baja, donde está la Colegiata de San Pedro, que tiene una maravillosa portada gótica, un bello interior y un bonito claustro. Esta se construyó en el lugar de una antigua fortaleza romana y se cree que, desde el S. VII, ha habido aquí una iglesia. De hecho, el actual edificio es de estilo gótico tardío, pero conserva restos de la primera construcción románica.
De origen benedictino, a día de hoy pertenece a la Orden de los Caballeros de Malta y se encuentra junto al Neckar, por lo que desde aquí tienes unas bonitas vistas de la ciudad alta de Bad Wimpfen.
En Adviento se celebra aquí un precioso mercado que atrae a mucha gente de la región. Si te gustan los mercados de navidad, seguro que te interesa leer los mejores mercados de navidad alemanes.
Qué ver en Mosbach
Otra de las localidades a orillas del Neckar que debes visitar es Mosbach, que tiene un precioso casco histórico y se encuentra a unos 80 km de Stuttgart. Así, puedes llegar a ella en tren en algo más de una hora.
Mosbach ha conseguido salir ilesa de muchas guerras y, gracias a ello, es un placer pasear por sus calles.
Su parte más llamativa es la plaza del mercado, donde destaca la Palmsches haus, un precioso edificio de entramado del S. XVII. También está aquí el ayuntamiento, que se construyó en el S. XVI sobre la antigua iglesia de Santa Cecilia. Es curioso por ello, que la actual plaza del mercado fuese en su día el cementerio de la iglesia.
En un lado de la plaza se encuentra la colegiata de Santa Juliana, donde se llevan a cabo celebraciones tanto católicas como evangélicas. Por ello, en el S. XVIII, se levantó un muro que separaba ambas comunidades. A día de hoy, existen unas puertas que indican esta separación.
Saliendo de la plaza, por la calle principal, se encuentra la casa de entramado más antigua de la ciudad, la casa de la sal de 1425.
Qué ver en la romántica Heidelberg
No podíamos dejar fuera de la lista de lugares que ver cerca de Stuttgart a Heidelberg, aunque esté a algo más de 100 km de la capital. Eso sí, puedes llegar a ella en una hora en tren.
Y es que Heidelberg es una de las ciudades más bonitas de Alemania, con un aire romántico y muy juvenil, gracias a su Universidad, que es la más antigua de Alemania, pues fue fundada a finales del S. XIV, como la tercera universidad del Sacro Imperio Romano Germánico tras las de Praga y Viena. Actualmente, puedes visitar el museo de la universidad y su antigua prisión.
La ciudad fue, desde el S. XIII hasta 1720, residencia del Palatinado Electoral. Y es que este territorio, que fue independiente hasta 1803, estaba bajo el mando de un Conde Palatino, que era un título del Sacro Imperio Romano Germánico, que tenía la condición de príncipe elector.
Heidelberg es una de las pocas ciudades alemanas de gran tamaño que sobrevivió a la II Guerra Mundial sin daños relevantes. Sin embargo, hubo una guerra anterior que sí la devastó, la de Sucesión del Palatinado del S. XVII.
Durante esta y debido a las reclamaciones de herencia del rey francés Luis XIV, Heidelberg fue tomada por las tropas francesas y quedó arrasada. La ciudad tuvo que ser reconstruida en estilo barroco, pero el palacio de Heidelberg quedó en ruinas, por lo que fue abandonado. Fue entonces, en 1720, cuando la Corte se trasladó a Mannheim, donde construyeron un palacio más al gusto de la época.
Por otro lado, de los edificios renacentistas construidos en el S. XVI, sólo se mantiene la bonita fachada de la Haus zum Ritter.
La visita a la ciudad se centra principalmente en el área de la calle principal, que, con 1,6 kilómetros, es una de las áreas peatonales más largas de Europa. Además, es una zona muy animada, llena de tiendas y cafeterías. Asimismo, en ella se encuentran la mayoría de los edificios importantes de Heidelberg y, al fondo, verás la imagen del castillo en ruinas, la imagen más conocida de la ciudad.
El palacio, de color rojo por la piedra arenisca con la que está construido, domina la ciudad y sus orígenes podrían remontarse al S. XIII. Este fue la residencia de los Electores del Palatinado hasta su destrucción. Desde entonces, sólo ha sido parcialmente restaurado. Además, en 1764, un rayo cayó sobre el complejo. Usado como cantera, el castillo se convirtió en un símbolo para los artistas románticos a finales del S. XVIII y, a día de hoy, es una visita muy popular entre los turistas.
Tres veces al año, en junio, julio y septiembre, la ciudad conmemora la destrucción del castillo y este vuelve a incendiarse gracias a un juego de luces y fuegos artificiales.
