Qué ver en Meissen, la ciudad de la porcelana

Meissen es la cuna de Sajonia, pues aquí comenzó su historia y, aunque acabó siendo superada por Dresde, todavía conserva en lo alto de un promontorio rocoso la prueba de su importancia, su castillo y su catedral. Por si esto fuera poco, fue aquí, a orillas del Elba, donde se comenzó a producir la porcelana en Europa. ¿Nos acompañas a descubrir los lugares que ver en Meissen? 

Collage de 8 fotos sobre qué ver en Meissen

Meissen es una parada muy recomendable en una ruta por Sajonia, así como una excursión perfecta desde la cercana ciudad de Dresde.

De hecho, nosotros visitamos Meissen desde la capital de Sajonia, donde estuvimos en diciembre disfrutando de sus bonitos mercados navideños. Por cierto, si también vas en esta época, abrígate, pues hace mucho frío y suele nevar.

Así, en nuestro blog vas a encontrar más información sobre esta área, que, esperamos, te sirva de ayuda.

– Palacio de Moritzburg, el otro palacio de Cenicienta

Ahora vamos a contarte qué ver en Meissen, así como todo lo que necesitas saber para visitarla.

Dónde está Meissen y cómo llegar

Meissen se encuentra al noreste de Alemania, en el estado de Sajonia y cerca de la frontera con Polonia y la República Checa.

Las ciudades de mayor tamaño cercanas a ella son, Dresde a unos 25 km, Leipzig a unos 90 km, y Berlín a unos 165 km.

Así, puedes llegar en avión al aeropuerto de Berlín, al de Dresde o al de Leipzig-Halle. Para encontrar el vuelo que mejor se adapte a tus fechas y presupuesto, te recomendamos entrar en Skyscanner.

Una vez aquí, puedes alquilar un coche en el aeropuerto o moverte en tren por el país.

Si necesitas alquilar un coche, te aconsejamos usar Rentalcars, y si te decides a usar el tren, entonces puedes encontrar toda la información sobre rutas y horarios en la página de la Deutsche BahnUna buena opción para conocer esta región es adquirir el Sachsen ticket, un billete que te permite usar a lo largo de un día todos los trenes que quieras dentro de los estados de Sajonia, Sajonia-Anhalt y Turingia y que es válido para un máximo de 5 personas.

Desde Dresde a Meissen, por ejemplo, puedes coger la línea S1 del S-Bahn, una especie de metro, y en una media hora habrás llegado. El viaje te costará unos 9 € sólo ida.

Si llegas en coche, nosotros aparcamos en el parking que está frente al ascensor que te sube a la catedral y que nos costó 5€ todo el día. Sin embargo, hay más aparcamientos en la ciudad. Parece que el parkplatz an der Elbe, al otro lado del río, es gratuito.

Además, te recomendamos leer estos consejos para conducir por las carreteras alemanas, donde te hablamos de la etiqueta que necesitas para conducir por las ciudades del país y del uso de neumáticos.

Otra manera de llegar es en barco desde Dresde, por ejemplo, en este crucero por el Elba, en donde descubrirás que esta es una región vinícola. También puedes volver a la capital, en este viaje en barco, en donde conocerás Radebeul y sus viñedos.

Historia de Meissen

Vamos a comenzar hablando de Enrique I, duque de Sajonia y rey de Alemania en el S. X, que es considerado el fundador del Imperio alemán. Pues bien, este luchó contra los eslavos, que estaban establecidos en la frontera oriental de sus posesiones.

Así, en el año 929, este rey alemán construyó una fortificación de madera en un promontorio entre los ríos Meisa Triebisch y Elba, tras vencer a los eslavos. Este se convirtió en el castillo Misni, en honor del arroyo cercano Meisa, y, a sus pies, se desarrolló el primer asentamiento alemán en un territorio ocupado por tribus eslavas. 

Meissen se convirtió en el centro de la Marca o Margraviato de Meissen, un principado medieval del Sacro Imperio Romano Germánico fundado en el año 965 del que surgió el reino de Sajonia. Así, el margrave residió en el antiguo castillo de Meissen, que pasó a la historia como la cuna de Sajonia. 

Este territorio fue muy disputado, hasta que, en el S. XI, el conde Enrique de Eilenburg recibió Meissen, comenzando el gobierno de la dinastía Wettin, que se mantuvo en el poder hasta el final del margraviato y llegaron a competir con la familia imperial.

