La ciudad de Dresde vivió su época de mayor esplendor en el S. XVIII, cuando era una joya del barroco y un centro de la cultura y la economía europea. Sin embargo, la II Guerra Mundial redujo a escombros sus magníficos edificios, por lo que tuvo que levantarse de nuevo para volver a ser una de las ciudades más bonitas de Alemania. ¿Nos acompañas a descubrir que ver en Dresde?
Dresde es la capital de Sajonia y un lugar donde experimentarás el contraste entre el lujo de siglos pasados y la destrucción de la Guerra.
Residencia de la familia real sajona, la Perla del Elba ha visto cómo sus calles se decoraban con los más bellos templos y palacios para, unos siglos más tarde, ver cómo desaparecían bajo los escombros. Sin embargo, la ciudad volvió a nacer y, poco a poco, se fue reconstruyendo para convertirse en lo que es hoy, una ciudad vibrante llena de historia.
Y sin más dilación, vamos a contarte qué ver en Dresde, así como todo lo que necesitas saber para visitarla.
Por cierto, en nuestro blog hay más información sobre Sajonia, que, esperamos, te sirva de ayuda.
– Palacio de Moritzburg, el otro palacio de Cenicienta
– Qué ver en Meissen, la ciudad de la porcelana
– Bautzen: la ciudad de los sorbios
– Rakotzbrücke, uno de los lugares más instagrameables de Alemania
– Dresde en navidad: sus mejores mercados navideños
Índice
Dónde está Dresde y cómo llegar
Dresde se encuentra al noreste de Alemania, en el estado de Sajonia y cerca de la frontera con Polonia y la República Checa.
La manera más cómoda de llegar es en avión al aeropuerto de Dresde, que está a unos 12 km del centro. Para encontrar el vuelo que mejor se adapte a tus fechas y presupuesto, te recomendamos entrar en Skyscanner.
Desde el aeropuerto puedes llegar a la estación central en unos 20 minutos usando la línea S2 del S-Bahn, que tiene una frecuencia de 30 minutos y funciona de 5:00 de la mañana a las 23:00. Los sábados y festivos su frecuencia es de una hora. El billete cuesta unos 3€.
Aunque el S-Bahn nos parezca la mejor opción económica para llegar al centro, que sepas que también puedes usar las líneas de autobús 77 y 80 que paran en la entrada de la terminal. En este caso, si quieres ir a la estación principal, tendrás que usar luego el S-Bahn o el tranvía.
Por supuesto, la opción más cómoda es el traslado privado, pues habrá alguien esperándote para llevarte a tu destino.
Otra opción para llegar a Dresde es utilizar los aeropuertos de Leipzig-Halle o de Berlín, que se encuentran a unos 120 y 175 km, respectivamente. Una vez aquí, puedes alquilar un coche o moverte en tren por el país.
Si necesitas alquilar un coche, te aconsejamos usar Rentalcars, y si te decides a usar el tren, entonces puedes encontrar toda la información sobre rutas y horarios en la página de la Deutsche Bahn. Una buena opción para conocer esta región es adquirir el Sachsen ticket, un billete que te permite usar a lo largo de un día todos los trenes que quieras dentro de los estados de Sajonia, Sajonia-Anhalt y Turingia y que es válido para un máximo de 5 personas.
Además, puedes comprar el Deutschland-ticket, que tiene validez mensual y te permite viajar por toda Alemana por sólo 49€ usando todos los transportes públicos locales que necesites.
Por otro lado, si llegas en coche, te recomendamos leer estos consejos para conducir por las carreteras alemanas, donde te hablamos de la etiqueta que necesitas para circular por las ciudades del país y del uso de neumáticos.
Por cierto, también puedes llegar a esta ciudad como una excursión de día desde Berlín o como una visita desde Praga.
Cómo moverte por Dresde
Aunque la parte más interesante de Dresde sea su centro histórico y este lo puedes conocer a pie, es posible que te quieras acercar a alguna zona algo más alejada.
Para ello, siempre puedes usar el S-Bahn o el tranvía. Por cierto, los tickets son los mismos para todos los transportes públicos, es decir, tranvías, autobuses, trenes locales, S-Bahn y ferries, y vas a encontrar máquinas donde comprarlos de manera rápida y sencilla en todas las paradas importantes.
Además, si tu intención es moverte sólo por la ciudad o ir al aeropuerto, entonces puedes olvidarte de las distintas zonas tarifarias, pues estas sólo importan si quieres conocer los alrededores. En este caso, el precio del billete será más elevado.
Por supuesto, hay distintos tipos de tickets:
– Billete sencillo que te permite viajar durante una hora por la ciudad de Dresde (3,20€). Existe la opción de 4 billetes sencillos (11,40 €).
– Ticket de 4 viajes de corto recorrido, que es válido para un viaje de máximo 4 paradas en tranvía o autobús y en el S-Bahn depende de la ruta (7,50€).
– Billete de día con el que puedes viajar en transporte público por Dresde lo que tú quieras desde que validas tu billete hasta las 4:00 del día siguiente. Es válido para un adulto y dos menores de hasta 15 años (8,60€).
– Billete familiar, que es válido para dos adultos y cuatro menores de 15 años desde el momento de su validación hasta las 4:00 del día siguiente (13,10€).
– Ticket de grupo pequeño, que puede ser utilizado durante un día por un grupo de hasta cinco personas (21,70€).
Además, hay tickets semanales y mensuales, por si vas a quedarte más tiempo en la ciudad. Para más información, lo mejor es que entres en esta página web.
Los precios que damos son para dentro de la ciudad de Dresde y a fecha de octubre 2024. Por otro lado, existen descuentos para los menores de 15 años y los mayores de 60 años, y los niños hasta los 6 años viajan gratis.
Nosotros, que nos quedamos a dormir en un barrio cercano al centro, nos movimos cómodamente en tranvía y en S-Bahn y no tuvimos ningún problema. Un consejo, mira por la ventana, porque, probablemente, cruzarás alguno de los puentes del Elba y tendrás unas vistas preciosas.
Otra opción para conocer la ciudad es usar el autobús turístico, que hace paradas en los puntos más interesantes que ver en Dresde o bien hacer un viaje en barco por el Elba para disfrutar de las bonitos edificios que se levantan en sus laderas y tener una perspectiva distinta de la ciudad.
Dónde dormir en Dresde
Dresde tiene una buena oferta hotelera y no te será difícil encontrar algo que se ajuste a tus intereses. Por supuesto, lo mejor es que te quedes en el centro histórico, que es donde están la mayoría de lugares que ver en Dresde.
Sin embargo, nosotros, que estuvimos una semana, optamos por un pequeño apartamento cercano al centro, donde estuvimos muy cómodos y teníamos cerca supermercados, la parada de tranvía y la de S-Bahn.
Historia de Dresde
A finales del S. VI, varios grupos eslavos se establecieron a lo largo del río Elba. Así, Dresde se fundó en el lugar de uno de estos pueblos y su nombre actual tiene origen eslavo, pues viene de la colonia Drežďany.
Esta fue mencionada por escrito por primera vez en 1206. En aquel entonces, no era la ciudad más importante de la región, pues era Meissen. De hecho, tuvo que esperar a la segunda mitad del S. XV para convertirse en la capital del ducado de Sajonia, cuando los hermanos Wettin dividieron su territorio y Dresde recayó en manos de Alberto.
