Qué ver en el Gran Ducado de Luxemburgo

Hay mucho que ver en el Gran Ducado de Luxemburgo. Desde su capital y los restos de su potente fortaleza al Mullerthal, un parque natural de asombrosas formaciones rocosas. Y, por supuesto, castillos, que todavía hoy otean el horizonte de este pequeño país en el corazón de Europa occidental desde sus promontorios rocosos. ¿Nos acompañas?

Collage de 8 fotos sobre que ver en el Gran Ducado de Luxemburgo

El séptimo país más pequeño de Europa comparte frontera con AlemaniaFrancia y Bélgica.

Aunque no es lo único que comparte con sus vecinos. Y es que, a pesar de su tamaño, Luxemburgo tiene tres idiomas oficiales, el luxemburgués, el francés y el alemán. Y no te extrañes si escuchas portugués, pues hay una importante comunidad en el país.

Ya sea como excursión desde uno de estos países o como un viaje en exclusiva a Luxemburgo, merece la pena conocer alguno de sus secretos. Si te hemos convencido para viajar hasta aquí, sigue leyendo para saber que hay que ver en el Gran Ducado de Luxemburgo.

Cómo llegar al Gran Ducado y cómo moverse por él

Si tienes pensado llegar en avión, el mejor aeropuerto para conocer este país es el aeropuerto internacional Luxemburgo-Findel, que está a unos 10 kilómetros de su capital.  Otros, como el de Charleroi o el de Lieja, están ya algo alejados, aunque no serían mala opción si la idea es alquilar un coche para hacer una ruta por esta zona de Europa.

Para encontrar el vuelo que mejor se adapte a tus fechas y presupuesto, te recomendamos entrar en Skyscanner, desde donde también puedes reservar hoteles y coches de alquiler.

Si has elegido llegar en coche, que sepas que para conducir por el país no necesitas comprar ninguna acreditación ni pagar peajes.

Otra manera de llegar es en tren desde alguno de sus países vecinos.

Si sales de Alemania, échale un ojo a las ofertas de la compañía Deutsche Bahn.

Así, hay tickets especiales, como el Luxemburg Spezial, que te permite llegar de Trier a Luxemburgo por menos de 6€. O el Rheinland-Pfalz+Lux Ticket, con el que puedes tomar todos los trenes que quieras durante un día en los estados alemanes de Renania Palatinado, Sarre y Luxemburgo.

Este último es válido hasta para 5 personas y su precio depende del número de viajeros. Además, hasta 3 niños de entre 6 y 15 años pueden viajar de manera gratuita.

Una vez en el país puedes usar el coche para descubrir todos sus rincones o bien usar el transporte público, que, aunque tardes algo más de tiempo en llegar a tu destino, es gratuito.

Te dejamos la página web de la compañía de trenes de Luxemburgo y la página web mobiliteit para que puedas calcular todas los trayectos que necesites.

También puedes llegar hasta aquí uniéndote a una visita guiada:

– Excursión en tren a Luxemburgo desde Bruselas.

Visita a Dinant y Luxemburgo desde Bruselas.

Si quieres saber si merece la pena visitar esta ciudad de Valonia, puedes leer qué ver en Dinant, la hija del Mosa.

¿Por qué Luxemburgo es tan pequeño y cómo ha llegado a ser un país tan rico?

Vamos a intentar explicarte brevemente estos dos aspectos del Gran Ducado de Luxemburgo, último país soberano que ostenta este titulo.

En el S. II a.C., las tribus celtas se asentaron en la región donde ahora se encuentra el país.

Estas tribus fueron llamados Tréveros por los romanos, quienes les conquistaron y se asentaron en esta región del S. I d.C. al S. V.

Llegó el momento de los francos y también de la cristianización del área a finales del S. VII. La figura más representativa fue la de un monje irlandés llamado Willibrord, que estableció la importante abadía de Echternach.

