El Harz es una cadena montañosa de poca altura que guarda numerosas sorpresas: ciudades donde el tiempo parece detenido en sus calles empedradas, formaciones rocosas cuyas extravagantes formas se explican con leyendas y pueblos que todavía muestran su pasado minero. Todo esto y mucho más está esperando a quien se atreva a descubrir esta legendaria parte de Alemania. ¿Nos acompañas a descubrir qué ver en el Harz?
El Harz es una zona poco conocida al norte de Alemania. Y no lo es porque sea poco interesante, sino porque todavía no ha sido descubierta. A ver, los alemanes sí que la visitan, ya que es un rincón secreto que el país guarda para si.
Para animarte a visitarla, vamos a mostrarte alguno de los lugares que ver en el Harz, entre los que hay ciudades históricas, antiguas minas, senderos de montaña, iglesias de madera e, incluso, el reino más pequeño del mundo.
Si hemos conseguido despertar tu interés, sigue leyendo.
Índice
¿Qué es el Harz y dónde está?
El Harz es una cadena montañosa de poca altura, que, aun así, es la región más alta del norte de Alemania, siendo el Brocken su punto más elevado con 1142 m de altura.
Esta cadena está compartida por tres estados alemanes. Así, la mayor parte está en Sajonia-Anhalt, la zona occidental en Baja Sajonia y una pequeña área se encuentra en Turingia.
De este modo, los aeropuertos más cercanos al Harz son los de Hannover, Leipzig-Halle y Erfurt-Weimar.
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Un poco de historia sobre el Harz
El Harz y la minería
El Harz ha sido ya desde el S. III d. C. un lugar importante para la minería, extrayéndose metales como plata, oro cobre, plomo, hierro o zinc. De hecho, las ciudades del Alto Harz deben su riqueza a esta actividad. Asimismo, también determinó en parte su paisaje, pues para su desarrollo se creó el sistema de gestión de agua del Alto Harz.
Sin embargo, la gran industria minera de las montañas del Harz fue disminuyendo y su última mina cerró en 2007. De este modo, se puso fin a la extracción de metales que, desde el S. XVI, se había realizado de manera continua.
El Harz y la época nacionalsocialista
No le fue muy bien al Harz durante la era nacionalsocialista, ya que se convirtió en un lugar importante para la industria armamentística y un gran número de empresas relacionadas con la guerra se ubicaron aquí. Además, utilizaron un gran número de trabajadores forzados y, por eso, hubo muchos campos de concentración.
Tras la II Guerra Mundial, el Harz fue testigo directo de la división de Alemania, pues la frontera cruzaba el tercio occidental de las montañas, separando Baja Sajonia de Sajonia-Anhalt. Hoy en día, puedes visitar varios museos que tratan sobre este tema y en la carretera están anunciados los límites de cada país. Además, en Thale hay una exposición sobre Alemania oriental.
Por cierto, hubo un escritor que ayudó a difundir el aire romántico y místico del Harz: Johann Wolfgang von Goethe. Así, en Fausto escribió sobre la noche de Walpurgis, o la noche de las brujas, donde estas vuelan en sus escobas hasta la cima del Brocken.
Qué tiempo hace en el Harz
A ver, las temperaturas en el Harz no suelen ser muy altas y llueve bastante durante todo el año. Además, en invierno es normal que nieve.
Nosotros, que lo visitamos a finales de mayo, además de pasar algo de frío y tener lluvias, lo que más nos llamó la atención fue el fuerte viento que hacía.
Dónde dormir en el Harz
En el Harz hay multitud de opciones de alojamiento, todo depende tus intereses y de lo que quieras visitar. Nosotros, por ejemplo, dormimos en las ciudades de Duderstadt, Goslar, Quedlinburg y Stolberg, y reservamos los alojamientos a través de Booking.
– Duderstadt: Domäne Paterhof, un precioso edificio de entramado de madera a las afueras de la ciudad
– Goslar: Casa da Enzo, un apartamento muy agradable en el centro.
– Quedlinburg: Acron Hotel, que estaba algo a las afueras.
– Stolberg: Hotel Zum Kanzler, que estaba en un precioso edificio en pleno centro.
Patrimonio Mundial de la Unesco en el Harz
El Harz tiene dos patrimonios mundiales de la Unesco:
– Las minas de Rammelsberg y el casco histórico de Goslar desde 1992.
– En el 2010 se amplió con el sistema de administración de agua del Alto Harz, que fue construido durante la Edad Media por los monjes cistercienses de Walkenried y se desarrolló a gran escala desde finales del S. XVI al XIX. Su objetivo era ayudar en la extracción y la producción de metales no ferrosos.
– La preciosa ciudad de Quedlinburg se incluyó en 1994.
Cómo conocer el Harz
Nosotros descubrimos los lugares que ver en el Harz en coche, pero también puedes recorrerlo en tren con la compañía Deutsche Bahn, en cuya página encontrarás todas sus rutas, horarios y precios.
