Qué ver en Lübeck, la Reina de la Hansa

Lübeck es una preciosa ciudad en el norte de Alemania, que llegó a ser líder de la Liga Hanseática. Perderse por sus calles es retroceder a la Edad Media, gracias a sus encantadores patios y a sus maravillosos edificios de ladrillo. Además, no puedes irte sin probar su famoso mazapán. ¿Nos acompañas a descubrir qué ver en Lübeck?

Collage de 8 fotos sobre qué hacer en Lübeck

No tenemos ninguna duda al afirmar que Lübeck es una de las ciudades más bonitas de Alemania. Y no lo decimos porque lo hayamos leído en una guía, sino porque la ciudad nos enamoró nada más cruzamos la Puerta de Holsten. De eso hará ya más de 10 años y todavía hoy, cada vez que volvemos, nos sigue sorprendiendo.

Igual el nombre no te suena familiar, pero Lübeck fue líder de la importante Liga Hanseática y de ahí que la llamen Reina de la Hansa. Además, también es conocida como la Puerta hacia el Norte y la ciudad de las Siete Torres, pues su horizonte está marcado por las torres de la Catedral, por las de Santa María y por las de las iglesias de San pedro, San Egidio y Santiago.

Además, su importancia fue reconocida en 1987, cuando entró a formar parte del Patrimonio Mundial de la Unesco.

Déjanos que te contemos todo lo que tienes que ver en Lübeck, una ciudad que nos tiene completamente enamorados. Aparte, en viajar a Lübeck te contamos todo lo que necesitas saber para llegar hasta aquí y te explicamos su historia, sus productos más típicos y te hablamos de algunos restaurantes que nos encantan.

Qué ver en Lübeck

Todos los lugares que tienes que ver en Lübeck están en la parte antigua, que es relativamente pequeña. Esta se encuentra en una isla rodeada por los ríos Trave y Wackenitz.

Aunque lo mejor es perderse por sus calles, en este post te hemos preparado una ruta para que no te pierdas nada de esta bella ciudad de ladrillos. Y, como probablemente vas a llegar en tren, el paseo lo comenzaremos en la estación,

Aparte, si sois un grupo, igual os interesa reservar este tour privado por Lübeck con guía en español. Sin embargo, si te gusta descubrir las ciudades por libre, igual te llama la atención esta visita autoguiada con búsqueda del tesoro.

Puerta de Holsten o Holstentor

La estación central está a unos 10 minutos caminando de uno de los monumentos más conocidos de la ciudad, la puerta de Holsten o Holstentor, que es el símbolo de Lübeck y está representada en algunas monedas de dos euros alemanas. 

Para llegar a ella, tendrás que cruzar el puente de las muñecas, que fue el primer puente de piedra de la ciudad. Su nombre se lo debe a las esculturas que lo decoran.

Cuando lo cruces, verás una estampa muy bonita de Lübeck: la impresionante puerta de Holsten, que es uno de los antiguos accesos a la ciudad, junto a las casas que componen el antiguo almacén de sal y las torres de varias iglesias de ladrillo al fondo.

Viendo las fotos, no te imaginas el caos que hay alrededor de esta puerta. Y es que justo frente a ella hay una rotonda y, además, siempre hay muchísima gente.

Historia de la puerta de Holsten

La muralla de Lübeck empezó a construirse en el S. XIII y tenía cuatro puertas: Holstentor, el acceso a la ciudad por la parte oeste; la puerta del castillo o Burgtor, el acceso norte; la puerta del molino o Mühlentor, el acceso sur, y Hüxtertor, el acceso este. A día de hoy, sólo se conservan la Holstentor y la Burgtor. 

Con los años, la muralla fue mejorada y ampliada. Así, en la zona actual de la Holstentor se construyeron varias líneas de defensa. Puedes imaginarte como era gracias a las maquetas que hay entre el puente de las muñecas y la puerta Holsten. Y te aseguramos que te va a sorprender su tamaño, pues la puerta Holsten era sólo la segunda de un sistema que llegó a tener cuatro puertas.

La primera en ser construida fue la puerta más cercana a la ciudad. La segunda fue la de Holsten en el S. XV y la última se construyó a principios del S. XVII.

En el S. XIX, se fueron demoliendo las diferentes puertas del complejo, pues eran un obstáculo para el crecimiento de la ciudad. Y, aunque parezca difícil de creer, la puerta Holsten estuvo también a punto de ser demolida. Al final, se decidió, por un solo voto de diferencia, conservarla y restaurarla.

Su nombre se debe a su localización, pues se encontraba en el camino que conducía a Holstein. Y, si te fijas, verás que está algo inclinada, ya que se construyó sobre terreno fangoso y en el S. XV no se cimentó correctamente. 

A día de hoy, la puerta alberga el Museo de Historia de la Ciudad de Lübeck.

Almacén de sal, Speichersalz

Muy cerca de la Holstentor está el almacén de sal, que lo componen seis edificios de ladrillo construidos entre los S. XVI y XVIII. 