La historia registrada de Luxemburgo comenzó en el S. X, cuando Sigfrido, conde de las Ardenas, adquirió el actual castillo de Luxemburgo, que se encuentra en el Bock. A su alrededor se desarrolló una ciudad, que se convirtió en el centro de un estado de gran valor estratégico.

Como es normal, la fortaleza se fue ampliando y, en el S. XI, se creó el condado de Luxemburgo, que formaba parte del Sacro Imperio Romano Germánico.

En el S. XIII, los condes de Luxemburgo habían conseguido aumentar su riqueza y poder, así como ampliar su territorio de manera considerable.

Y llegó la edad de Oro de la casa de Luxemburgo, que duró desde comienzos del S. XIV a mediados del S. XV.

Esta comenzó con el nombramiento de uno de los condes de Luxemburgo, Enrique VII, como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

Y no fue el único emperador de esta familia. Durante su mejor momento, tres de sus miembros reinaron como emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico y Reyes de Bohemia.

Fue en 1354 cuando el condado fue elevado a Ducado y en 1364 cuando alcanzó su máxima extensión.

Sin embargo, todo acabó en 1443. ¿Cómo? De una manera muy normal en aquella época, con una crisis de sucesión.

Sin descendiente, la Casa de Luxemburgo se extinguió y sus posesiones se redistribuyeron entre la aristocracia europea. Este fue el comienzo de casi 400 años de dominio extranjero sobre Luxemburgo. 

Durante estos largos años, estuvo bajo el poder de grandes potencias europeas, como Francia, España o Austria, y se vio involucrado en los numerosos conflictos por el dominio de Europa.

En la primera mitad del S. XVII, tuvo lugar la Primera Partición de Luxemburgo, que no sería la última, pues hubo tres. 

Y por fin, en el Congreso de Viena de 1815, surgió el actual estado de Luxemburgo. Sin embargo, también salió más pequeño, pues tuvo lugar la Segunda Partición. Eso sí, como compensación, se le elevó a Gran Ducado. Ah! también se decidió que quedaba bajo la posesión de Guillermo I, rey de los Países Bajos.

La Tercera Partición ocurrió en 1839, tras el éxito de la Revolución belga. En este caso, la parte occidental del Gran Ducado, que era predominantemente francófona, fue cedida a Bélgica.

A mediados del S. XIX, se reafirmó la independencia y neutralidad del Gran Ducado y, debido a otra crisis de sucesión, la monarquía holandesa dejó de ostentar el título de Gran Duque de Luxemburgo en 1890. Fue entonces, cuando el Gran Ducado tuvo su propia monarquía, reafirmando así su plena independencia.

Sin embargo, la neutralidad del país se vio comprometida dos veces por Alemania, que invadió el país durante las dos guerras mundiales. De hecho, en 1940, los alemanes se lo anexionaron. Eso sí, los luxemburgueses no se mantuvieron neutrales.

Tras la II Guerra Mundial, en 1945, el Gran Ducado se convirtió en miembro fundador de las Naciones Unidas y, en 1948, se terminó su estatus de país neutral. Un año más tarde, también se convirtió en miembro fundador de la OTAN.

Además, los políticos luxemburgueses contribuyeron de manera importante a la formación y el establecimiento de la Unión Europea, como Robert Schuman, que es considerado uno de los padres fundadores de la UE, o Pierre Werner, al que se le considera el padre del euro.

Y ¿por qué es tan rico?

Bueno, a principios del S. XX, la siderurgia impulsó la industrialización de Luxemburgo. Sin embargo, con la crisis del acero en la década de 1970, el país se centró en convertirse en un centro financiero global, llegando a ser el centro bancario que conocemos hoy día.

Qué ver en el Gran Ducado de Luxemburgo

Es cierto que es un país pequeño, pero no por eso hay pocas cosas que ver en el Gran Ducado de Luxemburgo

Lo bueno de su tamaño es que no vas a necesitar mucho tiempo para conocerlo. Imagínate, sólo hay alrededor de 80 kilómetros del norte al sur del país. 

