Ruta por la Costa Turquesa: qué ver en 10 días

Playas maravillosas de aguas cristalinas y ruinas antiguas son los elementos que caracterizan a la Costa Turquesa. Tras 10 días recorriéndola, no dudamos en recomendarte que la visites. ¿Nos acompañas a descubrir nuestra ruta por la Costa Turquesa?

Collage de 8 fotos sobre ruta por la costa turquesa

La Costa Turquesa, también conocida como la Riviera Turca, se extiende por el sur y el oeste de Turquía desde Çesme hasta un poco más allá de Alanya. Como nuestra anterior vez en Turquía ya habíamos visitado Bodrum y Selçuk, donde se encuentra Éfeso, esta vez nos centramos en hacer una ruta por la costa turquesa que fuera de Antalya a Dalyan.

Pues bien, durante 10 días recorrimos la costa mediterránea de Turquía, descubriendo pueblos y ciudades rodeados de acantilados cubiertos de pinos y con calas escondidas en forma de herradura. Además, visitamos alguna de las muchas islas que salpican ese mar color turquesa que tiene de fondo los montes Tauro. Tras el viaje, entendimos porqué los licios eligieron esta zona para asentarse.

Y como fuimos en febrero, es decir, en plena temporada baja, pudimos explorar sus ciudades antiguas y sus playas completamente solos. Te contamos más en viajar a la Riviera Turca en febrero.

Así, ha llegado la hora de contarte nuestra ruta por la costa turquesa en detalle. 

Consejos para organizar una ruta por la costa turquesa

– Si vas a ir pocos días, te recomendamos centrarte en la zona entre Antalya y Dalyan, que es donde están las mejores playas y muchas ciudades antiguas. Sin embargo, si lo tuyo son las piedras, entonces igual te interesa ir algo más lejos para incluir Éfeso

– A la hora de calcular tu recorrido, ten en cuenta que los viajes suelen durar más que lo que indica Google maps. 

– Te recomendamos que en tu ruta por la costa turquesa hagas alguna excursión en barco. Así, podrás bañarte en bonitas calas y disfrutar de las vistas desde otra perspectiva. Nosotros contratamos esta excursión de día por los alrededores de la isla de Kekova.

– Muchos de los museos y ciudades antiguas están incluidos en los museum Pass The Aegean y Mediterranean. Como no siempre es fácil encontrar los precios y horarios actualizados de las atracciones turcas, te recomendamos descargarte la Turkey museum app o visitar esta página oficial de los museos de Turquía, donde está también el precio de los pases museo. 

– Aunque alquilar un coche te da mucha libertad y es la mejor manera de descubrir la costa turquesa, no te olvides de llevar calzado cómodo para poder hacer alguna parte de la Ruta Licia, que, con más de 500 km, es una de las rutas de largo recorrida más bonitas del mundo. No te preocupes, no tienes que hacerla entera, siempre puedes hacer alguno de sus tramos más conocidos. 

Por cierto, te damos mas información para viajar a Turquía por libre en nuestro post sobre consejos

Nuestra ruta por la costa turquesa de 10 días

Lo primero, el viaje fue del 12 al 21 de febrero de 2025 y el vuelo fue Colonia-Antalya/Antalya-Colonia. Aparte, alquilamos un coche a través de Rentalcars con Avec los primeros 9 días del viaje. 

Por otro lado, en nuestro blog encontrarás más información sobre cada destino, ya que aquí sólo resumimos qué hicimos cada día de la ruta. De este modo, te puedes hacer una idea del tiempo que necesitas o de lo interesante que es cada parada.

Para más información, puedes leer qué ver en Antalya y alrededores.

a 1: Llegada a Antalya

Día 2: Ruinas de Termeso y Perge y cascadas.

Día 3: Fáselide, Limira y Demre. Llegada a Kas

Día 4Excursión en barco por la isla de Kekova.

Día 5: Kas, Kaputas, Janto y Kalkan

a 6: Cañón Saklikent, Letoon y Patara

Día 7: Valle de las Mariposas, Kayäkoy, Ölüdeniz y Fethiye

Día 8: Tumba de Amintas y Dalyan

Día 9: Ciudad antigua de Olimpo y Monte Quimera

Día 10: Antalya y regreso a casa

Día 1: Llegada a Antalya

Aterrizamos en el aeropuerto de Antalya sobre las 21:15 y, al estar casi vacío, enseguida pasamos el control de pasaportes.

Recogida del coche de alquiler

Nuestro vuelo llegó a la T2 del aeropuerto, lo que fue un pequeño problema, porque la T1 y la T2 están separadas por casi kilómetro y medio y no hay lanzaderas. De este modo, o vas andando o coges un taxi.