Como puedes imaginarte por su nombre, su función original era almacenar la sal proveniente de otra bella ciudad del norte de Alemania, Lüneburg, y de las salinas de Oldesloe. Esta era luego exportada desde Lübeck a los diferentes puertos del mar Báltico. 

Y es que la sal era muy importante para la conservación de la carne y el pescado, especialmente arenque, y su comercio fue una de las principales razones del poder y la riqueza de Lübeck y de la Liga Hanseática.

Alrededores del almacén de sal

Nuestro paseo continua por la calle an der Obertrave, que tiene unas vistas muy bonitas a ambos lados. Así, a la derecha está el almacén de sal y un parque, y a la izquierda ves las bellas fachadas de las casas y las torres de ladrillo asomando tras ellas.

Además, desde el puente Dankwarts tienes una vista espectacular de la ciudad y, muy cerca, hay un mirador, malerwinkel, desde donde obtienes una buena perspectiva del río, el puente y las torres de las iglesias de Santa María y San Pedro. Aunque, realmente, las vistas son muy bonitas desde toda esta zona.

A medida que llegas al final de la calle, verás imágenes de la vida cotidiana de sus habitantes. Así, hay ropa tendida a la orilla del río o gente sentada en grupos charlando animadamente.

Esta zona es muy tranquila y contrasta con lo animada que está siempre el área del almacén de sal y la puerta Holsten.

Al final de la calle, puedes tomar la kleiner Bauhof, que te llevará directamente a la catedral a través de un callejón con escaleras y desde donde tendrás una imagen muy bonita de esta.

Si viajas con niños, muy cerca de aquí, en el cruce con Effengrube, una calle adoquinada con casas bonitas, hay un parque con columpios.

Uno de los símbolos de Lübeck son sus patios y corredores o Hoffe und Gänge, es decir, pasillos estrechos que acaban en patios traseros perfectamente cuidados por la gente que vive allí. En el pasado llegó a haber unos 180 y, a día de hoy, quedarán unos 90. Muchos son de acceso libre, otros tienen un horario y algunos son privados. 

Patios y corredores de Lübeck

Como suele pasar, lo que ahora es admirado por los visitantes, porque le da a la ciudad un toque propio, en el pasado no era para nada encantador. 

Y es que este tipo de construcciones empezaron a aparecer en el S. XIV, cuando Lübeck se quedó sin espacio debido al gran desarrollo de la ciudad, porque, no te olvides, Lübeck era la Reina de la Hansa. 

Así, el área dentro de las murallas era insuficiente para toda la gente que quería vivir allí y llevó a que se encontrase una solución ingeniosa. De este modo, se abrieron corredores en los frontales de los edificios y se construyeron pequeñas viviendas, llamadas Bude. Estas se construían juntas y eran de uno o dos pisos y, a menudo, de una sola habitación. Además, al principio eran de madera, pero en el S. XVI, se obligó a reemplazarlas por edificios de ladrillo como medida de seguridad frente a los incendios. Asimismo, el corredor debía de ser lo suficientemente ancho como para que cupiera un ataúd.

Estas nuevas áreas residenciales se alquilaban a sirvientes, jornaleros o a pequeños artesanos. La gente vivía hacinada y las condiciones no eran las mejores. 

Con el tiempo, y para proteger a los más necesitados de los elevados alquileres de los corredores, los ciudadanos adinerados construyeron los patios. Estos eran más amplios que los corredores y a cambio de vivir allí, los fundadores pedían que se les tuviese presente en las oraciones. Querían asegurarse así, un buen sitio en el cielo.

Actualmente, estos patios y corredores siguen estando habitados y algunos de ellos siguen destinando a gente necesitada. Sin embargo, su aspecto es totalmente diferente al de la Edad Media, ya que están muy bien cuidados y al entrar en muchos de ellos sientes el contraste entre el ajetreo de la calle y la tranquilidad del patio.

Existen listas de cuáles son los mejores, pero nuestra recomendación es que entres en los que veas y te dejes sorprender por cada uno de ellos. Eso sí, ten en cuenta que allí vive gente, por lo que respeta las normas de visita. 

Pues bien, después de esta chapa, te diremos que, aunque los más famosos se encuentran en una zona de la que ya hablaremos, por estas calles hay varios corredores interesantes y, por ejemplo, en Hartengrube 36 se mantiene una vivienda muy pequeña.

Y tras callejear por esta zona descubriendo sus hermosos rincones, te recomendamos que vuelvas para atrás y tomes la calle Grosse Peters Grube, donde verás casas de casi todos los estilos arquitectónicos, es decir, góticas, renacentistas, barrocas y clasicistas. 

Iglesia de San Pedro o el mejor mirador que ver en Lübeck

Al final de la calle, está la iglesia de San Pedro, cuyos orígenes se remontan al S. XII, aunque su apariencia actual data del S. XV. Además, durante la II Guerra Mundial sufrió graves daños y no fue completamente restaurada hasta 1987. 