Información actual sobre la visita al castillo de Heidelberg
Te recomendamos subir hasta el castillo, aunque no vayas a entrar, pues pasear por sus jardines es gratuito y desde allí tienes unas vistas preciosas de la ciudad. Puedes llegar andando o en funicular y, para que te hagas una idea de las distancias, desde Karlsplatz al castillo hay 1 kilómetro.
Una vez arriba, si quieres probar tu estado de forma, puedes subir la Himmelsleiter o escalera al cielo, que es un gran número de escalones totalmente irregulares que llevan a un parque con unas vistas estupendas sobre la región. Esta comienza en la parte trasera del castillo.
Si quieres conocer más castillos impresionantes, igual te interesa leer los castillos más bonitos del sur de Alemania.
Otro de los puntos clave de Heidelberg es el puente Viejo, que se llama oficialmente puente de Carl Theodor, el príncipe elector que lo mandó construir en su aspecto actual en el S. XVIII, aunque sus orígenes se remontan al S. XIII.
Durante la II Guerra Mundial, para detener el avance de las tropas aliadas, el puente fue parcialmente destruido, siendo reconstruido en 1947. En su extremo sur está la puerta del puente, que originalmente estaba integrada en las fortificaciones de la ciudad y cuyas partes más antiguas datan del siglo XV. Las estatuas que lo decoran son las del Elector Carl Theodor y la de Atenea.
A la entrada, junto a la puerta, suele haber gente haciendo cola para sacarse una foto con la escultura de un mono. Esta hace referencia a un antiguo macaco que estaba representado en el puente y que se perdió en el S. XVII.
Una manera de descubrir esta ciudad es realizando un free tour por Heidelberg o este tour por el casco histórico de la ciudad. Sin embargo, si quieres conocer Heidelberg de manera más independiente, puedes usar esta audio guía de la ciudad.
Por otro lado, puedes disfrutar de unas bonitas vistas panorámicas de la ciudad recorriendo el Philosophen weg, con el centro histórico, el castillo, el Neckar y la montaña Könisgstuhl como telón de fondo.
Además, una manera diferente de disfrutar de Heidelberg es haciendo un paseo en barco por el Neckar.
Por cierto, si vas a realizar varias visitas en esta ciudad, igual te interesa la Heidelberg Card.
Qué ver en Schwetzingen y sus jardines de ensueño
Muy cerca de Heidelberg se encuentra la elegante localidad de Schwetzingen, que está a unos 100 km de Stuttgart. El viaje en tren dura aproximadamente una hora y media.
En esta ciudad destaca su palacio, que fue residencia de verano de los electores del Palatinado Carl Philipp y Carl Theodor. Aunque lo que de verdad llama la atención, son los jardines que rodean al palacio y que hacen que este pase desapercibido.
Diseñados en el S. XVIII, es muy fácil pasarte horas paseando por ellos, donde verás ruinas artificiales, templos romanos, una mezquita de color rosa, un arboreto, fuentes, un lago y una casa de baños. Además, los jardines son también un buen lugar para ver la floración de los cerezos.
Por otro lado, los orígenes del castillo se remontan al S. XIV, cuando era una fortaleza medieval. Tras varias destrucciones y reconstrucciones, alcanzó su forma actual a finales del S. XVII y, bajo el gobierno de Carl Theodor, Schwetzingen fue residencia de verano y la corte se trasladaba del palacio de Mannheim al de Schwetzingen en los meses de calor.
La visita al palacio es guiada, dura alrededor de una hora y puede ser en alemán o en inglés. Para nosotros es mejor pasar más tiempo en los jardines que entrar en el edificio.
Información actual sobre la visita al palacio y los jardines.
Antes de entrar en el complejo palaciego, fíjate en la estatua que representan al elector Carl Theodor y a su amante medio desnudos y montados en un cerdo. Su autor es Peter Lenk, cuyas obras son fáciles de reconocer y suelen ser bastante controvertidas. En una de ellas, el artista representó a varios políticos alemanes, entre ellos Angela Merkel, desnudos.
Lugares que ver cerca de Stuttgart al sureste de la capital
Y seguimos con los lugares que ver cerca de Stuttgart que se encuentran al suroeste de la capital:
Qué ver en Esslingen, vino espumoso y casas de entramado
Esslingen está a tan sólo 10 km de Stuttgart y puedes llegar a ella en unos 15 min tomando la línea S1.
Esta es, bajo nuestro punto de vista, una visita obligada si visitas Stuttgart, pues nos parece una de las ciudades más bonitas de Baden-Württemberg.
La ciudad formó parte del Imperio Romano en el siglo I d.C. Más tarde, en el 1079, pasó a manos de los Staufer y se convirtió en ciudad imperial en el S. XII. Esslingen llegó a ser una de las más ricas del Imperio alemán.