Más tarde, a mediados del S. XVI, esta familia se convertiría en príncipes electores, vamos, que podían elegir al emperador, y Sajonia pasó a ser el estado protestante más importante del Sacro Imperio Romano Germánico.
Sin embargo, el momento más brillante de Dresde llegó a finales del S. XVII con Federico Augusto I elector de Sajonia y rey de Polonia, conocido como Augusto el Fuerte. Este era un amante del arte y durante su gobierno la ciudad creció culturalmente y hubo una gran actividad constructora. Eso sí, todo al gusto del momento: el barroco
A mediados del S. XVIII, Dresde se vio involucrada en numerosas batallas que acabaron con la prosperidad de la ciudad durante mucho tiempo. En 1806, el electorado de Sajonia se convirtió en reino y Dresde pasó a ser corte real. Además, en 1813, la ciudad fue un punto muy importante de las operaciones de Napoleón y en esta zona tuvieron lugar decisivas contiendas.
Durante el S. XIX, Dresde creció y se industrializó, pero sin perder su encanto de ciudad cultural. Tras la fundación del Imperio Alemán en 1871, albergó una de las guarniciones más grandes del Reich y, a principios del S. XX, era su quinta ciudad más grande.
Tras la abdicación del rey sajón en 1918, se formó el Estado Libre de Sajonia y, durante la segunda mitad de la década de 1920, la ciudad prosperó arquitectónica y culturalmente, pero este desarrollo cesó en 1933 con el ascenso del partido nacionalsocialista.
Y llegó la II Guerra Mundial y el área de Dresde se salvó de los ataques hasta agosto de 1944. De hecho, fue uno de los últimos centros industriales intactos del Reich alemán, además de una ciudad guarnición y un punto importante de comunicación del país.
Sin embargo, todo cambió desde agosto de 1944 hasta abril de 1945, especialmente del 13 al 15 de febrero, cuando sucesivos ataques aéreos destruyeron el centro y gran parte de sus alrededores, además de dejar más de 20.000 muertos.
Tras la Guerra, la ciudad quedó en zona soviética y Dresde se convirtió en el mayor centro industrial de la RDA por detrás de Berlín oriental. En la posguerra, se comenzaron a reconstruir importantes monumentos históricos, como el Zwinger o la Hofkirche, pero otros tuvieron que esperar mucho tiempo, como la Frauenkirche, que se terminó en 2005.
En 2004, Dresde entró en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, pero en 2009, debido a la construcción del puente Waldschlösschen en el centro de la ciudad, dejó de pertenecer a ella.
Qué ver en Dresde
Cómo siempre decimos, y Dresde no iba a ser la excepción, una buena manera de conocer una nueva ciudad es uniéndote a un free tour, donde aprendes datos muy interesantes sobre ella. Además, los guías suelen dar información muy práctica para tu visita. Si quieres, puedes chequear este free tour por Dresde.
Por otro lado, puedes conocer el centro histórico de Dresde en un día. Sin embargo, en la ciudad hay museos muy interesantes, por eso, lo mejor es que le dediques dos días.
Dicho esto, comencemos ya con los lugares que ver en Dresde, que vamos a dividirlos en plazas del casco antiguo, Neustadt y otros lugares que ver.
Altmarkt o Mercado Antiguo
El primer lugar que ver en Dresde del que te vamos a hablar es el Altmarkt, la plaza más antigua de la ciudad, aunque su aspecto no lo indique. Y es que, durante los ataques de febrero de 1945, sus edificios fueron destruidos y sólo se reconstruyó la iglesia, es decir, la Kreuzkirche o iglesia de la Santa Cruz.
Por eso, la plaza que ves hoy día comenzó a construirse en 1953, manteniendo, en parte, el estilo de la antigua ciudad. Así, en sus lados este y oeste se levantaron edificios neobarrocos, pero el lado norte se cerró con el moderno Palacio de la Cultura. Por su parte, el lado sur era una zona verde antes de la caída del Muro, construyéndose en la última década del S. XX.
Aparte de quedar destruida durante los bombardeos, en el Altmarkt se quemaron 6.865 personas, que son recordadas con una placa conmemorativa en el pavimento.
Por otro lado, esta plaza es conocida por ser el lugar donde se organiza uno de los mercados navideños más antiguos y bonitos de Alemania, el Striezelmarkt. Nosotros te hablamos de él y del resto que se organizan en la ciudad en Dresde en navidad: sus mejores mercados navideños.
Kreuzkirche o iglesia de la Santa Cruz
El edificio más llamativo del Altmarkt es la Kreuzkirche, que tiene una altura de 92 metros y ha cambiado de aspecto varias veces a lo largo de su historia, pues se ha destruido en cinco ocasiones, siendo la última durante la II Guerra Mundial, cuando se incendió y tuvo que reconstruirse a mediados del S. XX.
Sin embargo, sus orígenes se remontan a la fundación de la ciudad y su nombre viene de una reliquia de la Cruz de Cristo traída a Dresde en el S. XIII. En 1539, se celebró aquí el primer servicio luterano tras la Reforma, convirtiéndose en la principal iglesia protestante de la ciudad.
El interior de la iglesia es muy sencillo, con un altar de 1900 que sobrevivió al incendio de la Guerra y algunos detalles en estilo Art Nouveaou. Por su parte, la torre de finales del S. XVIII tiene un mirador a 54 metros de altura desde donde tienes una perspectiva preciosa de la ciudad. Para llegar subirás 259 escalones y pasarás por la antigua habitación donde vivía el guardián de la torre.
Por otro lado, este es un buen lugar para ti si te gusta la música sacra, pues es la sede del Kreuzchor o coro de la Santa Cruz, uno de los coros de niños más antiguos del mundo. Su origen se remonta a la fundación de la ciudad y puedes oírles los sábados a las 17:00 en la iglesia, pagando 5€, y en los servicios religiosos.
Por cierto, seguro que te suena un cuadro en el que se ve a un hombre de espaldas observando un paisaje rocoso cubierto por la niebla. Pues bien, esa obra maestra del romanticismo representa un paisaje de Sajonia y fue realizada por el pintor alemán Caspar David Friedrich, que vivió más de 40 años en Dresde.
Te preguntarás porqué te hablamos ahora de él y la razón es porque se casó en la Kreuzkirche en 1818, donde también bautizó a sus hijos. Su tumba está en el cementerio de la Trinidad, que se encuentra algo alejado del centro.
Horario y precio
Entrar en la iglesia es gratuito, pero subir a la torre cuesta, a octubre 2024, 5€. Esta abre de 10:00 a 18:00, los sábados hasta las 15:00 y los domingos de 11:00 a 18:00.
Nuevo ayuntamiento
Cerca del Altmarkt está el nuevo ayuntamiento, que, cuando nosotros estuvimos, albergaba una pequeña exposición muy interesante sobre la historia de la ciudad. Esta era gratuita.
Este ayuntamiento se construyó en la primera década del S. XX, cuando el primero, que estaba en el Altmarkt, se quedó pequeño. Sin embargo, sufrió graves daños durante los bombardeos de 1945, por lo que se reconstruyó a mediados del S. XX. Eso sí, su interior sólo de manera simplificada.
