Te vamos a contar que ver en Aquisgrán, la ciudad que Carlomagno escogió como sede de su Imperio y donde muchos personajes célebres disfrutaron de sus aguas termales. Hoy es una ciudad universitaria con mucho ambiente y un pequeño casco histórico dominado por su impresionante catedral. Además, guarda sorprendentes reliquias, como los pañales del Niño Jesús. ¿Nos acompañas?
Muy cerca de la frontera con Bélgica y Holanda, se encuentra Aquisgrán, una ciudad de más de 250.000 habitantes.
Puede ser que su casco histórico no sea muy grande, pero guarda grandes tesoros, bonitos rincones y curiosas leyendas.
Ya sea como excursión de un día o como visita de fin de semana, Aquisgrán es un gran destino.
Su edificio más importante es la catedral, que fue el primer monumento de Alemania incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1978.
Además, puedes terminar tu visita es en un spa, beneficiándote de las propiedades curativas de sus aguas termales.
Si te parece poco, Aquisgrán está muy cerca de uno de los pueblos más bonitos de Alemania y si no nos crees, échale un ojo a qué ver en Monschau.
En este post te vamos a contar qué ver en Aquisgrán y cómo sacarle el máximo partido a tu visita.
Índice
Dónde está Aquisgrán
Aquisgrán se encuentra en el estado de Renania del Norte-Westfalia, en el triangulo fronterizo Alemania–Bélgica-Países Bajos, en el centro de la eurorregión Mosa-Rin.
Las ciudades alemanas de mayor tamaño próximas a ella son: Colonia, Düsseldorf y Bonn, todas a unos 90 kilómetros. Además, la ciudad belga de mayor tamaño cerca de Aquisgrán es Lieja, a unos 50 kilómetros, y la de los Países Bajos es Maastricht, a unos 40 kilómetros.
Cómo llegar a Aquisgrán
Llegar a Aquisgrán en avión
Una vez en el aeropuerto, puedes usar el transporte público para llegar hasta Aquisgrán o bien alquilar un coche.
Llegar a Aquisgrán en tren
Por ejemplo, los trenes de Alemania son gestionados por la compañía Deutsche Bahn y en su página web puedes encontrar toda la información necesaria sobre horarios y precios.
Esta compañía tiene varios tickets que te pueden ser útiles para moverte por el país, como el Deutschland-ticket, que tiene validez mensual y te permite viajar por toda Alemania por sólo 49€ usando todos los transportes públicos locales que necesites.
Además, otra buena opción para conocer la zona es adquirir el schönertagticketNRW, un billete que te permite tomar a lo largo de un día todos los trenes que quieras dentro de este estado. Es válido para un máximo de 5 personas y están incluidos los medios de transporte S-Bahn, U-Bahn, tranvías y autobuses.
Por otro lado, si viajas sól@, puede interesarte el schönertagticketsingleNRW.
Llegar a Aquisgrán en una excursión organizada
Otra manera de conocer Aquisgrán es unirte a esta excursión en tren desde Colonia.
Llegar a Aquisgrán en coche
Y, por supuesto, puedes llegar en coche. Para aparcar, puedes entrar en esta página, donde encontrarás información sobre los parkings de la ciudad, puesto que estacionar en la calle es de pago. Otra opción sería usar los park + ride, que suelen ser más económicos, están cerca de paradas de tren y su ticket es válido como abono de transporte.
Por cierto, si vas a viajar en coche por Alemania, te recomendamos leer conducir por las carreteras alemanas, donde te hablamos sobre la pegatina que necesitas para circular por la mayoría de las ciudades alemanas, Aquisgrán incluida.
Además, si necesitas alquilar un coche, te aconsejamos entrar en Rentalcars.
Cuánto tiempo necesitas para descubrir los lugares que ver en Aquisgrán
El casco histórico de la ciudad es pequeño y los lugares más interesantes que ver en Aquisgrán están muy cerca unos de otros, sobre todo en los alrededores del ayuntamiento y la catedral, sus dos edificios más importantes.
Por eso, en nuestra opinión, para conocer lo más imprescindible de la ciudad necesitarás sólo medio día.
Sin embargo, si le dedicas más tiempo, podrás explorar los alrededores del centro y conocer lugares que son también muy interesantes.
Además, dedicándole un día o dos, podrás hacer también alguna excursión y pasear por uno de esos lugares alemanes que parecen sacados de un libro de los hermanos Grimm: Monschau.
Si decides quedarte a dormir, una buena zona es Frankenberg, un barrio muy agradable. Nosotros optamos por quedarnos en un apartamento cerca del centro.
Cuándo visitar la ciudad
– Carnaval. Sí, has leído bien. Y es que esta zona de Alemania es famosa por la celebración de esta fiesta, que comienza el 11 de noviembre a las 11:11. Eso sí, los días grandes empiezan el jueves anterior al miércoles de ceniza. Es entonces cuando se organizan grandes desfiles y la gente sale a la calle disfrazada.
Nosotros no hemos tenido la suerte de estar en Aquisgrán durante el carnaval, pero sí en Colonia. Por eso te decimos, que si te gusta esta fiesta, no dudes en venir.
Si vienes, apréndete esta frase: Oche Alaaf, algo así como Hola Aquisgrán, que vas a oír en incontables ocasiones.
– En la época de adviento, cuando las calles del casco histórico huelen a canela y almendras garrapiñadas, indicativo de que es el momento de visitar los mercadillos que se organizan alrededor de la catedral y el ayuntamiento.
Si te gusta viajar en navidad, igual te interesa leer los mejores mercados navideños alemanes.
Además, a lo largo del año se organizan otros festivales, como la Öcher Bend, una especie de fiestas de la ciudad que se organizan dos veces al año, una en primavera y otra en verano.
¿Cómo debo llamarla? Aquisgrán, Aachen, Aix la Chapelle u Öche
Para que no te hagas un lio con los nombres de la ciudad, te diremos que, dependiendo del idioma, Aquisgrán recibe nombres que difieren bastante unos de otros.
Así, los alemanes la llaman Aachen, los franceses Aix la Chapelle, por sus baños termales y por la Capilla Palatina, y en español es Aquisgrán, que se supone proviene de un manantial dedicado al dios celta del agua Grannus.
Además, es posible que veas en algunos sitios la palabra Öche, que es el nombre en el dialecto de la ciudad, el Öcher Platt.
Historia de Aquisgrán
El pasado de esta ciudad es muy interesante y su desarrollo se ha visto marcado por sus aguas termales, por Carlomagno y por su situación fronteriza.
Así, durante la Edad de Hierro, se asentaron en esta zona los celtas, que rindieron homenaje al dios del agua Grannus. A estos les siguieron los romanos, que, alrededor del nacimiento de Cristo, levantaron un asentamiento en el área actual de la ciudad y, aprovechando sus manantiales calientes y sulfurosos, lo convirtieron en un balneario con varias instalaciones termales.
A los romanos les siguieron los francos y es en esta época, en el 765, cuando aparece la primera mención escrita de la ciudad, que trata de la estancia del rey franco Pipino el Joven en Aquis Villa durante la Navidad y la Pascua.
