Qué ver en Friburgo de Brisgovia, capital de la Selva Negra

Considerada la capital de la Selva Negra, esta ciudad universitaria te enamora por su buen ambiente y por aquellos rincones que sobrevivieron a la destrucción de la II Guerra Mundial. Si vienes en verano, es posible que te olvides de algunos de los lugares que ver en Friburgo y sólo quieras refrescarte en los arroyos que recorren su casco antiguo. ¿Nos acompañas?

Collage de 8 fotos sobre qué ver en friburgo

Friburgo es la ciudad más al sur de Alemania y está considera la capital de la Selva Negra. Además, es la más soleada del país, por lo que es probable que pases calor si vienes en verano, pero no te preocupes, que tiene su propio sistema de refrigeración.

Muy dañada durante la II Guerra Mundial, parte de su casco antiguo es moderno. Sin embargo, ha logrado conservar su encanto y sigue enamorando al que la visita. 

En este post vamos a contarte qué ver en Friburgo, pero tenemos más información sobre la Selva Negra en nuestro blog:

– Selva Negra: una guía para descubrir sus secretos

– Schiltach, uno de los pueblos más bonitos de la Selva Negra

– Gengenbach, uno de los pueblos más bonitos de la Selva Negra

Karlsruhe y alrededores

La elegante ciudad de Baden-Baden

Baden-Baden en navidad

Sasbachwalden, en cuyas fuentes podrás beber aguardiente

Dónde está y cómo llegar a Friburgo

Friburgo de Brisgovia, no confundirse con la ciudad de Friburgo en Suiza, se encuentra en el sur de Alemania, en el estado de Baden-Württemberg, a unos 25 kilómetros de la frontera con Alsacia.

Así, tienes varias opciones para llegar hasta ella.

– Si vienes en coche, te recomendamos leer consejos para conducir por las carreteras alemanas, donde te contamos cómo conseguir la pegatina necesaria para conducir por Friburgo o la importancia de los neumáticos en Alemania. Y si tienes que alquilar un coche, te aconsejamos entrar en Rentalcars.

Nosotros visitamos Friburgo un domingo y aparcamos de manera gratuita en una zona cercana al puente de Wiwilí. Sin embargo, pertenece a la Zona 1 y es de pago de lunes a sábado de 9:00 a 23:00, además, tiene un máximo de estacionamiento de 6 horas y 1 hora cuesta 3,80€.

Para pagar menos, tendrás que ir a alguna calle de la Zona 2, 3,20€ la hora, o Zona 3, 1,60€ la hora. Aquí puedes ver un mapa con las diferentes zonas de estacionamiento en Friburgo.

Viendo estos precios, otra opción es dejar el coche en algún parking, que, aunque tampoco son baratos, por lo que hemos visto, son más asequibles que la calle.

Sin embargo, también puedes dejar el coche en un P+R, que son parkings en las afueras de la ciudad con conexión de autobús o tren. Eso sí, si aparcas, tienes que usar el transporte público. Aquí te dejamos más información sobre los park and ride.

– Si llegas en tren, deberás usar los trenes de la Deutsche Bahn, en cuya página encontrarás toda la información sobre rutas, horarios y precios. Una buena opción para conocer esta zona es adquirir el Baden-Württemberg ticket, que te permite tomar a lo largo de un día todos los trenes que quieras dentro de este estado y es válido para un máximo de 5 personas.

Además, puedes comprar el Deutschland-ticket, que tiene validez mensual y te permite viajar por toda Alemania por sólo 49€ usando todos los transportes públicos locales.

Eso sí, te recomendamos mirar antes de cada viaje la página de la compañía, ya que a veces hay tramos en obras que modifican los trayectos.

– Y si vives lejos de Alemania, lo más cómodo es que llegues en avión. 

Así, los aeropuertos más cercanos a Friburgo son el de Basilea-Mulhouse-Friburgo, que está a unos 70 kilómetros, el de Estrasburgo, que se encuentra a unos 80 kilómetros, y los de Karlsruhe-Baden-Baden y Zúrich, que están a unos 100 kilómetros. Un poco más lejos, a unos 150 kilómetros, está el aeropuerto de Stuttgart.

Para encontrar los vuelos que mejor se adaptan a tus fechas y presupuesto, te recomendamos entrar en Skyscanner.