Asimismo, hay un ferrocarril de vía estrecha que llega hasta el Brocken, su montaña más alta, y se llama Harzer Schmalspurbahnen.
Además, hay excursiones organizadas desde distintas ciudades alemanas, por ejemplo, si sois un grupo, igual os interesa esta excursión a las montañas del Harz desde Leipzig.
Por cierto, si viajas en coche, te recomendamos leer consejos para conducir por las carreteras alemanas y, para alquilar uno, te aconsejamos entrar en Rentalcars.
Ruta por el Harz
Nuestra ruta de 4 días fue la siguiente:
Día 1: Duderstadt – Herzberg – Clausthal-Zellerfeld – Hannenklee – Goslar
Dia 2: Goslar – Wernigerode – Quedlinburg
Día 3: Thale (Hexentanzplatz) – Stolberg
Día 4: Stolberg – Walkenried
Sin embargo, en este post te hablamos también de otros lugares que ver en el Harz que no nos dio tiempo visitar, pero que son interesantes. Y es que, al viajar con una niña de 2 años y medio, nuestro ritmo no fue muy rápido. Además, siempre intentamos sacar tiempo para que se divierta y juegue en los columpios, que, en Alemania, suelen estar muy bien preparados.
Qué ver en el Harz
La ciudad de Duderstadt
Al sur del Harz está Duderstadt, una ciudad de aire medieval que nos sorprendió por su casco histórico bien conservado. Así, aquí hay unas 500 casas de entramado de madera de diferentes estilos, góticas, barrocas y renacentistas, bellamente decoradas.
Además, también destacan sus bellas iglesias y la puerta de entrada de la antigua muralla, la Westerturm o torre del Oeste, que está coronada por un tejado extrañamente retorcido. Sin embargo, su edificio más emblemático es el ayuntamiento, que es uno de los más antiguos del país y para nosotros uno de los ayuntamientos más bonitos de Alemania.
Nosotros estuvimos unas tres horas paseando por Duderstadt y alguna de sus casas entraron en nuestra lista de las más bonitas del país. Además, pagamos 4 € para entrar en el ayuntamiento y, aunque la visita nos pareció interesante, pues aprendes sobre la historia de la ciudad, no tiene ninguna sala remarcable.
Por otra parte, nuestra hija se lo pasó en grande en Duderstadt, pues saltó en la cama elástica cercana al ayuntamiento, chapoteó en el riachuelo que recorre sus calles principales y jugó en el parque Tabaluga, que está perfectamente pensado para niños de todas las edades.
En conclusión, Duderstadt nos parece un lugar imprescindible que ver en el Harz.
Rhümequelle
Muy cerca de Duderstadt está Rhümequelle, un estanque de un color verde turquesa precioso al que se accede fácilmente desde la carretera y tiene un pequeño aparcamiento muy cerca.
Además, desde aquí parten varias rutas de senderismo.
El castillo de Herzberg am Harz
El castillo renacentista de entramado de madera de Herzberg está situado en una colina sobre la ciudad y fue mencionado por primera vez a mediados del S. XII en unos documentos de Enrique el León. De hecho, perteneció a la familia güelfa hasta el S. XIX, que lo usó como pabellón de caza y como residencia para las viudas de esta dinastía. Eso sí, su aspecto actual data del S. XVI, pues tuvo que ser reconstruido tras un incendio a principios de siglo.
En su interior hay un pequeño restaurante, donde comimos muy bien, y un pequeño museo, donde puedes aprender sobre su historia, sus importantes gobernantes y la ciudad de Herzberg.
Además, cerca de Herzberg está la Einhörnhöhle o cueva del unicornio, que fue mencionada por primera vez en 1541 y cuyo nombre proviene de unos restos encontrados allí. Estos fueron asignados al mítico animal, pero en el S. XIX ya se demostró que provenían de mamíferos de gran tamaño. Asimismo, descubrieron herramientas del período neandertal.
La cueva abre de miércoles a domingo de 11:00 a 16:00 y hay tours cada hora hasta las 15:00. Para más información puedes visitar la página web de la cueva.
La ciudad de Osterode am Harz
Osterode es una bonita localidad de casas de entramado de madera.
La iglesia de madera de la ciudad minera de Clausthal-Zellerfeld
Uno de los lugares que ver en el Harz es esta ciudad formada por los distritos de Clausthal, al sur, y Zellerfeld, al norte. Así, esta fue un importante centro minero en el pasado, pero esta actividad cesó en 1930 y ahora se encuentra aquí el Museo Minero del Alto Harz. Además, actualmente es una ciudad universitaria.
Sin embargo, si la hemos incluido en esta lista es por su maravillosa iglesia del Espíritu Santo, que se encuentra en Clausthal y fue construida en madera de roble y abeto durante la Guerra de los Treinta Años. De hecho, es la iglesia de madera más grande de Alemania con espacio para 2200 personas. Además, llama la atención por su exterior en color azul y su bonito interior, donde destaca su altar, su púlpito, su pila bautismal y su órgano.
