Dresde vivió su época de mayor esplendor en el S. XVIII, cuando era una joya del barroco y un centro de la cultura y la economía europea. Sin embargo, la II Guerra Mundial redujo a escombros sus magníficos edificios, por lo que tuvo que levantarse de nuevo para volver a ser una de las ciudades más bonitas de Alemania. ¿Nos acompañas a descubrir que ver en Dresde?

Dresde es la capital de Sajonia y un lugar donde experimentarás el contraste entre el lujo de siglos pasados y la destrucción de la Guerra.
Residencia de la familia real sajona, la Perla del Elba vio cómo sus calles se decoraban con los más bellos templos y palacios para, unos siglos más tarde, ver cómo desaparecían bajo los escombros. Sin embargo, la ciudad volvió a nacer y, poco a poco, se fue reconstruyendo para convertirse en lo que es hoy, una ciudad vibrante llena de historia.
Y sin más dilación, vamos a contarte qué ver en Dresde. Aparte, en viajar a Dresde te explicamos cómo llegar hasta ella, qué comer y también te hablamos de su interesante historia.
Por cierto, en nuestro blog hay más información sobre Sajonia, que, esperamos, te sirva de ayuda.
– Palacio de Moritzburg, el otro palacio de Cenicienta
– Meissen: la ciudad de la porcelana
– Bautzen: la ciudad de los sorbios
– Rakotzbrücke, uno de los lugares más instagrameables de Alemania
– Dresde en navidad: sus mejores mercados navideños
Índice
Qué ver en Dresde
Cómo siempre decimos, y Dresde no iba a ser la excepción, una buena manera de conocer una nueva ciudad es uniéndote a un free tour, donde aprendes datos muy interesantes sobre ella. Además, los guías suelen dar información muy práctica para tu visita. Si quieres, puedes chequear este free tour por Dresde.
Dicho esto, comencemos ya con los lugares que ver en Dresde, que vamos a dividirlos en plazas del casco antiguo, Neustadt y otros lugares que ver.
Plazas del casco antiguo
Altmarkt o Mercado Antiguo
El primer lugar que ver en Dresde del que te vamos a hablar es el Altmarkt, la plaza más antigua de la ciudad, aunque su aspecto no lo indique. Y es que, durante los ataques de febrero de 1945, sus edificios fueron destruidos y sólo se reconstruyó la iglesia, es decir, la Kreuzkirche o iglesia de la Santa Cruz.
Por eso, la plaza que ves hoy día comenzó a construirse en 1953, manteniendo, en parte, el estilo de la antigua ciudad. Así, en sus lados este y oeste se levantaron edificios neobarrocos, pero el lado norte se cerró con el moderno Palacio de la Cultura. Por su parte, el lado sur era una zona verde antes de la caída del Muro, y no se construyó hasta la última década del S. XX.
Aparte de quedar destruida durante los bombardeos, en el Altmarkt se quemaron 6.865 personas, que son recordadas con una placa conmemorativa en el pavimento.
Por otro lado, esta plaza es conocida por ser el lugar donde se organiza uno de los mercados navideños más antiguos y bonitos de Alemania, el Striezelmarkt. Nosotros te hablamos de él en Dresde en navidad.
Kreuzkirche o iglesia de la Santa Cruz
El edificio más llamativo del Altmarkt es la Kreuzkirche, que tiene una altura de 92 m y ha cambiado de aspecto varias veces a lo largo de su historia, pues se ha destruido en cinco ocasiones. La última vez fue durante la II Guerra Mundial, cuando se incendió y tuvo que reconstruirse a mediados del S. XX.
Sin embargo, sus orígenes se remontan a la fundación de la ciudad y su nombre viene de una reliquia de la Cruz de Cristo traída a Dresde en el S. XIII. En 1539, se celebró aquí el primer servicio luterano tras la Reforma, convirtiéndose en la principal iglesia protestante de la ciudad.
Por cierto, seguro que te suena un cuadro en el que hay un hombre de espaldas observando un paisaje rocoso cubierto por la niebla. Pues bien, esa obra maestra del romanticismo representa un paisaje de Sajonia y fue realizada por Caspar David Friedrich, que vivió más de 40 años en Dresde.
Te preguntarás porqué te hablamos ahora de él, pues porque se casó en esta iglesia en 1818, donde también bautizó a sus hijos. Su tumba está en el cementerio de la Trinidad, que está algo alejado del centro.
Entrar en la Kreuzkirche
Su interior es muy sencillo, con un altar de 1900 que sobrevivió a la Guerra y algunos detalles en estilo Art Nouveaou. Por su parte, la torre de finales del S. XVIII tiene un mirador a 54 m de altura desde donde tienes una perspectiva preciosa de la ciudad. Para llegar, subirás 259 escalones y pasarás por la antigua habitación donde vivía el guardián de la torre.
Por otro lado, este es un buen lugar si te gusta la música sacra, pues es la sede del Kreuzchor o coro de la Santa Cruz, uno de los coros de niños más antiguos del mundo, ya que su origen se remonta a la fundación de la ciudad. Puedes oírles los sábados a las 17:00 pagando 5€, y en los servicios religiosos.
Horario y precio: Entrar en ella es gratuito, pero subir a su torre cuesta, a octubre 2024, 5€. Esta abre de 10:00 a 18:00, los sábados hasta las 15:00 y los domingos de 11:00 a 18:00.
Alrededores del Altmarkt: Nuevo ayuntamiento
Cerca del Altmarkt está el nuevo ayuntamiento, que, cuando nosotros estuvimos, albergaba una pequeña exposición gratuita sobre la historia de la ciudad.
Este ayuntamiento se construyó en la primera década del S. XX, cuando el antiguo se quedó pequeño. Sin embargo, sufrió graves daños durante la Guerra, por lo que se reconstruyó a mediados del S. XX. Eso sí, su interior sólo de manera simplificada.
Aunque hace unos años se podía subir en ascensor al mirador de su torre, ahora ya no es posible por medidas de seguridad. Sin embargo, hemos leído que va a reabrir en unos años.