Y ¿por qué fue un problema? porque teníamos que recoger nuestro coche de alquiler y la oficina de Avec de la T2 estaba cerrada. De hecho, sólo un par de oficinas de alquiler estaban abiertas en la T1, Enterprise y Alamo. Sin embargo, la mayoría tenía un teléfono que podías usar para ponerte en contacto con ellos y que te pasaran a buscar. Como el de Avec no funcionaba, tuvimos que ir a información para que nos dejaran llamar.

A ver, también podíamos habernos puesto en contacto con ellos usando whatsapp, pero no se nos ocurrió. Por cierto, esta vez para tener internet en Turquía compramos una eSim a través de Civitatis, que nos funcionó perfectamente.

A partir de ahí todo fue perfecto, nos pasaron a buscar y enseguida nos dieron el coche que habíamos reservado.

Por cierto, aprovechamos para sacar algo de dinero en uno de los cajeros del aeropuerto. Y es que, aunque suelen aceptar tarjeta en la mayoría de los sitios, siempre hay excepciones.

Llegada a Antalya

Ya con el coche, nos fuimos al hotel Grand Güllük, que está muy cerca de la parte antigua, tiene un buen buffet de desayuno, así como aparcamiento, sauna y baño turco gratuito. Este alojamiento, al igual que todos los demás del viaje, lo reservamos a través de Booking.

Por otro lado, el trayecto hasta el hotel fue un poco estresante, porque, aunque conducir por Turquía es muy seguro, había bastante tráfico y los conductores son algo más agresivos que en España o Alemania.

Al llegar, nos fuimos a cenar a un restaurante junto al hotel, el Çömlekçi Restaurant, donde cenamos realmente bien y el camarero fue muy amable. De hecho, le regalaron hasta un batido de chocolate a nuestra hija.

Día 2 de nuestra ruta por la costa turquesa: ruinas y cascadas

Ciudad antigua de Termeso

Desayunamos en el hotel y salimos temprano a la ciudad antigua de Termeso, que está a unos 40 km de Antalya y donde llegamos sobre las 9:30. El camino para llegar estuvo muy bien y sólo el tramo que va desde la oficina de entrada al aparcamiento fue estrecho y empinado. De hecho, tardamos unos 15 min en hacer esos 9 km.

Sea como fuere, la visita a Termeso nos encantó, pues fue como dar un paseo por un monte donde hay ruinas esparcidas. Así, no hay casi información sobre lo que ves, pero el encanto de su localización y el no estar muy excavadas la hace muy especial. Además, lo más destacable es su teatro, que se encuentra en la ladera de la montaña.

Nosotros estuvimos unas dos horas y no llegamos a su punto más alto, pues íbamos con una niña de 5 años y hacía frío, unos 0º, y muchísimo viento. Y es que el límite de hasta donde llegar lo pones tú y tus ganas de explorar. Por cierto, no vimos a nadie más.

Te contamos más sobre esta ciudad antigua en qué ver en Antalya y alrededores.

Cascadas Kurşunlu

Nuestra siguiente parada fueron estas cascadas que están a unos 20 km del centro de Antalya y a unos 45 km de las ruinas de Termeso. Así, tardamos algo más de una hora en llegar, pero por el camino vimos una cabeza enorme de Atatürk tallada en una colina y paramos en un mirador para ver lo grande que es Antalya.

Al llegar, aparcamos de manera gratuita junto a la entrada y para entrar pagamos 75LT por persona. Eso sí, los menores de 6 años no pagan nunca.

Las cascadas, que son dos, se encuentran en una reserva natural y hay un camino que une ambas y que se recorre muy fácilmente. Cuando nosotros fuimos, no había mucha gente. De hecho, sólo vimos un par de parejas y una familia paseando, 

Por otro lado, nosotros estuvimos unas dos horas y media, en las que hicimos el recorrido marcado, nuestra hija jugó en los columpios que hay y aprovechamos para comer. Y es que hay un par de lugares donde puedes tomar algo.

Sin embargo, al ser temporada baja, el local más original, una pequeña cafetería junto a una de las cascadas, no ofrecía más que café y té (normalmente tienen creppes y sandwiches), por lo que nos sentamos en el que está junto a la entrada. Aquí tienen zumos y también sirven platos de carne y comida rápida. Nosotros pedimos un par de Gözleme y nos sentamos en la terraza donde había una chimenea encendida.

Ciudad antigua de Perge

A sólo 10 km de las cascadas están las ruinas de la ciudad antigua de Perge, que fue nuestra siguiente visita.

Tras aparcar de manera gratuita junto a la entrada, paseamos una hora y media entre sus piedras. Por cierto, muy cerca hay unos columpios que recrean la columnata de esta ciudad antigua.

Cascadas Duden

Y de aquí nos dirigimos a nuestra última parada del día, unas cascadas que caen directamente al mar. Para llegar, tuvimos que atravesar el tráfico denso de Antalya y, aunque están a unos 18 km de Perge, tardamos casi una hora.

La verdad es que el lugar nos gustó bastante y, como hacía menos frío que por la mañana, estuvimos un rato en el parque que hay. Además, había unos columpios bastante interesantes para los niños y nos pareció que en temporada alta este es un lugar bastante popular, pues había muchas terrazas, un pub y hasta una pequeña tirolina sobre el río.