Así, en unos 4 o 5 días puedes recorrer la mayoría de sus puntos de interés, que están repartido en sus dos regiones, Oesling y Gutland, y entre sus 12 cantones.

Aunque su lugar más conocido sea su capital, que está al sur del país, también guarda parajes naturales, pueblos con encanto y, sobre todo, muchos castillos. 

Empecemos con la lista de lugares que ver en el Gran Ducado de Luxemburgo.

Su capital, la ciudad de Luxemburgo

Si sólo tienes un día, creemos que su capital es el lugar que tienes que ver en el Gran Ducado de Luxemburgo.

En ella destacan los restos de su antigua fortaleza, una de las de mayor importancia estratégica de toda Europa, que, al ser considerada inexpugnable, se ganó el sobrenombre de “Gibraltar del Norte”

Aunque tuvo que ser desmantelada tras el Congreso de Viena, todavía se conservan importantes elementos, destacando sobre todo las casamatas, una red de pasajes subterráneos que alcanzaban los 40 metros de profundidad y conectaban diferentes puntos estratégicos. 

Puedes visitar dos de ellas, las del Bock y las de la Pétrusse, y, bajo nuestra opinión, es una visita realmente interesante.

Aparte de recordar su pasado militar, tienes que acercarte al Bock, su parte más antigua, donde está el promontorio en el que se alzaba el primer castillo de Luxemburgo.

Sin embargo, no es la historia de este área lo que te va a impresionar, sino las vistas que vas a tener de la parte baja de la ciudad. Y es que aquí está el chemin de la chornise, al que se le suele llamar el balcón más bonito de Europa.

Y, por supuesto, tienes que visitar el Grund, el barrio con más encanto de la ciudad, antiguo hogar de artesanos que está a la orilla del río Alzette. 

Y aunque la ciudad tenga muchos otros lugares de interés, no nos vamos a extender más, pues hemos escrito qué ver en Luxemburgo, la pequeña ciudad fortaleza, donde te contamos todo lo que sabemos sobre ella.

Por cierto, puedes conocer los lugares más interesantes de la ciudad uniéndote a este free tour por Luxemburgo.

Mullerthal: la pequeña Suiza de Luxemburgo y la ciudad más antigua del país.

En un segundo día, nosotros recorreríamos los maravillosos paisajes, a veces surrealistas, del Mullerthal, que está al este del país, a unos 20 kilómetros de la capital. 

Y es que este área, conocida como la pequeña Suiza de Luxemburgo por sus paisajes rocosos y boscosos, es, sin duda, uno de los lugares que ver en el Gran Ducado de Luxemburgo.

Hacer senderismo aquí es atravesar frondosos bosques en busca de formaciones rocosas de nombres imposibles y estrechas gargantas que te harán preguntarte si conseguirás pasar por ellas. 

Aparte, en esta región está Echternach, la ciudad más antigua del país, donde San Willibrord fundó una importante abadía.

Y aquí lo dejamos, porque de esta pequeña villa, así como de las maravillas de la pequeña Suiza, te hablamos en qué hacer en el Mullerthal.

Castillo de Vianden, el más visitado del Gran Ducado

Otro lugar que ver en el Gran Ducado de Luxemburgo es esta fortaleza. Y es que, en un país con unos 100 castillos, ser el más conocido y visitado es un título importante.

El castillo de Vianden, al noreste del país y en el extremo occidental de la frontera con Alemania, es considerado uno de los castillos feudales más grandes y bellos de Europa con elementos románicos y góticos.

Esta fortaleza, que llegó a estar en ruinas, ha sido reconstruida y su visita te permite imaginar como llegó a ser la vida en esta importante fortaleza de la Edad Media.

Además de entrar en el castillo, merece la pena que pasees por sus alrededores en busca de miradores que te permitan admirar el castillo de Vianden en todo su esplendor.

Tenemos un post sobre la visita al castillo de Vianden, en el que te explicamos todo lo que necesitas saber para llegar a esta fortaleza de origen medieval.
 