Aunque hace unos años se podía subir en ascensor al mirador de su torre, ahora ya no es posible por medidas de seguridad. Sin embargo, hemos leído que puede reabrir en unos años.
Por cierto, la torre está coronada por el hombre dorado del ayuntamiento, que, con sus casi 5 m, hace que esta tenga una altura de 100,30 m, lo que la convierte en la torre más alta de la ciudad. Esta representa a Hércules y está hecha en cobre recubierto con pan de oro. Para hacerla se tomó como modelo a un campeón de peso de Sajonia.
Hablando de estatuas, frente a la fachada del ayuntamiento verás la mujer de los escombros, que representa a las que limpiaron las montañas de ruinas tras la destrucción de la ciudad, y muy cerca de ella podrás comprobar si es verdad que trae suerte frotarle el dedo gordo del pie a Baco montado sobre un burro. Esta se encuentra junto a la entrada del Ratskeller, muy cerca de uno de los enanos que se han escapado de la ciudad polaca de Breslavia.
Neumarkt o Mercado Nuevo
Otro de los lugares que ver en Dresde es Neumarkt, una plaza que se creó en el S. XVI, cuando la ciudad se convirtió en residencia electoral y se ampliaron sus fortificaciones. Aquí está uno de los símbolos de la ciudad: la Frauenkirche.
Neumarkt cambió de aspecto durante el reinado de Augusto el Fuerte, cuando se remodeló en estilo barroco. Sin embargo, durante los bombardeos de febrero de 1945, sus edificios fueron destruidos y, más tarde, sus ruinas fueron demolidas, a excepción de las de la Frauenkirche y del Johanneum. Vamos, que durante muchos años Neumarkt fue un amplio espacio alrededor de las ruinas de la iglesia.
Así, aunque se construyeron edificios en esta zona durante el tiempo de la RDA, hubo que esperar a la Reunificación del país para que esta área volviese a desarrollarse. Fue entonces cuando se reconstruyó la Frauenkirche y, a comienzos del S. XXI, y tras mucha controversia, se levantaron de nuevo sus alrededores con un aspecto barroco que recuerda al periodo anterior a la Guerra. De hecho, aunque todavía falten trabajos por hacer, en el 2021 se dio por concluida Neumarkt.
Algunas de las casas que se reconstruyeron de manera fiel a su aspecto del S. XVIII se encuentran en la calle Rampische y una muy especial está en Neumarkt 18. Esta es la Dinglingerhaus, que fue uno de los edificios residenciales barrocos más famosos de la ciudad. Finalizada en 2016, incluye parte de su sótano original. Si entras en el restaurante que se encuentra allí, podrás verlo.
Frauenkirche o iglesia de Nuestra Señora: símbolo de la reconstrucción de la ciudad
Esta iglesia protestante es la construcción más importante de Neumarkt y fue construida entre 1993 y 2005 como una réplica del edificio original destruido en 1945. Para ello, se utilizaron siempre que fue posible materiales de construcción auténticos. De hecho, las piedras de color más oscuro de su fachada proceden del antiguo edificio. Además, se ha mantenido junto a la iglesia un fragmento de la antigua cúpula de la iglesia como un monumento conmemorativo.
Su historia se remonta al S. XI, cuando se levantó aquí una primera iglesia de madera, que, en el S. XII, se convirtió en un templo románico y, en el S. XIV, en una iglesia gótica que acabó quedándose pequeña y fue demolida en 1727. Fue entonces cuando se construyó el edificio barroco de la Frauenkirche con su representativa cúpula de arenisca, que le valió el sobrenombre de la campana de piedra. Su arquitecto fue George Bähr.
Durante los bombardeos de febrero de 1945, el edificio de la iglesia se incendió y acabó colapsando. Sus ruinas se mantuvieron durante más de 40 años como un monumento contra la guerra. Sin embargo, al final se decidió levantarla de nuevo, convirtiéndose en un símbolo de libertad y de unidad alemana.
Para su reconstrucción se recibieron donaciones de todo el mundo. Además, la cruz que corona la torre, que es una réplica de la antigua, guarda una bonita historia. Y es que esta fue realizada por el herrero londinense Alan Smith, cuyo padre, un piloto británico, participó en los bombardeos de la ciudad.
En su bello interior, que también se reconstruyó fiel al original, se conserva parte del altar original, pues este logró salvarse de la destrucción. Además, también puedes subir a su mirador, que se encuentra a 67 metros de altura.
Horario y precio:
Entrar a la iglesia es gratuito pero subir a la torre no. El ascenso se hace por escaleras y cuesta 10€. Sin embargo, los menores de 6 a 16 años, estudiantes, discapacitados y jubilados pagan 5€. (precios de octubre 2024).
El mirador abre todos los días de 10:00 a 18:00, los domingos desde las 13:00 y de noviembre a febrero cierra a las 16:00.
Johanneum
En Neumarkt está también el Johanneum, un edificio renacentista construido a finales del S. XVI para guardar los caballos y carruajes de los gobernantes.
Más tarde, en el S. XVIII, fue modificado por orden de Augusto el Fuerte, momento en el que se añadió su característica escalera inglesa de dos tramos. Por último, volvió a sufrir cambios en la segunda mitad del S. XIX para convertirse en museo histórico por orden del rey Juan, por el cual recibió su nombre actual. Tras los bombardeos de la II Guerra Mundial, se reconstruyó a partir de 1950.
Actualmente, alberga el museo del transporte, una visita muy interesante si viajas con niños, pues, además de aprender, hay una maqueta de tren de gran tamaño que se pone en funcionamiento en momentos específicos del día (mira la página web para más información) y un cuarto para que los más pequeños aprendan jugando.
Frente al Johanneum se encuentra una de las fuentes más antiguas de Dresde, la de la Paz o la de los Turcos, que data de 1616 y conmemora una victoria contra el Imperio Otomano.
Neumarkt es una zona muy animada con numerosos restaurantes, tiendas y hoteles. Además, muchos de los lugares más interesantes que ver en Dresde se encuentran muy cerca
Stallhof o patio del establo
Así, no tendrás casi que caminar para descubrir el siguiente punto: el patio del establo, que forma parte del complejo del palacio residencial. A este se puede entrar de manera gratuita y durante el adviento alberga el mercado medieval de navidad.
Este edificio se construyó a finales del S. XVI en estilo renacentista y servía para la celebración de torneos ecuestres. Como recuerdo de su antiguo uso, en el patio puedes ver dos columnas de bronce de 1601, que miden unos 6 metros de altura y se utilizaban para que los caballeros acertasen en los anillos con su lanza.
Durante los bombardeos de la II Guerra Mundial, sufrió graves daños, pero no quedo destruido y fue reconstruido en la segunda mitad del S. XX.
Fürstenzug o Desfile de los Príncipes
Uno de los lados del patio es el llamado Corredor Largo, una galería con arcos de medio punto decorada con pinturas esgrafiadas y un reloj de sol. Sin embargo, su parte más llamativa es su fachada exterior, donde está el impresionante Fürstenzug o Desfile de los Príncipes. Es decir, un mural de 102 metros de largo hecho con unos 23.000 azulejos de porcelana de Meissen que representa una procesión a caballo de los miembros de la casa principesca de Wettin, aquellos que gobernaron Sajonia entre 1127 y 1918.