Sin embargo, el interior no se reconstruyó, por lo que su apariencia a día de hoy es muy sencillo. En él se exponen obras de arte y también hay una cafetería. 

A pesar de eso, te recomendamos entrar en San Pedro, ya que hay un maravilloso mirador en su torre a unos 50 m de altura. No te preocupes, no vas a tener que subir muchos escalones, pues hay un ascensor. 

Puedes encontrar toda la información sobre la visita en la página web de la iglesia de San Pedro, pero para que te hagas una idea, en enero 2025 el ticket cuesta 5€ para los adultos, 3€ para los estudiantes hasta los 27 años, 1€ para los menores entre 6 y 17 y es gratis para los menores de 6. 

Catedral de Lübeck

Alrededores de la catedral

Desde San Pedro puedes dirigirte hacia la Catedral. Para ello, cruzarás una zona moderna con muchas tiendas y supermercados y, tomando las calles Pferdemarkt y Parade, llegarás hasta ella a través de casas elegantes y palacios.

En la calle Parade está la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, que es del S. XIX y es la principal iglesia católica de Lübeck. Y es que las iglesias de la ciudad pasaron a ser protestantes tras la Reforma de 1531. De hecho, esta fue la primera iglesia parroquial católica tras la Reforma. 

En su interior hay un memorial a los mártires de Lübeck, que son un pastor luterano y tres sacerdotes católicos que pertenecían a esta iglesia. Estos fueron arrestados en 1942 por sus sermones en contra de la guerra y en el juicio fueron condenados a muerte por «traición, infiltración en el ejército, favoritismo hacia el enemigo y escucha de radios enemigas». En 1943, fueron decapitados en Hamburgo.

Muy cerca de la catedral está el arsenal o Zeughaus, un edificio de ladrillo del S. XVI que sigue el estilo del Renacimiento holandés y que ha tenido diversos usos.

Así, se construyó como granero y se utilizó como almacén de lana, además, como su nombre indica, también sirvió para guardar las armas de la ciudad. Durante la ocupación francesa, se usó como cuartel y, en el S. XX, como oficina de la policía. Además, durante la época nacionalsocialista, aquí estaba el cuartel general de la Gestapo y las celdas de interrogatorio estaban en el sótano. Es por esto que muy cerca se encuentra el memorial a las víctimas del Nacionalsocialismo.

Historia de la catedral

La catedral de Lübeck fue fundada en 1173 por Enrique el León, quien puso la primera piedra. Unos años más tarde, en 1247, la iglesia románica fue consagrada. Sin embargo, a mediados del S. XIII, se llevaron a cabo modificaciones que la convirtieron en una iglesia gótica. Finalmente, en 1341, alcanzó su aspecto actual. 

La catedral fue gravemente dañada durante los bombardeos de 1942, pero, por suerte, se salvaron varias zonas del interior. Su reconstrucción comenzó en 1947 y finalizó en 1982.

Qué ver en la catedral de Lübeck

El edificio mide unos 132 m de largo y cerca de su entrada verás la estatua de un león. Este indica que su fundador fue Enrique el León. 

Por cierto, esta es una de la cuatro catedrales alemanas que fundó y en todas ellas hay también una escultura similar: Ratzeburg en 1154, Schwerin en 1171 y Braunschweig en 1173.

Entrar en la catedral es gratis y merece la pena. Dentro destaca una gran cruz triunfal de unos 17 m de alto de Bernt Notke y un reloj bellamente decorado, ambos del S. XV. Además, el claustro medieval conecta con el museo de la Naturaleza y el Medio Ambiente y, desde la iglesia, puedes echar un vistazo y ver uno de los esqueletos del museo.

Información sobre los horarios de apertura de la catedral

Al salir, acércate a la otra puerta de la catedral, la del paraíso, y admira su decoración. Esta fue añadida al cuerpo románico de la catedral en el S. XIII y, tras la guerra tuvo que ser reconstruida.

Mühlenteich, o el mejor lugar para ver la catedral

Tomando una de las calles que salen de la catedral, Musterbahn o Fegefeuer, llegarás a la calle Mühlenstrasse y a sus continuaciónes, Mühlenbücke y Wallstrasse. Pues bien, esta recta te lleva al lugar donde estaba una de las cuatro puertas de entrada de la antigua muralla, la Mühlentor o puerta del molino

Y, aunque ya no queda nada de este sistema de defensa, por el camino verás sus maquetas. Y es que, al igual que en Holstentor, aquí hubo hasta cuatro puertas. Estas se demolieron entre finales del S. XVIII y mediados del S. XIX.

Al final de Wallstrasse puedes ver un búnker construido en 1936 usando como modelo una de las torres redondas de la puerta exterior. Sin embargo, no te recomendamos llegar hasta aquí.

