En este post os enseñamos la ciudad de Galway, donde visitamos la última gran catedral de piedra construida en Europa, nos perdimos por las calles adoquinadas del Barrio Latino, entramos en la Iglesia donde rezó Cristóbal Colón y aprendimos la romántica leyenda del anillo de Claddagh ¿Nos acompañas?
Nosotros visitamos Galway en dos días diferentes, un jueves a la tarde y un sábado por la mañana. El primer día nos llamó la atención el ambiente de sus calles y sus múltiples pubs y terrazas. El segundo, el encanto de sus calles y callejones, así como sus paseos a lo largo del rio Corrib, que cruza la ciudad hasta desembocar en la bahía de Galway.
En nuestra opinión, Galway puede verse en un día, e incluso en menos tiempo. Pero merece la pena pasar una tarde en ella para poder disfrutar de su ambiente.
Además, creemos que Galway es el lugar perfecto para quedarse unos días y conocer los alrededores. Si no se dispone de coche, desde Galway se organizan varios tours a distintos puntos de la isla.
– Excursión a los acantilados de Moher.
– Excursión a los acantilados de Moher e Inisheer.
– Excursión a Connemara y la abadía de Kylemore.
Índice
Historia de Galway
Galway es la capital del condado que lleva su nombre. Es la sexta ciudad más poblada de Irlanda y la cuarta de la República de Irlanda. Se encuentra atravesada por el río Corrib, que fluye desde el lago que lleva su nombre y, que habíamos visto el día anterior en nuestra ruta por Connemara, hasta la bahía de Galway. Este es uno de los ríos más cortos de Europa, pues recorre sólo seis kilómetros desde el lago hasta el océano Atlántico. El rio ayudó al desarrollo industrial de la ciudad, logrando que tuviera energía eléctrica antes que Londres. El nombre del rio Corrib en irlandés es Gaillimh, que quiere decir Galway. Y es este el que le dio nombre a la ciudad, pues el primer asentamiento en Galway se llamó Dún Bhun na Gaillimhe, o «el fuerte al final del Galway».
El rey de Connacht y rey supremo de Irlanda, Tairrdelbach Ua Conchobair, construyó aquí una fortificación a principios del s. XII, alrededor de la cual fue creciendo la ciudad. Durante la invasión normanda del s. XIII, Galway fue capturada por Richard Mor de Burgh, uno de los líderes de la invasión. Para protegerse de los clanes irlandeses la ciudad fue amurallada. Durante la Edad Media y hasta finales del s. XIX, la ciudad estuvo gobernada por catorce familias de comerciantes, las llamadas Tribus de Galway, y es por ello que a Galway se le conoce como la ciudad de las tribus.
La ciudad comenzó a prosperar en el s. XV gracias al comercio internacional, siendo el vino una de sus principales importaciones. Y en la Edad Media fue el principal puerto irlandés para el comercio con España y Francia. En 1477 Cristóbal Colón visitó Galway, posiblemente como escala en uno de sus viajes, y anotó este dato en su Imago Mundi.
Galway fue uno de los condados más afectados por la Gran Hambruna de mediados del s. XIX, muriendo aproximadamente el 20% de su población.
Actualmente la ciudad es un destino turístico, conocido por su asociación con las tradiciones del idioma, la música, las canciones y los bailes irlandeses. Además alberga numerosos festivales y eventos. Tanto es así que es considerada como la capital de los festivales de Irlanda, ya que alberga una media de 122 celebraciones al año. Además la Universidad Nacional de Irlanda Galway es una de las más prestigiosas del país.
Qué ver en Galway
La ciudad puede conocerse uniéndose a un free tour por Galway. A nosotros nos gusta mucho realizar este tipo de actividades, los guías cuentan historias interesantes y dan buenos consejos sobre el lugar a visitar. En este viaje no hicimos ninguno por miedo a que fueran muy pesados para la pequeña.
Mapa con los puntos de interés
- 1. Catedral de Galway
- 2. Puente Salmon Weir
- 3. Castillo Lynch
- 4. Estatua Oscar Wilde Eduard Vilde
- 5. Plaza Eyre
- 6. Centro comercial Eyre Square
- 7. Barrio Latino
- 8. Colegiata San Nicolás
- 9. Hall of Red Earl
- 10. Castillo Blake
- 11. Arco Español
- 12. The long Walk
- 13. Puerto Nimmo´s
Nuestra ruta comenzó en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y San Nicolás. La visita es gratuita,, pero agradecen un donativo de 2 €. Esta se construyó a mediados del s. XX, en los terrenos de una antigua cárcel.