En un principio, la actividad económica más importante de la ciudad fue la fabricación de telas, pero la Guerra de los Treinta Años terminó con ella, además de provocar graves daños en la ciudad. Más tarde, en 1710 y bajo Augusto el Fuerte, se inauguró la fábrica de porcelana en el castillo, lo que supuso un nuevo desarrollo para la ciudad. A día de hoy, se sigue produciendo este exclusivo producto en Meissen.

Durante la II Guerra Mundial, Meissen no sufrió excesivos daños y en el castillo se almacenaron obras de arte de Dresde y otras ciudades para su protección, como la Madonna Sixtina o el Tesoro de la Catedral de Aquisgrán.

Qué ver en Meissen

El perfil de la ciudad está dominado por la catedral, el palacio episcopal y el castillo de Meissen o Albrechtsburg, que se alzan orgullosos en la colina del castillo en la margen izquierda del río Elba. 

Ya sólo por ver esta bella imagen vale la pena acercarse hasta aquí, pero aún hay más lugares que ver en Meissen. Y si no te lo crees, sigue leyendo.

Colina del castillo: el origen de Meissen

Vamos a comenzar hablando del que fue el origen de la ciudad, donde están los dos edificios más emblemáticos que ver en Meissen, el castillo y la catedral. 
 
Como ya te has podido imaginar, para llegar a uno de los lugares imprescindibles que ver en Meissen tendrás que hacer un pequeño esfuerzo. Así, podrás subir a lo alto de la colina a través de empinadas calles o bien por varias escaleras, desde donde hay bonitas panorámicas de la ciudad y una perspectiva diferente del edificio.
 
Sin embargo, nos hemos dejado una pequeña sorpresa para el final: hay un ascensor que sube a la colina. Este cuesta 1€ y supera los 33 metros de desnivel en menos de un minuto. Además, el viaje de bajada es gratuito y los menores de 12 años no pagan. 
 
Como cuando nosotros fuimos estaba cerrado, podemos decirte que el camino hasta lo alto no se hace nada pesado, porque vas viendo bonitas estampas de Meissen.
 

Para entrar en el recinto del castillo y la catedral atravesarás la Torhaus, conocida también como la puerta media del castillo. Esta alberga en su interior una pequeña exposición de la Asociación para la Promoción del Arte Contemporáneo de Porcelana, que abre de abril a octubre, de viernes a domingo y de 14:00 a 18:00. Entrada gratuita.

Ya en la plaza de la catedral, verás varios edificios históricos, como el granero o Kornhaus, que se construyó en el S. XV y acabó utilizándose para la producción de la porcelana, pero que actualmente está cerrado, y el palacio episcopal, que ahora lo ocupa el Tribunal del distrito. Este fue la antigua residencia de los obispos de la diócesis de Meissen desde su fundación en el S. X. Por supuesto, ha sufrido cambios a lo largo de su historia y el edificio actual, en estilo gótico tardío, data principalmente de los siglos XV y XVI.

Además, aquí podrás hacer una pausa en el restaurante Domkeller o en el Dom Café, ambos con vistas sobre Meissen. Y si vas a dormir en la ciudad, este puede ser un buen lugar para quedarse, por ejemplo, en el Stadtpanorama o en el Romantik hotel.

Sin embargo, no hace falta que comas o duermas aquí para disfrutar de las vistas, pues hay un mirador entre la catedral y el palacio episcopal. Bueno, y también a lo largo de la subida a la colina.

Castillo de Albrechtsburg: de cuna de Sajonia a la primera fábrica de porcelana del mundo 

En el año 929, el rey Enrique I construyó una fortificación de madera sobre el Elba, una ubicación perfecta para gobernar la región.

Sin embargo, la imagen actual del castillo data de mediados del S. XV, cuando los hermanos Ernst y Albrecht Wettin, que gobernaron juntos Sajonia, mandaron al maestro de obras Arnoldo de Westfalia la construcción de un nuevo palacio residencial en estilo gótico tardío, donde antes estaba el castillo del Margrave. Querían que este simbolizara su poder y, entre 1471 y 1524, se levantó el que está considerado como el primer palacio de Alemania. 

Arquitectónicamente hablando fue muy novedoso, pero nunca llegó a servir para su uso original, porque los hermanos dividieron su territorio durante la construcción. Albrecht recibió las zonas de Meissen y en su honor, el castillo se conoce como Albrechtsburg. Además, la ciudad de Dresde comenzó a ganar en importancia y Meissen perdió su papel residencial. De hecho, fue su hijo, Jorge el Barbudo, el único que lo utilizó como residencia y, a excepción de alguna recepción o partida de caza, se mantuvo vacío. Además, fue dañado durante la Guerra de los Treinta Años.