Una manera de llegar a Vianden y al Mullerthal es uniéndote a esta excursión de Naturaleza, historia y castillos.

Esch-sur-Sûre, el pueblo más bonito de Luxemburgo

Esch-sur-Sùre es una tranquila localidad situada en un meandro del río Sûre.

En su parte más alta, se levantan las ruinas de su castillo, el más antiguo del Gran Ducado, que sigue dominando orgulloso las pocas calles de Esch-sur-Sûre.

Y no es perderse por sus calles lo más recomendable que hacer aquí, sino ir en busca de sus miradores, desde donde podrás tener la mejor perspectiva de este pequeño rincón de Luxemburgo.

Te contamos como llegar hasta este pueblo, que está a unos 50 kilómetros al norte de la capital, en qué ver en Esch-sur-Sûre.

Castillo de Bourscheid, el más grande de Luxemburgo

La construcción de este castillo se remonta ya al año 1000 y se mantuvo en posesión de los señores de Bourscheid hasta comienzos del S. XVI.

En 1812, fue subastado y el castillo se vendió pieza por pieza. Tras ello, quedó en ruinas.

Te vamos a ser sinceros, nosotros no visitamos el interior del castillo, ni siquiera nos acercamos a la entrada. Y es que las fotos que vimos de su interior no nos llamaron mucho la atención. 

Sin embargo, si que fuimos en busca de sus vistas en nuestro camino a Esch-sur- Sûre, pues su exterior nos parece impresionante.

Más específicamente, paramos en el mirador que en Google maps llaman Viewpoint Castle Bourscheid, a unos 3 kilómetros del castillo, en la carretera 348.

El mirador está junto a la carretera, por lo que sólo tienes que bajarte del coche y disfrutar de las vistas.

Tras esta parada, teníamos planeado pasarnos por otro, pero lo descartamos para poder llegar antes a Esch-sur-Sûre.

Te dejamos aquí su nombre para que le eches un vistazo, pues creemos que merece la pena. Eso sí, a este no se llega en coche, sino que hay caminar un poco para llegar. 

Gringlay Viewpoint, que está a 5 kilómetros del castillo de Bourscheid, pero en dirección contraria.

Te dejamos la página web del castillo de Bourscheid, donde puedes encontrar toda la información sobre como visitarlo.

Otros castillos que ver en el Gran Ducado de Luxemburgo: Clervaux y el valle de los siete castillos

Son muchos los castillos  que ver en el Gran Ducado de Luxemburgo.

A nosotros se nos acabó el tiempo y no pudimos visitar alguno que teníamos apuntado, como el castillo de Clervaux.

Este castillo se encuentra en la ciudad del mismo nombre, que está en el norte del país y sus orígenes se remontan al S. XII, aunque fue modificado y ampliado a lo largo de los siglos.

Tras ser destruido durante la Batalla de las Ardenas en 1944, fue restaurado y ahora se utiliza como museo y como sede administrativa.

En su interior hay tres museos, el de Maquetas de los Castillos Fortificados de Luxemburgo, el dedicado a la Batalla de las Ardenas durante la II Guerra Mundial y el más especial, el que alberga la famosa colección fotográfica The Family of Man, que muestra un retrato de la humanidad en 503 de 273 fotógrafos distintos.

Las fotografías fueron recopiladas para una exposición del MoMA de Nueva York en 1955, que, posteriormente, recorrería el mundo y fue visitada por millones de personas. Ha sido inscrita en el programa Memoria del Mundo de la Unesco.

Y en cuanto a castillos se refiere, tenemos que mencionar el Valle de los Siete Castillos, que, en unos 25 kilómetros a lo largo del río Eisch, te permite conocer los castillos de Mersch, Schoenfels, Hollenfels, los dos castillos de Ansembourg, el de Septfontaines y el de Koerich. 

Tampoco hemos hecho esta ruta, pero por lo que hemos visto, creemos que no merece la pena, a no ser que le vayas a dedicar muchos días a conocer Luxemburgo.

