¿Qué es lo que hace que un lugar sea idílico?: ¿Qué esté aislado y rodeado de colinas? ¿Antiguas casas de entramado de madera apiñadas en estrechas calles? ¿El ruido del agua mientras paseas por sus calles? ¿Un castillo coronando el lugar? ¿Restaurantes acogedores? ¿Terrazas a la orilla del río? Sea lo que fuere, Monschau reúne todas esta cualidades ¿Nos acompañas?
Hay que reconocer que las ciudades alemanas de gran tamaño no son las más encantadoras de Europa. La Segunda Guerra Mundial arrasó muchas de ellas y, aunque el país renació de sus cenizas en el llamado milagro alemán, muchos de sus edificios tuvieron que ser reconstruidos, perdiendo parte de su aire histórico. De todas formas, ciudades como Frankfurt, Colonia, Hamburgo o Stuttgart, tienen otros factores que las hacen también muy atractivas.
Pero este post no va de grandes ciudades, sino todo lo contrario. Porque lo que sí tiene Alemania son pueblos, o ciudades pequeñas, que te atrapan nada más llegar a ellas. Y te prometemos que de esto el país tiene como para aburrir. A veces nos planteamos hacer una lista de los pueblos más bonitos de Alemania, pero desistimos porque se hace infinita.
En este post vamos a hablarte de uno de los pueblos que incluiríamos en lo más alto de esta hipotética interminable lista, su nombre es Monschau y se encuentra a pocos kilómetros de la frontera con Bélgica, vamos, en el corazón de Europa occidental.
Si te interesa conocer más pueblos alemanes capaces de transportarte a la Edad Media o a los cuentos de hadas, aquí te dejamos algunas recomendaciones:
– Qué ver en Freudenberg, el pueblo en blanco y negro
– El Harz con preciosas localidades como Quedlinburg, Duderstadt, Wernigerode o Stolberg
– Qué ver en Goslar, una de las ciudades más bonitas de Alemania
– Qué ver en Schwäbisch Hall: una joya desconocida en el sur de Alemania
– Selva Negra: qué ver en Schiltach, uno de sus pueblos más bonitos
– Qué ver en Gengenbach, uno de los pueblos más bonitos de la Selva Negra
– Qué ver en Rothenburg ob der Tauber, una ciudad medieval amurallada
– Miltenberg: una pequeña joya a orillas del Meno
Índice
Dónde está Monschau
Empecemos por lo más básico: dónde está y cómo puedes llegar.
Monschau se encuentra en el estado de Renania del Norte-Westfalia, en la región volcánica del Eifel y pertenece a la región de Aquisgrán, una ciudad que guarda grandes tesoros y que es el lugar de reposo de Carlomagno. Si quieres saber todo lo que puedes ver en esta ciudad, puedes leer nuestro post sobre Aquisgrán.
Gracias a su situación cercana a varios países, puedes llegar a Monschau desde la ciudad holandesa de Maastricht, a unos 80 km; desde las ciudades belgas de Lieja, a unos 60 km, y Bruselas, a unos 150 km; desde Luxemburgo, a unos 130 km y, por supuesto, desde las ciudades alemanas de Aquisgrán, a unos 34 km, Colonia y Bonn, ambas a unos 100 km, o Düsseldorf, a unos 110 km.
Así, son muchísimos los aeropuertos que te dejan en lugares relativamente próximos a Monschau y que te permitirían organizar rutas que incluyesen este bonito pueblo. Los más cercanos son Lieja, Maastricht-Aachen, Colonia-Bonn, Düsseldorf, Luxemburgo, Bruselas y Charleroi. Vamos, tienes donde elegir.
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También puedes llegar en autobús desde Aquisgrán, de hecho, Monschau es una excursión perfecta si visitas esta ciudad. Estos salen de la estación principal de autobuses y son de la compañía ASEAG. El viaje dura aproximadamente una hora y la frecuencia varía entre 30 y 60 minutos según el día y la hora. Operan todo el día. Línea SB66.
Asimismo, existe la posibilidad de conocerla uniéndote a esta excursión desde Bruselas a Colonia y a la ciudad de postal de Monschau.
Y por supuesto puedes llegar en coche. En Monschau lo mejor es aparcar fuera del centro. No recomendamos entrar en el casco, que a veces está restringido a vehículos con acreditación. Aparcar en la calle es de pago de 10:00 a 19:00 y cuesta lo mismo que los parkings. La primera media hora es gratis, pero lo vemos poco tiempo para la visita, a no ser que seas un gran corredor. La hora cuesta 2€ y el ticket para todo el día 7 €.
Si vas a viajar en coche por Alemania, te recomendamos leer antes estos consejos para conducir por las carreteras alemanas. Y si necesitas alquilar uno, te aconsejamos entrar en Rentalcars.