Sin embargo, la historia del castillo cambió en 1700 gracias a Augusto el Fuerte, quien lo convirtió en la primera fábrica de porcelana de Europa. Y es que le pareció un lugar perfecto para mantener el secreto de la producción del oro blanco. 

En 1863, tras 153 años como fábrica de porcelana, esta recibió un nuevo lugar y el castillo fue restaurado, recuperando su aspecto gótico original. De este modo, se decoraron sus salas con murales que representan hechos históricos importantes para Sajonia y Meissen y se amueblaron al estilo de la época. Su restauración fue pionera para la preservación de monumentos en Alemania.

En 1990, tras la caída del Muro de Berlín, fue aquí, en el Albrechtsburg, donde se restableció el Estado Sajón.

Información práctica para visitar el Albrechtsburg
Esta es la página web del castillo de Meissen, donde puedes encontrar la información actualizada sobre su visita. 
 
Para facilitarte el trabajo, te diremos que abre todos los días de 9:00 a 18:00 y hasta las 17:00 de noviembre a febrero. Asimismo, la entrada, en septiembre 2024, cuesta 12€ o 10€ si optas a un descuento. Además, los menores entre 6 y 16 años pagan 4,5€ y los niños de menos de 5 entran gratis. Tampoco tendrás que pagar si vas el día de tu cumpleaños.
 
Por otro lado, existen tickets combinados para visitar conjuntamente el castillo, la catedral y la fábrica de porcelana, de las que te hablaremos enseguida.
 
Dentro, la visita se hace con el HistoPad, una especie de tableta que te muestra cómo se encontraban las habitaciones en la antigüedad gracias a la realidad virtual. A nosotros nos pareció muy curioso y nuestra hija se lo pasó en grande recreando la vida en el castillo.
 
La visita nos pareció muy interesante y creemos que merece la pena entrar en él. Así, sus salas más destables son el gran salón de baile, donde hay una pequeña capilla, y la sala de la corte, así como la gran escalera, que te lleva a los pisos superiores y que se considera una obra maestra.
 
Por supuesto, no está muy amueblado y las pinturas son del S. XIX, pero el interior es muy bonito y su historia muy curiosa.

Catedral de Meissen

En el año 968, el emperador Otón I fundó el obispado de Meissen para cristianizar a las tribus eslavas que habían sido conquistadas. 
 
Así, su primer edificio fue la primera capilla del castillo, que se transformó en una iglesia románica en el S. XI. Más tarde, a mediados del S. XIII, comenzaría a construirse la actual catedral en estilo gótico, que está dedicada a San Juan y San Donato. A finales del S. XVI, debido a la Reforma, la catedral se convirtió al rito luterano. 
 

Sin embargo, hubo que esperar varios siglos para que alcanzase su aspecto actual, pues las dos torres occidentales no se añadieron hasta la primera década de 1900. Y es que, durante mucho tiempo, la catedral sólo tuvo una torre, que es conocida como la jorobada, debido a la curvatura de su aguja, y que está en su lado sureste.

Visitar la catedral de Meissen

Esta es la página web de la catedral, donde puedes encontrar la información actualizada sobre la visita.

Esta abre todos los días de 9:00 a 18:00, en mayo de 10:00 a 17:00 y hasta las 16:00 de noviembre a marzo. Ten en cuenta que la última entrada es media hora antes del cierre. En septiembre 2024, visitarla cuesta 7€, 6€ si optas a un descuento y 3,5€ para los menores entre 6 y 16 años.

Además, ofrecen tours en alemán por la catedral y por la torre de abril a octubre, así como conciertos de órgano. Para más información sobre precios y horarios, lo mejor es que entres en su página web.
 
A propósito, si decides visitar la catedral y el castillo, hay un ticket combinado que cuesta 17,50€. 

¿Y qué ves en su interior?

Pues bien, al entrar te llamará la atención su elegancia y esbeltez. Además, guarda importantes obras de arte y capillas muy interesantes. 

Por ejemplo, la capilla del Príncipe fue la capilla funeraria de los Wettin desde el S. XV hasta 1539, y guarda importantes sepulturas en bronce. Asimismo, aquí está la antigua entrada principal de la catedral, que fue creada en 1370 y conserva su policromía. En ella verás numerosas esculturas que representan escenas de la vida de la Virgen y del Juicio Final.