Y llegó Carlomagno, hijo y sucesor de Pipino, que mandó construir un magnífico palacio basado en modelos romanos y bizantinos, donde pasó mucho tiempo, haciendo de Aquisgrán su residencia. De hecho, murió aquí el 28 de enero de 814 y fue enterrado en la capilla palatina.
Entonces fue coronado en Aquisgrán Luis el Piadoso, su único hijo superviviente, que también eligió la ciudad para vivir. El último emperador carolingio en Aquisgrán fue Lotario I.
Más tarde, en el 936, Otón I revivió la tradición carolingia y se coronó rey en Aquisgrán. Desde ese momento, la ciudad fue el lugar de coronación de casi todos los reyes alemanes durante casi 600 años. La ceremonia tenía lugar en la actual catedral.
Aquisgrán pasó a ser ciudad imperial durante el reinado de Federico I Barbarroja, que fue coronado en 1152. Gracias a los privilegios otorgados, la población creció rápidamente y, a mediados del s. XIV, era una de las ciudades más grandes de Alemania.
Sin embargo, todo llega a su fin y el apogeo de Aquisgrán como lugar de coronación terminó en 1531, con Fernando I. En adelante, Frankfurt del Meno sería el lugar de la coronación.
La Reforma trajo consigo los disturbios religiosos de Aquisgrán, ya que el emperador era católico, pero el protestantismo iba calando en el pueblo. Estos problemas, que se asemejaron a una guerra civil, comenzaron alrededor de 1530 y perduraron hasta, aproximadamente, 1614, empeorando significativamente la economía de la ciudad.
En 1656, un gran incendio asoló la ciudad, provocando que se perdiesen la mayoría de los edificios medievales. En los años siguientes, el medico François Blondel convirtió Aquisgrán en uno de los balnearios más modernos de Europa, que fue visitado por grandes celebridades, como Pedro el Grande, Federico el Grande o Händel.
Más tarde, en 1794, las tropas revolucionarias francesas ocuparon la ciudad y, en 1802, se introdujo la constitución francesa, con lo que los ciudadanos de Aquisgrán se convirtieron en franceses. Durante este periodo, se secularizaron los monasterios, se demolieron las murallas y se construyeron carreteras y parques.
Napoleón solía venir a Aquisgrán y su primera esposa, la emperatriz Josefina, también se benefició de sus aguas. De hecho, en 1811, su hijo fue bautizado en el baptisterio de la catedral.
El periodo francés terminó en 1814 y la ciudad se incorporó al Reino de Prusia. Fue entonces cuando, en 1870, se fundó la Universidad Politécnica.
Debido a su estratégica ubicación, la ciudad fue un importante lugar de reunión de las tropas en su camino hacia Francia a través de Bélgica durante las dos Guerras Mundiales.
Tras la I Guerra Mundial, Aquisgrán estuvo ocupada por los aliados hasta 1930 y, durante la posguerra, se desarrolló un movimiento separatista, que, en octubre de 1923, ocupó el ayuntamiento de la ciudad y proclamó la República Renana. Aunque no llegó a tener mucho éxito, pues, tras algunos enfrentamientos violentos, se terminó en el mes de noviembre.
Durante la II Guerra Mundial, la ciudad sufrió numeroso ataques que ocasionaron muchas muertes y la destrucción de gran parte de la ciudad. En octubre de 1944, Aquisgrán se convirtió en la primera ciudad alemana conquistada por las tropas aliadas, siendo ocupada primero por tropas estadounidenses y luego formando parte de la zona de ocupación británica.
Cómo moverse por Aquisgrán
Ya hemos dicho que el centro de Aquisgrán no es muy grande y que su casco histórico es bastante pequeño. Por eso, la mejor manera de conocer la ciudad es caminando.
Como al final del post te recomendamos algún lugar que ver en Aquisgrán alejado del centro, vamos a hablarte de cómo funciona el autobús.
Así, aquí te dejamos toda la información sobre las líneas de autobús, sus recorridos y horarios.
Para usarlo, puedes comprar varios tipos de tickets, de un sólo uso, válido para 24 horas, para una única persona o para grupos de hasta 5 personas.
Los billetes los puedes comprar online a través de las apps movA y naveo, en el centro de atención al cliente que está cerca de la estación de autobuses, en las máquinas que hay en algunas paradas como Elisenbrunnen, Kaiserplatz, la estación de tren o la estación de autobús, y en el propio autobús, donde no puedes pagar con tarjeta.
Otra manera de conocer la ciudad es montándote en el autobús turístico, que hace paradas en los puntos más interesantes que ver en Aquisgrán, así como usar la bicicleta.
Qué ver en Aquisgrán
Ya es hora de contarte que es lo que tienes que ver en Aquisgrán y lo vamos a hacer creando una ruta, que, por supuesto, puedes seguir o no.
Al final del post, te dejaremos un mapa con todos los puntos de los que vamos a hablar, para que te ayude a crear tu propio itinerario.
De todos modos, si quieres descubrir la ciudad de la mano de un guía, puedes unirte a esta visita guiada por Aquisgrán o a este free tour por la ciudad.
Otra manera de conocer el centro de Aquisgrán es con un recorrido auto guiado,
Como es muy probable que llegues a Aquisgrán en tren como una excursión de día desde Colonia, comenzaremos nuestra recorrido desde la estación principal, que no está lejos del casco histórico.
Cuando salgas de la estación de tren, verás la primera de las muchas estatuas que decoran la ciudad: un grupo de caballos. Y es que Aquisgrán es también la ciudad de los caballos y aquí se celebra cada verano el CHIO, un importante torneo ecuestre internacional.
Restos de la muralla de Aquisgrán: Marschiertor
Comencemos con la muralla de Aquisgrán, que era un doble anillo construido en dos etapas.
Así, a partir de 1172 se construyó el muro interior, que era conocido como la muralla de Barbarroja. Y es que cuando Aquisgrán fue elevada a ciudad imperial por este emperador, los ciudadanos la protegieron con este primer anillo de unos 2,5 kilómetros de largo.
Sin embargo, debido al crecimiento de la ciudad, se tuvo que levantar un segundo anillo alrededor del 1300.
Con el tiempo, las murallas fueron demoliéndose y hoy día no quedan muchos restos visibles.
De la muralla de Barbarroja puedes ver algunas secciones en Templergraben. La palabra graben significa foso y es por ello que puedes hacerte una idea de su antiguo recorrido mirando el mapa actual de la ciudad, pues el casco histórico está rodeado por un puñado de calles que llevan este término en su nombre.
Del muro exterior quedan en pie cinco torres de las 23 que tenía, la torre Lavenstein, la torre Larga, la torre de María, la torre Pfaffen y la torre de Adalberto, y dos puertas de la ciudad de las once que había, la Marschiertor y la Ponttor, que, aunque sufrieron daños durante la II Guerra Mundial, fueron restauradas. Estas eran dos de las cuatro puertas principales de la ciudad.
Pues bien, muy cerca de la estación se encuentra la Marschiertor, que era la entrada sur. En ella puedes ver la escultura de un soldado que recuerda a la Milicia de la Ciudad Imperial que custodiaba las entradas a Aquisgrán. Estos, para ganar algo más de dinero, tallaban alfileres de madera para las suelas de los zapatos.