Pero lo que sí te recomendamos es ir al Mühlenteich o estanque del molino, que está antes de cruzar el puente Mühlentor. Y es que desde aquí tienes unas vistas increíbles de la catedral reflejada en el agua. 

Como una imagen vale más que mil palabras, esta es la foto que sacamos.

Por cierto, si tienes tiempo y te apetece, desde aquí puedes tomar el camino que rodea el estanque y llegar a la torre del Kaiser, que son restos de la antigua fortificación. En nuestra opinión, no tienen mucho interés, pero el paseo alrededor del estanque es agradable. 

An der Mauer y alrededores

Tras disfrutar de las vistas y retrocediendo un poco, llegas a la calle an der Mauer, es decir, junto al muro. Y es que se encontraba pegada a la antigua muralla. Debido a su localización en la periferia y junto a las fortificaciones, no era una zona muy deseada para vivir y las casas que se construyeron eran modestas. 

Pues bien, aunque la muralla medieval fue demolida casi en su totalidad a mediados del S. XIX, en esta calle aun puedes observar unos restos muy curiosos, pues se encuentran adyacentes a casas de entramado del S. XVII.

Justo al lado hay unas piscinas naturales en el estanque Krähenteich. Por eso, si durante tu visita hace mucho calor, puedes venir aquí a darte un baño. Muy cerca hay unos columpios.

Además, esta zona que ver en Lübeck es una de nuestra favoritas de la ciudad, ya que pasear por estas calles empedradas, con sus casas bajas de ladrillo, nos transporta de alguna manera a la época medieval. 

Y ¿Te acuerdas de los corredores y patios de Lübeck? pues en esta zona y en las calles siguientes hay muchos muy bien conservados.

Museo de Santa Ana y sinagoga

Pasando por un arco de ladrillos, entras en la estrecha y adoquinada calle Duveken. Y, girando a la derecha, llegas al museo de Santa Ana, que se encuentra en el convento del mismo nombre. 

Este fue fundado a principios del S. XVI para alojar a las hijas solteras de los comerciantes de Lübeck y ha servido de asilo y penitenciaria. Desde 1915, es un museo donde puedes ver obras y tesoros provenientes de iglesias y casas de Lübeck, como el retablo de la catedral de Hans Memling. 

Justo al lado está la sinagoga Carlebach, la única conservada completamente en Schleswig-Holstein. Esta se construyó a finales del S. XIX y tras el pogromo de 1938 sirvió de gimnasio, guardería y vivienda. 

Y es que la sinagoga no fue incendiada esa noche gracias a su cercanía al museo de Santa Ana y al hecho de que iba a ser vendida a la ciudad de Lübeck, pero el interior sí fue destruido. Se reabrió oficialmente en 2021. 

Las vistas de la catedral desde esta calle son muy bonitas.

Iglesia de San Egidio y alrededores

Enseguida llegarás a la iglesia de San Egidio, que se encuentra en el centro del antiguo barrio de los artesanos.

Esta es la más pequeña de las iglesias del centro y su torre mide unos 86 m de altura. Fue mencionada por primera vez a comienzos del S. XIII, pero su estilo actual se debe al S. XIV. Además, ha sobrevivido a todas las batallas que han tenido lugar en la ciudad, incluidos los bombardeos de 1942.

La iglesia abre de martes a sábados de 10:00 a 16:00. 

Aquí puedes rodear la iglesia fijándote en las casas bajas de alrededor y en algún que otro corredor y mural. Después, puedes seguir por la calle Balauerfohr y sus continuaciones, donde hay varias cafeterías con estilo propio y edificios interesantes, cómo el Dornes Hof.

Enseguida llegarás a una zona con ambiente estudiantil y un bonito edificio cubierto por hojas, el Johanneum, que es un instituto en los antiguos edificios del monasterio de San Juan. Al verlo, nos preguntamos si estudiar en un edificio tan hermoso sería un aliciente para los alumnos. 

Muy cerca está uno de los corredores más conocidos, el Rosen gang o corredor de las rosas.

Calles que ver en Lübeck alrededor del ayuntamiento

Y de aquí puedes dirigirte a otra de las zonas más bellas y conocidas de Lübeck, la zona del ayuntamiento. Para llegar puedes tomar alguna de las calles que vamos a decirte. Por cual ir, es un problema, pues todas merecen ser descubiertas.

 Wahmstrasse: donde está el conocido corredor Höveln Gang.

– Hüxstrasse: una calle comercial con tiendas interesantes y muchos restaurantes. Termina frente al ayuntamiento, en la esquina donde se encuentra la famosa tienda de mazapán Niederegger.

– Fleischhauerstrasse: que termina también frente al ayuntamiento. Su nombre, fleisch-carne, viene del hecho de que aquí estaban los carniceros y oficios relativos a la carne. En ella hay también muchas tiendas y restaurantes.