La iglesia abre de martes a sábado de 10:00 a 15:00 y los domingos desde las 12:00 y la visita es gratuita. Por si hubiera cambios, aquí tienes su horario actual.
Por otro lado, esta se encuentra en el centro de una gran plaza rodeada por edificios de colores suaves que te hacen sentir en un país diferente. Eso sí, las señales de Glück auf, el saludo típico de los mineros alemanes, te recuerda su pasado minero.
Dato curioso: en Clausthal nació el famoso microbiólogo Robert Koch, ganador del premio nobel. Así, te puedes acercar a ver su casa natal, que no está lejos de la iglesia.
Farmacia de Zellerfeld
Por su parte, en el distrito de Zellerfeld destaca una farmacia llamada Bergapotheke o Fratzenapotheke, cuya fachada está decorado con 64 caras diferentes talladas en madera. Aunque se desconoce su significado, se cree que tenga que ver con algún tipo de protección para sus habitantes.
Nosotros no la vimos abierta, pero, según hemos leído, merece la pena entrar para admirar su decoración.
Además, la farmacia está frente a la iglesia de San Salvador y alrededor de ella hay muchas casas de madera con bellas puertas de colores.
La iglesia de madera de Hahnenklee
Hahnenklee es otro lugar que ver en el Harz famoso por su iglesia de madera. En este caso, es una localidad balneario donde destaca la iglesia de Gustav II Adolf, que recuerda a las iglesias noruegas conocidas como Stavkirke.
Así, esta fue construida con madera de abeto entre 1907 y 1908 y tiene un pequeño interior muy acogedor, donde te puedes pasar un buen observando todos sus detalles. De este modo, puede que te llame la atención el símbolo de la esvástica en alguna de sus ventanas. Sin embargo, nada tiene que ver con el símbolo del nacionalsocialismo, pues se refiere a uno más antiguo de la tradición cristiana.
Además, en la iglesia suelen celebrarse conciertos y los sábados suena su carrillón a las 15:00.
Para entrar tuvimos que pagar 2 €. Nosotros te dejamos aquí su página web para que puedes consultar su horario.
Además, en Hannenklee hay un teleférico que sube al Bocksberg, de 726 m de altura. Arriba hay un restaurante y varias atracciones, entre ellas un Sommerroddelbahn, un tobogán de verano muy típico en las zonas de montaña. Con él puedes bajar de manera divertida en una especie de trineo.
Romkerhall y Okertalsperre: el reino más pequeño del mundo
De camino a Goslar desde Hahnenklee pasas por el embalse del río Oker, donde hay plazas para aparcar y observar el paisaje y la presa. Además, muy cerca está Romkerhall, que es un lugar diferente que ver en el Harz con una historia muy curiosa. Y es que aquí hay un hotel y un restaurante que se anuncian como el reino más pequeño del mundo. Veamos por qué.
Historia del reino más pequeño del mundo
En el S. XIX, el rey Jorge V de Hannover ordenó construir un pabellón de caza en su terreno de Romkerhall. Para mejorar sus alrededores mandó crear una cascada artificial frente al edificio. Así, el pequeño río Romke cae ahora desde 64 m de altura creando la cascada más alta del Harz.
El rey añadió Romkerhall a la Corona de Hannover y regaló el pabellón a su esposa, la reina María, princesa de Sajonia-Altenburgo. Cuando Hannover fue ocupado por el ejército prusiano, la familia real huyó a Austria.
Sin embargo, Otto von Bismarck no tocó Romkerhall por respeto a la familia real de Sajonia y, en 1918, con el fin de la monarquía alemana, este cayó en el olvido. Además, al no ser asignado a ningún municipio, se mantuvo independiente.
De este modo, la familia propietaria de Romkerhall lo proclamó el reino más pequeño del mundo en 1988 y nombró reina a la princesa Erina de Sajonia, quien, antes de su muerte, pasó el título a la princesa Sussane, representante actual del reino.
Así, si entras a comer o a tomar un café, verás su elegante decoración y fotos de la familia real. Y frente al hotel, está la cascada artificial que mandó construir el rey.
Además, desde aquí parten rutas que te permiten conocer la zona. Por ejemplo, siguiendo el rio Oker puedes llegar a la Verlobungsinsel o isla de los prometidos y cerca está también la curiosa formación rocosa Feigenbaumklippe.
Para ver la zona puedes aparcar junto a la central hidroeléctrica del Oker.
La preciosa ciudad de Goslar y las minas de Rammelsberg
Así, los ingresos de la minería y la metalurgia permitieron la construcción de fortificaciones medievales, iglesias y mansiones bellamente decoradas que todavía podemos ver hoy día. De este modo, lo mejor que puedes hacer en esta perla del Harz es perderte por sus calles y descubrir alguna de sus más de 1000 casas de entramado de madera.
Además, no puedes dejar de pasar por la plaza del mercado, visitar su palacio imperial y ver los restos de sus antiguas murallas. Por supuesto, no te olvides de la mina de Rammelsberg, que está a unos 6 km del centro. Tras más de 1000 años de minería casi ininterrumpida, su actividad cesó en 1988 y ahora es un museo que puedes visitar.