La puerta ha tenido diferentes usos a lo largo de su historia y hoy es la sede del club de carnaval más antiguo de la ciudad.
Teatro de Aquisgrán
Para ir al casco histórico podrías tomar la calle que sale de la puerta, la calle Franz, pero como no es muy interesante, tomaremos la calle Aurelius, que acaba en la calle Theater, donde predominan los edificios modernos, pero donde queda alguna bonita fachada.
Como su nombre indica, la calle acaba en el teatro, un edificio de estilo clásico que fue inaugurado en 1825. En su diseño trabajó Karl Friedrich Schinkel, que, según dicen, fue el arquitecto más importante de Prusia. Tras la II Guerra Mundial, tuvo que ser reconstruido.
El teatro se encuentra en el antiguo jardín del monasterio de los Capuchinos, de ahí el nombre de la calle Kapuzinergraben.
Aquí hay un popular lugar de encuentro que también recuerda a este monasterio, el Kapuziner Karree, donde, a finales del s. XIX y en el lugar de una fábrica de telas, se construyó la sede de Correos. Tras sufrir graves daños durante la Guerra, fue reconstruido y hoy alberga tiendas, oficinas, restaurantes, un biergarten y un cine.
Su bonito patio interior es un buen sitio para tomarse algo y, como tiene techo de cristal, también puedes ir si está lloviendo.
Elisenbrunnen
Por eso, este es un buen momento para hablar brevemente sobre las fuentes termales de Aquisgrán.
Fuentes termales de Aquisgrán
Aquisgrán tiene más de 30 fuentes termales que se encuentran entre las más productivas de Alemania. Actualmente, la mayoría de las salidas de los manantiales están escondidas, ya sea por construcciones, por alcantarillas o por encontrarse en patios traseros.
Hay dos zonas ricas en manantiales, el centro y el barrio de Burtscheid, cuyas fuentes termales, con temperaturas de más de 72 °C, están entre las más calientes de Europa Central, junto con las de Karlovy Vary en la República Checa. Las aguas termales del centro se diferencian de las de Burtscheid tanto química como físicamente.
Según dicen, estas aguas termales tienen efectos curativos y se han utilizado con este fin desde la época romana. De hecho, se sabe que ya, a mediados del s. I, se inició la construcción de un balneario que estaba alimentado por el manantial del emperador o Kaiserquelle.
Por otro lado, en la época de Carlomagno, las piscinas comunitarias para más de 100 personas eran uno de los centros de la vida social y política. Además, el uso de agua caliente fomentó el desarrollo de importantes sectores industriales como el textil.
Tras el gran incendio de 1656, el centro de Aquisgrán fue transformado en uno de los balnearios más modernos de Europa por el médico François Blondel, convirtiéndose en un spa de moda.
Más tarde, en el s. XIX, las aguas se emplearon para tratar la sífilis, lo que hizo disminuir el número de huéspedes adinerados. Asimismo, su importancia como balneario siguió decayendo a lo largo del siglo, en parte debido a la creciente industrialización de la ciudad.
Además, las dos Guerras Mundiales no mejoraron la situación y, tras la segunda, el 90% de los balnearios del centro quedaron destruidos y muchas de las instalaciones no fueron reconstruidas. Así, los últimos baños del centro de la ciudad cerraron a finales del s. XX.
Sin embargo, desde 2001 puedes disfrutar de la larga tradición balnearia de Aquisgrán en las Termas de Carolus, que se abastecen del agua del manantial de las Rosas o Rosenquelle.
Volviendo a Elissenbrunnen…
Su origen se encuentra a comienzos del s. XIX, cuando se decidió construir una nueva fuente representativa para que los huéspedes del spa pudieran recibir el agua termal del manantial del emperador. Así surgió Elisenbrunnen, que fue diseñada en estilo clásico por los arquitectos Johann Peter Cremer y Karl Friedrich Schinkel.
La fuente, inaugurada en 1827, lleva el nombre de la princesa de Prusia Elisabeth Ludovika, hija del rey bávaro Maximiliano I.
En la II Guerra Mundial fue destruida casi por completo, pero fue reconstruida fiel al original a mediados del s. XX. Y es que era muy querida entre los habitantes, tanto, que el famoso arquitecto Mies van der Rohe, que nació y vivió en Aquisgrán 19 años, aconsejó su reconstrucción sin cambios.
El olor a huevos podridos viene de las aguas termales que salen a unos 52ºC de dos bebederos con forma de boca de dragón. Esta proviene del manantial del emperador y tiene un alto contenido en azufre. Por eso, en base a la ley de medicamentos, este agua no se puede beber, pues debido a su composición química sólo se puede tomar bajo supervisión médica.
En las paredes de la fuente verás, además, placas de mármol con los nombres de los personajes importantes que han disfrutado de estas aguas a lo largo de la historia.
Aparte, Elisenbrunnen es un lugar muy bullicioso, donde se organizan algunos eventos, como reuniones de baile. Además, alberga la Oficina de Turismo.
Elisengarten
Detrás de la fuente se encuentra el Elisengarten o el jardín de Elisa, un pequeño parque diseñado a mediados del s. XIX por el conocido arquitecto de jardines prusiano Peter Joseph Lenné.
Gracias a las excavaciones arqueológicas, se sabe que ya desde la época romana se ha construido en esta zona. Así, encontraron restos de edificios romanos para los visitantes de las termas cercanas.
También encontraron restos de construcciones medievales, así como los restos más modernos del monasterio de las Ursulinas, que fue demolido a mediados del s. XIX.
Puedes ver alguno de estos hallazgos en una vitrina arqueológica, así como a la entrada a la tienda de decoración Butlers.
Si hace bueno, verás a mucha gente descansando y disfrutando de los rayos del sol.
En uno de sus lados hay tiendas y cafeterías, donde puedes comprar un helado y disfrutar tú también de este pequeño jardín en el centro de la ciudad, pero si te hace mal tiempo, siempre puedes entrar en alguna de ellas. Por ejemplo, en la chocolatería Didi, donde venden trozos de chocolate de diferentes sabores incrustados a una cuchara de madera. Luego sólo tienes que pedir un vaso de leche caliente y esperar a que se vaya derritiendo.
En el jardín hay una fuente que representa la circulación del dinero, donde están representados el ahorro, la codicia o la avaricia. Si hace calor, seguro que hay gente refrescándose en ella.
Desde esta fuente verás ya los grandes ventanales del monumento más conocido de Aquisgrán: su catedral.
Catedral de Aquisgrán
La catedral es sin duda el monumento más importante de la ciudad y, dentro de ella, la capilla Palatina es su parte más interesante, veamos por qué.
Historia de la catedral
A finales del s. VIII, Carlomagno decidió hacer de Aquisgrán la sede del Imperio franco. Fue entonces cuando mandó construir la Capilla Palatina como parte de su palacio. Al morir en el año 814, fue enterrado en ella.
La capilla Palatina se considera el edificio más representativo del arte carolingio y, en su momento, fue el edificio más alto al norte de los Alpes.