Cuando estés en esta capilla, fíjate en una piedra del suelo que lleva el nombre de Anna, pues es un recuerdo a la princesa Ana de Sajonia que fue enterrada aquí, pero sin lápida. Y es que esta se casó con el príncipe Guillermo de Orange, pero el matrimonio fue un fracaso y su marido acabó acusándola de infidelidad. Tras esto, Ana fue repudiada y encarcelada en Dresde hasta su muerte en 1577. En vez de enterrarla en la que por aquel entonces era la capilla funeraria de los Wettin, la catedral de Freiberg, la enterraron de manera anónima en Meissen.

Desde la capilla del Príncipe puedes entrar en la capilla de San Jorge, que fue añadida en 1530 y tiene un llamativo techo de estuco del S. XVII. Aquí hay más sepulturas de esta familia y un altar pintado por Lucas Cranach el Viejo. Por cierto, el altar mayor de la catedral también procede de su taller.

Otro lugar interesante de la catedral es el coro, que se terminó en 1268 y conserva una ventana original. Además, en el coro alto podrás ver cuatro esculturas del taller de Naumburgo del S. XIII, y, por lo tanto, inspiradas en las obras del artista de Naumburgo, que fue muy conocido en el S. XIII por la expresividad de sus figuras. Estas conservan su policromía y representan a Oton I, a Adelaida, su mujer, y a San Juan y San Donato.

También en la capilla octogonal se conservan tres esculturas de este taller, así como las decoraciones de los capiteles.

Asimismo, en una de las salas verás una pequeña exposición sobre el trabajo de este artista alemán, que nosotros conocimos cuando visitamos la impresionante catedral de Naumburgo. Además, hay también un pequeño museo sobre la historia de la catedral y la importancia de Meissen en el desarrollo de la lengua alemana. 

Casco antiguo de Meissen

Bajando por las calles empinadas y adoquinadas de Meissen, llegarás a su casco antiguo, que creció a los pies del castillo y donde verás bellos edificios, muchos de ellos en estilo renacentista.

Plaza del Mercado

La plaza del mercado es el corazón de la ciudad y está rodeada por bonitos edificios en colores pastel.

Entre todos ellos destaca el ayuntamiento, que se construyó en estilo gótico a mediados del S. XV. Dentro, al igual que en muchos ayuntamientos alemanes, se encuentra el restaurante Ratskeller, que significa bodega del ayuntamiento.

Junto a él está la casa del ciervo, que es un edificio neorrenacentista del S. XX, pero que mantiene el portal de entrada del S. XVII de una antigua posada. Entenderás su nombre al ver la cabeza de ciervo que decora una de sus esquinas, la cual decoraba también la posada.

Nosotros la encontramos muy animada, ya que se había organizado el mercado navideño de Meissen, que se extendía también por la Elbstrasse hasta la Heinrichsplatz.

En la plaza del Mercado está también la oficina de turismo.

A propósito, si os gustan los mercados de navidad, échale un ojo a este post con los mejores mercados navideños de Alemania.

Iglesia de Nuestra Señora o Frauenkirche

En la plaza también se encuentra la iglesia de Nuestra Señora, mencionada por primera vez a principios del S. XIII y ampliada en estilo gótico en el S. XV. En el 1000 aniversario de la ciudad, es decir, en 1929, se instaló en su torre el primer carrillón de porcelana afinable del mundo, que suena varias veces al día.

Entrar en ella es gratis y aquí puedes ver su altar mayor, que data principalmente de comienzos del S. XVI, así como otras obras antiguas, incluida una lápida del taller de Lucas Cranach.

Además, puedes subir a su torre, que presenta una cúpula octogonal barroca añadida en el S. XVI. Esta se eleva por encima de los tejados de la ciudad y vas a verla desde distintos puntos de Meissen. 

Nosotros queríamos subir, pues las vistas desde arriba deben ser muy bonitas. Sin embargo, estaba cerrada. Según la página web, actualmente sólo es posible visitarla dentro de un tour guiado. Sea como fuere, la entrada normal costaba 3€ y la reducida 1,50€ y tienes que subir 193 escalones. Eso sí, pasas por las campanas, el carrillón y la vivienda del guardián, que vivió aquí hasta 1907.