Nosotros nos lo tomamos con calma, pero esta parada puede ser muy rápida.

Por último, cenamos en el puerto de Antalya, donde no había nadie y muchos restaurantes estaban cerrados. Sin embargo, el Yelken estaba abierto y nos ofrecieron una bandeja de distintos pescados frescos a elegir. Al final, nos tomamos una dorada a la plancha que estaba muy rica. Además, fueron muy simpáticos y pusieron dibujos animados para nuestra hija.

Día 3: Fasélide, Demre y llegada a Kas

Ciudad antigua de Fasélide

Tras desayunar, nos dirigimos a la ciudad antigua de Fasélide, que está a unos 60 km de Antalya y a donde llegamos a las 10:00 de la mañana.

Aparcamos de manera gratuita junto a los arcos de la ciudad antigua y comenzamos a pasear por ella. Como es pequeña, no tardamos mucho en recorrer sus ruinas, que están rodeadas de árboles y acaban en una pequeña playa, donde nos quedamos un rato. De hecho, no hacía mucho frío y la pequeña estuvo un rato jugando en la orilla. Por eso, si vas con buen tiempo, calcula algo de tiempo para bañarte.

Aunque esta parada nos gustó bastante, creemos que 10€, que es lo que nos costó la entrada, es excesivo. Además, también nos pareció bastante caro el pequeño puesto que vendía souvenirs, bebidas y chocolatinas.

Ciudad Antigua de Limira

Y llegamos a la que fue la visita más surrealista de nuestra ruta por la costa turquesa: la ciudad antigua de Limira, que está a unos 50 km de Fasélide.

Para empezar, fuimos porque habíamos visto unas fotos muy bonitas de unas ruinas bajo un río. Y sí, eran reales, pero justo esa zona, el ágora, estaba acordonada. 

Pues bien, cuando llegamos no había nadie en la entrada, por lo que no tuvimos que pagar los 3€. Sin embargo, al mismo tiempo que nosotros llegó un camión con unas 4 mujeres y 4 niños que no paraban de mirarnos. Estos se bajaron y entraron corriendo y gritando a las ruinas. Una de las mujeres llevaba una cesta y otra un cuchillo muy grande. 

Por fin, tras mirarnos un rato, nos preguntaron algo en turco. Por supuesto, ni idea de lo que decían, hasta que señalaron a la niña y, al final, entendimos que querían saber su nombre.

Bueno, la del cuchillo y otra entraron en la zona acordonada y empezaron a cortar hierbas y a tirar piedras al agua. Tras un rato, un hombre se acercó a ellas y les grito algo, estas les contestaron, cogieron su cuchillo y sus hierbas y se fueron gritando a buscar a las otras. Y ahí nos quedamos nosotros, paseando un poco más por las ruinas que, aunque son grandes, no tienen mucho que ver, ni tampoco muchos paneles informativos.

Demre

Nuestro siguiente objetivo era Demre, pero teníamos hambre y estábamos muy cerca de Finike, por lo que comimos en Kunefeh Dünyasi, un local especializado en nuestro postre favorito. De este modo, hicimos un almuerzo poco saludable, kadayfi, kunefeh y dondurma. Si no sabes de lo que te hablo, necesitas leer qué comer en Turquía.

Sitio arqueológico de Mira

Al llegar a las ruinas de Mira, un señor nos indicó el aparcamiento, pero en realidad era su casa, donde había naranjos, gallinas y un cartel que decía free parking. Así, enseguida nos hizo saber que hacía un zumo de naranja y un café turco riquísimos. Tras decirle que a la vuelta nos sentábamos, fuimos a Mira, que estaba a pocos metros, junto al aparcamiento de verdad.

A ver, esta visita nos gustó mucho, pues hay un teatro bien conservado y unas tumbas en la pared que son impresionantes. Sin embargo, su precio, 13€, nos pareció excesivo, pero vamos, que en Turquía se pasan con los precios de las entradas es evidente.

Por otro lado, la visita es muy rápida. De este modo, tras 30 min ya estábamos charlando con el dueño de la casa y ayudando a nuestro sistema inmune con un zumo de naranja, que, fuera bromas, estaba buenísimo. Además, al final, por no tirar lo que le había sobrado, acabamos bebiendo como 5 vasos por unos 3€.

Iglesia de San Nicolás

De aquí fuimos a Demre, donde aparcamos en el centro sin problemas, y nos dirigimos a otra visita que nos pareció un robo y que, por lo tanto, no podemos recomendar. Nosotros entramos, porque, al final, lo caro es llegar, pero en este caso nos costó decidirnos.