La iglesia se construyó sobre los restos de unas termas romanas y está basada en modelos bizantinos, especialmente en la iglesia de San Vitale en Rávena. Desde el año 936 hasta 1531, casi todos los reyes romano-alemanes fueron coronados aquí.
Con los años, este edificio de planta octogonal sufrió remodelaciones y ampliaciones. Hoy día, es un edificio heterogéneo que se ha visto influenciado por los diversos estilos arquitectónicos que se han desarrollado en sus más de 1000 años de historia.
Durante la II Guerra Mundial, se protegieron las obras de arte y el propio edificio y se organizó un grupo de voluntarios que evitaban la propagación de incendios en él. Así, aunque sufrió daños y se perdieron partes del tesoro, la estructura básica de la catedral se mantuvo intacta.
Datos prácticos para visitar la catedral
Tenemos una buena noticia, la entrada a la catedral es gratuita. Eso sí, para subir a la galería superior y entrar en el coro gótico hay que participar en una visita guiada que se organizan en inglés o en alemán.
Estas visitas cuestan, en julio de 2024, 7€.
Para más información y compra de entradas, tienes que ir a la oficina que está frente a la entrada principal de la catedral.
La oficina abre de 10:00 a 18:00 y hasta las 17:00 de enero a marzo. Por su lado, la catedral abre de lunes a jueves de 11:00 a 18:00, viernes y sábados hasta las 19:00 y los domingos de 13:00 a 17:45.
Información actual sobre la visita a la catedral de Aquisgrán
Leyenda del diablo y la catedral
La entrada principal de la catedral se encuentra donde la puerta del lobo, en el Domhof o atrio de la catedral. Esta puerta de bronce de la época carolingia, alrededor del año 800, tiene dos tiradores con forma de cabeza de animal que guardan un pequeño secreto asociado a la leyenda del diablo y la catedral.
Según esta, los habitantes de Aquisgrán se quedaron sin dinero para terminar la iglesia, por lo que llegaron a un acuerdo con el diablo, que les prometió el dinero necesario a cambio del alma del primero que entrara en la catedral. Así, cuando la capilla estuvo terminada, el diablo se escondió tras la puerta de bronce a esperar su alma, pero los astutos habitantes hicieron pasar primero a una loba. Cuando el diablo se dio cuenta del engaño, salió furioso y cerró con tanta fuerza que se pellizcó el pulgar en uno de los tiradores y apareció una grieta en la puerta.
Así que ya sabes, busca la grieta en la esquina inferior derecha y también el trozo del pulgar que se encuentra en el interior del tirador de la puerta derecha.
Aparte, en el vestíbulo de entrada hay dos estatuas antiguas de bronce, una representa una loba y la otra una piña. Estas se asocian también con la leyenda, así la loba sería el animal al que le arrancó el alma y la piña, su alma.
Interior de la catedral de Aquisgrán
Dentro de la catedral siéntate en el octógono y mira a tu alrededor para descubrir todos sus tesoros, muchos de ellos de origen medieval.
Si miras hacia arriba, verás el mosaico que decora la cúpula, que fue realizado a finales del s. XIX en base a dibujos históricos. No será el único mosaico que veas, pues la iglesia está decorada con muchos más que representan motivos bíblicos e históricos.
Colgando del techo está la lámpara de Barbarroja, que, con sus 4,16 metros de diámetro, simboliza la muralla de la Jerusalén celestial. Este regalo del emperador Federico I Barbarroja y su esposa Beatriz de Borgoña data de alrededor de 1170 y tiene un total de 48 velas, que todavía se encienden en ocasiones especiales.
Fíjate también en la galería del piso superior, donde verás varias columnas antiguas. Y es que Carlomagno recibió permiso del Papa para llevarse antiguo material de construcción de Roma y Rávena. Durante el dominio francés, fueron llevadas a París y, tras su parcial devolución en 1815, se recolocaron de nuevo en la década de 1840, algunas restauradas y otras reconstruidas. Además, las galerías están separadas por rejas de bronce de la época carolingia.
En la galería superior se encuentra el Trono Real o de Carlomagno, que fue erigido por orden de este emperador en el año 790. Este es una sencilla silla de mármol que, según dicen, está hecha con restos de la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén.
Entre los años 936 y 1531, casi todos los reyes alemanes ascendieron a este trono tras ser ungidos y coronados en el altar mayor. Eso sí, Carlomagno no fue coronado rey en Aquisgrán, pero se cree que asistió en este trono a las misas en la Capilla.
El trono ha sobrevivido a todas las modificaciones y destrucciones de la capilla y cerca de él puedes ver piezas originales de suelo carolingio. Esta parte de la catedral sólo se ve con una visita guiada.
Por otra parte el altar mayor de la catedral está hecho con losas de mármol de la época de Carlomagno y tiene un panel dorado magníficamente decorado conocido como la Pala d’oro, que fue realizado probablemente hacia 1020.
Si te acercas al coro gótico, al que sólo se entra con una visita guiada, podrás ver sus altas ventanas, que están entre las más altas de Europa. Aunque las vidrieras fueron destruidas durante la II Guerra Mundial, se volvieron a realizar a mediados del s. XX.
Además, el coro guarda algunos de los mayores tesoros de la catedral.
Así, aquí se encuentra el púlpito o Ambón de Enrique II, mandado construir por este rey y decorado con piedras preciosas, piezas antiguas de los s. III o IV d.C., relieves de cobre y seis relieves de marfil del s. VI d.C., que presentan una original decoración.
Aunque lo que más destaca en el coro son los dos santuarios-relicarios dorados, que son una de las obras de orfebrería más importantes del s. XIII. Uno es el de Carlomagno y el otro el de María.
El santuario de Carlomagno fue terminado en 1215. Se dice que contiene los restos de Carlomagno y estudios científicos podrían apoyar su autenticidad.
El santuario de María fue terminado en 1239, alberga las cuatro grandes reliquias de Aquisgrán y está magníficamente decorado.
Y ahora es un buen momento de hablar del Heiligtumsfahrt o Viaje al Santuario de Aquisgrán
Viaje al Santuario de Aquisgrán: Heiligtumsfahrt
En la catedral se veneran cuatro grandes reliquias dentro del santuario de María: los pañales de Jesús, el pañal de Jesús en la cruz, el vestido de la Virgen María y el paño donde yació la cabeza decapitada de San Juan Bautista.
Estas llegaron a Aquisgrán, probablemente, bajo Carlomagno y una investigación habría determinado el origen de los tejidos en la antigüedad tardía.
Cada siete años se realiza una peregrinación a Aquisgrán, que es conocida como Heiligtumsfahrt, y, durante 10 días, se abre el santuario de María y se muestran las reliquias. El último viaje al santuario tuvo lugar en junio de 2023 y contó con más de 110.000 peregrinos.
Ya en tiempos de Carlomagno, este tesoro atraía a numerosos peregrinos y en los siglos XIV y XV, Aquisgrán era uno de los lugares de peregrinaje más importantes de la cristiandad, junto con Jerusalén, Santiago de Compostela y Roma.