En los alrededores de la iglesia hay una serie de edificios muy interesantes, como el que alberga el restaurante de comida tradicional Vincenz Richter, en donde intentamos entrar, pero no había sitio. Este llama la atención por su fachada de entramado de madera.

Al lado, está el edificio de la Rectoría, de comienzos del S. XX y con un interesante ventanal, y junto a él, en la parte trasera de la iglesia, hay una copia de una puerta renacentista donada por el gremio de fabricantes de telas en el S. XVII. El original se encuentra en el museo de la ciudad.

Desde este rincón tendrás una bonita perspectiva de la torre de la iglesia, además, si subes las escaleras que hay, te vas a encontrar una pequeña curiosidad que ver en Meissen.

Buchstabenstein o Piedra del Alfabeto

Nos referimos a una pequeña piedra que hay en la pared de la calle Freiheit, muy cerca de su unión con Seelensteig. Esta muestra un monograma formado por las letras A, B, C y D entrelazadas, y se cree que es de finales del S. XVII y que se refiere a las iniciales de sus antiguos propietarios.

Lo curioso de la piedra es que permite leer todas las letras del alfabeto latino. Eso sí, en algunos casos tienes que echarle un poquito de fantasía. Te dejamos una foto para que lo compruebes.

Iglesia de Santa Afra

Otro lugar que ver en Meissen es la iglesia de Santa Afra, que está en un bonito rincón de la ciudad alta, pero que nosotros encontramos cerrada. Esta es una de las iglesias más antiguas de Meissen, pues su historia se remonta al S. X. Eso sí, el edificio actual es posterior y ha sufrido muchos cambios a lo largo de su historia.

Más tarde, en 1205, se fundó a su alrededor un monasterio agustino, que fue disuelto tras la Reforma. En 1543, se fundó aquí la primera escuela estatal de Sajonia por el duque Moritz. Actualmente, es un instituto público para estudiantes de altas capacidades.

Museo de la ciudad

En la Heinrichsplatz está el museo de la ciudad que se encuentra en la iglesia de San Pedro y San Pablo del antiguo monasterio franciscano y en él aprenderás sobre la historia de esta ciudad que fue la cuna de Sajonia. Además, así también visitarás los restos del claustro del monasterio.

Información sobre la visita al museo de la ciudad de Meissen

Vistas de la ciudad sobre el Elba

No te puedes ir de Meissen sin cruzar el puente, pues desde aquí disfrutarás de una bonita perspectiva de la ciudad, en donde destaca el complejo formado por la catedral, el castillo y el palacio episcopal. Si tienes tiempo, y no hace tanto frío como cuando fuimos nosotros, puedes pasear a la orilla del río disfrutando de las vistas.
 

Justo antes de cruzar el río, igual te llama la atención una estructura algo extraña. Esta es una plataforma de observación con forma de sombrero de obispo, que recuerda a San Benno, obispo de Meissen de los siglos X y XI, que es muy venerado.

Aquí hay también una fuente relacionada con el oro blanco, la fuente Kändler, en recuerdo a Johann Joachim Kändler, un importa modelista de la fábrica de porcelana del S. XVIII. Y es que el pájaro que decora la fuente es uno de sus trabajos. En sus orígenes la figura estaba hecha de porcelana, pero ahora es de plástico duro, pues la fuente fue dañada en varias ocasiones.

A propósito, otra manera de disfrutar de bonitas perspectivas de Meissen, es hacer la ruta histórica, que está marcada por la ciudad, rodea la colina del castillo y desde donde también disfrutarás de las vistas de los viñedos de los alrededores.

Museo de la porcelana de Meissen

Algo más alejado del centro histórico está el museo de la porcelana, que, para nosotros fue una visita muy interesante que ver en Meissen. 

Así, aquí aprendes sobre cómo comenzó a producirse porcelana en Meissen, sobre cómo se ha ido desarrollando el diseño de las piezas, sobre cómo se elaboran y verás impresionantes piezas de porcelana que te dejan con la boca abierta.

Información sobre la visita al museo de la porcelana

Este abre todos los días de 9:00 a 18:00, hasta las 17:00 en abril y de 10:00 a 17:00 de enero a marzo. La entrada cuesta 14€ y 12€ si te aplican un descuento. Los menores de 6 años entran gratis y también si es tu cumpleaños. La entrada combinada con el castillo de Meissen cuesta 22€.

Esta es la entrada convencional, e incluye el museo y una pequeña representación de cómo se crea una pieza de porcelana. 