Su autor es Wilhelm Walther, quien, en 1876, creó esta obra mediante la técnica del esgafriado para celebrar el 800 aniversario de esta dinastía. Le costó tres años terminarla, pero, al no ser muy resistente a la intemperie, enseguida mostró daños. Por eso, entre 1904 y 1907, se sustituyó por el actual mural de porcelana que conserva el diseño original. Tanto es así, que durante el trabajo murió el rey Jorge, el último de la procesión real, y se decidió no incluir al nuevo gobernante, el rey Federico Augusto III.
El mural sobrevivió bastante bien los bombardeos de 1945, aunque tuvo que ser restaurado en la década de 1970.
La obra está llena de detalles, por lo que merece la pena que le dediques algo de tiempo. Esta representa un tapiz que comienza con el margrave Conrado el Grande y termina con el príncipe Jorge, que se convirtió en rey después de que Wilhelm Walther terminara su mural. Sin embargo, en ella no verás sólo a los gobernantes y sus caballos, sino que podrás descubrir a más personajes, así como animales, distintos tipos de plantas y armas. En total hay 94 personajes, entre los que hay artistas, soldados y científicos.
Por cierto, ya que estás, puedes buscar al único personaje femenino de la obra, que como ayuda te diremos que es una niña, o al pintor, que se representó a sí mismo al final de la procesión.
Schloßplatz o Plaza del Palacio
La plaza del palacio es un lugar que ver en Dresde, en el que, mires a donde mires, verás un monumento interesante.
Así, se encuentra delimitada por el río Elba y el palacio residencial, y ha cambiado de aspecto a lo largo de los años. De hecho, el puente medieval de la ciudad era más largo que el actual, pues llegaba hasta la puerta del Elba, es decir, a la entrada del palacio.
A día de hoy, en la plaza se encuentra la entrada neorrenacentista al palacio, que se conoce como Georgenbau o edificio de Jorge, la iglesia barroca de la Corte o Hofkirche, así como el neobarroco Saxon Estates House, que es de comienzos del S. XX y alberga el Tribunal Regional Superior de Sajonia.
Además, aquí comienza la Augustusstrasse, por lo que la plaza guarda un fragmento del Desfile de los Príncipes, y desde ellas puedes acceder a la Terraza de Brühl. Asimismo, desde aquí tienes vistas al otro lado de la ciudad, el distrito de Neustadt, al que llegarás si cruzas el puente de Augusto.
Como curiosidad, frente al portal principal de la Hofkirche hay un adoquín marcado con la letra N. Este marca el lugar donde dicen estaba Napoleón Bonaparte el 26 de agosto de 1813, cuando se llevó a cabo el desfile de sus tropas antes de la batalla de Dresde, su última gran victoria.
Hofkirche o catedral de la Santísima Trinidad
Otro de los lugares que ver en Dresde es la Hofkirche, la antigua iglesia católica de la corte y la actual catedral de la diócesis de Dresde-Meißen desde 1980. Esta perfila el horizonte de la ciudad con su torre de 86 metros de altura,
La iglesia fue construida a mediados del S. XVIII en estilo barroco, como era lo propio en aquella época. Al ser la antigua iglesia de la corte sajona, está conectada con el palacio residencial por medio de un pequeño puente que recuerda al puente de los Suspiros veneciano. Además, su cripta guarda las tumbas de varios electores y Reyes de Sajonia, así como el corazón de Augusto el Fuerte.
Esta es católica y lo es, porque Augusto el Fuerte se convirtió a esta religión para poder ser rey de Polonia en 1697. Él no la mandó construir, hubiera sido ya mucho en una Sajonia que era protestante, pero su hijo sí decidió levantar un templo a la altura, aunque en un principio mantuvo en secreto el fin de este. Durante los bombardeos, la iglesia sufrió graves daños y su reconstrucción duró hasta 1965.
Su exterior está decorado con 78 estatuas y en su sencillo interior destaca el cuadro del altar mayor de Anton Raphael Mengs, su púlpito barroco de comienzos del S. XVIII y el órgano conservado Silbermann. Además, una de las capillas conmemora a las víctimas de los bombardeos, con una Piedad moderna hecha de porcelana de Meissen.
Palacio residencial
La antigua residencia de la familia Wettin es un complejo que tiene sus orígenes en un castillo del S. XIII. Con el ascenso de esta dinastía, este se fue ampliando y, a mediados del S. XVI, cuando recibieron el electorado, se convirtió en un magnífico palacio renacentista. Por supuesto, Augusto el Fuerte le puso su toque de opulencia barroca en el S. XVIII y, finalmente, a comienzos del S. XX recibió su última renovación en estilo neorrenacentista.
Sin embargo, como todo en Dresde, el palacio sufrió graves daños en 1945. Durante el periodo de la RDA, la falta de dinero y de motivación hicieron que su reconstrucción no comenzase hasta la década de 1980. De hecho, fue tras la Reunificación alemana, cuando este proyecto que ha durado más de treinta años se desarrolló gradualmente. Actualmente, el palacio alberga impresionantes colecciones y es uno de los lugares que ver en Dresde donde puedes hacerte una idea de la antigua riqueza de la ciudad.
Si llegas a él desde la Schlossplatz, lo primero que verás será el edificio neorrenacentista de Jorge, que es una de las partes más antiguas del castillo. Aunque te cueste creerlo, este era originalmente una puerta fuertemente fortificada de las murallas de la ciudad. Más específicamente, era la entrada a la ciudad por el puente medieval. Sin embargo, el duque Jorge la hizo sustituir en el S. XVI por un edificio residencial en el que se conservó el arco del antiguo puente.
Una zona que nos encantó del palacio fue su patio, donde en sus fachadas se han reconstruido las antiguas pinturas del S. XVI. Sin embargo, hay mucho más que descubrir en su interior.
¿Qué se visita en el palacio residencial de Dresde?
– La Hausmannsturm, que es su torre principal y se construyó alrededor del 1400, aunque se fue modificando con el tiempo. Tras los ataques de 1945, perdió el techo y no lo recuperó hasta 1991. Actualmente, mide unos 100 metros y tiene un mirador a casi 40 metros de altura. Este abre sólo de abril a octubre y para poder disfrutar de las vistas hay que subir 327 escalones.
– Varias salas reconstruidas del palacio, como el pequeño salón de baile, que se construyó a mediados del S. XIX, las salas reales de desfiles de Augusto el Fuerte, que se han reconstruido fieles a las originales con réplicas, pero también con mobiliario y elementos originales, y el gabinete de porcelana, donde hay importantes ejemplos del oro blanco de Meissen.
– El gabinete de grabados de cobre, con obras de Durero, Miguel Ángel, Rembrandt o Caspar David Friedrich, entre otros.
– El Gabinete de monedas
– La Armería, donde se exponen armas de fuego de los siglos XVI, XVII y XVIII y, en la Gran sala, la que fue la más grande del palacio, verás una importante colección de armaduras. Además, también incluye la cámara Turca, una de las colecciones de arte otomano más importantes fuera de Turquía. Seguro que te sorprende, por ejemplo, la enorme tienda de campaña del S. XVII. Asimismo, se trata la historia de los Wettin y hay importantes ropajes de esta familia, así como algunos artículos personales.