Dónde y qué comer en Monschau
Tenemos que empezar hablando del producto estrella de Monschau: la mostaza, que se lleva produciendo desde 1883. El histórico molino de mostaza se encuentra a 1 kilómetro del centro del pueblo.
Esta mostaza es bastante conocida en Alemania y su tarro es muy reconocible. Eso sí, es bastante pesado, por lo que si tienes restricciones en el equipaje, ándate con ojo. Es posible que la encuentres en los mercados de navidad, sobre todo en los de Renania del Norte-Westfalia, pero, por supuesto, lo mejor es que la pruebes aquí.
Tienen 22 tipos diferentes de mostaza y puedes probar las que más te llamen la atención. Por nuestra experiencia, lo difícil es elegir cual comprar. A nosotros nos gustan mucho las de limón, ajo y cerveza. También venden otros productos de la zona, como mermelada, miel, vinagre o licores. Tienen además bodega y restaurante.
Hay aparcamiento, por si te acercas en coche. Y si no te apetece venir hasta el molino, pero te han entrado ganas de probar la mostaza, tienen una tienda, Senfonie, en la calle de la ciudad, Stadtstrasse.
En el centro hay varios restaurantes donde puedes comer. Nosotros escogimos el Eifelstübchen, que se encuentra en pleno centro del casco antiguo, y comimos muy bien. Si quieres comer con vistas, entonces la terraza del hotel Horchem es especialmente idílica, pues está situada junto al agua, frente al lugar donde el Laufenbach se une al río Rur.
Un plato que te recomendamos probar es el schnitzel con salsa de mostaza de Monschau, como no podía ser de otra manera.
También hay varias cafeterías donde puedes practicar uno de los deportes nacionales del país, tomar café con tarta. Nosotros nos hemos hecho grandes aficionados.
Para que no te equivoques a la hora de pedir en un restaurante alemán, puedes leer nuestros posts sobre gastronomía alemana y sobre costumbres de los restaurantes alemanes.
Historia de Monschau
Monschau es mencionada por primera vez en 1198 como Mons loci. De hecho, se han referido a ella con varios nombres a lo largo de su historia y hasta 1918 fue Montjoie, nombre francés que viene del dominio galo a finales del s. XVII, principios del s. XVIII. En 1815, tras el congreso de Viena pasó a formar parte del reino de Prusia. No fue hasta después de la primera guerra mundial, que pasó a llamarse, por decreto oficial, Monschau.
Una industria de gran importancia en Monschau fue la textil. Así, en el siglo XVII, se empezaron a producir aquí telas de lana de alta calidad. El agua del río era utilizada para lavar y teñir las telas. La lana provenía de ovejas merinas españolas que llegaba a través de Amberes y Rotterdam. El apogeo de esta industria llegó en la segunda mitad del s. XVIII, cuando los paños de Monschau llegaron a toda Europa. Pero esta actividad empezó a declinar en el s. XIX. La última fábrica de telas cerró en 1908.
Qué ver en Monschau
La ciudad se encuentra entre las laderas de las montañas del parque natural Hohes Venn-Eifel y por sus calles discurre el río Rur, un afluente del Mosa. Su casco histórico es pequeño y no vas a tardar más de dos horas en recorrerlo. En este tiempo tendrás la impresión de que el tiempo se detuvo en Monschau hará unos 300 años.
Lo mejor es que pasees libremente, recorriendo sus calles estrechas, con casas apiñadas de entramado de madera y tejado de pizarra, admirando las vistas desde sus diferentes puentes y relajándote en alguna de sus plazas.
Y tras visitarlo, comprenderás porque Monschau forma parte de la Ruta alemana de entramado de madera.
De todas formas, aquí te dejamos esos lugares que no puedes perderte en tu paseo por la ciudad.
– Comenzamos por su punto más conocido, el más idílico y el más fotografiado, aquel que se encuentra en la confluencia del arroyo Lauffenbach en el Rur. Estamos seguros de que te pasarás un buen rato en el puente, donde, además de sacarte un montón de fotos, disfrutarás del perfecto conjunto que forman las casas de entramado, la casa Roja, las ruinas de la torre y el Rur fluyendo bajo tus pies.
Cuando decidas despegarte de la barandilla del puente, verás la iglesia evangélica de finales del s. XVIII, con un cisne coronando su torre en referencia a Martin Lutero, y la escultura de un vendedor ambulante conocido como Maaßens Päulche.
– A muy pocos pasos se encuentra el Markt, mercado, donde hay otro puente con vistas preciosas a una hilera de casas de entramado. En esta plaza se encuentra la iglesia católica de la Inmaculada Concepción, construida en el s. XVIII y adosada a un monasterio.