Durante tu visita, podrás verás más de 200 edificios de entramado de madera en su casco histórico, que van del S. XIII al XVI. En uno de ellos, en la calle Pliensaustrasse 8, vivió, probablemente, el astrologo, filosofo y médico Paracelso en 1531. Además, la hilera de casas de entramado más antigua de Alemania se encuentra aquí, en Hafenmarkt 4-10. Estas fueron construidas entre 1328 y 1331.
Asimismo, una de las casas de entramado más bonita es la casa Kielmeyer, del S. XVI, que fue construida como lagar del Hospital de Santa Catalina, que fue una de las instituciones más ricas de la ciudad.
Por otro lado, Esslingen tiene muchos Pfleghöfe, es decir, edificios monásticos administrativos, e iglesias imponentes, que dan una idea de la antigua prosperidad de la ciudad.
Por ejemplo, la iglesia de San Dionisio marca el origen de la ciudad en el año 777. Sin embargo, el edificio actual es el tercero de los que aquí se construyeron y data del S. XIII. El puente que une sus dos torres se añadió alrededor del 1600 por motivos estructurales, pues estas empezaron a inclinarse. De su interior destacan las vidrieras del coro de alrededor del 1300.
Además, un pfleghof impresionante es el que perteneció al Cabildo de la Catedral de Speyer desde 1213 hasta 1546 y que se encuentra junto a la iglesia de San Dionisio. En 1826, Christian von Kessler lo usó para elaborar vino espumoso tras su estancia en Reims, haciendo que Esslingen tenga la producción más antigua de vino espumoso de Alemania.
Asimismo, el Salemer Pfleghof, mencionado en 1229 y que perteneció al monasterio de Salem, sirvió de residencia del emperador Carlos V en el S. XVI.
Otra estructura interesante de la ciudad es su puente interior, que originalmente tenía once arcos. Este fue construido en la década de 1250 y conectaba la ruta comercial entre Italia y Flandes. Sobre él se construyeron casas que albergan diferentes negocios y una pequeña capilla.
Además, en Esslingen todavía se mantienen varias torres de las antiguas fortificaciones, como la la puerta de Pliensau, construida en el S. XIII o la Schelztor, que está decorada con la escultura Skywalker. Esta se encuentra en el puente de Agnes, donde, en una de las islas, verás una bonita casa de entramado de madera, que era la antigua carpintería. Esta casa crea una bella imagen con la iglesia de San Dionisio al fondo.
Por otro lado, la torre más antigua de la ciudad es la Wolfstor construida alrededor de 1220.
Sin embargo, uno de sus edificios más conocidos es su antiguo ayuntamiento, que es una verdadera joya. Construido en 1422 como salón de ventas y casa de impuestos, presenta dos fachadas completamente diferentes.
Así, la del lado norte es renacentista, fue añadida en el S. XVI y en ella destaca un bonito reloj astronómico. La del sur, en cambio, es de entramado de madera de un color tirando a rojo precioso.
Debido a su gran belleza, hemos incluido este edificio en nuestra lista de los ayuntamientos más bonitos de Alemania.
Por último, una visita a Esslingen no está completa si no subes al castillo de Esslingen, que nunca fue la sede de ninguna familia noble y siempre formó parte de las fortificaciones medievales de la ciudad, que estuvo amurallada desde el S. XIII.
Puedes subir hasta él por una escalera cubierta con más de 300 escalones, por calles empinadas u optar por el transporte público o el coche. Tras la subida, puedes descansar en el jardín del patio interior y disfrutar de las vistas de la ciudad. Sus torres datan de diferentes periodos, desde el S. XIV al XVI.
Qué ver en Shorndorf, ciudad de nacimiento de Gottlieb Daimler
Schorndorf se encuentra a 30 km de Stuttgart y puedes llegar en algo más de media hora tomando la línea S2.
En esta localidad destaca su plaza del mercado, que está rodeada de bonitos edificios de entramado de madera. Aquí se encuentra, por ejemplo, la farmacia Gauppsche, en cuyo interior se conservan muebles antiguos, vasijas, herramientas, libros, jarrones y documentos antiguos, pues desde 1689 este edificio ha sido ocupado por una farmacia. Junto a ella, en un impresionante edificio de entramado del S. XVII, está la farmacia Palm.
Uno de los lados de la plaza lo ocupa el ayuntamiento del S. XVIII, que en su parte trasera tiene un mural que conmemora a las mujeres de Schorndorf, las cuales, en 1688, evitaron que la fortaleza de la ciudad fuese entregada a las tropas francesas. Muy cerca se encuentra la iglesia evangélica del S. XV.