– Dr Julius- Leber strasse: desde aquí tienes unas muy buenas vistas a la iglesia de Santa María. Además, aquí está el patio Haasenhof, que fue fundado en el S. XVIII por la viuda del comerciante de vinos Johann Haase. Esta hizo construir 13 apartamentos para viudas y solteras y es el más joven de los patios de Lübeck. También está aquí la farmacia del León, uno de los edificios más antiguos de la ciudad. Durante la visita del emperador Carlos IV en 1375, se alojó aquí la emperatriz Isabel y funciona como farmacia desde 1812. 

 Hundestrasse: quizá la calle más bonita para nosotros, donde vivía antiguamente gente con poco dinero. Aquí hay varios corredores, como el Schornsteinfeger-Gang. Su nombre, Hunde-perro, puede venir de la cantidad de perros callejeros que había debido a las empresas de alimentación cercanas.

Glockengiesserstrasse

Esta calle es de visita obligada, pues tiene alguno de los patios y corredores más conocidos, como el Glandorpshof o el Füchtingshof. Ambos son bastantes conocidos, por lo que, seguramente, coincidirás con bastante gente. 

– El Glandorpshof es de principios del S. XVII y es el más antiguo de todos. Fue donado por el comerciante Johann Glandorp para ayudar a 14 viudas. 

– Por su parte, el Füchtingshof fue donado por el comerciante Johann Füchting para unas 20 viudas de banqueros y comerciantes y es uno de los más bonitos de la ciudad. 

Además, también está aquí la Casa de Günter Grass, el famoso escritor, pintor y escultor alemán que ganó el premio Nobel de literatura y vivió durante muchos años cerca de Lübeck. Su obra más conocida es El tambor de hojalata

El nombre de la calle, Glocken- campana, viene de que durante la Edad Media los campaneros vivían aquí. 

Esta calle acaba en la Iglesia de Santa Catalina, que perteneció al antiguo monasterio franciscano desde 1225 hasta la Reforma. La única iglesia monástica que se conserva en la ciudad es ahora una iglesia-museo. Su obra de arte más importante es un cuadro de Tintoretto, que es la única obra de este pintor en el norte de Europa. 

Muy cerca está la Casa de Willy Brandt, un museo gratuito que conmemora al político, canciller y ganador del Premio Nobel de la Paz nacido en Lübeck.

Todas estas calles llegan a la Königstrasse, una de las principales calles comerciales del centro de Lübeck. Y de allí continúan hasta la calle Breite, donde está el famoso ayuntamiento y la plaza del Mercado. 

Puedes obtener una vista curiosa de la Iglesia de Santa María desde la moderna calle Schrangen. 

Café Niederegger: el templo del mazapán

Antes de hablarte de la zona más llamativa que ver en Lübeck, aquella que no puedes perderte durante tu visita, vamos a hacer una pausa en el café Niederegger

Y es que si hay un producto que debes probar en Lübeck ese es el mazapán y este café el lugar más famoso para comprarlo. Imagínate que tiene hasta un pequeño museo de este dulce en su planta superior. Es verdad que hay más fabricantes, pero este es el más conocido en todo el país. 

Así, aquí puedes tomarte un café y acompañarlo con algún dulce hecho con este ingrediente o alguna de las numerosas tartas que tienen, visitar de manera gratuita el museo o comprar algún recuerdo en su tienda.

Y si decides no entrar, al menos échale un vistazo a su escaparate, que está decorado con auténticas maravillas hechas con mazapán. 

La cafetería abre de lunes a sábado de 9:00 a 18:00 y los domingos de 10:00 a 18:00.

Enfrente hay otra cafetería Niederegger, que tiene terraza en la plaza del mercado, Niederegger Arkaden café.

Además, la cafetería se encuentra frente a la escalera renacentista del increíble ayuntamiento, por lo que es el momento de visitar uno de los lugares que ver en Lübeck. Esto es, el conjunto del ayuntamiento, la plaza del mercado y la Iglesia de Santa María.

Ayuntamiento de Lübeck

El ayuntamiento de Lübeck es, simplemente, impresionante y estamos seguros de que te pasarás un buen rato admirándolo, tanto por el lado de la calle Breite como por el de la plaza del Mercado.

De hecho, es uno de los edificios más conocidos del estilo gótico de ladrillo y uno de los ayuntamientos medievales más grandes de Alemania. Así, su construcción comenzó en 1230, pero sufrió múltiples reformas y ampliaciones a lo largo de los años. De este modo, los diferentes estilos han ido dejando su impronta en las diferentes fachadas del edificio. 

Por otro lado, cuando observes el ayuntamiento desde la plaza del mercado, seguro que te llaman la atención los agujeros redondos en las paredes de la fachada. Pues bien, estos ayudan a reducir la presión del viento.

El ayuntamiento fue también el centro de la Liga Hanseática. Como te puedes imaginar, sus miembros tenían que reunirse regularmente para tratar temas importantes. Pues bien, estas reuniones eran conocidas como los días de la Hansa y muchas de ellas tuvieron lugar aquí, en el Salón Hanseático, que desapareció a principios del S. XIX. 