Sin embargo, su importancia disminuyó con la Reforma e incluso se llegó a prohibir. En 1937, el gobierno nacionalsocialista advirtió contra la peregrinación, pero alrededor de 800.000 peregrinos llegaron a Aquisgrán, considerándose una forma de protesta silenciosa contra el régimen nazi.
Hasta su destrucción en la II Guerra Mundial, el santuario también guardaba un cofre conocido como Noli me tangere, no me toques. Según dicen, durante una de las peregrinaciones, un peregrino logró robar pequeños fragmentos de las reliquias, pero se arrepintió y los devolvió. Los canónigos, avergonzados, guardaron en 1356 los restos en el cofre junto con una nota que decía que no debía de abrirse, de ahí su nombre. El contenido se conoció en 1804, cuando la emperatriz Josefina visitó Aquisgrán y el obispo le mostró las reliquias. Al coger el cofre, este se abrió.
Y volviendo a la catedral…
En su interior se venera también una imagen milagrosa de la Virgen. Esta creencia tiene una larga tradición, se cree que desde el s. X. La imagen más antigua que se conoce es del s. XIV, pero se quemó en el gran incendio de 1656. Las partes recuperadas se integraron en la imagen actual, que se adorna con vestidos y joyas.
Sus piezas más preciadas son la corona nupcial de Margarita de York de 1468 y una túnica bordada con perlas y diamantes donada por Isabel Clara Eugenia de España en 1629.
Tesoro de la catedral
Si te parece que has visto pocas obras de arte, el Tesoro de la Catedral se expone en el claustro y es también uno de los lugares que ver en Aquisgrán, pues es uno de los tesoros eclesiásticos más importantes del mundo e incluye una gran cantidad de obras de arte de diferentes periodos artísticos. Aquí verás trabajos de orfebrería, tallas de marfil, manuscritos y trabajos textiles.
Algunas de sus obras más destacadas son, el busto de Carlomagno, el sarcófago de Proserpina, un sarcófago romano de mármol de principios del s. III d.C, donde pudo haber sido enterrado Carlomagno, importantes relicarios, el cuchillo de caza de Carlomagno del s. VIII, la cruz pectoral de Carlomagno, la Cruz otoniana de Lotario o la corona de Margarita de York. También se muestran las cerraduras del santuario de María fabricadas especialmente para cada peregrinación.
Las entradas se compran en el puesto de información frente a la catedral y, en julio de 2024, costaban 7€.
El Tesoro abre de martes a domingo de 10:00 a 18:00 y los lunes hasta las 14:00. De enero a marzo cierra a las 17:00.
Una vez visto el interior de la catedral, es hora de disfrutar de sus alrededores, porque esta zona, la plaza de la catedral y la lonja del pescado, es una de las más bonitas de la ciudad.
Lonja del pescado y plaza de la catedral
El edifico más significativo de la lonja del pescado es la casa de la hierba, que es el primer ayuntamiento de Aquisgrán y uno de los edificios más antiguos de la ciudad.
Así, a partir del s. XII, los ciudadanos adinerados exigieron más representación en los asuntos de gobierno y, a mediados del s. XIII, se construyó este ayuntamiento, que, probablemente, se encuentra sobre cimientos de la época carolingia. Su nombre vendría de un espacio verde en el que se llevaban a cabo ejecuciones y fiestas públicas.
Al quedarse pequeño a mediados del s. XIV, se construyó el nuevo y la casa de la hierba pasó a funcionar como tribunal de justicia y prisión.
Las esculturas del piso superior, que son copias de las originales, se cree que son las representaciones más antiguas de los electores reales.
Como en todo Aquisgrán, aquí también hay una fuente. Esta representa un pequeño niño agarrado a dos pescados. La figura se fundió durante la II Guerra Mundial, pero volvió a recrearse.
Esta se encuentra frente al baptisterio de la catedral, donde se bautizó, entre otros, al hijo de Napoleón. Como curiosidad, en aquel entonces había un doble portal gótico que separaba el atrio de la catedral de la lonja del pescado. Sin embargo, en 1811 y con motivo de este bautismo, el arco fue demolido para que pudieran entrar en el patio a caballo.
En la lonja del pescado hay un par de terrazas donde puedes sentarte para disfrutar de este bonito rincón de la ciudad.
De la lonja del pescado sale la calle Kockerell, donde hay varios negocios y los restos de la fachada de la antigua casa Wespien, que era una casa barroca diseñada por Johann Joseph Couven en la década de 1730. Su dueño era un rico fabricante de telas que llegó a ser alcalde de la ciudad.
Muy cerca, se encuentra un edificio moderno conocido como Super C. Para llegar a él pasarás por los restos de un antiguo arco de 1786 que pertenecía a un monasterio y, más tarde, a una fábrica de agujas. Ahora la zona es utilizada por la universidad técnica de Aquisgrán.
De hecho, la Super C es el centro de servicios de la Universidad y se inauguró en 2008. Debe su nombre a su aspecto de letra C mayúscula. Se encuentra justo al lado del edificio principal de la Universidad.
Además, el estrecho Spitzgässchen comunica la lonja del pescado con la plaza de la catedral. Y es en esta zona donde puedes imaginarte todavía, en cierta manera, el ambiente medieval de Aquisgrán.
Además, puedes ver los escaparates perfectamente decorados de dos tiendas con mucho encanto. Una es la tienda que vende dulces desde 1896 y la otra es una fábrica tradicional de velas. Por lo que hemos leído, es la que fabrica las velas de la lámpara de Barbarroja en la capilla Palatina.
Por su parte, la plaza de la catedral está rodeada por casas de bonitas fachadas y está decorada con dos fuentes.
Una es de bronce y es la de los gorriones, pues está decorada con estos pajarillos. Además, es una de las pocas fuentes potables de la ciudad, así que aprovecha a llenar tu botella de agua.
La otra está hecha en piedra arenisca de Heilbronn y está diseñada de acuerdo al estilo gótico del coro de la catedral y de las capillas que se encuentran junto a ella.
Junto a la catedral se encuentra la iglesia católica de San Foillan, que están separadas nada más que por un pequeño callejón.
De hecho, la torre de esta iglesia presenta una localización inusual debido a su proximidad con la catedral y suele pasar desapercibida.
Esta es una de las iglesias más antiguas de Aquisgrán, cuyos orígenes se remontan al s. XII. Tras los daños sufridos en la II Guerra Mundial, fue reconstruida en estilo neogótico. En su interior hay varias esculturas antiguas.
Muy cerca verás una de las fuentes más curiosas de Aquisgrán, la fuente de las marionetas, que fue creada en 1975.
Su gracia consiste en que las estatuas que la forman son movibles, por lo que es muy probable que te encuentres con gente cambiando la posición de cada marioneta. Estas representan diversas características de Aquisgrán, como el carnaval, la industria textil o la iglesia.
Desde esta fuente tienes varias posibilidades para seguir conociendo el casco antiguo. Además, paseando por esta zona abre bien los ojos, pues suele haber buenas vistas a la catedral.
Hof
A la derecha está Hof, una plaza con cafeterías, pubs y restaurantes, donde puedes sentarte en alguna de sus terrazas. En esta destaca el pórtico romano, que recuerda el pasado romano de Aquisgrán. Además, se ha reconstruido la fachada de los antiguos baños termales de San Quirino.