Paseando por las calles de Schorndorf descubrirás varios edificios de entramado de madera que te van a llamar la atención, como la casa en Gumpbrunnen o una casa totalmente asimétrica del S. XVIII, construida sobre la muralla de la ciudad, en Römmelgasse 18. Además, no hay que dejar de acercarse al castillo de Schorndorf del S. XVI.
Además, Schorndorf es el lugar de nacimiento del pionero de la automoción Gottlieb Daimler. Su casa natal se encuentra en Höllgasse y alberga un pequeño museo gratuito, donde se exhiben documentos y modelos del inventor.
Qué ver en la sorprendente Schwäbisch Gmünd
Otra ciudad que ver cerca de Stuttgart es Schwäbisch Gmünd, que está a unos 55 km de la capital y a la que puedes llegar en una hora en tren.
Schwäbisch Gmünd es, probablemente, la ciudad Staufer más antigua, pues fue mencionada por primera vez como tal en 1162. Esta ciudad imperial poco conocida te va a sorprender gracias a su impresionante catedral gótica del S. XIV y a la preciosa iglesia románica de San Juan del S. XIII.
La catedral se encuentra en una plaza rodeada de bonitos edificios, entre los que destaca una casa románica de piedra que se convirtió en su campanario tras el derrumbe de las torres de la catedral en 1497. Su tejado con tejas de colores no pasa desapercibido.
Además, la plaza del mercado es también un sitio obligado, pues aquí verás bellos edificios, como la casa Grät, que se encuentra en el número 7 y ha servido de ayuntamiento y grandes almacenes. Esta presenta un relieve de los Reyes Magos que proviene de una antigua capilla y que recuerda que, durante el viaje del traslado de las reliquias de los magos de Milán a Colonia, estas, probablemente, descansaron por un tiempo en Schwäbisch Gmünd.
Asimismo, la ciudad conserva seis torres de las 23 que conformaron sus antiguas fortificaciones. La más llamativa es la torre de los cinco botones del S. XV.
Cerca de esta se encuentra el jardín de la ciudad, un bonito lugar para descansar y donde se encuentra un palacete rococó.
Aquí, junto al rio, puedes ver un edificio moderno, cuya forma recuerda a un queso y que le da un toque de modernidad a la ciudad.
Por otro lado, a menos de 10 km de Schwäbisch Gmünd, puedes visitar las ruinas de una fortaleza del S. XIII, Hohenrechberg, desde donde tienes muy buenas vistas de la zona.
Además, también a unos 10 km de la ciudad y en lo alto de una colina, se encuentra el monasterio de Lorch, fundado en el S. XII y lugar de enterramiento de los Staufer.
Asimismo, por aquí pasaba el LIMES, la antigua frontera del Imperio Romano.
Qué ver en Ulm y Blaubeuren
Ulm está a unos 90 km de Stuttgart y puedes llegar a ella en 1 hora en tren.
Esta ciudad, donde, en 1879, nació Albert Einstein, sufrió grandes daños durante la II Guerra Mundial y sólo se salvó una pequeña parte de su centro histórico. Es por ello, que, a día de hoy, en Ulm se mezclan edificios históricos y arquitectura moderna.
Su edificio más emblemático es la catedral gótica, que, con 161 metros, es la más alta del mundo. Como te puedes imaginar, si subes los 768 escalones que llevan a lo alto de su torre, disfrutarás de unas grandiosas vistas.
Además, no te puedes olvidar de visitar su ayuntamiento, un edificio de estilo gótico y renacentista con un reloj astronómico.
Desde aquí, pasando por la torre de los carniceros, que formaba parte de la antigua fortificación medieval, llegarás al Danubio. Si lo cruzas, tendrás unas vistas muy bonitas de la ciudad, con las murallas, las casas antiguas y la catedral por encima de ellas.
Por cierto, puedes recorrer parcialmente las murallas de Ulm.
Sin embargo, su zona con más encanto es el barrio de los pescadores, donde verás preciosas casas que fueron el hogar de curtidores, tintoreros y marineros. Aquí se encuentran, además, los edificios más antiguos de Ulm.
Un edificio que llama la atención es la casa torcida en Schwörhausgasse 6. De hecho, hoy en día, esta casa de entramado de madera del S. XIV alberga un hotel que es considerado como el más inclinado del mundo. Esta se encuentra sobre el Blau, un afluente del Danubio.
Otro barrio que logró salvarse de los bombardeos es Auf dem Kreuz, donde hay un gran número de edificios que datan de antes del S. XVIII.
Si planeas hacer varias visitas en Ulm, échale un ojo a la Ulm Card y si quieres descubrir esta ciudad de una manera diferente, puede que te interese esta búsqueda del tesoro por Ulm.