Te contamos mucho más sobre esta ciudad en qué ver en Goslar.
La ciudad de Wernigerode y su ayuntamiento
Otro lugar que ver en el Harz es Wernigerode, donde hay numerosas edificaciones de entramado de madera.
Así, descubrirás la casa más antigua en Hinterstrasse 48, que fue construida en 1546; la más pequeña en Kochstrasse 43; la Schieffes house en Klintgasse 5, una casa con un alto grado de inclinación; la Krummelsche Haus en Breite strasse 72, del S. XVII y con una fachada ricamente decorada, o la Krellsche Schmiede en Breite strasse 95, decorada con la cabeza de un caballo y que es la herrería más antigua de Alemania aun en funcionamiento.
Además, no debes perderte su imponente ayuntamiento, que está en la plaza del mercado. Este fue construido originalmente como teatro y hoy es la edificación más famosa de la ciudad. Bellamente decorado, merece la pena que lo rodees para ver todos sus detalles, ya que en su fachada descubrirás 33 figuras que representan, entre otros, a clérigos, diferentes gremios, bufones y músicos. Por supuesto, está entre los ayuntamientos más bonitos de Alemania.,
Castillo de Wernigerode
Y por si fuera poco, dominando la ciudad está el castillo de Wernigerode, que fue construido en 1121 y reconstruido en diferentes estilos. Además de verlo desde abajo, puedes visitar la que fue la residencia de los condes de Stolberg-Wernigerode y, a través de sus diferentes salas amuebladas, hacerte una idea de cómo era su vida en el S. XIX.
El castillo abre del 4 de abril al 6 de noviembre de 10:00 a 18:00 y puedes ver la información actualizada sobre la visita en la página web del castillo. Por otra parte, puedes llegar a él andando, en coche o en tren. Si vas en coche, el parking está a unos 15 min a pie de la entrada del castillo. Eso sí, si no vas a entrar, no creemos que merezca la pena subir.
El punto más alto del Harz: el Brocken
El monte más alto del Harz es el Brocken y recibe muchísimos visitantes cada año. Este se encuentra rodeado de niebla y leyendas, ya que dicen que aquí se reúnen las brujas a celebrar la noche de Walpurgis cada 30 de abril, fiesta que fue inmortalizada por Goethe en Fausto.
Tras la II Guerra Mundial, el Brocken cayó en territorio Soviético y en 1961 fue declarado zona militar y dejó de ser accesible a la población, usándose con fines de vigilancia y espionaje. Sin embargo, tas la caída del Muro de Berlín, el Brocken fue reabierto al público en 1989.
Cómo subir al Brocken
Para llegar a su cima puedes elegir ir a pie o en el tren de vapor Brockenbahn, que sale de Wernigerode y llega en aproximadamente 1 hora y 40 minutos. Otra opción es subirte en la estación de Drei-Annen-Hohne, donde hay un aparcamiento para coches y el trayecto es entonces de unos 50 minutos.
Por otro lado, si quieres llegar caminando hay varios caminos que te llevan al Brocken. Uno es el Goetheweg, una ruta de senderismo que sale de Torfhaus y llega a la cima en unos 8 km. El nombre recuerda que este escritor tomó este camino alrededor de 1777.
Una vez arriba, puedes visitar la Brockenhaus, un centro de visitantes del Parque Nacional del Harz en la que se trata la historia del monte. Esta abre de 9:30 a 17:00 y es de pago. Asimismo, puedes ver un jardín botánico gratuito donde crecen un gran número de plantas de montaña.
La localidad minera de St. Andreasberg
La antigua mina Grube Samson fue durante mucho tiempo una de las más profundas del mundo y en ella se extrajo plata de 1521 a 1910. Desde 2010, la mina pertenece al Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Esta se puede visitar con un tour que se organiza a las 11:00 y a las 14:30. En su página web puedes encontrar toda la información actualizada sobre la visita.
La ciudad de Blankenburg
Esta ciudad se originó alrededor de un castillo del S. XII que era la residencia de los Condes de Blankenburg-Regenstein. Tras la muerte de su último representante en 1599, el edificio pasó a ser posesión de la familia güelfa, que lo reconstruyó en estilo barroco a principios del S. XVIII.
Además de este castillo, en la ciudad está el pequeño palacio, que fue construido en el S. XVIII y tiene unos bellos jardines. Además, alberga la oficina de turismo y unas exposiciones sobre la historia del palacio y de los güelfos en Blankenburg. Como curiosidad, fue aquí donde nació Federica de Hannover en 1917, es decir, la que fue reina de Grecia y madre de Sofía, reina de España hasta 2014.
Asimismo, en Blankenburg está el monasterio Michaelstein, una antigua abadía cisterciense.