Por cierto, su torre está coronada por el hombre dorado del ayuntamiento, que, con sus casi 5 m, hace que esta tenga una altura de 100,30 m, lo que la convierte en la torre más alta de la ciudad. La estatua representa a Hércules, está hecha en cobre recubierto con pan de oro y para hacerla se usó de modelo a un campeón de peso de Sajonia.
Hablando de estatuas, frente a la fachada del ayuntamiento verás la mujer de los escombros, que representa a las que limpiaron las montañas de ruinas tras la destrucción de la ciudad, y muy cerca de ella podrás comprobar si es verdad que trae suerte frotarle el dedo gordo del pie a Baco montado sobre un burro. Esta se encuentra junto a la entrada del Ratskeller, muy cerca de uno de los enanos que se han escapado de la ciudad polaca de Breslavia.
Neumarkt o Mercado Nuevo
Otro de los lugares que ver en Dresde es Neumarkt, una plaza que se creó en el S. XVI, cuando la ciudad se convirtió en residencia electoral y se ampliaron sus fortificaciones. En ella se encuentra la Frauenkirche, que es uno de los símbolos de la ciudad.
Neumarkt cambió de aspecto durante el reinado de Augusto el Fuerte, cuando se remodeló en estilo barroco. Sin embargo, durante los bombardeos de febrero de 1945, sus edificios fueron destruidos y, más tarde, sus ruinas fueron demolidas, a excepción de las de la Frauenkirche y del Johanneum. Vamos, que durante muchos años, Neumarkt fue un amplio espacio alrededor de las ruinas de la iglesia.
Así, aunque se construyeron edificios en esta zona durante el tiempo de la RDA, hubo que esperar a la Reunificación alemana para que volviera a desarrollarse. Fue entonces cuando se reconstruyó la Frauenkirche y, a comienzos del S. XXI y tras mucha controversia, se levantaron de nuevo sus alrededores con un aspecto barroco que recuerda al periodo anterior a la Guerra. De hecho, en 2021 se dio por concluida Neumarkt, aunque todavía quede trabajo por hacer.
Algunas de las casas que se reconstruyeron de manera fiel a su aspecto del S. XVIII se encuentran en la calle Rampische y una muy especial está en Neumarkt 18. Esta es la Dinglingerhaus, que fue uno de los edificios residenciales barrocos más famosos de la ciudad. Finalizada en 2016, incluye parte de su sótano original. Así, si entras en el restaurante que hay allí, podrás verlo.
Frauenkirche o iglesia de Nuestra Señora: símbolo de la reconstrucción de la ciudad
Esta iglesia protestante es la construcción más importante de Neumarkt y fue levantada entre 1993 y 2005 como una réplica del edificio original destruido en 1945. Para ello, se utilizaron, siempre que fue posible, materiales de construcción auténticos. De hecho, las piedras de color más oscuro de su fachada proceden del antiguo edificio. Además, se ha mantenido junto a la iglesia un fragmento de la antigua cúpula como un monumento conmemorativo.
Su historia se remonta al S. XI, cuando se levantó aquí una iglesia de madera, que, en el S. XII, se convirtió en un templo románico y, en el S. XIV, en una iglesia gótica que, al quedarse pequeña, fue demolida en 1727. Fue entonces cuando se construyó el edificio barroco de la Frauenkirche con su representativa cúpula de arenisca, que le valió el sobrenombre de la campana de piedra. Su arquitecto fue George Bähr.
Sin embargo, durante los bombardeos de 1945, la iglesia se incendió y acabó colapsando. Tras esto, sus ruinas se mantuvieron durante más de 40 años como un monumento contra la guerra. Finalmente, se decidió levantarla de nuevo, convirtiéndose en un símbolo de libertad y de unidad alemana.
Para su reconstrucción se recibieron donaciones de todo el mundo. Además, la cruz que corona la torre, que es una réplica de la antigua, guarda una bonita historia. Y es que esta fue realizada por el herrero londinense Alan Smith, cuyo padre, un piloto británico, participó en los bombardeos de la ciudad.
En su bello interior, que también se reconstruyó fiel al original, se conserva parte del altar original. Además, puedes subir a su mirador, que se encuentra a 67 m de altura.
Horario y precio:
Entrar a la iglesia es gratuito, pero subir a la torre no. El ascenso se hace por escaleras y cuesta 10€. Sin embargo, los menores de 6 a 16 años, estudiantes, discapacitados y jubilados pagan 5€. (precios de octubre 2024).
El mirador abre todos los días de 10:00 a 18:00, los domingos desde las 13:00 y de noviembre a febrero cierra a las 16:00.
Johanneum
En Neumarkt está también el Johanneum, un edificio renacentista construido a finales del S. XVI para guardar los caballos y carruajes de los gobernantes.
Más tarde, en el S. XVIII, fue modificado por orden de Augusto el Fuerte, momento en el que se añadió su característica escalera inglesa de dos tramos. Por último, volvió a sufrir cambios en la segunda mitad del S. XIX para convertirse en museo histórico por orden del rey Juan, por el cual recibe su nombre actual. Tras la II Guerra Mundial, se reconstruyó a partir de 1950.
Actualmente, alberga el museo del transporte, una visita muy interesante si viajas con niños, pues hay una maqueta de tren de gran tamaño que se pone en funcionamiento en momentos específicos del día (mira la página web para más información) y un cuarto para que los más pequeños aprendan jugando.
Frente al Johanneum verás una de las fuentes más antiguas de Dresde, la de la Paz o la de los Turcos, que data de 1616 y conmemora una victoria contra el Imperio Otomano.
Alrededores de Neumarkt
Neumarkt es una zona muy animada con numerosos restaurantes, tiendas y hoteles. Además, muchos de los lugares más interesantes que ver en Dresde están muy cerca de ella.
Stallhof o patio del establo
Así, no tendrás casi que caminar para descubrir el siguiente punto: el patio del establo, que forma parte del palacio residencial. A este puedes entrar de manera gratuita y, durante el adviento, alberga el mercado medieval de navidad.