Así, nos referimos a la iglesia de San Nicolás de Mira, cuya entrada nos costó 17€. Además, no había carteles informativos dentro, sólo señales en los puntos en los que había audio-guía, que, por supuesto, se cogía aparte. De este modo, nos tuvimos que imaginar cuál fue el sarcófago del santo por la cantidad de peticiones que había a su alrededor. Aparte, la iglesia es muy bonita y conserva frescos en su interior.

Suponemos que el hecho de que este sea el santo que inspiró Papá Noel, le ha dado bastante popularidad. Además, ellos explotan este dato y vas a ver mucho souvenir con temática navideña. 

Por cierto, tanto Mira como esta iglesia están incluidas en la tarjeta Mediterranean.

Atardecer en Kas

Llegamos a Kas casi al atardecer, por lo que, tras dejar las maletas en el Old Town Hotel, un alojamiento que nos encantó, fuimos al anfiteatro, que es un sitio muy popular para ver la puesta de sol.

Después, fuimos a pasear por el centro, donde había decoraciones algo horteras por ser San Valentín, y cenamos en Kas Gülsen, un restaurante que nos pareció que tenía muy buena relación calidad/precio. Eso sí, muchos locales estaban cerrados por ser temporada baja.

Día 4 de nuestra ruta por la costa turquesa: excursión en barco por Kekova

Antes del viaje habíamos leído que una excursión imprescindible en una ruta por la costa turquesa era la de la isla de Kekova. Por eso, nos pusimos a buscar opciones para hacerla en temporada baja y, la verdad, no vimos muchas. De hecho, sólo encontramos esta a través de GetYourGuide: excursión de día por los alrededores de la isla de Kekova

Por si te sirve de ayuda, los precios que vimos una vez allí en las pocas agencias abiertas eran: excursión a Kekova de 1,5 horas: 3500 LT (92€); 3,5 horas: 6000 LT (158€), y día completo: 10.000 LT(263€). Estos precios eran por barco, no por persona, y el cambio a euros dependerá de cuándo viajes.

Bueno, pues tras desayunar en la terraza del hotel con vistas al mar, comenzó nuestro día en barco. Así, la experiencia fue muy buena y tuvimos el barco para nosotros solosAdemás, la pequeña se lo pasó estupendamente, porque el capitán le dejó subir el ancla y llevar el timón. Además, la comida estuvo riquísima y fue dorada a la brasa con arroz, patatas, ensalada y verduras. Y, por supuesto, no faltó un té turco que nos supo a gloria en medio de una cala en pleno febrero. 

Durante la excursión, hicimos varias paradas, vimos los restos de la ciudad sumergida de Kekova y estuvimos una hora en Kaleköy, donde subimos al castillo de Simena. Eso sí, no fuimos lo suficientemente valientes como para darnos un chapuzón.

Kaleköy: visita al castillo de Simena

Al ser temporada baja, nos encontramos Kaleköy vacío con algunas señoras charlando junto al mar y todas las cafeterías cerradas. Además, al llegar a las ruinas del castillo de Simena, el hombre de la entrada se tocó la cabeza un par de veces como para que no entrásemos. Sin embargo, como no entendimos nada, nos dejó pasar sin pagar. De todas formas, costaba 4€ en febrero 2025 y su horario era de 8:00 a 20:00 y hasta las 17:00 de noviembre a marzo.

Al final, lo que ocurría es que estaban cambiando la antigua escalera por una moderna y había varios hombres lanzando trozos de madera hacia abajo, mientras que algunas mujeres preparaban té o café en un hornillo. Sin embargo, no fue ningún problema y, al llegar, los hombres empezaron a charlar animadamente con nosotros.

Aparte, del castillo no queda mucho, pero las vistas desde aquí son espectaculares.

Antes de subir de nuevo al barco, fuimos en busca del sarcófago licio que está dentro del agua.

Tras la excursión, vimos atardecer en la playa grande de guijarros de Kas, donde estaban todos los bares cerrados, pero había algún que otro grupo de gente. Sin embargo, diríamos que había casi la misma cantidad de personas, que de gatos y perros.

Para cenar, fuimos a un restaurante que nos gustó mucho, Ehlikeyf Meyhanesi, que tiene cerca del servicio una tumba excavada en la roca.

Día 5: Kas, Playa Kaputas, Janto y Kalkan

Visita a Kas

Y tras dos días durmiendo en Kas, tocó ir a explorarla de día. Así, vimos las pocas ruinas que quedan de la ciudad de Anthipellos y paseamos por las bonitas calles empinadas de su casco antiguo. Una de ellas termina en la tumba del rey, que es uno de los símbolos de la ciudad.

Al ser temporada baja, las tiendas estaban cerradas y no había nadie, sólo gatos, por lo que paseamos tranquilamente descubriendo sus distintos rincones. Además, bajamos al puerto y llegamos a la playa pequeña de guijarros, que está muy cerca del centro y tiene un nombre que la define bien, pues es pequeña y de guijarros. 

Te contamos más sobre esta localidad en qué ver en Kas y sus alrededores.