A día de hoy, el ayuntamiento sigue siendo la sede del alcalde y el lugar de reunión de los ciudadanos. En sus sótanos se encuentra el restaurante Ratskeller y puedes visitar su interior en una visita guiada. Según la información que hemos encontrado, estas tienen lugar a las 11:00, 12:00 y 15:00 entre semana y el fin de semana a las 12:00.

Para conocer más ayuntamientos increíbles del país, puedes leer los ayuntamientos más bonitos de Alemania.

Plaza del mercado

Esta es la plaza central de Lübeck y durante la Edad Media, este era el único lugar donde estaba permitido el comercio, llegando a haber unos 320 puestos en el S. XIII. 

Actualmente, su lado  más bonito es el que está enmarcado por el ayuntamiento, que tiene, justo detrás, la iglesia de Santa María, que corona la plaza con sus dos torres. Además, en su centro hay una reconstrucción del S. XX de un Kaak de estilo gótico, que es como se conocía a los edificios del mercado en Lübeck. 

Sin embargo, en el resto de la plaza y sus calles aledañas se notan los estragos de la II Guerra Mundial. De hecho, durante la reconstrucción de la ciudad, se redujo su tamaño.

Por otro lado, en la plaza hay varias cafeterías. En una de ellas, Maret, probamos un dulce de mazapán que estaba buenísimo. Tenían, además, una gran selección de tartas. Y, como estábamos en Lübeck, pedimos el café con sabor a mazapán, que nos gustó bastante. Al estar lloviendo, nos sentamos en el interior, pero si hace buen tiempo, puedes disfrutar desde la terraza de la preciosa vista a la plaza. Asimismo, merece la pena que eches un vistazo a su escaparate, donde vimos las iglesias que ver en Lübeck hechas en mazapán.

Iglesia de Santa María

Si hay una iglesia que tienes que ver en Lübeck, esta es la de Santa María. 

Su entrada se encuentra en el Marienkirchhof, donde verás la estatua de un pequeño diablo. Y es que, según la leyenda, este ayudó a construir la iglesia pensando que iba a ser una posada. 

El Marienkirchhof es, además, un bonito rincón rodeado de bellos edificios, como el ayuntamiento, las arcadas de la calle Breite y la Marienwerkhaus. Este último es el salón parroquial, que, aunque tuvo que ser demolido en 1903, se volvió a construir inmediatamente y fue uno de los pocos edificios que no fueron destruidos durante los bombardeos.

Historia de la iglesia de Santa María

Santa María comenzó a construirse a mediados del S. XIII, en el punto más alto del casco antiguo, en el distrito de los comerciantes. Y es que fueron ellos quienes la financiaron, mostrando así su poder en la Edad Media, pues esta iglesia es más alta que la propia catedral.

Y es que Santa María es una de las iglesias de ladrillo más grandes y está considerada la iglesia madre del gótico de ladrillo, sirviendo de modelo para muchas de las que se construyeron en la zona del mar Báltico. Además, alberga la bóveda de ladrillo más alta del mundo, con 38,5 m de altura, y sus torres miden unos 125 m. 

Durante la II Guerra Mundial, sufrió graves daños y su reconstrucción comenzó en 1947, durando doce años. 

Por otro lado, por esta iglesia han pasado grandes organistas y compositores, siendo los más conocidos, Buxtehude, Händel y Bach. Sin embargo, durante los bombardeos, se perdió el órgano de la iglesia.

Qué ver en el interior de la iglesia de Santa María

Visitar la iglesia de Santa María merece mucho la pena. Esta la puedes descubrir por libre o con un tour. El que más nos llamó la atención, pero que no pudimos hacer, fue el que va por los techos de la catedral. En su página web encontrarás la información actualizada sobre horarios, precios y las diferentes visitas guiadas.

Por otra parte, lo más destacable de la visita es:

– Los restos de las campanas que cayeron al derrumbarse las torres durante la II Guerra Mundial. Se encuentran en una capilla lateral como memorial contra la guerra y, la verdad, es que hacen reflexionar sobre la estupidez humana.

– Un reloj astronómico del S. XVI, que, a consecuencia de los bombardeos, tuvo que volverse a construir de manera más sencilla. Si estás a las 12:00 del mediodía en la iglesia, lo verás en funcionamiento.

– La capilla de la Danza de la Muerte. Antiguamente, aquí había una pintura de la Danza de la Muerte de Bernt Notke del S. XV, pero fue destruida durante el incendio. Actualmente, en la capilla donde estaba se han colocado vidrieras que muestran motivos y figuras de la antigua pintura.

– El precioso altar de Amberes de 1518.

– Los bellos frescos medievales que se encontraban bajo el yeso y que salieron a la luz tras el incendio de 1942

Queremos contarte una historia sobre estos frescos que parece sacada de una novela policiaca. Así, durante la restauración de las pinturas, el pintor Lothar Malskat creó sus propios frescos al estilo medieval en aquellas zonas en las que no había nada, sin decírselo a nadie, claro. Finalmente, la falsificación se descubrió en 1952 y las pinturas fueron borradas. Günter Grass habla sobre este hecho en uno de sus libros, die Rättin, La Ratesa.