Construido a finales del S. XVI en estilo renacentista, se utilizó para la celebración de torneos ecuestres. Así, como recuerdo de su antiguo uso, en el patio hay dos columnas de bronce del año 1601, que miden unos 6 m de altura y servían para que los caballeros acertasen en los anillos con su lanza.
Durante los bombardeos de 1945, sufrió graves daños, pero no quedo destruido y fue reconstruido en la segunda mitad del S. XX.
Fürstenzug o Desfile de los Príncipes
Uno de los lados del patio es el llamado Corredor Largo, una galería con arcos de medio punto que está decorada con pinturas esgrafiadas y un reloj de sol. Sin embargo, lo más llamativo es su fachada exterior, donde está el impresionante Fürstenzug, es decir, un mural de 102 m de largo hecho con unos 23.000 azulejos de porcelana de Meissen. Este representa una procesión a caballo de los miembros de la casa principesca de Wettin, aquellos que gobernaron Sajonia entre 1127 y 1918.
Su autor fue Wilhelm Walther, quien, en 1876, creó esta obra mediante la técnica del esgrafiado para celebrar el 800 aniversario de la dinastía. Así, le costó tres años terminarla, pero, al no ser muy resistente a la intemperie, enseguida se estropeó. Por eso, entre 1904 y 1907, se sustituyó por el actual mural de porcelana que conserva el diseño original. Tanto es así, que, durante el trabajo, murió el último rey representado en la procesión, y se decidió no incluir al nuevo gobernante, el rey Federico Augusto III.
El mural sobrevivió bastante bien la II Guerra Mundial, aunque tuvo que ser restaurado en la década de 1970.
La obra está llena de detalles, por lo que merece la pena que le dediques algo de tiempo. De este modo, verás que representa un tapiz que comienza con el margrave Conrado el Grande y termina con el príncipe Jorge, que se convirtió en rey después de que este se completara. Además, no hay sólo gobernantes a caballo, sino también muchos otro personajes, animales, distintos tipos de plantas y armas. Así, hay un total de 94 personas, entre los que hay artistas, soldados y científicos.
Por cierto, ya que estás, puedes buscar al único personaje femenino, que es una niña, o al pintor, que se representó a sí mismo al final de la procesión.
Schloßplatz o Plaza del Palacio
La plaza del palacio es un lugar que ver en Dresde en el que, mires a donde mires, hay un monumento interesante.
Así, está delimitada por el río Elba y el palacio residencial, y ha cambiado de aspecto a lo largo de los años. De hecho, el puente medieval de la ciudad era más largo que el actual, pues llegaba hasta la puerta del Elba, es decir, a la entrada del palacio. Vamos, que este espacio no existía.
A día de hoy, aquí está la entrada neorrenacentista al palacio, que se conoce como Georgenbau o edificio de Jorge, la iglesia barroca de la Corte o Hofkirche y el neobarroco Saxon Estates House, que es de comienzos del S. XX y alberga el Tribunal Regional Superior de Sajonia.
Además, en la plaza comienza la Augustusstrasse, por lo que guarda un fragmento del Desfile de los Príncipes, y desde ella puedes acceder a la Terraza de Brühl. Asimismo, desde aquí tienes vistas al otro lado de la ciudad, el distrito de Neustadt, al que llegarás cruzando el puente de Augusto.
Como curiosidad, frente al portal principal de la Hofkirche hay un adoquín marcado con la letra N. Pues bien, este marca el lugar donde dicen estaba Napoleón Bonaparte el 26 de agosto de 1813, cuando se llevó a cabo el desfile de sus tropas antes de la batalla de Dresde, es decir, su última gran victoria.
Hofkirche o catedral de la Santísima Trinidad
Otro de los lugares que ver en Dresde es la Hofkirche, la antigua iglesia católica de la corte y la actual catedral de la diócesis desde 1980. Esta perfila el horizonte de la ciudad con su torre de 86 m de altura,
La Hofkirche fue construida a mediados del S. XVIII en estilo barroco y, al ser la antigua iglesia de la corte, está conectada con el palacio residencial por medio de un pequeño puente que recuerda al puente de los Suspiros veneciano. Además, en su cripta están las tumbas de varios electores y Reyes de Sajonia, así como el corazón de Augusto el Fuerte.
La iglesia es católica y lo es, porque Augusto el Fuerte se convirtió a esta religión para poder ser rey de Polonia en 1697. Sin embargo, no fue él quien la mandó construir, ya que hubiera sido demasiado en una Sajonia protestante, sino su hijo. Eso sí, en un principio se mantuvo en secreto el fin del edifico. Durante los bombardeos, la iglesia sufrió graves daños y su reconstrucción duró hasta 1965.
Por otra parte, su exterior está decorado con 78 estatuas y en su interior destaca el cuadro del altar mayor de Anton Raphael Mengs, su púlpito barroco de comienzos del S. XVIII y el órgano conservado Silbermann. Además, una de las capillas conmemora a las víctimas de la Guerra con una Piedad moderna hecha de porcelana de Meissen.
Palacio residencial
La antigua residencia de la familia Wettin tiene sus orígenes en un castillo del S. XIII, que, con el ascenso de esta dinastía, se fue ampliando. Así, a mediados del S. XVI, cuando recibieron el electorado, se convirtió en un magnífico palacio renacentista. Por supuesto, Augusto el Fuerte le puso su toque de opulencia barroca en el S. XVIII y, finalmente, a comienzos del S. XX, recibió su última renovación en estilo neorrenacentista.
Sin embargo, el palacio sufrió graves daños en 1945 y los gobernantes de la RDA, tanto por falta de dinero como de motivación, no comenzaron su reconstrucción hasta la década de 1980. De hecho, fue tras la Reunificación alemana cuando el proyecto, que ha durado más de treinta años, se desarrolló gradualmente. Actualmente, este alberga impresionantes colecciones y es uno de los lugares que ver en Dresde donde puedes hacerte una idea de la antigua riqueza de la ciudad.