Historia de Friburgo

A finales del S. XI, el duque Bertoldo II de Zähringen levantó un castillo en Schlossberg. Unos años más tarde, en 1120, Conrado y Bertoldo III elevaron a ciudad los asentamientos a los pies del castillo. Gracias a los yacimientos de plata de la Selva Negra descubiertos en el S. X, la ciudad de Friburgo prosperó.

Sin embargo, el último miembro de la familia Zähringer, los fundadores de Friburgo, murió en 1218 y el poder pasó a los condes de Urach, que se proclamaron condes de Friburgo.

No obstante, estos no eran muy queridos por el pueblo y hubo muchos enfrentamientos, hasta que, en 1368, los ciudadanos pagaron 15.000 marcos de plata por su libertad y se pusieron bajo el poder de la poderosa familia Habsburgo hasta principios del S. XIX.

Durante este largo periodo, Friburgo fue ciudad imperial de 1415 a 1427 y sufrió la Guerra de los Treinta años con numerosos asedios y una gran disminución en su población. Además, formó parte de Francia en el S. XVII y fue fortificada por el famoso arquitecto militar Vauban. Eso sí, cuando los franceses se retiraron en 1745, arrasaron la fortaleza, por lo que no queda prácticamente nada de ella.

Finalmente, el dominio austriaco acabó en la primera década de 1800, cuando Napoleón incorporó Friburgo al Gran Ducado de Baden.

Durante la I Guerra Mundial, su proximidad al frente hizo que se lanzaran más bombas sobre la ciudad que sobre cualquier otra ciudad alemana y la reunificación de Alsacia con Francia tras la guerra contribuyó al declive económico de la región.

Durante la II Guerra Mundial, Friburgo también fue bombardeada y, de hecho, en 1940, la Luftwaffe alemana bombardeó por error la ciudad, dejando más de 50 muertos. 

Aunque se salvó en un principio de los ataques, su suerte acabó el 27 de noviembre de 1944, cuando grandes áreas de la ciudad quedaron devastadas y hubo más de 2500 muertos. 

En 1945, los franceses ocuparon la ciudad y, en 1951, el sur de Baden pasó a formar parte del estado federado de Baden-Württemberg con Stuttgart como su capital.

Hoy en día, Friburgo es la cuarta ciudad más grande de Baden-Württemberg, tras Stuttgart, Mannheim y Karlsruhe y su universidad es conocida en todo el país.

Además, se le conoce como ciudad verde y como la capital ecológica de Alemania, gracias a su orientación medioambiental y a su apoyo al Partido Verde.

Qué ver en Friburgo

Si bien es cierto que no hay un gran número de monumentos que ver en Friburgo, merece mucho la pena que le dediques tiempo a pasear por las calles de su casco antiguo y que subas a la colina del Schlossberg a disfrutar de una bonita vista panorámica de la ciudad y, por qué no, a tomar una cerveza en la taberna al aire libre que hay.

Una buena manera de descubrir esta bonita ciudad es uniéndote a un free tour por Friburgo, donde conocerás sus lugares más emblemáticos y aprenderás sobre su historia.

Y ahora comencemos a hablar sobre los lugares qué ver en Friburgo, la mayoría de los cuales están en su casco antiguo.

Münsterplatz o plaza de la catedral

Y tenemos que comenzar en la Münsterplatz, donde se levanta el edificio más emblemático de la ciudad, la catedral, que sobrevivió a la II Guerra Mundial prácticamente sin daños. 

Sin embargo, durante el bombardeo de 1944, casi todos los edificios de la plaza fueron destruidos. Sólo se salvaron en gran medida los edificios del lado sureste.

Algunos de los que ves, por lo tanto, son reconstrucciones, como la casa zum Ritter, que fue construida a mediados del S. XVIII y fue palacio arzobispal, o la Kornhaus o Granero.

Asimismo, a no ser que vayas un domingo, verás el mercado que se organiza en la plaza, donde hay puestos de productos regionales, recuerdos y también para comer.

Catedral de Friburgo

Dominando el perfil de la ciudad, la catedral se levanta orgullosa desde el S. XIII. Su característica más notable es su torre gótica de 116 metros, que fue completada en 1330, haciendo de ella uno de los edificios más altos de su tiempo. 