Por cierto, si viajas con niños, que sepas que a unos 35 kilómetros de aquí está el parque de Peppa Pig.
Si quieres saber cómo es, échale un ojo a visitar el parque de Peppa Pig en Alemania.
A menos de 20 km de Ulm se encuentra la localidad de Blaubeuren, que es un lugar curioso que ver cerca de Stuttgart.
Aquí destacan tres visitas:
– El museo prehistórico, que muestra los hallazgos de excavaciones en las cuevas de los alrededores. Entre ellos se encuentra la Venus de Hohle Fels, la escultura humana figurativa más antigua de la que se tiene constancia.
– Su monasterio benedictino, que fue fundado en el S. XI por los condes de Tübingen.
– Y, por supuesto, el Blautopf, un manantial kárstico del que nace el rio Blau. Con 21 metros, es uno de los manantiales más profundos de Alemania y se caracteriza por su increíble color azul.
Y es que la meseta del Alb, donde se encuentra Blaubeuren, está formada por rocas calizas permeables, donde el agua de la lluvia se acumula bajo la tierra, dando lugar a la formación de un sistema de cuevas dentro del macizo montañoso. El agua de estas cuevas sale a la superficie en el Blautopf y su color ha originado varias leyendas. Aunque, realmente, este se debe a un efecto físico causado por la dispersión de la luz en las partículas de cal que se encuentran dispersas en el agua o dispersión de Rayleigh.
Qué ver en Bad Urach
Otro lugar poco conocido que ver cerca de Stuttgart es Bad Urach, una ciudad que se encuentra a unos 50 km de Stuttgart y a la que puedes llegar en algo más de una hora en tren.
Bad Urach es una visita muy completa, pues puedes ver un par de cascadas, las ruinas del castillo de Hohenurach del S. XI y la propia ciudad, que tiene un bonito centro histórico y un antiguo palacio residencial construido en el S. XV.
Aparte, el punto más bonito de Bad Urach es la plaza del mercado, donde verás edificios de entramado de los S. XV y XVI. Además, también destaca la colegiata de San Amandus.
Por otro lado, a unos 15 km de Bad Urach, se encuentra otra fortaleza, la de Hohenneufen, construida en el S. XII. Nosotros todavía no la hemos visitado, pero la tenemos en mente.
Qué ver en la ciudad universitaria de Tübingen o Tubinga
Uno de los mejores lugares que ver cerca de Stuttgart es la ciudad de Tübingen, que se encuentra a unos 40 km y a más o menos una hora en tren.
A orillas del Neckar, esta ciudad tiene un ambiente muy juvenil, gracias a su universidad, que fue fundada en 1477.
En una visita a Tübingen no puede faltar un paseo por el Neckarfront, con sus bonitas casas de colores y la torre Hölderlin, uno de los edificios más conocidos de la ciudad, donde el famoso poeta alemán pasó sus últimos años.
Además, tienes que entrar en la colegiata de San Jorge, del S. XV y donde están enterrados varios duques de Württemberg, entre ellos el fundador de la Universidad.
También puedes pasar un rato en la plaza del mercado, que está rodeada de bellos edificios de entramado y donde destaca la preciosa fachada de su ayuntamiento del S. XV, aunque ha sido reformado posteriormente.
Y, por supuesto, no te puedes olvidar de subir al castillo de Hohentübingen, que fue construido a partir del S. XI.
Aquí puedes entrar en su patio y visitar sus interesantes museos, el de las Culturas Antiguas y del Mundo y el pequeño museo gratuito de bioquímica, donde te cuentan que en el laboratorio del castillo se aisló por primera vez el ADN en 1869.
Asimismo, desde aquí arriba disfrutarás de unas bonitas vistas de la ciudad y de la Jura de Suabia.
A 6 km de Tübingen se encuentra el monasterio cisterciense de Bebenhausen, fundado en el S. XII. Tras la Reforma del S. XVI se convirtió en escuela y pabellón de caza para los reyes de Württemberg.
Qué ver en Herrenberg
A unos 30 km de Stuttgart se encuentra esta localidad a la que puedes llegar con la línea S1 del metro en unos 20 min.
Víctima de varios incendios, el aspecto actual de la ciudad se debe a la reconstrucción del S. XVII. En ella destaca su bonita plaza, que está rodeada de casas de entramado de madera.
Sin embargo, el símbolo de la ciudad es la majestuosa torre de su colegiata, que está coronada con una cúpula de cebolla y puede verse desde lejos, ya que se encuentra situada en lo más alto de Herrenberg. Por su lado, la Colegiata se construyó en dos fases, una en el S. XIII y otra en el S. XV.