De Hof sale el callejón de las cestas, Körbergasse, de aspecto medieval que termina en una de las esculturas más emblemáticas de la ciudad, la joven de la Printen.
Esta se encuentra junto a un café histórico, el café van den Daele, que puede ser un buen lugar para probar el famoso pan de jengibre de Aquisgrán, la Printen, puesto que ya desde 1890 hay aquí una pastelería que produce, entre otras cosas, el famoso dulce. Además, los edificios de la cafetería datan de mediados del s. XVII y las habitaciones están amuebladas con muebles antiguos, chimeneas y escaleras originales, lo que le da un ambiente especial.
Desde aquí, alcanzas a ver la fuente del monstruo Bahkauv, una criatura mítica de Aquisgrán.
Y es que en esta zona, Büchel, había un punto de agua que se utilizaba como lavadero y, según la leyenda, esta criatura vivía en el canal de aguas residuales de las fuentes termales de Büchel y sólo salía de noche a molestar a los borrachos. También cuentan, que, en el s. XVII, el Bahkauv fue descubierto como un atracador disfrazado. Por otro lado, existe la creencia de que Pipino el Joven luchó contra ellos y los mató con un espadazo durante su baño matinal.
Desde el Bahkauv tienes vistas curiosas de las torres de la catedral y de San Foillan sobre los edificios modernos,
Katschhof
Otra opción desde la fuente de las marionetas es ir hacia la izquierda y llegar al Katschhof, una plaza muy amplia con unas vistas impresionantes de los dos edificios más famosos, la catedral y el ayuntamiento. Vamos, un lugar que ver en Aquisgrán que te recomendamos no perderte.
Su nombre recuerda que aquí estaba antiguamente la picota, hasta, aproximadamente, finales del s. XVIII. Hoy, se organizan en ella festivales y mercados, incluido el de navidad. Y es que estas vistas son perfectas para disfrutar de un Glühwein caliente.
Antiguamente, entre la catedral y el ayuntamiento, se encontraba el Palacio Imperial de Carlomagno. De hecho, el Katschhof era el complejo interior entre la Capilla Palatina y el antiguo salón del rey, que se conectaban por un corredor de piedra al oeste y por una pasarela de madera al este.
Como es normal, la plaza ha cambiado de aspecto a lo largo de su historia. Así, ha albergado un pórtico que se utilizaba como palacio de justicia y las termas de Carlomagno y, a partir del s. XII, una lonja de paños y la casa de la comedia. Más tarde, durante la época prusiana, se construyeron edificios residenciales y, tras los daños sufridos durante II Guerra Mundial, la plaza fue restaurada como un espacio abierto siguiendo el modelo antiguo.
Actualmente, aquí está el Centro Carlomagno – nuevo museo de la ciudad, que trata sobre la historia de Aquisgrán y es también el punto de partida y llegada de la Ruta Carlomagno, que conecta los lugares más importantes de la antigua ciudad Imperial.
Asimismo, también está la Domsingschule, una escuela primaria de canto de la catedral, cuyos orígenes se remontan a la época de Carlomagno. De hecho, el coro de la catedral es uno de los más antiguos de Alemania y, como curiosidad, el villancico alemán más antiguo proviene de Aquisgrán. Se dice que data del s. XI y se llama Sei uns wilkommen, Herre Christ, te damos la bienvenida Jesucristo.
Desde la fuente de las marionetas también puedes continuar de frente por la calle Krämer, viendo los escaparates de las muchas tiendas que alberga y con la bonita vista de la torre Granus frente a tus ojos.
Justo antes de llegar al ayuntamiento, está el mercado de pollos, Hühnermarkt, donde verás la fuente del ladrón de gallinas, que representa a un ladrón que, por error, se ha llevado un gallo y su canto lo traiciona.
Si quieres descubrir como vivían los burgueses en el s. XVIII – principios del s. XIX, puedes entrar en el Couvenmuseum, cuyo nombre recuerda a los arquitectos de la época barroca de la ciudad, Johann Joseph y Jakob Couven, padre e hijo. De hecho, el museo se encuentra en la bonita casa Monheim, la única diseñada por Jakob Couven que sobrevivió a la Guerra, y sus habitaciones están decoradas con elementos y muebles de la época.
Ayuntamiento de Aquisgrán y plaza del ayuntamiento
Y por fin llegamos a la plaza del ayuntamiento, donde está el otro edificio que no puedes dejar de ver en tu visita a Aquisgrán: el ayuntamiento.
El ayuntamiento gótico se construyó en la primera mitad del s. XIV, cuando la casa de la Hierba se quedó pequeña, y se levantó sobre los restos del Salón del Rey del palacio de Carlomagno, incorporando la torre Granus, que data de finales del s. VIII y formaba parte del antiguo palacio.
Este ha sufrido daños a lo largo de su historia y ha pasado por varias remodelaciones. Como era de esperar, también sufrió graves daños durante la II Guerra Mundial, pero fue restaurado a mediados del s. XX en base a modelos históricos.
Actualmente, es posible visitar el ayuntamiento, que abre de 10:00 a 18:00. La visita se hace con audio guía y la entrada normal, a julio 2024, costaba 6€. Los menores de 21 años entran gratis.
Información actual sobre la visita al ayuntamiento de Aquisgrán
En su interior verás algunas salas interesantes, como la bonita sala Blanca o la sala de los maestros artesanos, donde antiguamente se evaluaba la calidad de las telas antes de ser vendidas.
De todas ellas, la más interesante es la amplia sala de la coronación, que, en el momento de su construcción, era la sala secular más grande del Sacro Imperio Romano Germánico. Aquí tenían lugar, hasta 1531, los banquetes tras las coronaciones reales y, actualmente, es el lugar donde se otorga el Premio Internacional Carlomagno, del cual puedes aprender durante la visita.
Sus paredes están decoradas con murales de mediados del s. XIX con escenas de la vida de Carlomagno y, además, alberga copias del Tesoro Imperial, que está en Viena, pero que, antiguamente, se guardaba en Aquisgrán.
Asimismo, en el ayuntamiento hay información sobre temas históricos de la ciudad y un video con imágenes de Aquisgrán tras la II Guerra Mundial.
Además, no nos podemos olvidar de las magníficas vistas que se tienen del Katschhof desde alguna de sus ventanas.
El ayuntamiento de Aquisgrán tiene el honor de formar parte de nuestra lista de ayuntamientos más bonitos de Alemania.
Una vez visto el ayuntamiento, es hora de que te fijes en el resto de plaza. Para tener una buena vista general, sube las escaleras del ayuntamiento.
En el centro se encuentra la fuente del mercado o de Carlomagno, que, ya desde 1334, decora este lugar, aunque ha sufrido cambios a lo largo de su historia.
Así, la figura del emperador se incluyó en la primera mitad del s. XVII y, a finales del s. XVIII, acabó en Paris como botín de guerra tras la ocupación francesa. Devuelta a comienzos del s. XIX, durante la II Guerra Mundial la fuente fue desmantelada y no se volvió a montar hasta 1948. La escultura que ves hoy día no es la original, pues esta se encuentra en el centro Carlomagno.