Playa de Kaputas

Tras el paseo, fuimos a la playa de Kaputas, que está a unos 20 km de Kas. El camino hasta allí fue muy bonito, ya que íbamos junto al mar y pasamos por otras playas, como la de Akcagerme o la de Seyrek. Además, vimos varios beach restaurants, pero sólo uno logró llamar nuestra atención: el que imitaba la famosa escultura «Ven a la luz» de Tulum.

Dato importante: la playa de Kaputas tiene un aparcamiento pequeño, por lo que imaginamos que haya problemas para aparcar en verano. De este modo, igual es buena idea acercarse a ella en dolmus. 

Además, antes de bajar aprovecha para mirarla desde arriba, ya que esta es su mejor perspectiva. De hecho, cuando fuimos la playa estaba vacía, pero había varias familias sacando fotos.

Como el tiempo era bastante bueno, bajamos a la playa tras pagar 50LT por persona. Sin embargo, al volver a Kas sobre las 18:00, pasamos por Kaputas y no había nadie en la taquilla. Por lo tanto, suponemos que en algún momento la entrada es gratuita.

Al final, acabamos siendo unas 10 personas en la playa, de las cuales se bañaron 3. Eso sí, el restaurante estaba cerrado y sólo se podía comprar helados y café. No obstante, los servicios y los cambiadores podían usarse. 

Por cierto, los helados en Turquía nos parecieron bastante caros, quizás porque nos hemos acostumbrado a Alemania. Y es que un helado nos costó 150LT.

Visita a la ciudad antigua de Janto

De Kaputas fuimos a Janto, que estaba a unos 25 km y tiene unas ruinas licias incluidas en la Lista del Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Sin embargo, antes de visitarlas paramos en el pueblo de Kinik, que está al lado y que no tiene ningún interés, pero era la hora de comer. Así, acabamos en un local donde había que elegir entre los platos que ya estaban preparados, vamos, una especie de menú del día. De postre tomamos un té con baklaba en la cafetería de enfrente. 

La visita a las ruinas de Janto nos sorprendió, porque no estaban bien mantenidas y no había apenas paneles informativos, algo que no esperábamos de un lugar Unesco. Por otra parte, lo más destacable en ellas son la tumba del león, el monumento de las Harpías y la inscripción licia más larga que se conserva. Nosotros, tras una hora larga, dimos por finalizada la visita.

Kalkan, uno de los pueblos más bonitos para incluir en una ruta por la costa turquesa

Y terminamos la tarde en Kalkan, disfrutando del buen tiempo en su playa de piedras y paseando por su puerto y por las calles de su casco antiguo, donde abundan los rincones llenos de encanto y color.

Al igual que en el resto de lugares que visitamos en nuestra ruta por la costa turquesa, Kalkan también estaba en modo hibernación. Así, muchos locales estaban cerrados y en otros se estaban preparando para el buen tiempo barnizando sillas y pintando fachadas. 

Ese día, el atardecer nos pilló en uno de los miradores de Kas, el que llaman Kas photo Spot en Google Maps. Después, nos fuimos a cenar un buen plato de pescado fresco en Voyn Meyhane.

Día 6 de nuestra ruta por la costa turquesa: Cañón de Saklikent, ruinas de Letoon y Patara

Visita al cañón de Saklikent

Tras desayunar, salimos hacia el cañón de Saklikent, que está a unos 60 km de Kas y es una parada muy recomendable en una ruta por la costa turquesa, especialmente en verano. Y es que en los meses más fríos suele estar parcialmente cerrado debido a la cantidad de agua que lleva. En nuestro caso, estaban abiertos los primeros 300 m.

Así, cuando llegamos estaba todo como abandonado y vacío. A pesar de eso, tuvimos que pagar los 150 LT que costaba el aparcamiento y las 65 LT que cuesta la entrada de adulto. Es decir, no hacen oferta por temporada baja. Pero bueno, aunque nos tuvimos que parar en el punto en el que te tienes que descalzar y meterte en el agua para continuar, lo que vimos nos gustó mucho y comprendimos porqué es una visita muy popular. 

En conclusión: no te recomendamos venir en temporada baja y, si lo haces, no pagues y asómate al cañón desde la carretera. Por cierto, si vienes en verano y se te ha olvidado algo, no te preocupes, porque hay puestos alrededor que te venden de todo, como los zapatos de agua que te vendrán genial para caminar por el cañón.

Lo que sí estaba abierto era la cafetería que está muy cerca del cañón y que tiene una terraza muy colorida en el agua. Por lo que aprovechamos a tomarnos un té rodeados de gansos.

Visita a las ruinas de Letoon

A 27 km del cañón están las ruinas de Letoon, que forman parte del Patrimonio Mundial de la Unesco junto con las de Janto. En este caso, su elemento más destacable es el templo de Leto. Sin embargo, en nuestra opinión es una visita que puedes no incluir en tu ruta por la costa turquesa, especialmente si vas mal de tiempo.