Detrás de la Colegiata se conservan algunos restos de la muralla del S. XIII y un camino que lleva al Schlossberg, la colina del palacio. Aquí se encuentran las ruinas de este edificio del S. XIII y un mirador con vistas a la ciudad.
Además, desde aquí sale un camino de unos 3 km que lleva a la torre mirador, Schönbuchturm, de 35 m de altura.
En Herrenberg puedes ver una escultura del polémico artista Peter Lenk, del cual ya hemos escrito al hablar de Schwetzingen.
Visitar el castillo de Lichtenstein
En la Jura de Suabia, a unos 60 km de Stuttgart, se encuentra uno de los castillos de cuento de hadas que ver cerca de Stuttgart.
Así, el castillo de Lichtenstein se encuentra en una elevación de unos 800 m de altura sobre el valle del Echaz. A Honau, la localidad donde se encuentra, puedes llegar en tren en una hora y media.
Eso sí, el edifico actual no tiene ninguna importancia histórica, pues se construyó en el S. XIX gracias a los sueños románticos de un apasionado de la Edad Media y coleccionista de objetos de arte, el duque de Urach, Guillermo de Württemberg.
Pero comencemos por el principio:
Érase una vez un castillo que era la sede de la familia Lichtenstein, que fue destruido en el S. XIV. Por eso, se construyó otro en las proximidades, que acabó perdiendo importancia en el S. XVI y se deterioró.
A principios del S. XIX, el futuro rey de Württemberg Federico I ordenó construir en el lugar de las ruinas un pabellón de caza.
Sin embargo, la obra literaria Lichtenstein, escrita por Wilhelm Hauff en 1826, resucitó la historia del castillo medieval y le sirvió de inspiración al duque de Urach, primo del rey, para comprar el terreno y construir el actual castillo en la década de 1840. Además, lo amuebló con sus colecciones de arte.
Sobre la visita es importante que sepas que, para poder disfrutar de las vistas más famosas del castillo de Lichtenstein, tienes que pagar entrada.
Así, pagando 4€ (julio 2024), puedes pasear por los exteriores, donde está el mirador desde donde se obtienen las mejores imágenes del castillo. Asimismo, por 12 €, puedes visitar el interior dentro una visita guiada, la cual nos pareció bastante interesante.
Información actual sobre la visita al castillo
Aparte, cerca del castillo puedes visitar las cuevas de Nebelhöhle y de Bärenhöhle.
Junto al castillo hay un restaurante y un aparcamiento.
Visitar el castillo de Hohenzollern
A unos 70 km de Stuttgart, encaramado en lo alto de una colina en la localidad de Hechingen, se encuentra el castillo de Hohenzollern, que es una representación romántica de un castillo medieval. Podría decirse que es una especie de Neuschwanstein en Baden-Württemberg, pero de aspecto más sobrio.
Esta era la sede de la familia Hohenzollern, antiguos reyes prusianos y emperadores alemanes. Sus orígenes se remontan probablemente al S. XI, aunque el edificio actual, la tercera de las construcciones que aquí ha habido, data de mediados del S. XIX.
Esta última se construyó en estilo neogótico y fue inaugurado bajo el reinado de Guillermo I de Prusia. Aunque todavía queda alguna parte de la segunda construcción, como la capilla de San Miguel, que conserva restos medievales del S. XV.
En la visita al castillo de Hohenzollern diferenciamos dos excursiones, la de disfrutar de las vistas del castillo y la de entrar en él.
Entrar en el castillo
Para visitar el castillo hay que tomar dos trenes, Stuttgart – Plochingen y Plochingen – Hechingen, aparte del autobús 306. El trayecto dura algo menos de dos horas.
El castillo abre de 10:00 a 18:30, siendo la última entrada a las 17:00.
Te recomendamos comprar la entrada de manera online, pues de esta manera te ahorrarás algo de dinero y te asegurarás entrar. Así, si la compras en la caja pagarás 26 €, pero si la reservas de manera online te saldrá 23€.
Estamos hablando de la entrada normal, para ver los posibles descuentos lo mejor es que entres en su página web. Por cierto, los menores de 12 años entran gratis.
En el ticket está incluido el precio del aparcamiento, así como el de una lanzadera que lleva hasta un lugar próximo a la entrada del castillo. De todas formas, también puedes subir andando. Asimismo, en el patio del castillo hay un pequeño stand donde puedes beber y comer algo.
Bajo nuestra opinión, el precio de la entrada es demasiado caro.
Un buen momento para venir es en la época de adviento, cuando se organiza un mercado en su patio.