– La Nueva Bóveda Verde, donde hay unos 1000 objetos asombrosos del antiguo tesoro real, como el Diamante Verde de Dresde o el trono del gran magnate Aureng-Zeb, que está decorado con numerosas piedras preciosas.
– La Bóveda Verde histórica, que son ocho salas bellamente decoradas de la década de 1720, donde antiguamente se mostraba una magnífica colección de obras de arte, accesible sólo para los invitados exclusivos. Sin embargo, ahora tú también puedes disfrutar de esta maravilla del barroco igual que en la época de Augusto el Fuerte, pues se han reconstruido y se han dispuesto los más de 3000 objetos de la misma manera que entonces. Para que te hagas una idea de su contenido, algunos nombres de las habitaciones son la sala de ámbar, la de marfil o la de las Joyas.
No vamos a engañarte, entrar en ella es caro y, aunque es impresionante, vas a ver un montón de maravillas en el resto del museo. Además, la seguridad dentro es muy alta. No sabemos si extremaron las medidas de seguridad desde el robo que sufrieron en 2019. Por cierto, ya recuperaron las joyas y vuelven a estar expuestas.
Horario y precios del palacio residencial
El palacio abre de 10:00 a 18:00 y cierra los martes. Además, la histórica Bóveda Verde también abre de jueves a sábado de 18:00 a 20:00.
Como te puedes imaginar, este es uno de los museos que ver en Dresde al que le tienes que dedicar bastante tiempo, mínimo una hora y media, pues su tamaño es considerable.
Hay varios tipos de tickets:
Por cierto, si el post te está siendo de ayuda, puedes comprar tu entradas general para el palacio desde esta página web. Así, nosotros nos llevaremos una pequeña comisión.
– La entrada para la histórica Bóveda Verde, que cuesta 14€ e Incluye una audio guía gratuita. Como hay límite de entradas, recomiendan reservar online. Además, al comprarla tienes que fijar la hora de entrada.
– Una entrada combinada que incluye todos los museos y la histórica Bóveda Verde. Esta cuesta 24,50€. De igual manera, al comprarla tendrás que fijar la hora para entrar a la histórica Bóveda Verde.
Los menores de 17 años entran gratis en todas las salas del palacio.
Terraza de Brühl, el antiguo jardín de recreo privado de Heinrich von Brühl
La terraza de Brühl es un estupendo paseo con imponentes edificios y unas bonitas vistas a la margen derecha de la ciudad y al casco antiguo de Dresde. Esta tiene unos 500 metros de largo y va del puente de Augusto al de Carola, que, en septiembre 2024, se derrumbó parcialmente.
Cuando se construyó en el S. XVI, esta formaba parte de las fortificaciones de la ciudad, pero con el tiempo perdió su papel militar. Más tarde, Heinrich von Brühl, un ambicioso político del S. XVIII de quien recibe su actual nombre, levantó aquí importantes edificios, que fueron demolidos a finales del S. XIX para dar paso a los actuales.
Sin duda, este es uno de los lugares que ver en Dresde que también es conocido como el Balcón de Europa. Si quieres hacer una pausa, en la terraza hay alguna cafetería donde puedes sentarte a disfrutar de las vistas.
Entre sus edificios más llamativos se encuentra la Academia de Arte, que se caracteriza por su cúpula de cristal, apodada el exprimidor de limones por su forma. Reconstruido tras la Reunificación de Alemania, actualmente organiza exposiciones temporales de arte contemporáneo.
Otro edificio importante es el Albertinum, que originalmente fue el Arsenal de la ciudad. Así, se construyó en el S. XVI y, al perder su uso en la segunda mitad del S. XIX, se convirtió en museo. Para ello se renovó en estilo neorrenacentista por orden del rey Alberto, de quien recibió su actual nombre.
Reconstruido tras la II Guerra Mundial, ahora alberga la galería de los Nuevos Maestros y la colección de esculturas. Sus obras se centran en el arte de los siglos XIX y XX y el presente.
Información sobre la visita al Albertinum
Si te está gustando este post, puedes comprar tus entradas para el Albertinum desde esta página web, De este modo, nosotros nos llevamos una pequeña comisión.
Al final de la Terraza están los jardines de Brühl en el que fue el bastión de la Doncella. Aquí está la moderna sinagoga de la ciudad, que sustituye a la que construyó en este mismo lugar Gottfried Semper en la primera mitad del S. XIX, destruida la noche de los cristales rotos de 1938.
Además, bajo la Terraza de Brühl se conservan partes de las antiguas fortificaciones de la ciudad, que se comenzaron a levantar en 1546 por orden del Elector Mauricio de Sajonia.
Así, puedes conocer estos restos a través de la Festung Xperience, una innovadora exposición en la que el propio príncipe sajón te llevará a conocer su larga historia.
Theatherplatz o plaza del teatro
Otro de los lugares que ver en Dresde es esta plaza desde donde tienes una bonita perspectiva de la Hofkirche y del palacio residencial. Por si fuera poco, aquí están la Ópera Semper y el Zwinger y, en pleno centro, la estatua ecuestre del rey Juan de Sajonia.
Hasta la década de 1830, en esta área vivían los artesanos italianos que trabajaron en la construcción de la Hofkirche bajo las ordenes del arquitecto Gaetano Chiaveri. Por ello, a la zona se le conoció como el pueblo italiano. Sin embargo, fue desapareciendo para dejar paso a los edificios que vemos hoy día. El último recuerdo que queda de él es el edificio llamado Pueblo Italiano, que fue construido a comienzos del S. XX y solía albergar un restaurante que actualmente está cerrado.
Durante los bombardeos de 1945, todos los edificios de la plaza fueron destruidos y, a excepción de uno, todos fueron reconstruidos.
Ópera Semper: uno de los teatros más bonitos del mundo
Su interior es muy bonito y puedes conocerlo dentro de una visita guiada. Otra opción es asistir a uno de sus espectáculos.
Para ello, puedes comprar las entradas de manera online o acercarte al edificio de la Guardia Principal de la Ciudad Vieja que está frente a la Ópera. Este fue diseñado por el que dicen es el mejor arquitecto prusiano, Karl Friedrich Schinkel. Así, se construyó en la década de 1830 y está inspirado en un templo jónico. Destruido en 1945, fue reconstruido en 1956 y ahora alberga la taquilla de la Ópera.
Zwinger: el jardín de recreo de Augusto el Fuerte
Uno de los lugares más conocidos que ver en Dresde es el Zwinger, cuyo nombre hace referencia a su antigua localización, en una parte de la antigua fortaleza que estaba entre la muralla interior y la exterior.
Su historia de esplendor comenzó con Augusto el Fuerte, es decir, en los primeros años del S. XVIII. Fue entonces cuando el gobernante quiso ampliar el palacio y dotarlo con patios y jardines. Sin embargo, sus ambiciosos planes para la zona no se completaron, pues su idea era que el Zwinger fuera la entrada a un magnífico castillo que nunca llegó a construirse.
Sea como fuere, entre 1711 y 1728 se levantó el Zwinger, un complejo de edificios con jardines y fuentes que sirvió de invernadero de plantas exóticas y para organizar fiestas, así como para albergar las importantes colecciones de la ciudad. Los encargados de su diseño fueron el arquitecto Matthäus Daniel Poppelmann y el escultor Balthasar Permoser, que engalanó el espacio con numerosas esculturas.