Por otro lado, si vas, no necesitarás mucho tiempo para visitarlas, pues son bastante pequeñas. Así, nosotros estuvimos una media hora.

Patara: Piedras y playa paradisiaca

Y llegamos a Patara a la hora de comer. Por lo que nuestra primera parada fue el pueblo donde están las ruinas, Gelemis. Aquí comimos en Buse Gozleme Evi, que era uno de los pocos lugares que estaban abiertos. Aún así, quedamos muy satisfechos.

Visita a la ciudad antigua de Patara

La siguiente parada fue la ciudad antigua de Patara, que es muy grande, pero, si quieres, puedes recorrerla en poco tiempo, ya que su zona más representativa, teatro, Bouleuterion y calle principal, es pequeña. Eso sí, si te apetece, puedes perderte por sus caminos, que no están muy bien cuidados, e ir en busca de piedras. Nosotros, por ejemplo, llegamos hasta el faro. 

Playa de Patara

Y tras esta visita, nos fuimos a la playa, cuya entrada está incluida en el ticket. Sin embargo, las ruinas no terminan en ella, como en el caso de Fasélide u Olimpo, sino que hay que caminar un poco para llegar. Así, el aparcamiento para la ciudad antigua está a unos 10 min a pie de la playa y el teatro a unos 15 min. Sin embargo, nosotros fuimos directamente desde el faro caminando un rato por la arena. 

Dicho esto, la playa es enorme, tiene arena fina y es perfecta para quedarse todo un día. Lamentablemente, nosotros fuimos en febrero y hacía bastante viento, por lo que nos conformamos con sentarnos en la arena y escuchar el mar. 

Atardecer en las dunas de Patara

Otro lugar que no puedes perderte en Patara son sus dunas. Y allí fuimos a ver atardecer. La verdad es que no habíamos visto a casi nadie en todo el día, por lo que nos sorprendió ver un par de grupos allí. 

Esa noche cenamos en el Carpe Diem, cuya dueña fue muy maja, y dormimos en la pensión Eucalyptus, una casa con varias habitaciones sencillas y desayuno incluido. De hecho, aquí comimos unos huevos buenísimos en compañía de las gallinas que los habían puesto, pues andaban libres por el patio

Día 7: Valle de las mariposas, Kayaköy, Ölüdeniz y Fethiye

Valle de las mariposas en coche

Una de las playas más bonitas de la costa turquesa es la del Valle de las Mariposas, a la que sólo puedes acceder a pie o en barco. Sin embargo, puedes disfrutar de una preciosa perspectiva de esta desde la carretera. 

Así, esa mañana condujimos hasta el Valle de las Mariposas, que está a unos 55 km de Gelemis, por una carretera costera que nos regaló imágenes preciosas. Por eso, íbamos parando en cada mirador que había. Además, vimos algunos hoteles y restaurantes con localizaciones espectaculares, pero todo estaba cerrado. Por ejemplo, la localidad de Karaagac nos pareció perfecta para pasar un par de noches y olvidarse de todo. Asimismo, coincidimos con alguna que otra persona con mochila, que, supusimos, estaban recorriendo la Ruta Licia. 

Al llegar al mirador de la playa, había un pequeño puesto de café, pero también estaba cerrado. Por eso, tras disfrutar de las vistas, nos fuimos directamente a Kabak, donde hay otra playa preciosa. 

Sin embargo, creemos que no merece la pena ir en coche, a no ser que vayas a bajar, pues el trayecto se hace bastante largo y las vistas no son las mejores. De hecho, creemos que lo mejor es llegar por la Ruta Licia, aunque no sabemos cómo de fácil será la bajada.

Visita al pueblo fantasma de Kayaköy

Nuestro siguiente destino fue Kayaköy y para llegar, tuvimos que pasar por Ölüdeniz. Así, volvimos a parar en varios miradores que hay en la misma carretera. Al cruzar por esta ciudad que tanto gusta a los ingleses, vimos que estaba todo cerrado, incluso el teleférico a causa del viento que hacía. Además, no había nadie por la calle, sólo trabajadores poniendo a punto los negocios.

Enseguida llegamos al pueblo fantasma, ya que está a menos de 10 km de Ölüdeniz, y visitarlo nos costó 115 LT por persona. Una vez allí, puedes estar todo el tiempo que quieras, ya que puedes pasear libremente por todos sus edificios abandonados. Además, por él pasa la Ruta Licia, por lo que puedes seguirla y subir a alguna de las colinillas que hay en los alrededores. Por otro lado, sus lugares más emblemáticos son la iglesia y el castillo. Nosotros estuvimos una hora larga y nuestro único acompañante fue una cabra que andaba buscando comida.

Junto a la entrada está el restaurante Lebessos, que es un buen lugar para comer y para tomar un vino. Además, hemos leído que el desayuno es especialmente bueno. Como habíamos visto que en Ölüdeniz no había nada, nos quedamos a comer. El local es muy agradable y el dueño parece muy popular, ya que las paredes están llenas de fotos con gente que debe ser famosa en Turquía.