Información actual sobre la visita al castillo de Hohenzollern
Disfrutar de las vistas del castillo
Y si no quieres visitar su interior, pero sí quieres disfrutar de las vistas del castillo sobre la colina de unos 900 m de altura, entonces lo que tienes que hacer es ir hasta Bisingen, donde, en el barrio de Zimmern, se encuentra el aparcamiento de Kaiserberg.
Desde aquí, tras un corto y sencillo paseo, llegarás a un mirador desde donde puedes disfrutar de las vistas de este impresionante castillo en la Jura de Suabia.
Para llegar desde Stuttgart, el trayecto es el mismo que para entrar en el castillo, pero en este caso tienes que tomar el autobús 305.
Visitar el castillo Hohenzollern en Sigmaringen
¿Creías que era suficiente con tener dos castillos impresionantes que ver cerca de Stuttgart? Pues sigue leyendo, que todavía te queda un castillo de ensueño por conocer en las proximidades de la capital.
En este caso nos tenemos que ir hasta la ciudad de Sigmaringen, que está a unos 100 km de Stuttgart. El trayecto en tren dura más de 2 horas, pues hay que tomar dos trenes, uno de alta velocidad hasta Ulm y luego un tren regional, RE55.
Este castillo fue la antigua residencia de los príncipes de Hohenzollern-Sigmaringen y se encuentra en el extremo sur de la Jura de Suabia, en un desfiladero del Danubio, sobre un pequeño acantilado de unos 200 m de largo y a unos 35 metros sobre el rio.
Sus orígenes se remontan al S. XI, aunque fue ampliado a su actual tamaño en el S. XV. Además, el edificio ha sufrido reconstrucciones, incendios y daños durante la Guerra de los Treinta Años, hasta llegar a la imagen de hoy en día.
Durante algún tiempo, desde 1944 hasta 1951, el castillo fue un enclave francés, donde se alojaron los miembros del régimen de Vichy.
Si entras en el castillo, además de pasear por sus salas, podrás ver una de las colecciones privadas de armas más grandes de Europa, con unos 3000 objetos. Asimismo, hay una exposición sobre la prehistoria y la historia temprana de Baden-Württemberg.
Las habitaciones sólo se visitan dentro de una visita guiada, pero la armería se hace por libre.
Lugares de la Selva Negra que ver cerca de Stuttgart
Y vamos a terminar el post con algunos lugares de la Selva Negra que ver cerca de Stuttgart.
Si quieres más información sobre la Selva Negra, puedes echarle un ojo a:
– Qué ver en la Selva Negra, una guía para descubrir sus secretos
– Gengenbach, uno de los pueblos más bonitos de la Selva Negra
– Selva Negra: qué ver en Schiltach, uno de sus pueblos más bonitos
– Qué ver en Sasbachwalden, de cuyas fuentes podrás beber aguardiente
– Baden-Baden, la elegante ciudad de la Selva Negra
– Qué ver en Karlsruhe y alrededores
Qué ver en Rottweil, la ciudad más antigua de Baden Württemberg
A unos 100 km de Stuttgart se encuentra la histórica localidad de Rottweil, a la cual puedes llegar en tren en una hora y media.
En esta ciudad, considerada la más antigua de Baden-Württemberg, se fundó un asentamiento romano en el 73 d.C. Este era conocido como Arae Flaviae.
Más tarde, en el S. XIII, se convirtió en ciudad imperial del Sacro Imperio Romano Germánico, hasta que, a principios del S. XIX, pasó a formar parte del ducado de Württemberg.
Si la visitas, podrás pasear por su casco histórico, donde debes fijarte en sus bonitos edificios, que están llenos de detalles, como los balcones que decoran alguna de sus fachadas.
Además, la ciudad conserva parte de las antiguas fortificaciones del S. XIII, como la torre de la Pólvora, la torre Alta, de 54 m de altura, o la puerta Negra, que cierra uno de los lados de la calle principal.
Otra visita interesante es la catedral de la Santa Cruz, que data probablemente del S. XII. Y, si quieres aprender más del pasado romano de Rottweil, puedes visitar el museo situado en el monasterio dominicano.
Por otra parte, en el año 2017 se concluyó la torre de prueba ThyssenKrupp Elevator, que tiene 246 metros de altura. Su función es probar ascensores de alta velocidad y está a las afueras de la ciudad, aunque la verás desde muchos puntos de esta.
Tenemos pendiente subir a su mirador, que se encuentra a 232 m de altura, lo que lo convierte en la plataforma de observación más alta de Alemania. Este abre de viernes a domingo y los días festivos de 10:00 a 18:00. La entrada normal cuesta 9€.
Aparte, Rottweil tiene una gran tradición de carnaval y durante la visita seguro que ves más de una referencia a esta fiesta.