Sin lugar a dudas, este es uno de los lugares que ver en Friburgo.

Visitar la catedral

Entrar en la catedral es gratis, pero hay partes que son de pago:

– Entrar en el coro y las capillas cuesta 2€, 1,50€ para estudiantes y es gratis para los menores de 14años.

– Subir a la torre de la catedral cuesta 5€, 3€ para estudiantes y es gratis para los menores de 7 años.

Estos son precios del verano 2024.

Abre de 9:00 a 17:00 y no puede visitarse durante la eucaristía.

Historia de la catedral

La Catedral de Nuestra Señora se comenzó a construir en 1200 por orden de Bertoldo V, en el lugar de una iglesia anterior de la primera mitad del S. XI. 

Comenzada en estilo románico y terminada en estilo gótico, se completó alrededor de 1330. Sin embargo, se decidió sustituir el coro románico por uno más grande, que se finalizó en 1536, marcando así, el final de la construcción de la catedral. Las partes más antiguas que aun se conservan se encuentran en la parte oriental de la catedral.

Como ya hemos dicho, durante la II Guerra Mundial, la catedral se mantuvo prácticamente intacta y eso que, en el bombardeo de 1944, los alrededores quedaron reducidos a escombros.

Interior de la catedral

Antes de entrar, seguro que te quedas un rato observando los numerosos detalles de su portal principal, donde una estatua de la Virgen María se encuentra rodeada de numerosos santos y otros personajes bíblicos.

En el interior, puedes ver un gran número de obras de arte, como el altar mayor, que data de la primera mitad del S. XVI, o la gran cruz de Böcklin, que es de comienzos del S. XIII y, por lo tanto, la obra más antigua de la catedral. Esta la verás colgada del presbiterio.

Las capillas del coro, que fueron donadas por la familia imperial, por la universidad y por familias importantes de entonces, también guardan importantes obras, como el altar de la capilla de la universidad, que conserva dos pinturas de Hans Holbein el Joven del primer cuarto del S. XVI.

Además, fíjate en las vidrieras, que fueron retiradas durante la Guerra y aun se conservan. Así, verás de todas las épocas de construcción de la catedral desde el S. XIII. Algunas muestran los símbolos de los gremios que las donaron o a los propios donantes. Por ejemplo, en una de las capillas imperiales, que fueron fundadas por el emperador Maximiliano I, podrás ver en las vidrieras al propio emperador y a su hijo, Felipe el Hermoso.

Gran almacén histórico

Otro edificio llamativo de la plaza es el del Gran Almacén Histórico, que presenta un intenso color rojo y fue construido en la primera mitad del S. XVI, aunque ha sufrido diversas remodelaciones. Tras la II Guerra Mundial, sirvió como lugar de reunión y como edificio del parlamento de Baden. Actualmente, en su interior se organizan distintos eventos.

Las esculturas que decoran su fachada representan a cuatro miembros de la familia Habsburgo: al emperador Maximiliano, a su hijo, el rey Felipe el Hermoso, al emperador Carlos V y al emperador Fernando I.

Wentzingerhaus: Museo de Historia de la Ciudad

Esta casa fue construida en el S. XVIII y era el hogar y estudio del pintor, escultor y arquitecto Johann Christian Wentzinger. Actualmente, alberga el museo de Historia de la Ciudad.
 

Alte Wache

Otro de los edificios que se salvó de la Guerra es el Alte Wache o Vieja Guardia, que fue construido en 1733.

Actualmente, alberga la casa de vinos de Baden, un lugar perfecto para probar los vinos de la zona. Y es que Baden es la tercera región vinícola de Alemania.

Cierra los domingos y aquí te dejamos la página web de la casa de vinos de Baden para que le eches un ojo al horario actual.

Columnas del patrocinio, la fuente de San Jorge y la fuente de los peces

Frente a la entrada principal de la catedral seguro que te llaman la atención tres altas columnas. Estas datan de comienzos del S. XVIII y están coronadas con los patrones de la ciudad, el obispo Lamberto de Lieja y el mártir romano Alejandro, así como la Virgen María, patrona de la catedral.

San Jorge es también patrón de la ciudad, de hecho, es el más antiguo de los tres. Este lo verás representado en la fuente de San Jorge, que se encuentra en una de las esquinas de la plaza.