Castillo de Regenstein
Y muy cerca están las ruinas del castillo de Regenstein, que se hizo famoso gracias a uno de sus dueños, el conde Albrecht II von Regenstein (S. XIV), que mantuvo disputas con los gobernantes de los pueblos vecinos, el obispo de Halberstadt y la abadesa de Quedlinburg. En el S. XVII, el castillo fue ampliado y usado por última vez como fortaleza militar por los prusianos.
Este se puede visitar para hacerse una idea de su antigua magnificencia y descubrir sus habitaciones excavadas en la roca. Así, abre de abril a octubre de 10:00 a 18:00 y de noviembre a marzo de martes a domingo de 10:00 a 16:00 h. Además, cada año se celebran aquí espectáculos medievales.
La visita es de pago y en su página web puedes ver la información actualizada de la visita.
La ciudad de Halberstadt
Al norte del Harz está Halberstadt, que se convirtió en residencia episcopal en el año 804 gracias a Carlomagno.
Aunque alrededor del 80% del centro quedó destruido durante la II Guerra Mundial, aún tiene un interesante casco histórico donde destaca la plaza de la catedral, con la Iglesia de Nuestra Señora, el Petershof o antiguo palacio del obispo y, por supuesto, la catedral. Además, conserva varias calles con bellas construcciones de entramado de madera.
Por otra parte, cerca de Halberstadt está la klusberge, que tiene unas curiosas formaciones rocosas, el Klusfelsen, el Fünffingerfelsen y el Teufelsstuhl.
Asimismo, también está cerca Langenstein, donde puedes visitar varias casas construidas en la roca. Y es que, debido a la escasez de viviendas, estas se construyeron a finales del S. XVIII, usándose hasta principios del S. XX. Hoy en día, puedes visitar alguna de ellas para hacerte una idea de cómo era vivir en una casa cueva.
La preciosa ciudad de Quedlinburg, uno de los lugares que ver en el Harz
Otra de las ciudades más impresionantes que ver en el Harz es Quedlinburg, que ganó en importancia cuando se convirtió en sede real en el S. X como lugar de celebración de la Pascua de los gobernantes Otonianos.
Historia de Quedlinburg
Tras la muerte del rey Enrique I en el año 922, su viuda, la reina Matilde, fundó en la colina del castillo un convento de monjas, la colegiata de San Servacio. De este modo, quería honrar a su marido, que estaba enterrado allí. Años más tarde, ella sería enterrada junto a él.
Durante muchos siglos, las abadesas del convento, que fue un Estado Imperial, gozaron de gran prestigio e influencia. Así, a sus pies creció la ciudad de Quedlinburg, que recibió derechos de mercado, de acuñación de moneda y de aduana en el año 944.
Esta experimentó un auge económico gracias a la sastrería y al comercio, además, creó muchas alianzas y se unió, por ejemplo, a la Liga Hanseática en 1426. Sin embargo, a la abadesa del convento no le gustaba que la ciudad gozase de tanta independencia y, tras una guerra en 1477, los habitantes tuvieron que someterse y romper todas sus alianzas.
Tras la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), Quedlinburg experimentó su mayor crecimiento urbanístico. Por eso, la mayoría de las casas de entramado que se conservan fueron construidas en este periodo.
A finales del S. XVII, la ciudad pasó a formar parte de Prusia y, en 1802, se disolvió el convento fundado en el año 936. Más tarde, durante el S. XIX, ganó en prosperidad gracias al cultivo de flores, lo que se expresó en la construcción de varios edificios en estilo Art Nouveau.
Tras la II Guerra Mundial, durante la cual apenas sufrió daños, pasó a formar parte de Alemania del Este. Hoy en día, sus calles y callejones empedrados, donde hay más de 2100 casas de entramado de madera, la convierten en una de las ciudades con más encanto de Alemania y, por supuesto, en una de las localidades más bonitas que ver en el Harz.
Qué ver en Quedlinburg
Lo mejor que hacer en Quedlinburg es pasear sin rumbo, descubriendo sus calles, callejones y plazas. Sin embargo, hay una serie de lugares que no puedes perderte.
Schlossberg o montaña del palacio
En lo más alto de la ciudad está el museo del palacio, donde aprenderás sobre el desarrollo de la colina y la historia de la ciudad, y la colegiata románica de San Servacio, que es conocida como la catedral de Quedlinburg y es su edificio más emblemático. Además, desde esta colina tienes unas vistas preciosas de la ciudad.
Colegiata de San Servacio
En el S. X se construyó en este lugar la primera iglesia, que era la capilla del castillo donde fue enterrado el rey Enrique I. Tras la fundación del convento en los terrenos del castillo, se amplió la iglesia. Sin embargo, el edificio actual fue consagrado en 1129 y se levantó después de que un incendio destruyese el anterior.
En 1936, se celebró el milésimo aniversario de la muerte del rey y los nacionalsocialistas, que lo consideraban el primer rey alemán, decidieron rediseñar la iglesia y la profanaron. Tras el final de la Guerra, se devolvió a la congregación.