Tras la época barroca, el Zwinger perdió en importancia y sufrió daños en las distintas batallas. No es de extrañar, pues se encontraba directamente en las fortificaciones.
Finalmente, se completó a mediados del S. XIX, cuando recibió su último lado, la galería Semper, que fue diseñada por Gottfried Semper en estilo renacentista para utilizarse como espacio para exposiciones.
Durante los ataques de 1945, el Zwinger fue destruido. Eso sí, para 1963 ya estaba de nuevo en pie. Una curiosidad del tiempo de posguerra es una inscripción escrita en cirílico por un soldado llamado Chanutin en la que se informa que el Zwinger ha sido revisado y está libre de minas.
Esta se encuentra cerca del Taschenbergpalais, un antiguo palacio barroco de la primera década del S. XVIII, que, tras ser reconstruido en 1992, es un hotel de lujo.
Qué ver en el Zwinger
Actualmente, el Zwinger es una de las principales obras del barroco de la ciudad y puedes disfrutar de su zona exterior de manera gratuita. Así puedes pasear por su patio interior y subir a sus terrazas, desde donde tendrás unas bonitas perspectivas de esta obra de arte alemana.
Así, al entrar verás en sus esquinas sus cuatro pabellones, el de la Porcelana, el Alemán, el Francés y el Salón de Física y Matemáticas. Además, destaca la puerta de la Corona, un símbolo del Zwinger que está sobre la antigua muralla de la ciudad, el pabellón de la muralla, que está decorado con numerosas esculturas que recuerdan la grandeza de Augusto el Fuerte, y el pabellón de la ciudad, que tiene un carrillón con campanas de porcelana de Meissen que sobrevivió muy bien a la Guerra.
Otro de los lugares que no puedes perderte es el baño de las Ninfas, una preciosa fuente barroca.
Eso sí, si viajas ahora a Dresde, es posible que te encuentres el patio del Zwinger sin su antiguo encanto, pues lo están restaurando y las obras no terminarán hasta el verano del 2025.
Además, pagando una entrada puedes entrar en sus tres museos, cuyos objetos te dan una idea del antiguo esplendor de Dresde. Y es que, ya desde el principio, el Zwinger albergó importantes colecciones de la ciudad. Hoy puedes visitar:
– La Pinacoteca de los Antiguos Maestros y la colección de escultura hasta 1800, que está en la Galería Semper y muestra obras maestras de los siglos XV al XVIII. Aquí encontrarás pinturas de maestros holandeses y franceses, así como importantes obras de la pintura italiana del Renacimiento. Sin duda, su cuadro más famoso es la Virgen Sixtina de Rafael, cuyos ángeles son conocidos mundialmente.
Además, podrás ver los cuadros que Canaletto pintó de Dresde en el S. XVIII, cuando era pintor de la corte sajona. De este modo, te puedes hacer una idea de la ciudad antes de la Guerra.
– El Salón Matemático-Físico alberga una interesante colección de instrumentos científicos antiguos, como objetos astronómicos o instrumentos de cálculo.
– La Colección de Porcelana es una de las más extensas y valiosas del mundo, que incluye alrededor de 20.000 piezas de procedencia china, japonesa y, como no, de Meissen.
Como has visto, en Dresde oirás mucho sobre la porcelana de Meissen, que es una ciudad a unos 20 kilómetros de aquí. Y es que en este lugar y en 1710, Augusto el Fuerte estableció la primera fábrica de porcelana de Europa, nada menos que en un castillo cuyos orígenes se remontan al nacimiento de Sajonia. Si quieres saber más, nosotros te contamos todo lo que sabemos en Qué ver en Meissen.
Aparte, gracias a la realidad virtual, puedes imaginarte mucho mejor el esplendor del Zwinger y su historia en Zwinger Experience.
Horarios y precios de los museos del Zwinger
Información actual sobre el Zwinger Xperience
Cerca del Zwinger hay un recuerdo de la destrucción de la Guerra y un monumento por la Paz desde 2020. Esta es la Sala del Recuerdo de la iglesia de Sofía, un templo que se incendió durante los bombardeos de 1945 y no fue reconstruido.
Así, esta fue la iglesia del monasterio franciscano fundado en el S. XIII, más tarde, iglesia protestante de la Corte y finalmente, catedral luterana. Tras numerosas protestas, el gobierno de la RDA decidió demoler sus ruinas en 1962. En aquel momento, era la última iglesia gótica de la ciudad que conservaba su estructura básica.
En 1994, se decidió levantar un monumento conmemorativo. El resultado fue la construcción de una antigua capilla de la iglesia en estilo moderno cubierto por un cubo de vidrio. Dentro hay restos arquitectónicos recuperados del templo.
Neustadt: la margen derecha de Dresde
Es hora de cruzar el Elba y descubrir Neustadt o la Ciudad Nueva. Sin embargo, que no te engañe su actual nombre, pues esta parte de Dresde fue un asentamiento mencionado por primera vez en 1350. Eso sí, siempre estuvo a la sombra de su residencia vecina y en 1550 se unió a ella. Por aquel entonces, esta ciudad era conocida como Altendresden.
En 1685, un incendio la destruyó y su reconstrucción fue impulsada por Federico Augusto el Fuerte en estilo barroco. Desde entonces, se conoce como ciudad nueva.
A nosotros es un área que nos gustó mucho, pues, aunque no tenga tantos edificios históricos como la otra orilla, nos pareció más tranquila y encontramos lugares muy interesantes.
Puente de Augusto y miradores
Para llegar a Neustadt desde el centro histórico de Dresde puedes cruzar el puente de Augusto.
Ya en el S. XIII, había en este lugar un puente de piedra que llegó a ser uno de los más grandes de la Europa medieval. Sin embargo, sus pilares se fueron rellenando a medida que se desarrollaba la ciudad y, en 1907, se demolió debido a las exigencias del tráfico. Fue entonces cuando se construyó el actual.
Aunque no tengas tiempo para descubrir Neustadt, te aconsejamos que cruces el puente para poder disfrutar de la bonita perspectiva del casco antiguo que hay desde el otro lado. Así, a lo largo de la orilla del Elba encontrarás bonitos miradores para inmortalizar el momento.
Uno muy curioso es el mirador de Canaletto, desde donde podrás contemplar la vista que el pintor recreó en 1748 en su cuadro “Vista de Dresde desde la orilla derecha del Elba con el puente de Augusto”. Además, hay un marco para que pases un buen rato intentando replicar la vista del cuadro.
El Jinete Dorado
Muy cerca del puente está la escultura más famosa que ver en Dresde: el Jinete Dorado, que representa a Augusto el Fuerte vestido con una armadura romana cabalgando en dirección al Reino de Polonia.
Realizada en la década de 1730, se encuentra en Neustädter Markt o Mercado de la Ciudad Nueva, de donde sale la calle principal del distrito.
Alrededores del Jinete Dorado
Justo detrás de ella está la Blockhaus, un edificio barroco construido en la década de 1730 que albergó el cuerpo de Guardia de la Ciudad Nueva. Tras los daños sufridos en 1945, su exterior fue reconstruido a su aspecto anterior a la Guerra en la segunda mitad del S. XX.