Además, también puedes pintar tu propia taza de porcelana. Cuando fuimos, tenía un precio de 69€. Asimismo, tenían un pequeño espacio donde los más pequeños podían pintar y, por poco dinero, podías comprar una bolsa de tela con las famosas espadas de la marca que ellos podían decorar.

Por cierto, hay una tienda, pero te avisamos que los precios son bastante altos. No en vano, estamos hablando de un producto de lujo.

Por cierto, si te ha gustado el post, puedes comprar las entradas para el museo desde esta página web, con lo que nosotros nos llevaremos una pequeña comisión.

Un poco de historia sobre la porcelana de Meissen: una de las marcas de lujo alemanas más antiguas 

A principios del S. XVIII, el elector de Sajonia Augusto el Fuerte encarceló al alquimista Johann Friedrich Böttger. ¿Por qué? pues porque este dijo que podía fabricar oro a partir de materiales de poco valor y eso era justo lo que el gobernante necesitaba.

Después de unos años, en 1707, el alquimista se unió al científico Ehrenfried Walther von Tschirnhaus en la investigación para la producción de porcelana. El llamado oro blanco era un producto de gran valor en Europa, pero que había que importar de Asia. 

Finalmente, en 1708, se produce porcelana por primera vez en el viejo continente en la ciudad de Meissen y, en 1710, Augusto el Fuerte funda la primera fábrica de porcelana en Europa y la instala en Albrechtsburg, un lugar que él considera seguro para guardar el importante secreto de su producción. 

Sin embargo, alguien se chivó y el secreto llegó Viena, donde se abrió otra fábrica de porcelana. Para poder identificar cuáles eran piezas originales de Meissen, se diseñó la marca de la empresa, dos espadas sajonas cruzadas, que se añaden a cada pieza.

En 1863, la fábrica se trasladó a su actual localización, donde todavía sigue produciendo piezas de gran valor. Esta se encuentra muy cerca del museo.

Dónde comer en Meissen

Aunque intentamos comer en varios restaurantes, todos estaban llenos, pues era un sábado de adviento y la ciudad estaba muy animada por el mercado navideño.

Al final, acabamos en un pequeño local muy acogedor, Café an Frauenkirche, cuyos dueños eran muy simpáticos, y donde, además de café, ofrecían platos de comida. Nosotros tomamos un quiche muy rico y una sopa caliente, que nos vino genial para el frío que hacía.

A propósito, hay un dulce que es típico de Meissen, el Fummel, que anduvimos buscando, pero que no vimos. Y no porque lo quisiésemos comer, sino porque nos gustó su historia. Hemos leído que los tienen en la pastelería Meissner Zieger, que está en un bonito rincón que ver en Meissen. 

Así, el Fummel es un dulce hueco y de forma redonda, que tiene poco sabor y es muy frágil. Según una leyenda, los mensajeros viajaban frecuentemente entre Meissen y Dresde transportando porcelana, pero esta solía llegar rota, pues les gustaba mucho el vino de Meissen. Por eso, Augusto el Fuerte mandó producir este dulce quebradizo, que los mensajeros tenían que llevar intacto a Dresde.

Qué ver en los alrededores de Meissen

Dresde: la Florencia del Elba

Sin lugar a dudas, si vas a Meissen, tienes que visitar Dresde, que está a sólo 25 kilómetros y es una de las ciudades más bonitas del país.
 

– Palacio de Moritzburg: el otro palacio de Cenicienta

A 15 kilómetros puedes visitar el elegante palacio de Moritzburg, del que te contamos todo lo que sabemos en visitar el otro palacio de Cenicienta.
 

Mapa con los lugares que ver en Meissen

Aquí te dejamos un mapa con los lugares que ver en Meissen, una preciosa ciudad que puedes ver en medio día si no entras en ningún museo.

Mapa que indica los lugares más interesantes que ver en Meissen

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1 comentario en “Qué ver en Meissen, la ciudad de la porcelana”

  1. Tienen que ser interesantes las vistas durante la subida al promontorio donde están el castillo y su catedral.
    Qué buenas recomendaciones para alquiler de coches, tomar trenes, aparcamientos, etc.
    Me seduce mucho poder ver el palacio episcopal y el Tesoro de la Catedral de Aquisgrán. Lo apunto para una futura ocasión. Muy interesante la historia del castillo y la fábrica de porcelana.
    Gracias por un reportaje tan completo y bien ilustrado. Te invito a visitar mi blog y comentar allí cualquier post que te interese.

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