La visita a la colegiata es de pago e incluye la cripta, donde está la tumba vacía de Enrique I, la de su mujer, la reina Santa Matilde, así como las de las abadesas del convento, y el tesoro, que fue ganando en valía gracias a las donaciones y obsequios imperiales. Así, su gran riqueza demuestra la importancia que llegó a alcanzar el convento. Este se compone de Relicarios, manuscritos y otros objetos valiosos, como una alfombra de alrededor del 1200.
Por cierto, una parte del tesoro fue robado durante la II Guerra Mundial por un soldado estadounidense que lo envió a Texas. Sin embargo, la mayoría de los objetos fueron devueltos.
La colegiata cierra los lunes y puedes ver la información necesaria sobre la visita en su página.
La plaza del mercado
Un bonito rincón donde está el ayuntamiento con la estatua de Rolando.
Los restos de la antigua muralla medieval
Quedlinburg conserva parte de la antigua muralla, siendo su torre más llamativa la Schrekensturm, de unos 40 m de altura. Además, puedes subir a la torre Lindenbein para admirar las vistas de la ciudad.
Münzenberg
En las afueras de Quedlinburg está Münzenberg, que era el antiguo barrio de artesanos y músicos.
Aquí, aparte de unas muy buenas vistas al Schlossberg, merece la pena que visites Santa María, una antigua iglesia de un monasterio benedictino.
Además, muy cerca está la iglesia románica de San Wiperti.
El muro del diablo o Teufelsmauer
Otro de los lugares que ver en el Harz es esta formación rocosa de arenisca que se extiende a lo largo de unos 20 km desde Ballenstedt hasta Blankenburg. Formada durante el Cretácico Superior, hay muchas leyendas que intentan explicar su especial naturaleza. Así, dicen que son los restos de un muro construido por el diablo para dividir el mundo con Dios.
Del mismo modo, sus rocas han recibido diferentes nombres: en Ballenstedt está la Gegensteine o contrapiedra; en Rieder verás la Dicker Stein o Gran piedra; la Mittelstein o piedra del medio está en Neinstedt; en Weddersleben, la Königsstein o piedra del rey; la Papenstein se encuentra en Warnstedt; en Timmenrode verás la Hamburger Wappen o escudo de Hamburgo, y la Grossvater o abuelo está en Blankenburg.
De este modo, si quieres recorrer todas las elevaciones rocosas del Teufelsmauer, puedes seguir el Teufelsmauerstieg, una ruta de senderismo de unos 35 km.
Nosotros fuimos a la Königsstein en Weddersleben. Para ello, aparcamos en el parking Taufelsmauer, que nos costó 1€ la hora y está entre Quedlinburg y Thale, y recorrimos un pequeño camino circular desde donde llegamos a ver Quedlinburg y Hexentanzplatz.
El valle del Bode
Este desfiladero que ver en el Harz corre entre Treseburg y Thale y es un buen lugar para hacer senderismo. Así, aquí hay dos miradores a los cuales puedes subir, el Hexentanzplatz y Rosstrappe.
Por otro lado, el río Bode nace en el Brocken y, al igual que todo el Harz, está rodeado de leyendas. Según una de ellas, una bella princesa llamada Brunhilde huía a caballo del gigante Bodo, al que tenía enamorado. Al llegar a Hexentanzplatz, el gigante estaba a punto de alcanzarla, pero esta hizo que su caballo saltara el desfiladero hasta la roca opuesta. El impacto de los cascos del animal dejó una huella que definió su actual nombre, Rosstrappe.
Por su parte, el gigante y su caballo también saltaron, pero no llegaron a la roca y cayeron al río, que se llama Bode en su honor.
Para descubrir este valle, nosotros fuimos al aparcamiento de Thale, que es muy grande, pues este es un destino muy popular, ya que de aquí salen las rutas para subir a los miradores o para llegar a los teleféricos que llegan a ellos. Aparcar todo el día nos costó 3€.
Visitar el Hexentanzplatz
Al Hexentanzplatz puedes llegar de tres maneras: a pie por un camino empinado, pero corto. Nosotros, por ejemplo, llegamos de esta manera en menos de 1 hora; en coche, ya que hay un aparcamiento arriba cuyo único problema es que suele estar lleno; y en un teleférico con góndolas de suelo transparente que te permite disfrutar del paisaje.
Como ya hemos dicho, el Hexentanzplatz (454 m) es uno de los destinos más populares que ver en las montañas del Harz. Según dicen, este es un antiguo lugar de culto sajón, donde, la noche del 30 de abril, se celebraba un festival para honrar a las llamadas Hagedisen o diosas del bosque y la montaña. Sin embargo, fue prohibido por los cristianos y el lugar pasó a llamarse Hexentanzplatz o plaza donde bailan las brujas. Actualmente, durante la noche de Walpurgis se reúne aquí mucha gente disfrazada de bruja y de demonio y hay espectáculos y fuegos artificiales.