Actualmente, alberga el archivo de las vanguardias y tiene un interior moderno muy interesante que ha sido remodelado por el estudio de arquitectos español Nieto Sobejano. Aquí podrás ver exposiciones sobre las vanguardias artísticas del siglo XX por 5€. Sin embargo, si no hubiese ninguna exposición, puedes entrar por 2€.
Información actual sobre el Archivo de las Vanguardias
No muy lejos y a la orilla del río está el palacio Japonés, que fue construido en la primera mitad del S. XVIII por orden de Augusto el Fuerte, quien quería construir aquí un palacio de porcelana. Aunque esta idea nunca se completó, se convirtió en una obra importante del barroco de Dresde, donde trabajaron los mejores arquitectos de la ciudad. Estos le añadieron tejados curvos al estilo japonés y estatuas al estilo chinoiserie, vamos, a lo Chino.
Tras la II Guerra Mundial, el palacio sufrió graves daños. Actualmente, es un museo de acceso gratuito en el que puedes ver la Sala de Damasco, una preciosa habitación de comienzos del S. XIX traída de esta ciudad en 1899, pero que nunca llegó a mostrarse.
Iglesia de la Epifanía
La iglesia de la Epifanía está en la calle principal de la Ciudad Nueva y su historia se remonta a principios del S. XV. Tras ser destruida en varias ocasiones, Augusto el Fuerte ordenó de nuevo su demolición al estar en medio de la calle principal de la nueva ciudad barroca. Tras esto, se reconstruyó en la década de 1730 en una localización más acorde con los nuevos planes.
Sin embargo, la iglesia sufrió un último derrumbe a causa de la II Guerra Mundial. Por eso, tuvo que ser reconstruida en la década de 1980.
Su interior es sencillo, pero en él puedes ver el curioso altar barroco de piedra arenisca del S. XVIII, que conserva los daños sufridos en la Guerra, y la Danza de la Muerte, una obra renacentista del S. XVI.
Por otro lado, puedes subir al mirador que hay en su torre de casi 88 metros de altura. Para ello tendrás que subir 254 escalones.
Horario y precio de la torre
– De marzo a octubre: de miércoles a domingo de 11:00 a 17:00.
– De noviembre a febrero: de jueves a sábado de 10:00 a 16:00, los domingos y festivos desde las 11:00 y los miércoles desde las 12:00.
Subir al mirador cuesta 5€, pero las personas con derecho a descuento pagarán 4€, los menores entre 6 y 17 años 1,50€ y los menores de 6 entran gratis.
Alrededores de la iglesia de la Epifanía
Los alrededores de la iglesia nos gustaron mucho, pues había pasajes que acaban en patios tranquilos con galerías y negocios de pequeño tamaño. Además, la zona ha conservado la arquitectura de la antigua ciudad barroca.
Aquí está el museo del Romanticismo, en un edificio de finales del S. XVII reconstruido en la segunda mitad del S. XIX.
Y es que no había un lugar mejor para aprender sobre la época romántica, pues esta era la casa de Gerhard von Kügelgen, un pintor de aquella época, donde se reunían artistas como Caspar David Friedrich o Richard Wagner. Además, dentro se ha representado el estudio de Kügelgen y se han conservado techos originales.
Por otro lado, frente a la iglesia está el mercado de Neustadt, en un edificio reconstruido de finales del S. XIX. En su luminoso interior no sólo encontrarás variados puestos de venta, sino también un supermercado, un gimnasio o una cafetería.
La lechería de los hermanos Pfund: la tienda de leche más bonita del mundo
En la calle Bautzner 79 vas a encontrar un negocio muy particular que ver en Dresde: una lechería decorada con azulejos pintados a mano de Villeroy y Boch en estilo neorrenacentista. Por su interior se ha ganado ser la tienda de leche más bonita del mundo.
Su historia comenzó en 1879, cuando el agricultor Pfund abrió una tienda para vender leche fresca, tanto, que podías ver cómo ordeñaban a las vacas. El negocio fue un éxito y acabó ampliándose y vendiendo otros productos lácteos, como leche condensada, yogur, jabón o papillas.
El edificio actual se construyó en 1891, decorándose con sus bonitos azulejos. Este sobrevivió a los bombardeos de 1945 y, en 1972, fue expropiada por la RDA hasta 1990. Actualmente, puedes comprar aquí una variedad de productos lácteos y otros souvenirs.
Encima de la tienda tienen un restaurante que está decorado de manera algo antigua, pero lo importante es que el servicio es muy amable y la comida está buena. Eso sí, cuando fuimos sólo aceptaban pago en efectivo.
Muy cerca de esta lechería, en la calle Pulsnitzer, se encuentra el antiguo cementerio judío, que fue fundado en 1751.
Kunsthofpassage o el pasaje del arte: un lugar diferente que ver en Dresde
Y de la lechería nos vamos a otro lugar curioso que ver en Dresde, un pasaje compuesto por cinco patios decorados de manera distinta por varios artistas. Cada uno tiene su propia temática y diseño, por ejemplo, está el patio de los Elementos, el de los Animales o el de la Metamorfosis.
Así, verás edificios decorados con monos, con tuberías o con láminas de aluminio, entre otros materiales. Además, hay pequeñas tiendas, galerías y cafeterías que hacen de este espacio un lugar muy agradable lleno de color y de arte.
Este pasaje une las calles Alaun y Görlitzer, que están en una zona que nos gustó mucho, con casas antiguas, lugares alternativos, arte urbano en sus paredes y muchos negocios y restaurantes interesantes. Vamos, una zona por la que te recomendamos pasear un rato.
De hecho, puedes realizar esta visita guiada por el arte callejero de Neustadt. Eso sí, es en alemán.
Otros lugares que ver en Dresde
Edificio Yenidze: ¿es una mezquita? no, es una antigua fábrica de cigarrillos
Uno de los lugares curiosos que ver en Dresde es este edificio que no está lejos del Zwinger. Su cúpula te recordará a una mezquita, pero en realidad nunca ha funcionado como tal y su minarete es una chimenea.
Así, era la fábrica de tabacos y cigarrillos orientales Yenidze, que importaba tabaco de Yenice, el nombre turco de la ciudad de Genisea. Gracias a la prosperidad del negocio, en la primera mitad del S. XX se levantó este edificio. Sin embargo, en aquel momento no se podía levantar en el centro de Dresde ninguna fábrica que se reconociese como tal. Por eso, nació este edificio que parece una mezquita y que fue perfecto para publicitar la marca de cigarrillos orientales.
Durante los bombardeos de 1945, el edificio sufrió graves daños, por lo que tuvo que ser restaurado. Tras esto, siguió asociado al tabaco, hasta que, en 1991, se convirtió en un bloque de oficinas. Actualmente, alberga también un restaurante en su piso superior que tiene terraza con vistas.
Grosser Garten, el lugar perfecto para descansar de tu visita a la ciudad
El parque más grande de Dresde empieza muy cerca del Nuevo Ayuntamiento y, como muchos lugares que ver en Dresde, es de origen barroco y alcanzó su mayor desarrollo en época de Augusto el Fuerte. Aquí se organizaron grandes fiestas y se cazaron faisanes.