Hay otra fuente en la plaza, la de los peces, que está en este lugar desde 1970 y es una copia de una fuente del S. XV, que sirvió para la venta de pescado. En ella están representadas los patrones de la ciudad y los cuatro doctores de la Iglesia.

Casa de la ballena y Basler Hof

Casa de la ballena 

Muy cerca de la plaza de la catedral se encuentra otro de los lugares que ver en Friburgo, la casa de la ballena, que fue construida en estilo gótico tardío por Jakob Villinger von Schönenberg, tesorero general del emperador Maximiliano, en la década de 1520.

Durante el bombardeo de 1944, el edificio se incendió, quedando sólo su fachada. Por lo que tuvo que ser restaurada a mediados del S. XX. Actualmente, alberga oficinas de la Caja de Ahorros.

Sin embargo, esta casa no es sólo conocida por su bonita fachada, sino porque aquí residió el famoso humanista Erasmo de Rotterdam, que vivió en Friburgo desde 1529 hasta 1535, tras irse de Basilea cuando la ciudad se hizo protestante. Aunque no siempre vivió aquí, pues acabó comprandose una casa en la Schiffstrasse.

Basler Hof
No sólo Erasmo huyó de la protestante Basilea a la católica Friburgo, sino también el cabildo catedralicio de la ciudad, que adquirió en 1587 el Basler Hof o Corte de Basilea, un palacio construido en estilo gótico tardío a finales del S. XV por Konrad Stürtzel, canciller de la corte de Maximiliano. 

Este sería la residencia en el exilio del Cabildo de la Catedral de Basilea hasta 1678, cuando tuvieron que irse tras la entrada en la ciudad de las tropas de Luis XIV. Fue entonces ocupado por las tropas francesas y el propio Luis XIV durmió aquí cuando visitó la ciudad.
 

Más tarde, albergaría la administración de Baden, el tribunal de Friburgo y, de 1933 a 1941, la Gestapo, siendo el lugar donde se torturaba a los opositores del régimen.

Tras la II Guerra Mundial, el edificio tuvo que ser reconstruido, conservando la fachada y de una manera fiel al original. Actualmente, es la sede de la presidencia del gobierno de Friburgo.

Las imágenes que ves en su fachada representan a los tres patrocinadores de la diócesis de Basilea: el emperador Enrique II, la Virgen María y el primer obispo de Basilea, Pantalus.

Plaza del ayuntamiento

Otra plaza que ver en Friburgo es la plaza del ayuntamiento, cuyo nombre ya te indica que edificio alberga. A este puedes llegar desde la casa de la ballena por la bonita Franziskanerstrasse.

Sin embargo, aquí no hay uno, sino dos ayuntamientos, el antiguo y el nuevo, uno junto al otro y conectados por una pasarela.

El antiguo ayuntamiento es el que presenta color rojo oscuro, aunque no siempre fue así, sólo tras su reconstrucción tras la II Guerra Mundial. A día de hoy, alberga la oficina de turismo.
 

Este se finalizó en 1559 y en su fachada puedes ver los escudos de los distintos gobernantes de Friburgo.

El nuevo ayuntamiento es, de hecho, más antiguo que el anterior, pues se construyó en la primera mitad del S. XVI, adquiriendo su aspecto actual en el S. XIX. Sin embargo, estuvo en posesión de la universidad hasta 1891 y no fue hasta entonces que sirvió de ayuntamiento.

Además, el antiguo ayuntamiento tampoco es el primer ayuntamiento de la ciudad, ya que ese honor lo tiene el cenador de la corte, que se encuentra en el patio interior, es decir, que para verlo tienes que cruzar el pasaje que une los dos ayuntamientos.

Así, el cenador de la corte se documentó por primera vez como ayuntamiento en 1328. Además, aquí se reunieron los caballeros durante el Reichstag que Maximiliano I convocó en 1498. Al quedarse pequeño, se construyó el antiguo ayuntamiento.

Este quedó muy dañado tras la II Guerra Mundial y tuvo que ser reconstruido. Ahora se usa para recepciones oficiales.

Y para terminar, existe un nuevo edificio moderno y sostenible del ayuntamiento, que se inauguró en 2017 en Stühlinger, fuera del casco histórico de la ciudad.