Si llegas a él desde la Schlossplatz, lo primero que verás será el Georgenbau, que es una de las partes más antiguas del castillo. Aunque te cueste creerlo, este era originalmente una puerta fuertemente fortificada de las murallas. Más específicamente, era la entrada a Dresde por el puente medieval. Sin embargo, el duque Jorge la hizo sustituir en el S. XVI por un edificio residencial en el que se conservó el antiguo arco del puente.
Por otra parte, una zona que nos encantó del palacio fue su patio, donde se han reconstruido las antiguas pinturas del S. XVI. Sin embargo, hay mucho más que descubrir en su interior.
¿Qué se visita en el palacio residencial de Dresde?
La Hausmannsturm
La torre principal del palacio que fue construida alrededor del 1400 y modificada a lo largo de su historia. En los ataques de 1945 perdió su techo, que no recuperó hasta 1991. Actualmente, mide unos 100 m y tiene un mirador a casi 40 m de altura. Abre de abril a octubre y para poder disfrutar de las vistas hay que subir 327 escalones.
Varias salas reconstruidas
Estas incluyen el pequeño salón de baile, construido a mediados del S. XIX, las salas reales de desfiles de Augusto el Fuerte, que se han reconstruido fieles a las originales con réplicas, pero también con mobiliario y elementos originales, y el gabinete de porcelana, donde hay importantes ejemplos del oro blanco de Meissen.
El gabinete de grabados de cobre y el gabinete de monedas
El primero guarda obras de Durero, Miguel Ángel, Rembrandt o Caspar David Friedrich, entre otros.
La Armería
Aquí se exponen armas de fuego de los siglos XVI, XVII y XVIII y en la Gran sala, la que fue la más grande del palacio, hay una importante colección de armaduras. Asimismo, incluye la cámara Turca, una de las colecciones de arte otomano más importantes fuera de Turquía. Seguro que te sorprende, por ejemplo, la enorme tienda de campaña del S. XVII. Además, se trata la historia de los Wettin, con importantes ropajes de la familia, así como artículos personales.
La Nueva Bóveda Verde
En sus salas hay unos 1000 objetos asombrosos del antiguo tesoro real, como el Diamante Verde de Dresde o el trono del gran magnate Aureng-Zeb, que está decorado con numerosas piedras preciosas.
La Bóveda Verde histórica
Ocho salas bellamente decoradas de la década de 1720, donde antiguamente se mostraba una magnífica colección de obras de arte, que era accesible sólo para los invitados exclusivos.
Sin embargo, ahora tú también puedes disfrutar de esta maravilla del barroco igual que en la época de Augusto el Fuerte, pues se han reconstruido y se han dispuesto los más de 3000 objetos de la misma manera que entonces. Para que te hagas una idea de su contenido, los nombres de alguna de sus habitaciones son la sala de ámbar, la de marfil o la de las Joyas.
No vamos a engañarte, entrar en ella es caro y, aunque es impresionante, también vas a ver un montón de maravillas en el resto del museo. Además, la seguridad dentro es muy alta, igual porque sufrieron un tobo en 2019. Por cierto, ya recuperaron las joyas y vuelven a estar expuestas.
Horario y precios del palacio residencial
El palacio abre de 10:00 a 18:00 y cierra los martes. Además, la histórica Bóveda Verde también abre de jueves a sábado de 18:00 a 20:00.
Como te puedes imaginar, este es uno de los museos que ver en Dresde al que le tienes que dedicar bastante tiempo, mínimo una hora y media, pues su tamaño es considerable.
Hay varios tipos de tickets:
Por cierto, si el post te está siendo de ayuda, puedes comprar tu entrada general desde aquí. Así, nosotros nos llevaremos una pequeña comisión.
– La entrada para la histórica Bóveda Verde, que cuesta 14€ e Incluye una audio guía gratuita. Como hay límite de entradas, recomiendan reservar online. Además, al comprarla tienes que fijar la hora de entrada.
– Una entrada combinada que incluye todos los museos y la histórica Bóveda Verde. Esta cuesta 24,50€. De igual manera, al comprarla tendrás que fijar la hora para entrar a la histórica Bóveda Verde.
Los menores de 17 años entran gratis en todas las salas del palacio.
Terraza de Brühl, el antiguo jardín de recreo privado de Heinrich von Brühl
La terraza de Brühl es un estupendo paseo con imponentes edificios y unas bonitas vistas a la margen derecha de la ciudad y al casco antiguo de Dresde. Esta tiene unos 500 m de largo y va del puente de Augusto al de Carola, que, en septiembre 2024, se derrumbó parcialmente.
Cuando se construyó en el S. XVI, formaba parte de las fortificaciones de la ciudad, pero con el tiempo perdió su papel militar. Más tarde, Heinrich von Brühl, un ambicioso político del S. XVIII, levantó aquí varios edificios que fueron demolidos a finales del S. XIX para dar paso a los actuales.
Sin duda, este es uno de los lugares que ver en Dresde que también es conocido como el Balcón de Europa. Si quieres, puedes hacer una pausa en alguna de las cafeterías que hay y sentarte a disfrutar de las vistas.
Por otro lado, entre sus edificios más llamativos se encuentran:
La Academia de Arte
Esta se caracteriza por su cúpula de cristal, que fue apodada exprimidor de limones por su forma. Reconstruida tras la Reunificación de Alemania, actualmente organiza exposiciones temporales de arte contemporáneo.
El Albertinum
Este edificio fue construido en el S. XVI como Arsenal de la ciudad, pero al perder su uso en la segunda mitad del S. XIX, se convirtió en museo. Para ello, se renovó en estilo neorrenacentista por orden del rey Alberto, de quien recibe su actual nombre.
Reconstruido tras la Guerra, ahora alberga la galería de los Nuevos Maestros y la colección de esculturas. Sus obras se centran en el arte de los siglos XIX y XX y el presente.
Información sobre la visita al Albertinum
Si te está gustando este post, puedes comprar la entrada para el Albertinum desde aquí. De este modo, nosotros nos llevamos una pequeña comisión.