Visita a Ölüdeniz

Nuestra siguiente parada fue Ölüdeniz, donde aparcamos en una calle cercana a su extensa playa. Así que allá nos fuimos, a pasear por su arena, que no es muy fina y tiene bastantes piedrecillas.

Aunque el tiempo no era el mejor, llegamos hasta la Laguna Azul, donde sólo había un señor pescando. Sin embargo, había un Starbucks abierto. Así que nos sentamos un rato en su terraza privilegiada a disfrutar de las vistas del agua color turquesa. 

Y sí, el Starbucks de Ölüdeniz también es caro, pero venden té turco, que es lo que nosotros tomamos.

Llegada a Fethiye

Y después del té con vistas, nos fuimos a Fethiye, que estaba a unos 15 km. Aquí pasamos dos noches en el Nefis hotel que estaba a 5 min caminando de la tumba de Amintas.

Como todavía había luz, salimos a explorar la ciudad y acabamos en el gran mercado de Fethiye, donde compramos zumo de granada recién exprimido, unos orejones que estaban de miedo y algo de fruta. Y aunque nadie sabía inglés, ni nosotros turco, nos entendimos a base de gestos.

De aquí nos fuimos al puerto, donde estuvimos paseando entre barcos y vimos el sarcófago licio que está cerca del ayuntamiento. Tras caminar un rato por la parte antigua, cenamos en Pasa Firini, una cafetería/restaurante que nos encantó, pues fueron super amables, tenían una carta muy variada y aprovechamos a probar el vino de la zona. Además, de postre tomamos Kazandibi, que tiene como ingrediente pollo desmenuzado y está muy rico.

Te contamos mucho más sobre esta ciudad y sus alrededores en qué ver en Fethiye.

Día 8 de nuestra ruta por la costa turquesa: Fethiye y Dalian

Tumba de Amintas en Fethiye

Al estar nuestro hotel tan cerca de las tumba de Amintas, enseguida llegamos a nuestra primera visita del día.

A ver, lo primero, las tumbas en la roca se ven perfectamente sin necesidad de pagar entrada. Además, su interior está vacío. Por eso, si no quieres entrar o está cerrado, no te preocupes. Sin embargo, la entrada no es cara, nosotros pagamos 3€, y las vistas desde el punto más alto son muy bonitas. Aparte, la tumba principal es una maravilla y merece la pena verla de cerca.

Dicho esto, la visita es corta, pues el recinto es muy pequeño y es lo que hay.

Tras esta, nos acercamos a las ruinas del castillo de Fethiye y por el camino, vimos alguna que otra tumba más en la roca y la señal de la Ruta Licia, que también pasa por aquí. Sin embargo, no merece la pena ir, pues, por ahora, el castillo está cerrado y no puedes ni acercarte a ver las vistas. 

Así, al poco tiempo estábamos desayunando en la cafetería Köse Kahve, que está antes de la subida a las tumbas y tiene una mesa preciosa donde está representada la Ruta Licia. Sin duda, un buen lugar para tomar algo antes o después de visitar las tumbas.

Nuestra última visita de Fethiye antes de salir para Dalyan fue la extensa playa Calis, donde estuvimos un rato disfrutando de las vistas al mar.

Visita a Dalyan, un lugar que visitar en una ruta por la costa turquesa

Playa Iztuzu y DEKAMER

Dalyan está a unos 60 km de Fethiye, es decir, algo así como a una hora en coche, y, tras visitarla, te recomendamos incluirla en tu ruta por la costa turquesa. 

Al llegar, lo primero que hicimos fue ir a la playa de Iztuzu, que es larga y estrecha y es más conocida como playa tortuga, pues es uno de los principales lugares donde ponen sus huevos las tortugas Caretta caretta

Además, aquí está DEKAMER, un centro de investigación, rescate y rehabilitación de tortugas marinas que puedes visitar. De hecho, fue el lugar que más le gustó a nuestra hija del viaje. Y es que hay un pequeño museo donde te explican la vida de las tortugas, los peligros que corren y la actividad de la asociación, así como una sala con varias tortugas en periodo de recuperación, donde te cuentan, su edad, procedencia y porqué está allí. La visita es gratuita, pero puedes dejar un donativo. 

Tras ver el hospital, subimos al Iztuzu View Point. Para ello, aparcamos a un kilómetro del mirador y subimos a pie. Sin embargo, vimos un coche llegar hasta el mismo mirador. Eso sí, nosotros no lo hubiésemos hecho con nuestro coche de alquiler, pues el camino era de piedras y con muchos baches. 

No obstante, sí que te recomendamos subir, ya que las vistas de la playa desde aquí son impresionantes. Además, si puedes, un poco más arriba hay un radar con unas vistas algo mejores. Sin embargo, nosotros decidimos no ir con la pequeña.