No obstante, se explota la historia de las brujas durante todo el año, ya que hay varias atracciones sobre este tema. Así, está el Walpurgishalle, donde cuentan la noche de Walpurgis en base a cuadros y a la historia que Goethe escribió en Fausto. Cuando fuimos, costaba 3,5€ y, en nuestra opinión, no merece la pena. Además, está todo en alemán. Aparte, hay una casa de brujas cabeza abajo con su entrada aparte.
Por supuesto, hay varios sitios para comer, tanto puestos de comida rápida, como un restaurante donde comimos muy bien. Este se encuentra en la plaza principal, donde hay una escultura, como no, de brujas y demonios.
Asimismo, hay columpios, un pequeño zoo con animales de la zona y un Rodelbahn o tobogán de verano. Vamos, que es un buen lugar para ir con niños. Y es que no sólo hay atracciones arriba, sino que además, abajo, justo enfrente del teleférico, hay un pequeño parque de atracciones.
Para bajar, nosotros cogimos el camino Hischgrund Steig, que está marcado como difícil, pero no nos lo pareció. Además, las vistas que tuvimos fueron muy bonitas.
En el camino de vuelta, pasamos por Königsruhe, un restaurante junto a un puente de piedra donde puedes pasar la noche.
Visitar el Rosttrappe
Rosstrappe está frente al Hexentanzplatz y puedes llegar andando desde aquí, bajando por un sendero hasta el rio Bode, cruzándolo y subiendo al otro lado del cañón. También puedes subir en un teléferico que es un telesilla y está junto al que sube al Hexentanzplatz.
Iglesia medieval de Gernrode
La iglesia de San Ciriaco se construyó en el S. X y es uno de los mejores y más bonitos ejemplos de la arquitectura otoniana, es decir, un estilo que se desarrolló en el Sacro Imperio Romano Germánico.
Castillo de Falkenstein
Uno de los castillos mejor conservados que ver en Harz es el de Falkenstein, que fue construido en el S.XII, aunque su imagen actual data de los siglos XV y XVI.
Este abre de martes a domingo y en su página web puedas informarte sobre la visita.
La ciudad de Harzgerode
Una bonita localidad que ver en el Harz es Harzgerode, que conserva bellos edificios de entramado de madera entre los que destaca su ayuntamiento.
El pueblo de Stolberg, uno de los más bonitos que ver en el Harz
Poco conocido, Stolberg es un pueblo que nos sorprendió por su belleza y nos dejó claro que es uno de los lugares más bonitos que ver en el Harz. Y no lo decimos sólo nosotros, pues el pueblo ha sido votado como el más bonito de Alemania.
Historia de Stolberg
Alrededor del año 1000, Stolberg era un asentamiento minero donde se extraía hierro, cobre, plata, estaño y oro. Más tarde, en el S. XII, le fueron concedidos derechos de ciudad y la acuñación de monedas se convirtió también en una actividad muy importante. De hecho, en la Antigua Casa de la Moneda, que es una de las más bonitas de Stolberg, puedes visitar el museo de historia local, donde te informan sobre ella.
Por otro lado, aquí nació Thomas Müntzer en 1489. Este fue un controvertido teólogo que, en un principio, fue partidario de Lutero. Sin embargo, acabó enfrentándose a él y a la Iglesia católica, apoyando la liberación violenta de los campesinos. De este modo, participó como revolucionario en la Guerra de los campesinos alemanes, durante la que fue capturado y decapitado en 1525. Hoy en día, se le recuerda con un monumento al lado del ayuntamiento. Además, su casa natal se encuentra en Niedergasse.
Como es normal, Stolberg fue escenario de varias batallas de esta Guerra y, en 1525, Lutero predicó contra ella en la iglesia de San Martín.
Qué ver en Stolberg
Durante tu visita, recorrerás las calles empedradas de Stolberg, donde verás numerosas casas de entramado de madera viejas y torcidas. Bueno, realmente vas a pasar la mayor parte del tiempo en una, la Rittergasse, que, a la altura del ayuntamiento, se convierte en la Niedergasse.
Sin embargo, aunque sólo recorras una calle, esto te llevará más tiempo de lo que esperas, ya que desde la Rittertor, la única puerta de la ciudad medieval que se conserva, hasta los jardines de la ciudad hay kilómetro y medio. Por suerte, a mitad de camino está la fábrica de galletas Friwi, que, además de dar un olor especial al pueblo, te permite hacer un alto en el camino para comprar algunos paquetes.
Asimismo, recorriéndola tendrás vistas hacia el castillo de Stolberg, que está en lo alto del pueblo y se puede visitar. Este fue la residencia de los Condes de Stolberg desde 1210.
Por otra parte, el ayuntamiento del S. XV alberga en su interior un dato curioso: no tiene escaleras. Así, para acceder a los pisos superiores tienen que salir a la calle y subir los escalones que hay allí. Estos llevan también a la iglesia de San Martín.
Además, a unos 6 km de Stolberg, se encuentra la Josephkreuz, un mirador en forma de cruz de 38 m de altura. Las vistas tienen pinta de ser muy buenas, pero nosotros no nos acercamos por falta de tiempo.