Al final de la Terraza, en el antiguo bastión de la Doncella, están los jardines de Brühl, donde se encuentra la moderna sinagoga que sustituye a la que construyó en este mismo lugar Gottfried Semper. Esta fue destruida la noche de los cristales rotos de 1938.
Además, bajo la Terraza se conservan partes de las antiguas fortificaciones de la ciudad, que se comenzaron a levantar en 1546 por orden del Elector Mauricio de Sajonia. Así, puedes conocer estos restos a través de la Festung Xperience, una innovadora exposición en la que el propio príncipe te llevará a conocer su larga historia.
Theatherplatz o plaza del teatro
Otro de los lugares que ver en Dresde es esta plaza desde donde tienes una bonita perspectiva de la Hofkirche y del palacio residencial. Por si fuera poco, aquí están la Ópera Semper y el Zwinger y, en pleno centro, la estatua ecuestre del rey Juan de Sajonia.
Hasta la década de 1830, en esta área vivían los artesanos italianos que trabajaron en la construcción de la Hofkirche. Por ello, a la zona se le conoció como el pueblo italiano. Sin embargo, fue desapareciendo para dejar paso a los edificios que vemos hoy día. El último recuerdo que queda de él es el edificio llamado Pueblo Italiano, que fue construido a comienzos del S. XX y solía albergar un restaurante que, actualmente, está cerrado.
Durante los bombardeos de 1945, todos los edificios de la plaza fueron destruidos y, a excepción de uno, todos fueron reconstruidos.
Ópera Semper: uno de los teatros más bonitos del mundo
Su interior es muy bonito y puedes conocerlo dentro de una visita guiada. Otra opción es asistir a uno de sus espectáculos. Para ello, puedes comprar las entradas de manera online o acercarte al edificio de la Guardia Principal de la Ciudad Vieja, que está frente a la Ópera y alberga su taquilla.
Este fue diseñado por Karl Friedrich Schinkel, considerado el mejor arquitecto prusiano, y está inspirado en un templo jónico. Construido en la década de 1830, fue destruido en 1945 y reconstruido en 1956.
Zwinger: el jardín de recreo de Augusto el Fuerte
Uno de los lugares más conocidos que ver en Dresde es el Zwinger, cuyo nombre hace referencia a su antigua localización, es decir, en una parte de la antigua fortaleza que estaba entre la muralla interior y la exterior.
Historia del Zwinger
Su historia de esplendor comenzó con Augusto el Fuerte, es decir, en los primeros años del S. XVIII, cuando quiso ampliar el palacio residencial y dotarlo con patios y jardines. Sin embargo, sus ambiciosos planes no se completaron, pues quería que el Zwinger fuera la entrada a un magnífico castillo que nunca llegó a construirse.
Sea como fuere, entre 1711 y 1728 se levantó el Zwinger, un complejo de edificios con jardines y fuentes que sirvió de invernadero de plantas exóticas, para organizar fiestas y para albergar las importantes colecciones de la ciudad. Los encargados de su diseño fueron el arquitecto Matthäus Daniel Poppelmann y el escultor Balthasar Permoser, que lo engalanó con numerosas esculturas.
Tras la época barroca, el Zwinger perdió importancia y sufrió daños en distintas batallas. No es de extrañar, pues se encontraba directamente en las fortificaciones.
Finalmente, a mediados del S. XIX, se terminó al recibir su último lado, la galería Semper, que fue diseñada por Gottfried Semper en estilo renacentista como espacio para exposiciones.
Sin embargo, durante los ataques de 1945, el Zwinger fue destruido, pero para 1963 ya estaba de nuevo en pie. Una curiosidad del tiempo de posguerra es una inscripción escrita en cirílico por un soldado llamado Chanutin, en la que se informa que el Zwinger había sido revisado y estaba libre de minas. Esta se encuentra cerca del Taschenbergpalais, un palacio barroco de la primera década del S. XVIII, que, tras ser reconstruido en 1992, es un hotel de lujo.
Qué ver en el exterior del Zwinger
Actualmente, el Zwinger es una de las principales obras del barroco de la ciudad y puedes disfrutar de sus exteriores de manera gratuita. Así, puedes pasear por su patio interior y subir a sus terrazas, desde donde tendrás una bonita perspectiva de esta obra de arte.
Cuando entres en el Zwinger, verás en sus esquinas sus cuatro pabellones, el de la Porcelana, el Alemán, el Francés y el Salón de Física y Matemáticas, así como la puerta de la Corona, que es uno de sus símbolos y está sobre la antigua muralla de la ciudad. Por otro lado, el pabellón de la muralla está decorado con numerosas esculturas que recuerdan la grandeza de Augusto el Fuerte, y el pabellón de la ciudad tiene un carrillón con campanas de porcelana de Meissen que sobrevivió a la Guerra. Otro de los lugares que no puedes perderte es el baño de las Ninfas, una preciosa fuente barroca.
Eso sí, si viajas ahora a Dresde, es posible que te encuentres el patio sin su antiguo encanto, pues lo están restaurando y las obras no terminarán hasta el verano de 2025.
Qué ver en el interior del Zwinger
Pagando, puedes entrar en sus tres museos, cuyos objetos te dan una idea del antiguo esplendor de Dresde. Y es que, ya desde el principio, el Zwinger albergó importantes colecciones de la ciudad.
– La Pinacoteca de los Antiguos Maestros y la colección de escultura hasta 1800 está en la Galería Semper y muestra obras maestras de los siglos XV al XVIII. Aquí encontrarás pinturas de maestros holandeses y franceses, así como importantes obras de la pintura italiana del Renacimiento. Sin duda, su cuadro más famoso es la Virgen Sixtina de Rafael, cuyos ángeles son conocidos mundialmente.
Además, podrás ver los cuadros que Canaletto pintó de Dresde en el S. XVIII, cuando era pintor de la corte sajona. De este modo, te puedes hacer una idea de la ciudad antes de la Guerra.
– El Salón Matemático-Físico alberga una interesante colección de instrumentos científicos.