Otra parte bonita de la plaza es la hilera de casas que se encuentran frente al ayuntamiento, cada una con su propia historia.
Por ejemplo, la casa con el unicornio, que hoy día es un restaurante, fue mencionada en 1349 y servía como hotel y posada, además, tenía establos para los caballos de la ciudad. La casa no sobrevivió al gran incendio de 1656, por lo que tuvo que ser reconstruida a principios del s. XVIII.
Por otro lado, la casa del cisne dorado, que también alberga un restaurante, ya se utilizaba como posada a mediados del s. XV. Esta se convirtió en un popular lugar de reunión donde la gente discutía de política y bebía cerveza.
Y el edificio de piedra que hace esquina, la casa Löwenstein, se construyó a la vez que el ayuntamiento y es uno de los pocos edificios góticos que sobrevivieron al gran incendio de la ciudad de 1656. No se sabe con certeza cual fue su función original y, actualmente, alberga salas para el ayuntamiento y otras instituciones.
Otro edificio de la plaza que llamará tu atención es el Postwagen, actualmente un restaurante que se encuentra en dos casas de finales del s. XIV, reconstruidas tras el incendio de 1656 y tras la II Guerra Mundial.
El Postwagen está junto a la torre Granus y parece que forma parte también del ayuntamiento. Uno de los habitantes más conocidos de la casa de madera de la derecha fue un librero que leía con dificultad. Por eso, describía los libros que vendía de una manera imaginativa, pero no del todo realista.
Y aquí se terminaría el recorrido propuesto por Aquisgrán si sólo le dedicas medio día. Así, puedes terminar la ruta descubriendo el interior de este restaurante mientras comes o te tomas una cerveza.
Restos de la antigua muralla: Ponttor
Si has decidido dedicarle más tiempo, puedes continuar tu paseo por la calle Pont, que empieza en la casa de piedra Löwenstein y está llena de restaurantes, muchos de ellos de comida internacional. El objetivo es encontrar las fortificaciones del lado norte de la ciudad medieval.
En esta calle está también la Gran Casa, uno de los edificio conservados más antiguos de Aquisgrán, pues fue construida a finales del s. XV y sobrevivió al gran incendio. De esta época son las dos plantas inferiores del edificio. A lo largo de su historia ha tenido diferentes usos, como establo, casa de la balanza pública, cuartel general de la policía, sede del ejército belga y, actualmente, museo del periódico.
Al llegar a Templergraben, verás restos de la muralla de Barbarroja y, desde aquí, no te queda mucho para llegar a la Ponttor o puerta del puente, una de las dos puertas que se conservan de las once que tenía el segundo anillo de la ciudad. Construida a principios del s. XIV, hoy se usa como sede de varias asociaciones.
En sus alrededores hay numerosos pubs y cafeterías y es un lugar con mucho ambiente, gracias a los numerosos estudiantes que viven en esta ciudad universitaria.
Colina de Lousberg
Si te apetece andar, desde aquí hay un paseo de una media hora hasta el Lousberg, que, con sus 264 metros, es la elevación más alta del centro de la ciudad. Si hace buen tiempo es un lugar muy popular y desde aquí podrás disfrutar de unas estupendas vistas de la ciudad.
También existe una leyenda relacionada con el Lousberg, que pretende explicar el origen de esta única colina en medio de la cuenca de Aquisgrán.
Así, según esta, el diablo estaba furioso con los habitantes de Aquisgrán por haberle engañado con la loba de la catedral. Como venganza, decidió destruir la ciudad enterrándola bajo la arena.
Sea como fuere, el diablo se encontró con una mujer a la que le preguntó por donde se iba a Aquisgrán. La campesina, que se había percatado de sus pezuñas, le engañó y le dio una dirección equivocada. El diablo, entonces, tiró la duna de arena que había preparado al norte de Aquisgrán y así nació Lousberg.
En tu camino a la cima te encontrarás con unas esculturas que recuerdan esta leyenda.
De camino, verás también más restos de la muralla, como la torre de María, construida en la década de 1510. Hoy alberga un memorial para los caídos en las dos guerras mundiales.
Parque de la ciudad
Otro lugar para pasear tranquilamente es el extenso parque de la ciudad, donde encontrarás bonitos rincones, árboles interesantes, columpios, un pequeño cementerio protestante con unas pocas lápidas y el parque del balneario, con su gran fuente, la nueva casa balneario en estilo neoclásico y el elegante hotel Quellenhof.
Además, podrás visitar un pequeño museo de arte contemporáneo, la Neue Aachener Kunstverein.
Asimismo, verás una placa en el parque que recuerda a Anna Frank, quien, entre 1933 y 1934, antes de huir a los Países Bajos, vivió con su abuela en una casa en Monheimsallee 42-44.
Y si visitas el parque en verano, igual coincides con el Kurpark Classix, que organiza una gran variedad de conciertos al aire libre.
Aquí se encuentran también las termas de Carolus, un spa donde puedes disfrutar de las aguas curativas de Aquisgrán.
Otros lugares interesantes que ver en el centro de Aquisgrán
Para los amantes del arte, la ciudad tiene un par de museos interesantes:
– El Foro Ludwig de arte internacional, donde se muestra arte contemporáneo.
– El Museo Suermondt-Ludwig, que acoge obras de arte desde la antigüedad hasta la modernidad clásica. Se encuentra en la antigua Villa Cassalette, construida a finales del s. XIX.
Además, cerca de este museo esta la iglesia de San Adalberto, que fue consagrada en el año 1005 y es la segunda iglesia más antigua de la ciudad después de la Catedral. Así, tras la muerte del obispo Adalberto de Praga y su posterior canonización, Otón III ordenó su construcción. La iglesia tuvo que ser reconstruida tras los daños sufridos durante la Guerra. Junto a ella puedes ver la torre Adalberto, una antigua torre de la muralla.
Sin embargo, esta no es una zona muy atractiva, pero tiene mucho ambiente y hay mucho comercio.
Además, cerca está la nueva sinagoga, que fue inaugurada a finales del s. XX. Se encuentra en el mismo lugar que la antigua, construida a mediados del s. XIX y que fue incendiada durante la noche de los Cristales Rotos en 1938.
Y una de las fuentes más originales de la ciudad, la Kugelbrunnen, se encuentra aquí, en la plaza Willy Brandt. Esta representa una flor que se abre y se cierra cada ocho minutos.
Aparte del centro, hay un par de barrios a los que merece la pena que acerques. Estos son los de Burtscheid y Frankenberg y se encuentran a menos de media hora caminando desde el casco histórico.
Burtscheid
Burtscheid era una antigua ciudad que debe su origen y su desarrollo a sus muchas fuentes termales.
Así, sus aguas, al igual que las de Aquisgrán, se utilizaron ya desde tiempo de los romanos. Más tarde, fueron los monjes del monasterio de Burtscheid, construido a finales del s. X, quienes revivieron su uso.
Además de usarse como medio curativo, el agua termal también se utilizó para el procesamiento de telas. Hoy día, hay un par de clínicas de rehabilitación que utilizan las fuentes termales.
Un lugar para visitar en Burtscheid es el tranquilo parque del balneario, donde se encuentra el manantial de las rosas o Rosenquelle.