Ahora, alberga el jardín botánico de la ciudad, un teatro de marionetas en verano y es perfecto para perderse por sus calles y avenidas disfrutando de sus distintas especies de plantas. Además, hay alguna cafetería en donde puedes sentarte a tomar algo. Y, si vas entre abril y octubre, puedes recorrerlo montado en su pequeño tren.
Nosotros, que fuimos en diciembre, vimos el parque cubierto de nieve y sin prácticamente gente. Por supuesto, no disfrutamos de sus flores, pero nos encantó el paseo invernal por aquel lugar que nos recordó a un bosque. Y es que los parques alemanes son, en general, dignos de ver.
Eso sí, vayas cuando vayas, hay algo que no debes perderte, el palacio de verano, que es su edificio principal y está en el corazón del parque. Construido en la segunda mitad del S. XVII, está rodeado por un estanque y jardines.
Cuando fuimos, el palacio estaba cerrado, pero a veces organizan pequeñas exposiciones en su interior, en donde todavía puedes recordar los daños que sufrió en la Guerra.
Por otro lado, cerca del parque está la Gläserne Manufaktur, un centro de producción de Volkswagen y un lugar perfecto que ver en Dresde para los amantes de los coches. Aquí podrán aprender sobre los Volkswagen eléctricos y hasta conducir uno. Además, realizan visitas especiales para niños.
Si este post te está resultando interesante, puedes comprar las entradas para esta visita desde esta página.
Museo de la Higiene
Un lugar que ver en Dresde perfecto para visitar con niños es este museo en el que se habla de medicina, de anatomía humana, de la salud y del cuidado personal. Y es que, además de ser muy informativo, tiene espacios destinados para los más pequeños. Este se encuentra muy cerca del Nuevo Ayuntamiento.
Los lugares que ver en Dresde que te vamos a proponer ahora están alejados del casco antiguo y, por eso, te aconsejamos conocerlos sólo si vas a dedicarle varios días a esta interesantes ciudad.
Museo de Historia Militar
Este museo que ver en Dresde se encuentra en el antiguo arsenal, pero su exterior ha sido modernizado por el arquitecto Daniel Libeskind. Sólo por ver su exterior merece la pena llegar hasta aquí. Además, la exposición muestra 800 años de historia militar alemana.
Información actual sobre el museo de historia militar
Panómetro de Dresde
En muchas ciudades alemanas los antiguos gasómetros se han convertido en interesantes lugares de exposición. Algunos de ellos muestran las pinturas panorámicas del artista Yadegar Asisi, como los de Berlín, Leipzig o Pforzheim.
También en Dresde puedes ver sus impresionantes pinturas. Lo mejor es que entres en su página web y veas si te interesa el panorama que exponen en el momento de tu visita, que puede ser, por ejemplo, Dresde en el barroco (imagen de la ciudad en 1756) y Dresde 1945, una buena manera de imaginarte la ciudad en estos dos momentos cruciales de su historia.
Este nos parece un buen lugar que ver en Dresde para ir con niños.
Comprar entradas para el Panómetro de Dresde
Tres palacios del Elba y memorial de la calle Bautzner
A unos 5 kilómetros del centro de la ciudad y a orillas de Elba puedes descubrir tres bonitos palacios: el de Albrechtsberg, el de Lingner y el de Eckberg. Además, este es un bonito paseo para hacer en bicicleta a lo largo del río.
Aunque en general no se puede entrar en ellos, la vista de los alrededores es muy bonita y es una zona perfecta para comprobar que esta es una buena zona vitivinícola de Alemania. Y es que estas laderas se han usado para crecer vides desde el S. XVII.
Palacio Albrechtsberg
Este castillo que ver en Dresde se levantó a mediados del S. XIX para el príncipe prusiano Alberto. Su estilo contrasta bastante con el aspecto barroco de la antigua ciudad, pues es un palacio clasicista que recuerda más al estilo prusiano de la ciudad de Potsdam. De los tres palacios del Elba, este es el más representativo.
Su interior sólo se puede visitar dentro de una visita guiada en días específicos. Así que lo más probable es que sólo conozcas sus jardines, que están dispuestos en un sistema de terrazas en las laderas del Elba, similar a los modelos italianos.
Palacio Lingner
Al igual que el anterior, esta villa clasicista fue construida a mediados del S. XIX por orden del príncipe Alberto de Prusia en una antigua zona de viñedos.
Como curiosidad, te diremos que su actual nombre recuerda a Karl August Lingner, un empresario muy exitoso de Dresde, que compró este palacio y, al morir, lo donó a la ciudad. Eso sí, puso un par de condiciones, entre ellas que en el palacio debía de haber un restaurante con los precios más bajos de la zona. En su honor, el actual restaurante ofrece la bebida Lingner al precio de 1€. Eso sí, no te esperes una bebida super elaborada.
Palacio Eckberg
Este palacio neogótico fue construido en la segunda mitad del S. XIX. Hoy es un hotel con restaurante.
Memorial de la calle Bautzner
Cerca de los palacios puedes visitar este memorial que se encuentra en una antigua prisión de la Stasi por donde pasaron numerosos presos políticos.
Este abre todos los días de 10:00 a 18:00 y la entrada cuesta 8 €. Por su parte, el ticket reducido cuesta 5€ y es gratuito los miércoles a partir de las 15:00.
El Milagro Azul y los funiculares
Si sigues el curso del río, llegarás al Milagro Azul, que es el puente Loschwitz, construido a finales del S. XIX. Su nombre hace referencia a su color original y a su inusual arquitectura en aquella época. Además, es uno de los dos puentes que no fueron destruidos en 1945.
Muy cerca de este hay un funicular con el que puedes subir a las laderas del Elba, donde hay una bonita vista panorámica.
Una manera de conocer todos estos lugares a lo largo del río es haciendo este viaje en barco por el Elba.
Castillo y parque Pillnitz
Otro palacio que ver en Dresde es el de Pillnitz, que se encuentra a orillas del Elba y a unos 15 km del centro de la ciudad.
Residencia de verano de la familia real sajona y lugar de grandes fiestas en época de Augusto el Fuerte, aquí puedes pasear por sus jardines y visitar tres palacios, que albergan dos museos, el de artes decorativas y el del palacio, así como entrar en el invernadero de la Casa de las Palmeras.
Mapa con los lugares que ver en Dresde
Aquí te dejamos un mapa con los lugares más interesantes que ver en Dresde de los que te hemos hablado.
- 1. Altmarkt o Mercado Antiguo
- 2. Nuevo Ayuntamiento
- 3. Neumarkt o Mercado Nuevo
- 4. Fürstenzug o Desfile de los Príncipes
- 5. Schlossplatz o plaza del palacio
- 6. Palacio Residencial
- 7. Terraza de Brühl
- 8. Albertinum
- 9. Theaterplatz o plaza del Teatro
- 10. Zwinger
- 11. Sala del Recuerdo de la iglesia de Sofía
- 12. Puente de Augusto
- 13. Mirador
- 14. Vista de Canaletto
- 15. Jinete Dorado
- 16. Palacio Japonés
- 17. Iglesia de la Epifanía
- 18. Lechería de los Hermanos Pfund
- 19. Antiguo Cementerio Judío
- 20. Kunsthofpassage
- 21. Edificio Yenidze
- 22. Grosser Garten
- 23. Glass Manufaktur
- 24. Museo alemán de la Higiene
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