– La Colección de Porcelana es una de las más extensas y valiosas del mundo e incluye alrededor de 20.000 piezas de procedencia china, japonesa y, como no, de Meissen.
Como has visto, en Dresde oirás mucho sobre la porcelana de Meissen, que es una ciudad a unos 20 km de aquí, donde Augusto el Fuerte estableció la primera fábrica de porcelana de Europa en un castillo. Si quieres saber más, te contamos todo lo que sabemos sobre este tema en qué ver en Meissen.
Aparte, gracias a la realidad virtual, puedes imaginarte mucho mejor el esplendor del Zwinger y su historia en Zwinger Experience.
Horarios y precios de los museos del Zwinger
Información actual sobre el Zwinger Xperience
Alrededores del Zwinger
Cerca del Zwinger hay un recuerdo de la destrucción de la Guerra y un monumento por la Paz desde 2020. Nos referimos a la Sala del Recuerdo de la iglesia de Sofía, un templo que se incendió durante los bombardeos de 1945 y no fue reconstruido.
Así, esta fue la iglesia de un monasterio franciscano fundado en el S. XIII, más tarde, iglesia protestante de la Corte y, finalmente, catedral luterana. Tras numerosas protestas, el gobierno de la RDA decidió demoler sus ruinas en 1962. En aquel momento, era la última iglesia gótica de la ciudad que conservaba su estructura básica.
En 1994, se decidió levantar un monumento conmemorativo. El resultado fue la construcción de una antigua capilla de la iglesia en estilo moderno. Dentro, hay restos recuperados del templo.
Neustadt: la margen derecha de Dresde
Es hora de cruzar el Elba y descubrir Neustadt o la Ciudad Nueva. Sin embargo, que no te engañe su nombre, pues esta parte de Dresde fue un asentamiento mencionado por primera vez en 1350. Eso sí, siempre estuvo a la sombra de su vecina y, en 1550, se unió a ella. Por aquel entonces, esta ciudad era conocida como Altendresden.
En 1685, fue destruida en un incendio y su reconstrucción fue impulsada por Augusto el Fuerte en estilo barroco. Desde entonces, se conoce como Neustadt.
A nosotros es un área que nos gustó mucho, pues, aunque no tenga tantos edificios históricos, nos pareció más tranquila y encontramos lugares muy interesantes.
Puente de Augusto y miradores
Para llegar a Neustadt desde el centro histórico de Dresde puedes cruzar el puente de Augusto.
En el S. XIII, aquí había un puente de piedra que llegó a ser uno de los más grandes de la Europa medieval. Sin embargo, sus pilares se fueron rellenando a medida que se desarrollaba la ciudad y, en 1907, debido a las exigencias del tráfico, fue demolido, construyéndose el actual.
Aunque no tengas tiempo para descubrir Neustadt, cruza el puente para disfrutar de una bonita perspectiva del casco antiguo. Así, a lo largo de la orilla del Elba encontrarás varios miradores para inmortalizar el momento.
Uno muy curioso es el mirador de Canaletto, desde donde podrás contemplar la vista que el pintor recreó en 1748 en su cuadro “Vista de Dresde desde la orilla derecha del Elba con el puente de Augusto”. Además, hay un marco para que pases un buen rato intentando replicar la vista del cuadro.
El Jinete Dorado
Muy cerca del puente, está la escultura más famosa que ver en Dresde: el Jinete Dorado, que representa a Augusto el Fuerte vestido con una armadura romana cabalgando en dirección al Reino de Polonia.
Realizada en la década de 1730, se encuentra en Neustädter Markt o Mercado de la Ciudad Nueva, de donde sale la calle principal del distrito.
Alrededores del Jinete Dorado
Justo detrás de ella está la Blockhaus, un edificio barroco construido en la década de 1730 que albergó el cuerpo de Guardia de la Ciudad Nueva. Tras los daños sufridos en 1945, su exterior fue reconstruido a su aspecto anterior a la Guerra.
Actualmente, alberga el archivo de las vanguardias y tiene un interior moderno muy interesante que ha sido remodelado por el estudio de arquitectos español Nieto Sobejano. Aquí podrás ver exposiciones sobre las vanguardias artísticas del siglo XX por 5€. Sin embargo, si no hubiese ninguna exposición, puedes entrar por 2€.
Información actual sobre el Archivo de las Vanguardias
No muy lejos y a la orilla del río, está el palacio Japonés, que fue construido en la primera mitad del S. XVIII por orden de Augusto el Fuerte, quien quería construir aquí un palacio de porcelana. Aunque esta idea nunca se completó, se convirtió en una obra importante del barroco de Dresde donde trabajaron los mejores arquitectos de la ciudad. Estos le añadieron tejados curvos al estilo japonés y estatuas al estilo chinoiserie, vamos, a lo Chino.
Tras la II Guerra Mundial, el palacio sufrió graves daños. Actualmente, es un museo de acceso gratuito en el que puedes ver la Sala de Damasco, una preciosa habitación de comienzos del S. XIX traída de esta ciudad en 1899, pero que nunca llegó a mostrarse.
Iglesia de la Epifanía
La historia de esta iglesia se remonta a principios del S. XV. Tras ser destruida en varias ocasiones, Augusto el Fuerte ordenó de nuevo su demolición, ya que estaba en medio de la calle principal de su nueva ciudad barroca. Tras esto, se reconstruyó en la década de 1730 en una localización más acorde con los nuevos planes.
Sin embargo, la iglesia sufrió un último derrumbe a causa de la II Guerra Mundial. Por eso, tuvo que ser reconstruida en la década de 1980.
Su interior es sencillo, pero en él puedes ver un curioso altar barroco de piedra arenisca del S. XVIII que conserva los daños sufridos en la Guerra, y la Danza de la Muerte, una obra renacentista del S. XVI.
Por otro lado, puedes subir al mirador que hay en su torre de casi 88 m de altura. Para ello, tendrás que subir 254 escalones.
Horario y precio de la torre
– De marzo a octubre: de miércoles a domingo de 11:00 a 17:00.
– De noviembre a febrero: de jueves a sábado de 10:00 a 16:00, los domingos y festivos desde las 11:00 y los miércoles desde las 12:00.