Además, en la iglesia hay una leyenda que trata sobre un rosal y un ratón. Según esta, en 1200 había un rosal en las afueras de la iglesia, que, según se decía, mientras este floreciese, la ciudad sería libre. Una mañana, el rosal apareció completamente marchito debido a un ratón. Al poco de este suceso, Lübeck se rindió a los daneses. Al recuperar la libertad, se representó detrás del coro al ratón y al rosal, como recuerdo de que una desgracia puede venir de repente a consecuencia de un pequeño error. 

Puedes ver esta representación en la esquina del relieve de la Última Cena que se ve en la foto. Eso sí, el ratón está totalmente oscurecido, ya que la gente lo acaricia.

Iglesia de Santiago y Hospital del Espíritu Santo

Volviendo por la calle Breite, llegarás a la iglesia de Santiago. De camino, verás una escultura que recuerda el lugar donde pasó la infancia uno de los habitantes más celebres de Lübeck, el escritor y ganador del premio Nobel, Thomas Mann. Su casa fue destruida durante los bombardeos de 1942.

Iglesia de Santiago

Por su parte, la iglesia de Santiago fue consagrada en el S. XIV como la iglesia de los marineros y pescadores y no sufrió daños durante el bombardeo de 1942. Es fácil distinguir su torre de las del resto de la ciudad, al estar decorada con cuatro bolas añadidas en el S. XVII.

Por cierto, frente a la iglesia está el que es, seguramente, el restaurante más bonito de Lübeck, el Schiffergesellschaft, que se encuentra en el edificio del gremio de los marineros.

En viajar a Lübeck, te hablamos de otras opciones para comer en la ciudad.

Hospital del Espíritu Santo

Junto a esta, se encuentra el Hospital del Espíritu Santo, un bello edificio del S. XIII que es una de las instituciones sociales existentes más antiguas del mundo. Y es que, ya desde la Edad Media, aquí se atendía a los más desfavorecidos de la ciudad. 

Este fue fundado por los ricos comerciantes de Lübeck, que, además de ayudar, querían asegurarse su entrada al cielo. Estuvo en uso hasta 1970. A día de hoy, algunas partes funcionan como residencia de ancianos.

Entrar en él es muy recomendable. Así, podrás ver los frescos que lo decoran y los cubículos donde vivían sus residentes. Abre de martes a domingo de 10:00 a 17:00 y hasta las 16:00 en invierno. La entrada es gratuita.

Además, durante el Adviento se celebra en su interior un bonito mercado de navidad. Te contamos más sobre él en Lübeck en navidad.

Por cierto, si te gustan los mercados navideños, te recomendamos leer Alemania en adviento.

Burgtor o puerta del Castillo

Muy cerca está la puerta del castillo, que era la entrada norte de las antiguas murallas. Junto a la Holstentor, esta es la única puerta que se conserva, siendo esta la más antigua de las dos. Además, fue la única de las cuatro entradas que fue atacada y superada por los enemigos. Así, en 1806, los franceses entraron a Lübeck por aquí. 

Construida en 1444, era la primera de un sistema de tres. Si sales por ella, podrás ver las maquetas de las antiguas puertas derruidas. Se llama así, porque aquí se encontraba el castillo de Lübeck, que pasó a ser el monasterio dominicano de María Magdalena a comienzos del S. XIII. 

A sus lados está la antigua casa de aduanas y los establos, que formaban parte de las fortificaciones de Lübeck y que ahora funcionan como centro juvenil.

Entrando por la puerta de los establos, accederás a un patio donde hay un mirador con vistas al río Trave. Desde aquí, podrás observar el puerto y los barcos allí amarrados, muchos de ellos históricos.

Museo de la Hansa

Asimismo, aquí está también el monasterio del castillo, que se disolvió tras la Reforma de 1531 y se transformó en un asilo. Más tarde, en el S. XIX, funcionó como palacio de Justicia y en 2015, pasó a formar parte del Museo Hanseático Europeo.

Este museo es muy interesante y trata sobre la Liga de la Hansa, que dominó el comercio en el mar Báltico desde el S. XIV. Sin embargo, el descubrimiento de América y el desarrollo de la fuerza marítima holandesa e inglesa acabaron debilitándola. Así, a mediados del S. XVII, sólo Bremen, Lübeck y Hamburgo formaban parte de esta organización comercial, que, en su apogeo, llegó a tener unos 200 miembros. Aún hoy, la aerolínea nacional alemana se llama Lufthansa, La Hansa del aire.

Calles que ver en Lübeck alrededor del puerto

Nuestra ruta empieza a llegar a su fin, pero todavía queda por descubrir una parte preciosa que ver en Lübeck, donde hay elegantes edificios y casas patricias. Y es que aquí vivían los comerciantes y los ciudadanos ricos.