Las ruinas de la abadía de Walkenried
En Walkenried destacan las ruinas de la abadía cisterciense, cuyos monjes desempeñaron un papel muy importante en el desarrollo de la industria minera de la región. Así, debido a su interés en apoyar esta actividad, fueron ellos quienes desarrollaron el primer sistema de administración de agua del Alto Harz, que fue incluido en el 2010 en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Así, la abadía se fundó en 1127 y en pocos años logró un gran crecimiento. Sus dos actividades principales eran la agricultura y la minería. De hecho, los monjes operaban las minas de Rammelsberg en Goslar y otras zonas del Alto Harz.
Sin embargo, en el S. XIV, su importancia comenzó a decaer debido a la crisis minera y, en 1546, los pocos monjes que quedaban se convirtieron al protestantismo. Al final, el monasterio fue disuelto en 1648 y, actualmente, sus ruinas son uno de los lugares que ver en el Harz.
De este modo, en Walkenried puedes ver los restos de la iglesia gótica de manera gratuita y, pagando entrada, pasear por el claustro gótico y por las diferentes salas donde tenía lugar la vida monástica. La característica más destacable del claustro, que fue construido en la segunda mitad del S. XIII, es su ala norte, que es de doble nave.
El monasterio abre de martes a domingo de 10:00 a 17:00 y de noviembre a finales de marzo sólo de miércoles a domingo. Pero bueno, en la página web del monasterio puedes ver la información actualizada sobre la visita.
Memorial Kyffhäuser
Y terminamos la lista de lugares que ver en el Harz con un impresionante monumento de 81 m de altura, que se encuentra en la cadena montañosa de Kyffhäuser al sur del Harz. De hecho, es el tercer monumento más grande de Alemania.
Construido a finales del S. XIX para conmemorar al emperador Guillermo I, también se le conoce como monumento a Barbarroja. Y es que, además de una escultura ecuestre de Guillermo I, hay también una gran estatua de Barbarroja, pues se encuentra sobre las ruinas del castillo imperial de Reichsburg, que se completó durante su reinado (1152-1190).
En su interior, hay un museo que trata sobre el castillo, el monumento y la leyenda de Barbarroja. Según esta, el emperador no murió en las Cruzadas, sino que encontró su descanso final en una de las cuevas del Harz, y cuando su barba haya crecido lo suficiente, volverá para salvar a Alemania de la opresión.
El monumento abre de abril a octubre de 9:30 a 18:00 y de noviembre a marzo de 10:00 a 17:00. Información sobre los tickets.
¿Te han entrado ganas de visitar estas tierras tan legendarias?
Mapa de los lugares que ver en el Harz
- 1. Duderstadt
- 2. Herzberg am Harz
- 3. Osterode am Harz
- 4. Clausthal. Zellerfeld
- 5. Hahnenklee
- 6. Romkerhall
- 7. Goslar
- 8. Wernigerode
- 9. Brocken
- 10. Sankt Andreasberg
- 11. Blankenburg
- 12. Halberstadt
- 13. Quedlinburg
- 14. Teufelsmauer
- 15. Valle del Bode
- 16. Gernrode
- 17. Castillo Falkenstein
- 18. Harzgerode
- 19. Stolberg
- 20. Walkenried
- 21. Monumento Kyffhäuser
Gastronomía del Harz
Además de la comida tradicional alemana, sobre la que hemos escrito en qué comer en Alemania, merece la pena que pruebes algunos platos típicos de la cocina del Harz. Eso sí, esta se define por su simplicidad, por lo que no esperes platos muy elaborados.
– Baumkuchen: llamado pastel árbol por la forma que tiene. Así, es un bizcocho en capas recubierto de chocolate. Se anuncia en muchas tiendas y pastelerías del Harz. A nosotros nos encanta y es muy típica en navidad.
Por cierto, un lugar muy curioso donde probarla es en la Harzer Baumkuchen, que está a las afueras de Wernigerode. Aquí hasta la cafetería tiene la forma de este pastel.
– Harzer käse: queso elaborado con leche agria.
– Hackus und Knieste: patatas al horno (knieste) con carne picada, que puede servirse cruda (hackus) o frita.
– Harzer Schmorwurst: salchicha típica de esta región.
– Runx Munx: potaje de verduras, como col y nabo, con carne de cerdo o rabo de toro y el tradicional Schmorwurst.
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La verdad es que viendo esos pueblos no puedo menos que recordar cualquier cuento de los Hermanos Grimm. Que belleza de localidades centroeuropeas, además parecen estar rodeados de uno paisajes realmente mágicos también.
Muchas gracias por compartir estos lugares con todos.
Muchas gracias!! Nos alegramos que te guste. La verdad es que en el Harz hay un gran número de lugares preciosos, y no es una zona muy conocida.
Qué maravilla! Menuda cantidad de lugares interesantes que visitasteis en este viaje. Nosotros sólo conocemos Quedlinburg, y lo recuerdo como un pueblo precioso. Parece que tengo que volver! 😅
Sí! Además hay muchos lugares que están muy bien para ir con niños.