Subir al mirador cuesta 5€, pero las personas con derecho a descuento pagarán 4€, los menores entre 6 y 17 años 1,50€ y los menores de 6 entran gratis.
Alrededores de la iglesia de la Epifanía
Sus alrededores nos gustaron mucho, ya que hay varios pasajes que acaban en patios tranquilos con galerías y negocios de pequeño tamaño. Además, la zona ha conservado la arquitectura de la antigua ciudad barroca.
Asimismo, en un edificio de finales del S. XVII, pero reconstruido en la segunda mitad del S, XIX, está el museo del Romanticismo, un lugar perfecto para aprender sobre la época romántica. Y es que esta era la casa de Gerhard von Kügelgen, un pintor de aquella época, donde se reunían artistas como Caspar David Friedrich o Richard Wagner. Además, dentro se ha representado el estudio de Kügelgen y se han conservado techos originales.
Por otro lado, frente a la iglesia está el mercado de Neustadt en un edificio reconstruido de finales del S. XIX. En su luminoso interior no sólo encontrarás variados puestos de venta, sino también un supermercado, un gimnasio o una cafetería.
La lechería de los hermanos Pfund: la tienda de leche más bonita del mundo
En la calle Bautzner 79 hay un negocio muy particular que ver en Dresde: una lechería decorada con azulejos pintados a mano de Villeroy y Boch en estilo neorrenacentista. Por su interior, se ha ganado ser la tienda de leche más bonita del mundo.
Su historia comenzó en 1879, cuando el agricultor Pfund abrió una tienda para vender leche fresca, donde podías ver cómo ordeñaban a las vacas. El negocio fue un éxito y acabó ampliándose y vendiendo otros productos lácteos, como leche condensada, yogur, jabón o papillas.
Así, el edificio actual se construyó en 1891 y sobrevivió a los bombardeos de 1945. En 1972, fue expropiada por la RDA hasta 1990 y, actualmente, puedes comprar productos lácteos y otros souvenirs.
Además, encima de la tienda hay un restaurante decorado de manera algo antigua, pero con un servicio muy amable y buena comida. Eso sí, cuando fuimos sólo aceptaban pago en efectivo.
Muy cerca de esta lechería, en la calle Pulsnitzer, se encuentra el antiguo cementerio judío fundado en 1751.
Kunsthofpassage o el pasaje del arte: un lugar diferente que ver en Dresde
Y de la lechería nos vamos a otro lugar curioso que ver en Dresde, un pasaje compuesto por cinco patios decorados de manera distinta por varios artistas. Cada uno tiene su propia temática y diseño, por ejemplo, está el patio de los Elementos, el de los Animales o el de la Metamorfosis.
Así, verás edificios decorados con monos, con tuberías o con láminas de aluminio, entre otros materiales. Además, hay pequeñas tiendas, galerías y cafeterías que hacen de este espacio un lugar muy agradable lleno de color y de arte.
Este une las calles Alaun y Görlitzer, una zona que nos gustó mucho, con casas antiguas, lugares alternativos, arte urbano en sus paredes y muchos negocios y restaurantes interesantes. Vamos, una zona por la que te recomendamos pasear un rato. De hecho, puedes realizar esta visita guiada por el arte callejero de Neustadt. Eso sí, es en alemán.
Otros lugares que ver en Dresde
Edificio Yenidze: ¿es una mezquita? no, es una antigua fábrica de cigarrillos
Otro lugar curioso que ver en Dresde es este edificio que no está lejos del Zwinger. Su cúpula te recordará a una mezquita, pero nunca ha funcionado como tal y su minarete es una chimenea.
Así, era la fábrica de tabacos y cigarrillos orientales Yenidze, que importaba tabaco de Yenice, el nombre turco de la ciudad de Genisea. Gracias a la prosperidad del negocio, en la primera mitad del S. XX construyeron este edificio. Sin embargo, en aquel momento no se podía levantar en el centro de Dresde ninguna fábrica que se reconociese como tal. Por eso, nació este edificio que parece una mezquita y que fue perfecto para publicitar la marca de cigarrillos orientales.
Durante los bombardeos de 1945, el edificio sufrió graves daños, por lo que tuvo que ser restaurado. Tras esto, siguió asociado al tabaco, hasta que, en 1991, se convirtió en un bloque de oficinas. Actualmente, alberga también un restaurante en su piso superior que tiene terraza con vistas.
Grosser Garten, el lugar perfecto para descansar de tu visita a la ciudad
El parque más grande de la ciudad empieza muy cerca del Nuevo Ayuntamiento y, como muchos lugares que ver en Dresde, es de origen barroco y alcanzó su mayor desarrollo con Augusto el Fuerte. Así, aquí se organizaron grandes fiestas y se cazaron faisanes.
Actualmente, alberga el jardín botánico de la ciudad, un teatro de marionetas en verano y es perfecto para perderse y descubrir sus distintas especies de plantas. Además, hay alguna cafetería en donde puedes sentarte a tomar algo y, si vas entre abril y octubre, puedes recorrerlo montado en su pequeño tren.
Nosotros, que fuimos en diciembre, lo vimos cubierto de nieve y, por lo tanto, sin flores, pero nos encantó el paseo invernal por aquel lugar que nos recordó a un bosque. Y es que los parques alemanes son, en general, dignos de ver.
Eso sí, vayas cuando vayas, no te pierdas el palacio de verano, que está en el corazón del parque rodeado por un estanque y jardines. Construido en la segunda mitad del S. XVII, a veces organizan pequeñas exposiciones en su interior, donde todavía puedes recordar los daños que sufrió en la Guerra.
Gläserne Manufaktur
Cerca del parque está la Gläserne Manufaktur, un centro de producción de Volkswagen y un lugar perfecto que ver en Dresde para los amantes de los coches. Así, aquí podrán aprender sobre los Volkswagen eléctricos y hasta conducir uno. Además, realizan visitas especiales para niños.