Estas calles conducen al rio Trave y al puerto, y en ellas descubrirás también corredores interesantes.

Engelswisch: donde está la entrada a otro de los corredores más conocidos, el Hellgrüner Gang, que conecta con el Dunkelgrüner Gang (corredores verde claro y oscuro). Este sistema de corredores sale a la calle Untertrave, que corre paralela al río. También puedes entrar desde Alsheide.

Engelsgrube: una calle preciosa cuyo nombre hace referencia al hecho de que los barcos ingleses atracaban en esta parte del puerto. En uno de sus extremos está la Iglesia de Santiago y en el otro la plaza Drehbrückendonde puedes descasar en sus escaleras con vistas al río. 

Esta calle que ver en Lübeck no se vio afectada por los bombardeos, por lo que muchos de sus edificios son históricos. Además, tiene muchísimo encanto. En cambio, muchas de las que hablaremos a continuación sí sufrieron daños. Lo notarás, pues en la zona próxima al ayuntamiento y a Santa María hay edificios modernos y sólo la zona baja mantiene edificios históricos.

Fischergrube: que se llama así por los pescadores que aquí vivían. 

Beckergrube: donde verás un bonito edificio que alberga la tienda de vinos H. F. von Melle, donde puedes comprar el vino Rotspon, del que te hablamos en el post viajar a Lübeck

Mengstrasse o la calle de los premios Nobel

La zona de la calle que está cercana al río nos encantó y las casas patricias nos recordaron la riqueza de sus antiguos habitantes.

Además, ¿Cuántas calles del mundo pueden presumir de haber sido la residencia de la familia de dos premios Nobel? No muchas, verdad. Pues en Mengstrasse vivió la familia de Thomas Mann y el padre de Willy Brandt. 

Asimismo, esta se hizo famosa gracias a la obra de Thomas Mann, Los Buddenbrook, por la cual el escritor ganó el premio Nobel. En ella cuenta la vida de una prospera familia de comerciantes de Lübeck del S. XIX, que vivía en una casa situada en Mengstrasse 4, que realmente fue la casa de la familia Mann. Actualmente, solo se conserva la fachada y aloja el centro Heinrich-Thomas Mann, donde se trata el famoso libro y la vida de la familia.

En la parte de la calle donde está la Iglesia de Santa María puedes ver los restos de la antigua capilla María am Stegel, que no fue reconstruida tras los bombardeos.

Y ya puedes volver al inicio de la ruta, la puerta de Holsten, pero hazlo por el otro lado del río para disfrutar de unas bonitas vistas de la ciudad.

Otras actividades para disfrutar de la ciudad de Lübeck

El río Trave, que rodea el casco antiguo, es navegable y desemboca en el mar Báltico, a unos 17 kilómetros de la ciudad, en el distrito de Travemünde. 

Así, una buena idea es hacer un viaje en barco por el Trave. De esta manera disfrutarás de la ciudad desde una perspectiva diferente. Además, el viaje viene con sorpresa.

Mapa con los lugares más interesantes que ver en Lübeck

En este mapa están indicados los lugares más interesantes que ver en Lübeck y para aquellos que no tengan mucho tiempo para descubrir la ciudad hemos marcado en negrita los que consideramos imprescindibles.

Mapa con las visitas más interesantes que hacer en Lübeck

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7 comentarios en “Qué ver en Lübeck, la Reina de la Hansa”

  1. ¡Qué pasada de ciudad! No me extraña que os enamorara, por lo que cuentas y las fotos, debe de ser una maravilla. ¡Estaría genial organizar una visita juntos! 🙂

  2. Que chula la ciudad, no la conocíamos. Este verano vamos a estar unos días (4) por esa zona, en principio nos quedaríamos en Hamburgo y pensábamos visitar Bremen y después de leer el post, igual Lübeck 🙃 ¿Alguna otra recomendación?

    1. Hola, ya nos alegramos que os haya gustado la ciudad. Lübeck es preciosa, pero Bremen también. Pero si nos tuviesemos que quedar con una, seguramente sería Lübeck. En unos días vamos a publicar un post sobre Schleswig Holstein, que igual os da más ideas, lo más interesante, bajo nuestro punto de vista es la costa oesta, con sus playas, sus islas y el Wattenmeer y uss mareas bajas (que llega hasta Bremen). Pero además, ciudades preciosas cerca de Hamburgo tenéis Lüneburg, que la visitamos este verano y nos encantó, y Wismar o Schwerin en las que todavía no hemos estado y os pillan un pelín más lejos. Y por supuesto Hamburgo, que también merece la pena, aunque es mucho más grande y la atmósfera es completamente diferente.

      1. Gracias por la info!! Estaremos atentos a ese post. Aun nos queda tiempo para el viaje pero estamos intentando cerrar ya la ruta y estamos con las típicas dudas que surgen cuando quieres ver todo pero tienes que elegir 😅

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