Iglesia de San Martín

En la plaza del ayuntamiento también se encuentra la iglesia de San Martín, que perteneció a los franciscanos. Estos se establecieron en Friburgo en la primera mitad del S. XIII y, en 1246, se les donó la capilla de San Martín. Los monjes construyeron su monasterio y ampliaron la capilla a principios del S. XIV, aunque sufrió numerosas renovaciones y, durante los bombardeos de 1944, se incendió, por lo que tuvo que ser reconstruida a mediados del S. XX.

A mediados del S. XIX, parte de los edificios del monasterio fueron demolidos, dando lugar a la actual plaza del ayuntamiento, donde, en uno de sus lados, todavía se conserva parte del claustro.

Puertas de las antiguas fortificaciones

Puerta de San Martín 

La puerta de San Martín es la más antigua de las dos torres de entrada que se conservan de las fortificaciones medievales, que llegaron a tener cinco torres defensivas. Datada en el año 1202, fue mencionada por primera vez en 1238. Sin embargo, ha sido reconstruida en varias ocasiones y ha servido también de prisión.

A finales del S. XIX, se quisieron demoler ambas torres, pues se veían un obstáculo para el tráfico. Sin embargo, su alcalde, Otto Winderer, estaba en contra. Así, se desarrolló un plan para mantenerlas y que el tranvía eléctrico pudiera pasar por ellas. 

De este modo, la torre de San Martín pasó de 22 a 63 metros de altura, combinando elementos historicistas. Además, el edificio junto a la entrada, también en estilo historicista, se construyó entonces.

Cerca de la puerta está el Markthalle, un mercado cubierto donde puedes comer platos regionales o de otras partes del mundo. Y si no te gusta, en una de sus entradas se encuentra la cervecera Martinsbräu.

Puerta de los Suabos

Por su parte, la puerta de los Suabos se levantó alrededor de 1250 y su nombre viene de una leyenda sobre un suabo, que llegó a la ciudad con barriles llenos de dinero para comprar Friburgo. Los ciudadanos se rieron de él y la burla fue en aumento cuando descubrieron que sólo había arena y guijarros, pues su esposa había cambiado en secreto el contenido. Una imagen en la torre representa esta historia y, en otro de sus lados, está representado San Jorge, el patrón de la ciudad.

Al igual que la puerta de San Martín, para facilitar el paso del tranvía esta pasó de 26 a 65 metros de altura, terminándose en 1901. 

Puedes entrar en ella si visitas el pequeño museo con dioramas históricos hechos con figuras de estaño. Este abre de mayo a principios de octubre, de lunes a viernes de 14:30 a 17:00 y el fin de semana de 12:00 a 14:00. En el año 2024, la entrada normal costaba 2€.

Muy cerca de la torre, verás un cartel con un oso dorado que anuncia la posada más antigua de Alemania

Por un lado, el edificio del Oso Rojo es uno de los más antiguos de Friburgo, pues sus cimientos datan de alrededor de 1120. Por otro, la lista de posaderos se remonta al año 1311, aunque anteriormente ya había una posada en este lugar.

El Oso Rojo comparte el honor de estar entre las tabernas más antiguas del país con otros restaurantes alemanas, como el bonito Zum Riesen en Miltenberg.

Además, frente a la puerta de los suabos está la plaza Oberlinden, donde hay un tilo, linde en alemán, que también tiene historia, pues es de 1729.

Puerta de Breisach

Tampoco queda mucho de las fortificaciones diseñadas por Vauban en 1677. 

Así, el único edificio que se ha conservado parcialmente se encuentra en el cruce de la calle Rempart con Gartenstrasse, donde estaba una de las entradas de la ciudad, la puerta de Breisach, que hoy día es un restaurante. Además, ha sufrido cambios y los daños de la II Guerra Mundial.

Freiburger Bächle o arroyos de Friburgo

Y llegamos a la característica que más nos gusta de la ciudad, los innumerables arroyos que recorren las calles del casco antiguo a lo largo de canales pavimentados poco profundos.

Estos canales, que se alimentan del río Dreisam, se planificaron cuando se fundó la ciudad, allá en el S. XII. Así, era una manera de abastecer de agua industrial a la ciudad, de eliminar las aguas sucias y de luchar contra los incendios. 