Si este post te está resultando interesante, puedes comprar las entradas para esta visita desde aquí, cosa que te agradecemos, ya que nos llevaremos una pequeña comisión, pero tú pagaras lo mismo.
Museo de la Higiene
Un lugar que ver en Dresde perfecto para visitar con niños es este museo en el que se habla de medicina, de anatomía humana, de la salud y del cuidado personal. Y es que, además de ser muy informativo, tiene espacios destinados para los más pequeños. Este se encuentra muy cerca del Nuevo Ayuntamiento.
Los lugares que ver en Dresde que te vamos a proponer ahora están alejados del casco antiguo y, por eso, te aconsejamos conocerlos si vas a dedicarle varios días a esta interesante ciudad.
Museo de Historia Militar
Este museo que ver en Dresde se encuentra en el antiguo arsenal, pero su exterior ha sido modernizado por el arquitecto Daniel Libeskind. Así, merece la pena llegar hasta aquí sólo por ver su exterior. Además, la exposición muestra 800 años de historia militar alemana.
Información actual sobre el museo de historia militar
Panómetro de Dresde
En muchas ciudades alemanas los antiguos gasómetros son ahora interesantes lugares de exposición. De esta manera, algunos muestran las pinturas panorámicas del artista Yadegar Asisi, como el de Berlín, Leipzig o Pforzheim.
También en Dresde puedes ver sus impresionantes pinturas. Lo mejor es que entres en su página web y veas si te interesa el panorama que exponen en el momento de tu visita, que puede ser, por ejemplo, Dresde en el barroco (imagen de la ciudad en 1756) y Dresde 1945, una buena manera de imaginarte la ciudad en estos dos momentos cruciales de su historia.
Este nos parece también un buen lugar que ver en Dresde para ir con niños.
Comprar entradas para el Panómetro de Dresde
Tres palacios del Elba y memorial de la calle Bautzner
A unos 5 km del centro y a orillas de Elba, puedes descubrir tres bonitos palacios: el de Albrechtsberg, el de Lingner y el de Eckberg. Además, este es un bonito paseo para hacer en bicicleta a lo largo del río.
Aunque en general no se puede entrar en ellos, la vista de los alrededores es muy bonita y es una zona perfecta para comprobar que estamos en un área vitivinícola. Y es que estas laderas se han usado para crecer vides desde el S. XVII.
Palacio Albrechtsberg
Este castillo que ver en Dresde se levantó a mediados del S. XIX para el príncipe prusiano Alberto. Su estilo contrasta bastante con el aspecto barroco de la antigua ciudad, pues es un palacio clasicista que recuerda más al estilo prusiano de la ciudad de Potsdam. De los tres palacios del Elba, este es el más representativo.
Su interior sólo se puede visitar dentro de una visita guiada en días específicos. Así que lo más probable es que sólo conozcas sus jardines, que están dispuestos en un sistema de terrazas en las laderas del Elba, similar a los modelos italianos.
Palacio Lingner
Al igual que el anterior, esta villa clasicista fue construida a mediados del S. XIX por orden del príncipe Alberto de Prusia en una antigua zona de viñedos.
Como curiosidad, su actual nombre recuerda a Karl August Lingner, un empresario muy exitoso de Dresde que compró este palacio y, al morir, lo donó a la ciudad. Eso sí, puso un par de condiciones, entre ellas que en el palacio debía de haber un restaurante con los precios más bajos de la zona. En su honor, el actual restaurante ofrece la bebida Lingner al precio de 1€. Eso sí, no te esperes una bebida super elaborada.
Palacio Eckberg
Este palacio neogótico fue construido en la segunda mitad del S. XIX. Hoy es un hotel con restaurante.
Memorial de la calle Bautzner
Cerca de los palacios puedes visitar este memorial que se encuentra en una antigua prisión de la Stasi por donde pasaron numerosos presos políticos. Abre todos los días de 10:00 a 18:00 y la entrada cuesta 8 €. Por su parte, el ticket reducido cuesta 5€ y es gratuito los miércoles a partir de las 15:00.
El Milagro Azul y los funiculares
Si sigues el curso del río, llegarás al Milagro Azul, que es el puente Loschwitz, construido a finales del S. XIX. Su nombre hace referencia a su color original y a su inusual arquitectura en aquella época. Además, es uno de los dos puentes que no fueron destruidos en 1945.
Muy cerca de este hay un funicular con el que puedes subir a las laderas del Elba, donde hay una bonita vista panorámica.
Una manera de conocer todos estos lugares es haciendo este viaje en barco por el Elba.
Castillo y parque Pillnitz
Otro palacio que ver en Dresde es el de Pillnitz, que se encuentra a orillas del Elba y a unos 15 km del centro de la ciudad.
Residencia de verano de la familia real sajona y lugar de grandes fiestas en época de Augusto el Fuerte, aquí puedes pasear por sus jardines y visitar tres palacios, que albergan dos museos, el de artes decorativas y el del palacio, así como entrar en el invernadero de la Casa de las Palmeras.
Mapa con los lugares que ver en Dresde
Aquí te dejamos un mapa con los lugares que ver en Dresde de los que te hemos hablado.
- 1. Altmarkt o Mercado Antiguo
- 2. Nuevo Ayuntamiento
- 3. Neumarkt o Mercado Nuevo
- 4. Fürstenzug o Desfile de los Príncipes
- 5. Schlossplatz o plaza del palacio
- 6. Palacio Residencial
- 7. Terraza de Brühl
- 8. Albertinum
- 9. Theaterplatz o plaza del Teatro
- 10. Zwinger
- 11. Sala del Recuerdo de la iglesia de Sofía
- 12. Puente de Augusto
- 13. Mirador
- 14. Vista de Canaletto
- 15. Jinete Dorado
- 16. Palacio Japonés
- 17. Iglesia de la Epifanía
- 18. Lechería de los Hermanos Pfund
- 19. Antiguo Cementerio Judío
- 20. Kunsthofpassage
- 21. Edificio Yenidze
- 22. Grosser Garten
- 23. Glass Manufaktur
- 24. Museo alemán de la Higiene
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