Asimismo, el nombre de los perros Rottweiler se debe a esta ciudad y puedes ver una escultura de este animal en la calle principal. Y es que esta raza era común aquí, que era un importante centro comercial de ganado, donde los carniceros los usaban como perros pastores para cuidar de los rebaños.
Qué ver en Calw, la encantadora ciudad natal de Hermann Hesse
A unos 40 km de Stuttgart se encuentra esta pintoresca localidad, a la cual puedes llegar en 1 hora y cuarto tomando la línea S6 hasta Weil der Stadt y luego el autobús 670.
Calw es el lugar de nacimiento del premio Nobel de literatura de 1946, Hermann Hesse. De hecho, una estatua del escritor te da la bienvenida en el puente de Nicolás, uno de los lugares mencionados a menudo en su obra. Aquí se encuentra también una pequeña capilla y dos figuras que reflejan los dos oficios más importantes para el desarrollo de la ciudad, un balsero y un comerciante de telas.
Además, la plaza de Calw es un precioso conjunto de casas de entramado de madera y entre sus edificios se encuentra la casa más antigua de la ciudad, la casa Schäberle, del 1500. Aparte, en Marktplatz 6 está la casa natal de Hermann Hesse.
Si vas a Calw, no debes dejar de visitar las románticas ruinas del monasterio de Hirsau, que se encuentran a unos 3 km.
Esta antigua abadía benedictina de San Pedro y San Pablo fue, en sus orígenes, un importante monasterio alemán. Construido a finales del S. XI, fue incendiado por las tropas francesas en 1692, durante la Guerra de Sucesión del Palatinado.
Durante tu visita, podrás pasear entre las ruinas para descubrir la basílica románica, el claustro gótico, la bien conservada capilla de María en estilo gótico tardío y el castillo renacentista del S. XVI.
En Hirsau también puedes ver una escultura de Peter Lenk.
Qué ver en Altensteig
A unos 60 km de Stuttgart se encuentra Altensteig, a la cual puedes llegar en una hora y media tomando la línea S1 hasta Herrenberg y allí subir al autobús X77.
Esta localidad se encuentra en el valle del alto Nagold y su pequeño y muy empinado centro histórico tiene mucho encanto.
Uno de sus edificios más importantes es su complejo palaciego, cuyos orígenes se remontan, probablemente, al S. XII.
El Nuevo Palacio sorprende por su curiosa arquitectura y fue construido a principios del S. XVII. A las dos torres se les conoce popularmente como Cielo e Infierno y es el único castillo de la Selva Negra que no ha sido destruido nunca.
Actualmente, en el Antiguo palacio hay un museo donde puedes aprender sobre la historia de Altensteig y los oficios de la región.
Sin embargo, ten en cuenta que una visita a Altensteig no está completa sin ir a alguno de los miradores que permiten disfrutar de una bella vista panorámica de la ciudad.
Qué ver en Baden-baden
A unos 100 km de Stuttgart se encuentra esta elegante ciudad balneario, a la cual puedes llegar en una hora y media tomando dos trenes.
Este es un lugar perfecto que ver cerca de Stuttgart, pues puedes combinar el paseo por la ciudad con una visita a una de sus termas, como el lujoso balneario romano-irlandés Friedrichsbad o las termas de Caracalla.
Además, también puedes ver las ruinas de los antiguos baños romanos y, por supuesto, no puedes irte sin pasar por su casino, que se encuentra en el bello edificio del Kurhaus y está rodeado de jardines.
Te contamos mucho más sobre esta ciudad en qué ver en Baden-Baden.
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Que guía mas completa! Desde que os leemos mas nos llama la atención visitar Alemania (a poder ser entera jeje). Recomendáis hacerlo ¿en verano o invierno? Seguro que cada estación tiene su encanto. Muchas gracias por compartirlo y por el trabajazo!
Gracias! No sabéis la ilusión que nos hace leer esto! Pues a ver, los días en Alemania durante el invierno son bastante cortos, pero a finales de noviembre y diciembre están los mercados de Navidad que, la verdad, están geniales, le dan un aire diferente a las ciudades y pueblos. De mayo a octubre creemos que es la mejor época para visitar el pais.
Y todo el pais de una sola vez… igual es demasiado. Creemos que es mejor centrarse en regiones concretas. Estamos pensando en publicar una ruta por el sur de dos semanas y nos cuesta descartar cosas
Muchísimo que ver por esa zona. Me encanta esa arquitectura y desde luego hace falta unos cuantos días para poder disfrutar todo este itinerario, me encantaría poder realizarlo.
Muchas gracias por compartir todos estos lugares.
La verdad es que esta zona da mucho juego. Y la Selva Negra tiene también mucho que ofrecer. Esperamos que dentro de poco puedas visitar Alemania, 🙂