Hoy, sirven para refrescarte cuando hace calor y son una fuente de diversión para los niños, que no sólo chapotean en el agua fresca, sino que también hacen navegar en ellos pequeños barcos de madera.

Otra característica de la ciudad que también nos gusta mucho es su adoquinado, que está decorado con mosaicos que describen ciertas características de la ciudad o de los edificios frente a los que se encuentran. Por eso, que no se te olvide echarle un vistazo al suelo.

Konviktstrasse

Las calles del casco antiguo de Friburgo son bonitas, sobre todo las que se encuentran en los alrededores de la catedral, con casas de colores pastel y de baja altura. Sin embargo, hay una que destaca sobre todas: la Konviktstrasse.

Esta se llamaba antiguamente Hintere Wolfshöhle o la trasera de la cueva del lobo y se encuentra entre la puerta de los Suabos y la calle Schofer. A día de hoy, es uno de los lugares que ver en Friburgo que no te puedes perder.

Y es que la Konviktsrasse es una antigua calle medieval, que tuvo que ser reconstruida en la segunda mitad del S. XX tras la II Guerra Mundial. Se hizo con mucho gusto, manteniendo las fachadas de la casa y el trazado curvo de la calle.

En ella verás pequeños negocios, como tiendas de antigüedades y cafeterías. Además, la calle está decorada con guirnaldas de hojas, que, si vas en la época adecuada, están llenas de las bonitas flores moradas de las glicinas.

Como curiosidad, decirte que algunas casas de esta calle tienen algún símbolo, nombre o año que recuerdan su pasado. Por ejemplo, la antigua casa del verdugo tiene un gato negro.

Distrito Gerberau-Fischerau o la pequeña Venecia

Como en cualquier ciudad con canales, aquí también se ha apodado a un pequeño rincón, el compuesto por las calles Gerberau, Fischerau e isla, como la pequeña Venecia, pues en esta zona los canales son más anchos y profundos. Por eso, aquí vivían artesanos que necesitaban agua para su trabajo, como curtidores o molineros.

Desde hace unos años, una escultura de una cabeza de cocodrilo saliendo del agua ameniza uno de los rincones más fotogénicos de la pequeña Venecia.

Schlossberg

Otro lugar que ver en Friburgo es esta colina que tiene unos 455 metros de altura sobre el nivel del mar.

Esta recibe su nombre del castillo que el duque Bertoldo II de Zähringer construyó en 1091. Sin embargo, no fue la única fortaleza que se levantó aquí, ya que, gracias a su importancia estratégica, en los siglos siguientes hubo numerosos castillos que iban siendo destruidos y reconstruidos. 

También Vauban construyó aquí parte de las fortificaciones de Friburgo en el S. XVII, pero fueron arrasadas por los propios franceses cuando se retiraron a mediados del S. XVIII, por lo que sólo quedan restos de ellas.

Hoy en día, es un lugar perfecto para disfrutar de unas maravillosas vistas sobre la ciudad. Para ello puedes elegir varios lugares.

Nosotros, por ejemplo, subimos caminando desde la puerta de los Suabos hasta la plaza de los cañones, donde, antiguamente, había un bastión con artillería. Como se puso a llover, volvimos a la ciudad, pero puedes seguir caminando para llegar a la torre Schlossberg. 

Y si no quieres subir andando, puedes utilizar una especie de funicular. Información actual sobre el el Schlossbergbahn.

Durante la subida al Schlossberg, siempre puedes hacer una pausa en la cervecera Kastaniengarten, un lugar perfecto para tomar algo y beber una cerveza con vistas a la ciudad, sus viñedos y los alrededores.

Esta taberna al aire libre pertenece a un restaurante ubicado en el palacete Greiffengg, que se construyó a principios del S. XIX por el presidente del gobierno austriaco.

Para llegar a este restaurante, así como a la cervecera, hay un ascensor a los pies de la colina.

Plaza de la Antigua Sinagoga

Otro lugar que ver en Friburgo es esta plaza que recibe su nombre de la sinagoga que hubo aquí hasta que fue destruida la noche de los cristales rotos de 1938.

En recuerdo a este templo construido en 1869 se ha levantado un monumento conmemorativo que consta de una fuente con la forma de la sinagoga, rodeada por una banda con las palabras recuérdate en varios idiomas.