Tumbas de los Reyes

De nuevo en el coche, fuimos a Dalyan, que es una pequeña localidad con numerosos locales para comer y beber y cientos de referencias a las tortugas. 

Tras tomar algo rápido, nos acercamos a las tumbas de los Reyes, que están excavadas en la roca. Mientras paseábamos junto al agua, uno de los dueños de un barco nos ofreció un viaje por el Estrecho de Dalyan por 500 LT media hora u 800 LT una hora. Como se estaba haciendo tarde y teníamos que volver a Fethiye, escogimos el de media hora. Así, dimos una pequeña vuelta pasando frente a las tumbas y disfrutando del paisaje.

Mercado del pescado en Fethiye

Esa noche cenamos en el mercado del pescado de Fethiye, donde puedes comprar lo que quieras en las pescaderías de la plaza y luego pagar una pequeña tarifa para que te lo cocinen en los restaurantes de alrededor, más las bebidas y los entrantes que pidas.

Aparte de que la comida estuvo muy rica, compramos dorada y calamares, el ambiente era genial, pues había muchas parejas y grupos de amigos charlando y bebiendo raki.

Antes de ir al hotel, dimos una vuelta por las calles del casco antiguo, donde había varios locales con música en directo y mucho ambiente. 

Día 9: Ciudad antigua de Olimpo y Monte Quimera

En el penúltimo día de nuestra ruta por la costa turquesa tocaba regresar a Antalya parando en Cyrali, donde está la antigua ciudad de Olimpo y el Monte Quimera.

Antigua ciudad de Olimpo

Así, tras 3 horas de viaje, una breve parada para desayunar cerca de Kas y unos paisajes preciosos, llegamos a las ruinas de Olimpo, donde no había nada abierto, más que un pequeño supermercado. Eso sí, el parking era de pago, 100 LT, y coincidimos con un par de grupos guiados.

Las ruinas son bastante grandes y acaban en la preciosa playa de Olimpo, lo que le da un encanto especial. Sin embargo, la visita tuvo un punto negativo, pues se encuentra dividida por un río y no hay puente para cruzarlo. Así, si quieres llegar al otro lado, que está peor mantenido pero tiene un encanto especial, tienes que atravesar por unas cuantas rocas bastante inestables. Y sí, nos mojamos los zapatos.

Al final, estuvimos algo más de una hora y media recorriéndola.

Monte Quimera

Tras esta visita, nos fuimos al monte Quimera, que está a unos 20 km. Para llegar, pasamos por Ciraly, donde paramos a comer en uno de los pocos restaurantes que vimos abiertos, el Lemon, donde comimos muy bien y fueron muy simpáticos.

Y enseguida llegamos al aparcamiento del monte, que es gratuito y está a un kilómetro del lugar donde se encuentran los fuegos eternos. Por otro lado, la entrada nos costó 75 LT por persona y, además, compramos marshmallows o malvaviscos con sus respectivos palos para ponerlos al fuego por 100 LT. 

A ver, la visita es muy curiosa y a nosotros nos encantó. Además, la pequeña se lo pasó en grande preparando los malvaviscos en un fuego que nadie había preparado. Eso sí, no te esperes unas hogueras enormes, pues son más bien fueguitos y hay más gatos que hogueras.

Y de aquí fuimos al aeropuerto de Antalya a devolver el coche de alquiler y, ya en tranvía, nos dirigimos al mismo hotel donde nos quedamos las dos primeras noches de nuestra ruta por la costa turquesa, el Grand Güllük.

Como estábamos muy cansados y hacía frío, optamos por comprar pilaf para llevar en Pilavci ayse. Este plato consiste en arroz con pollo desmenuzado y garbanzos. Además, nos metieron también encurtidos artesanales.

Día 10 de nuestra ruta por la costa turquesa: casco antiguo de Antalya 

El último día de nuestra ruta por la costa turquesa lo dedicamos a conocer el casco antiguo de Antalya.

Así, visitamos el museo de los derviches, entramos en varias mezquitas y paseamos por sus bazares y por las calles de su casco antiguo, donde destaca la Puerta de Adriano. Además, entramos de manera gratuita en el museo de Atatürk, nos asomamos a todos los miradores que encontramos y bajamos al puerto, donde visitamos el museo del juguete y descansamos un rato junto al faro.

Llegada la hora, tomamos un taxi al aeropuerto que nos costó 611 LT. Sin embargo, con algo menos de tráfico el precio suele estar entre 500-550 LT.

Por cierto, comimos muy bien en el restaurante Pastorale.

Te contamos mucho más sobre esta ciudad en qué ver en Antalya y alrededores.

Mapa de nuestra ruta por la Costa Turquesa

Aquí te dejamos un mapa con nuestra ruta por la Costa Turquesa.

Mapa con los lugares que visitamos en nuestra ruta por la Costa Turquesa

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2 comentarios en “Ruta por la Costa Turquesa: qué ver en 10 días”

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