También se encuentra aquí la casa de la navidad, donde puedes comprar artículos navideños todo el año. Si eres un amante de esta época del año, igual te interesa visitar Monschau durante los fines de semana de adviento, cuando se organiza un bonito mercado de navidad en su casco histórico. Eso sí, no esperes estar solo, pues es bastante conocido en la zona. Si te interesa, puedes leer Alemania en adviento ¿Dónde encontrar los mejores mercados de navidad?
Frente a la tienda hay una pequeña fuente que recuerda la actividad que hizo florecer a Monschau en el s. XVIII, la producción de telas.
Detrás del monasterio, hay un pequeño museo gratuito que es especialmente interesante para los amantes de la fotografía, el Foro de fotografía de la región de la ciudad de Aquisgrán, antes conocido como Kuk. Aquí puedes ver exposiciones temporales de grandes fotógrafos. Y, justo al lado, hay baños públicos gratuitos.
Otra calle que debes de recorrer es la de la ciudad, Stadtstrasse, con bonitas casas de entramado y pizarra y tiendas interesantes.
Los edificios históricos mas significativos son:
– El castillo de Monschau está situado en un promontorio sobre la ciudad. Fue construido probablemente a principios del siglo XIII y ampliado a mediados del s. XIV. La fortaleza fue sitiada en 1543 por el emperador Carlos V, que logró tomar el castillo y la ciudad. A principios del s. XIX, fue comprado por un particular, que le quitó el techo para evitar el impuesto de construcción. Con el tiempo, el castillo acabó en ruinas, pero fue reparado a principios de siglo XX y, tras la Primera Guerra Mundial, funciona como albergue juvenil. En 1971 fue empaquetado por el artista Christo.
En verano, en el patio del castillo, se organiza el Festival de Monschau, donde hay conciertos y ópera.
– La Casa Roja, Rotes Haus, que vas a descubrir fácilmente gracias al color de su fachada, que no es difícil de adivinar que es el rojo. Además, tiene una posición privilegiada, en la confluencia del Laufenbach y el Rur, donde destaca entre las casas de entramado de baja altura que la rodean.
No tienes que quedarte sólo con su exterior, pues es un museo. Y es que esta era la casa de la familia de fabricantes de telas Scheibler. Uno de ellos, Johann Heinrich Scheible, fue el que logró llevar la industria textil de Monschau a su apogeo en el s. XVIII, ya que convirtió la tela de Monschau en un artículo de alta calidad y lo comercializó en toda Europa. Gracias a esto, logró reunir una fortuna que le permitió construir la casa Roja hacia 1760.
Esta no era sólo la residencia de la familia, sino que también funcionaba como fábrica. Hoy puedes visitar la parte donde vivía la familia, lujosamente amueblada, e imaginarte cómo era su vida en aquellos tiempos. En la parte que funcionaba como lugar de trabajo puedes aprender sobre la elaborada fabricación de las telas de Monschau.
Lo más destacado del interior es la magnífica escalera de madera que conduce a las plantas superiores. En ella están representados las diferentes etapas de la producción de telas.
El museo abre del 1 de abril al 30 de noviembre, de 10:00 a 13:00 y de 14:00 a 17:00. Cierra los lunes.
– Otra casa que también pertenecía a productores de tela, es la casa Troistorff, de la segunda mitad del siglo XVIII. Hoy día alberga la sala de bodas.
Además, es posible disfrutar de las vistas aéreas de Monschau sin necesidad de tener un dron, puesto que existen varios miradores alrededor del centro.
– Puedes subir al castillo, aunque tenemos que admitir que las vistas desde aquí son las que menos nos gustaron. Desde aquí verás las ruinas del Haller, que no se sabe con certeza si era una torre de vigilancia o los restos de un castillo más antiguo.
Subiendo, o bajando del castillo, puedes ver la Iglesia del Nacimiento de Santa María, construida en el s. XVII.
– Otra manera es ir al mirador que se encuentra frente a la iglesia evangelista y la casa Roja. Esta es una manera fácil de disfrutar de unas preciosas vistas panorámicas de Monschau, puesto que el camino es sencillo.
– La vista que más nos gustó fue la que se obtiene desde el paseo panorámico, Langer Pfad, y que pasa por varios miradores, incluidas las ruinas de Haller. Aunque hay que subir bastantes escalones, el esfuerzo merece la pena.
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Aunque conozco muy bien este pueblo, no recuerdo si he entrado alguna vez en la casa roja🙈.
La visita en Adviento merece la pena, pero es importante mencionar que solo abre los fines de semana. Y no, no esperes estar solo, aunque si vas por la mañana no hay tanta gente todavía.
¡Gracias por la entrada! 😊
La verdad es que no recuerdo estar sola en casi ningún mercado de navidad… Y gracias por la información 🙂
precioso, conozco el pueblo pero después de leer el reportaje tengo que volver. Las fotos geniales.
!En navidad siempre es buena idea!