Además, aquí está el teatro de la ciudad, de 1910, pero reconstruido a mediados del S. XX, y el moderno edificio de la biblioteca de la universidad, que fue inaugurado en 2015.

Y es que junto a la plaza de la Antigua Sinagoga está la plaza de la Universidad, con numerosos edificios universitarios.

Por cierto, la universidad de Friburgo se fundó en 1457 por los Habsburgo y es una de las más antiguas del país y, en 1899, fue la primera universidad de Alemania en matricular a una mujer.

Puente Wiwilí o puente Azul

No es el lugar más bonito que ver en Friburgo, pero es un popular punto de encuentro para los jóvenes que se sientan en los arcos a disfrutar de las vistas. 

Además, está cerrado al tráfico y es utilizado por muchos peatones y ciclistas para ir desde el barrio de Stühlinger, en el oeste, al centro de Friburgo.

Su color azul y las cúpulas verdes de la iglesia del Sagrado Corazón lo hacen muy fotogénico. Sin embargo, sus alrededores no son los mejores de la ciudad.

Mariensteg en el río Dreisam

Otro lugar popular para pasar el rato es la orilla del Dreisam, especialmente con buen tiempo, cuando la gente de Friburgo viene aquí a refrescarse los pies dentro del agua y también las cervezas.
 

Un buen rincón es junto al puente Mariensteg, del que cuelga un columpio. Si quieres balancearte, tendrás que mojarte los pies e intentar no resbalarte en las piedras.

Al otro lado del río se encuentra el barrio de Wiehre, con bonitas villas, calles tranquilas y tiendas y cafeterías interesantes, que, además, sufrió menos daños que el centro durante la II Guerra Mundial. Un buen lugar al que ir, si pasas algo más de tiempo en Friburgo.

Uno de sus edificios más llamativos es la casa del Graffiti, que está totalmente cubierta de murales. Se encuentra en Kirchstrasse 17.

Museo de los agustinos

Un museo muy interesante que ver en Friburgo es el de los agustinos, que guarda una importante colección de arte desde la Edad Media hasta el Barroco, además de pinturas del S. XIX y esculturas y vidrieras originales de la catedral de Friburgo.

Este se encuentra en el antiguo monasterio de los agustinos, que data del S. XIV.

Información actual sobre la visita al museo

Otra manera de conocer esta interesante ciudad es unirte a esta visita guiada por Friburgo.

Lugares que ver en los alrededores de Friburgo

Distrito de Vauban

A 3 kilómetros del centro de la ciudad puedes visitar el distrito de Vauban, una visita diferente, pero interesante, pues está construido para ser respetuoso con el medio ambiente y sin coches.

Este se levantó en el lugar de un antiguo cuartel, que, tras la II Guerra Mundial, fue ocupado por los franceses. Fueron ellos quienes le pusieron el nombre del arquitecto militar francés.

Schauinsland

Esta montaña de la Selva Negra tiene unos 1300 metros de altura sobre el nivel del mar, está a unos quince kilómetros al sur de Friburgo y puedes subir a su cima en el teleférico más largo de Alemania.

Información actual sobre el teleférico del Schauinsland

Otros lugares de la Selva Negra

Aparte, hay numerosos lugares de la Selva Negra que están cerca de Friburgo, como Donaueschingen, el lugar donde nace el Danubio, o el monasterio de Sankt Blasien. 

De todas formas, te contamos todo lo que sabemos sobre la Selva Negra en esta guía para descubrir sus secretos, donde hay más ideas para hacer cerca de Friburgo.

Una manera de conocer alguno de los lugares más conocidos de la Selva Negra desde Friburgo es unirte a esta excursión a Gengenbach, Triberg y el lago Titisee.

Alsacia

Además, gracias a su proximidad con Francia, siempre puedes conocer desde Friburgo la bonita Alsacia. De hecho, desde esta ciudad se ofertan viajes de un día a los pueblos alsacianos y al castillo de Haut Koenigsbourg, que está a unos 55 kilómetros de aquí.

Mapa con los lugares más interesantes que ver en Friburgo

Aquí te dejamos un mapa con los lugares que ver en Friburgo de los que te hemos hablado.

Mapa con los lugares más interesantes que ver en Friburgo

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