De todos ellos, Ansembourg es lo que más nos llama la atención, con un castillo viejo y uno nuevo que tiene unos bonitos jardines. 

Schengen, la cuna de la Europa sin fronteras

No es la belleza del lugar lo que nos hace incluir a esta pequeña localidad en esta lista de lugares que ver en el Gran Ducado de Luxemburgo, ni tampoco su castillo, cuyos orígenes se remontan al S. XIV.

Y es que estamos seguros de que su nombre te va a resultar familiar, pues fue aquí donde se organizó el Acuerdo de Schengen el 14 de junio de 1985. 

Gracias a este, a día de hoy existe la libre circulación de personas y mercancías en 27 países europeos. 

¿Y por qué eligieron Schengen para llevar a cabo esta importante reunión? Pues porque forma la frontera entre Francia, Alemania y la Unión Económica del Benelux, que fueron los primeros cinco signatarios del acuerdo.

Como no podía ser de otra manera, aquí puedes visitar el museo europeo de Schengen. Además, hay una serie de esculturas que recuerdan este acuerdo.

La que más nos gustó está frente al museo y en ella están representados, de una manera divertida, todos los países que forman parte del Acuerdo de Schengen. Así, hay miniaturas de cada uno de ellos con sus principales características. Nosotros pasamos un buen rato intentando adivinar que país era cada uno.

Schengen está a unos 25 kilómetros al sureste de la capital y linda con el estado del Sarre en Alemania y con la región francesa de Lorena.

Además, en Schengen comienza el curso del río Mosel en Luxemburgo, que continua hasta Wasserbillig, a unos 35 kilómetros, para volver a Alemania.

Nosotros ya habíamos recorrido el valle del Mosel en Alemania, por lo que decidimos no incluirlo en nuestra ruta. Sin embargo, puede ser un bonito recorrido, especialmente para los amantes del vino.

Y es que este valle es conocido por sus viñedos a lo largo del río y su buen vino, especialmente blanco, que puedes probar en alguna de sus localidades como Remich.

Recuerdos de la II Guerra Mundial: Ettelbruck y cementerios cerca de Luxemburgo

Para los interesados en la II Guerra Mundial, hay un par de lugares que ver en el Gran Ducado de Luxemburgo que tratan sobre este tema.

Uno es el museo conmemorativo del general Patton, en cuya página web puedes encontrar la información actualizada sobre la visita.

El museo rinde homenaje al comandante del tercer ejército estadounidense que liberó Ettelbruck el 25 de diciembre de 1944. 

Aunque el museo no trata sólo sobre él, sino también sobre la II Guerra Mundial en Luxemburgo, con temas como la invasión alemana en mayo de 1940, el periodo de ocupación nazi y la liberación del país.

Dentro, además de algún recuerdo del general Patton y mucha información sobre la Guerra, podrás ver algunas armas y equipos militares que fueron descubiertos en el campo de batalla de las Ardenas, una de las más sangrientas de la II Guerra Mundial. También se muestran restos de aviones militares que se estrellaron en territorio luxemburgués durante la Guerra.

Tras el museo, puedes acercarte al parque conmemorativo, donde hay un monumento a este general y un tanque Sherman.

Además, en Hamm, a unos 7 kilómetros de la capital, puedes visitar el cementerio y monumento estadounidense de Luxemburgo, donde verás numerosas cruces blancas que muestran el lugar de descanso de más de 5000 militares americanos muertos durante la II Guerra Mundial en Luxemburgo, la mayoría en la batalla de las Ardenas.

Entre las tumbas está la del general Patton, que murió en Heidelberg tras el final de la II Guerra Mundial en un accidente de tráfico.

A poca distancia de este cementerio, a un kilómetro y medio, está el cementerio alemán de Sandweiler, donde descansan más de 10.000 soldados muertos durante la II Guerra Mundial en Luxemburgo.

Mapa con los lugares que ver en el gran Ducado de Luxemburgo

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