Asimismo, aquí se ha reconstruido la casa jardín Nuellens, que es una obra de Johann Joseph Couven de mediados del s. XVIII y es el único baño del s. XIX que se conserva del Fürstenbad, los baños imperiales, que se encontraban en el centro de la ciudad. Sin embargo, no está abierto al público.
Desde el parque puedes ver las iglesias de San Miguel y de San Juan Bautista.
Frankenberg
Frankenberg es un barrio con mucho encanto, gracias a sus casas de bonitas fachadas, que se encuentran alrededor de la calle Bismarck y Oppenhoffallee. Estas se construyeron durante el periodo Guillermino, a finales del s. XIX – comienzos del s. XX, siguiendo diferentes estilos.
Además, aquí se encuentra el castillo de Frankenberg, que está rodeado por un pequeño parque. Este fue mencionado por primera vez a mediados del s. XIV y se sabe que fue la sede de los alguaciles que protegían la vecina abadía de Burtscheid.
Si piensas quedarte a dormir en Aquisgrán, este barrio es una buena opción para buscar alojamiento. No sólo es agradable pasear por sus calles, sino que además encontrarás numerosas cafeterías y restaurantes.
Cerca, en la Pastorplatz 1, puedes ver las Stolperstein de Edith Frank y sus dos hijas, Margot y Anne, que marcan su última residencia antes de emigrar a los Países Bajos.
Las Stolperstein son unas baldosas doradas que conmemoran a los judíos que sufrieron el terror del régimen nacionalsocialista. Se encuentran frente al lugar donde vivían y muestran su nombre y su destino.
Otros lugares de que ver en Aquisgrán
– Un lugar interesante que ver en Aquisgrán es un búnker de la II Guerra Mundial que se encuentra en la calle Scheiben 34 y que se puede conocer dentro de una visita guiada.
Y es que la ciudad sufrió numerosos ataques aéreos y para proteger a la población civil durante las más de 1.000 noches de bombardeos, se construyeron numerosos búnkeres, entre ellos 15 de gran altura. Uno es el que hoy puedes visitar.
– Un edificio diferente que ver en Aquisgrán es el Hospital Universitario, que está al oeste de la ciudad, muy cerca de Vaals, ya en los Países Bajos. Lo mejor es que te acerques en bicicleta, autobús o coche.
Este llama la atención por su aspecto, con escaleras exteriores de color rosa y tuberías amarillas y un interior donde predomina el color verde.
La verdad es que no parece un hospital, sino más bien una fábrica. Sin embargo, si lo visitas, no olvides que, aunque es muy llamativo, no deja de ser un hospital.
– Amenos de 15 minutos en coche del hospital, se encuentra el Dreiländereck, un lugar donde puedes tener el pie en tres países al mismo tiempo, Alemania, Bélgica y Países Bajos.
Este triángulo fronterizo ofrece también buenas vistas de los alrededores, pues se encuentra en lo alto de una colina. Además, hay rutas de senderismo y alguna atracción turística, como una torre de observación o un laberinto.
– Y por último, a los amantes del chocolate puede interesarles que en Aquisgrán hay una gran fábrica de Lindt y, además, una tienda que vende sus productos a precios más económicos. Ya sólo con entrar y ver todas las baldas llenas de chocolate se te hace la boca agua.
Esta se encuentra en la calle Süsterfeld 130 y está algo alejada del centro. Aunque puedes llegar andando, el camino no es interesante. Por eso, puede ser buena idea acercarse en autobús.
Mapa con los lugares que ver en Aquisgrán
Aquí está el mapa con los lugares que ver en Aquisgrán de los que hemos escrito. Los hemos ordenado según han ido apareciendo en el texto.
- 1. Estación de tren
- 2. Marschiertor
- 3. Teatro/Kapuziner Karree
- 4. Fuente de Elisa
- 5. Catedral
- 6. Calle Kockerell
- 7. Super C
-
8. Bahkauv
9. Katschhof - 10. Plaza del ayuntamiento
- 11. Calle Pont
- 12. Puerta del Puente
- 13. Torre de María
- 14. Escultura diablo y campesina
- 15. Lousberg
- 16. Jardín de la Ciudad
- 17. Termas de Carolus
- 18. Foro Ludwig internacional
- 19. Museo Suermont
- 20. Iglesia de San Adalberto
- 21. Plaza de la Sinagoga
- 22. Parque Balneario de Butscheid
- 23. Barrio de Frankenberg
- 24. Hospital universitario
- 25. Tienda de Lindt
Lugares de interés próximos a Aquisgrán
Si Aquisgrán se te queda pequeño, siempre puedes hacer alguna excursión.
– A unos 10 kilómetros está la localidad de Kornelimünster, con un bonito y conservado centro histórico y la iglesia de San Cornelio, que es la iglesia del monasterio de la Abadía Imperial de Kornelimünster, cuyos orígenes se remontan a comienzos del s. IX. Gracias a las reliquias de Cristo que guarda, es un destino de numerosas peregrinaciones.
Además, en los antiguos edificios de la abadía se encuentra el museo de Renania del Norte Westfalia, con obras de artistas renanos.
– Stolberg está unos 15 kilómetros y tiene un pequeño, pero bonito casco antiguo dominado por su castillo.
– Además, a unos 35 kilómetros se encuentra el idílico pueblo de Monschau, con preciosas casas de entramado y pizarra y un río atravesando sus calles.
El pueblo es tan bonito que hemos escrito un post sobre Monschau, donde te contamos todo lo que puedes hacer en él.
Qué comer en Aquisgrán
Para empezar, dónde comer no va a ser ningún problema, pues la ciudad tiene un gran número de restaurantes de todo tipo.
Además, por el centro hay muchas opciones para comer algo rápido y, al estar tan cerca de Bélgica, verás muchos locales que venden patatas fritas con diferentes salsas.
Sin embargo, aquello que no puedes dejar de probar en Aquisgrán es la Printen, un pan de jengibre con muchas especias. Existen muchas variedades, por lo que las verás recubiertas de chocolate o de glaseado, con frutos secos o mazapán. Vamos, que las hay para todos los gustos. Y tranquilo, que no vas a tener problemas en encontrarlas, pues se venden en todas las panaderías, tiendas de souvenirs y en muchas cafeterías. Además, otro dulce típico es el Streuselbrötchen, que puedes probar, por ejemplo, en una de las panaderías Moss.
Asimismo, un plato muy rico típico en Aquisgrán es el Sauerbraten, que se prepara marinando un trozo de carne con vino, vinagre, caldo de verduras y especias. A la salsa que lo acompaña se le añade un ingrediente dulce y, como no podía ser de otra manera, aquí se le añade Printen.
Para más ideas sobre qué comer, te recomendamos nuestro post sobre gastronomía alemana.
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Adonde no tengo que ir otra vez es al outlet de Lindt🤣.
Vaya post más completo!😉 nós lo guardamos para una próxima visita. Saludos! 🙋♂️🙋♀️
Gracias!! A Aquisgrán le tengo un cariño especial, pues pasé tres meses en ella por motivos de trabajo y me encantó 🙂