Lo que más nos llamó la atención de su interior fueron sus bonitas vidrieras. Además estaba expuesto un currach, una embarcación típica de Irlanda, decorado por la artista Kathleen Furey. Esta se basó en una vidriera de colores de Harry Clarke, el mejor artista de vidrieras de Irlanda. Sobre este artista oímos hablar en Dingle y en Dublín.
Cruzando el puente Salmon Weir, desde donde se obtienen unas bonitas vistas de la catedral, te adentras en el centro de Galway. Aquí hay un paseo junto al rio Corrib que, cuando nosotros visitamos la ciudad, estaba precioso gracias a los colores otoñales de los árboles. Este camino llega hasta cerca del Arco Español y nos quedamos con las ganas de hacerlo, pero preferimos callejear.
Existe la posibilidad de hacer un paseo en barco por el rio Corrib. Además de ver la ciudad desde otra perspectiva, se llega hasta el lago Corrib, el más grande del país.
Continuando recto llegamos a la calle Abbeygate Upper y fue aquí cuando empezamos a enamorarnos de Galway, con sus murales, sus casas de colores y ese ambiente algo alternativo. De vez en cuando se alternaba alguna casa de piedra, que nos recordaba el origen medieval de la ciudad.
Justo al final de la calle se encuentra el castillo Lynch, hoy día convertido en banco. Este bello edificio de piedra es el más antiguo de Irlanda que todavía mantiene un uso comercial. Fue construido por la familia Lynch, una de las 14 tribus de Galway, y data del s. XVI. Nosotros no lo vimos abierto, pero hemos leído que se puede visitar la planta baja del edificio durante las horas de apertura del banco.
Nos encontrábamos ya en pleno centro de Galway, entre las calles Shop y William. El sábado por la mañana había bastante menos gente que el jueves por la noche, aun así estaba bastante animado.
De camino a la plaza Eyre se encuentra la escultura que representa una conversación entre el escritor irlandés Oscar Wilde y el estonio Eduard Vilde que, estando vivos nunca llegaron a encontrarse. Esta fue un regalo de Estonia cuando se unió a la UE en el 2004 y es una réplica de la que se encuentra en Tartu, Estonia.
Al llegar a la plaza Eyre lo primero que nos llamó la atención fue la Browne Doorway, la pared de una mansión del s. XVII que originalmente estaba situada en la Abbeygate Street Lower. Esta familia pertenecía también a las tribus de Galway. Y frente a esta se encuentran las banderas de estas 14 familias.
Además, en medio de la plaza, destaca una escultura metálica que representa un Galway Hooker, un velero tradicional utilizado en la bahía de Galway.
Algo que teníamos apuntado, pero que se nos pasó completamente, fue entrar en el centro comercial Eyre square center. Y es que dentro se conserva todavía parte de la muralla medieval, la torre de los zapateros. Cerca de esta plaza se encuentra la estación de tren.
Y volviendo de nuevo por las calles William y Shop, llegamos a la High Street, donde comienza el Barrio Latino. Esta zona fue la que más nos gustó de Galway. Aquí se encuentran la mayoría de los pubs más conocidos de la ciudad y mucho de su patrimonio medieval. Con un gran ambiente y muchísimo encanto, esta zona se extiende desde el Arco Español hasta el Puente O’Brien, la Iglesia de San Nicolás y la Calle Middle.
En esta zona estuvimos tanto el sábado por la mañana como el jueves por la tarde, y la sensación que tuvimos fue completamente distinta. El jueves lo que más nos llamó la atención fue su ambiente, con gente entrando en pubs y restaurantes y con las terrazas abarrotadas. El sábado, en cambio, con muchos de estos negocios cerrados, nos fijamos más en las fachadas y los escaparates. Recomendamos visitar esta zona tanto de día como ya más entrada la tarde.
Antes de entrar en High Street, tomamos Churchyard Street para visitar la Colegiata de S. Nicolás. Esta iglesia fue fundada a principios del s. XIV y ampliada durante el siglo XVI por dos de las familias más importantes de la ciudad. Es la iglesia medieval más grande de Irlanda, que todavía se usa con regularidad. Se dice que Cristóbal Colón rezó en esta iglesia durante su visita a la ciudad en 1477. Durante mucho tiempo se celebraron aquí las elecciones de alcalde, donde sólo los miembros masculinos de las 14 tribus podían votar. También fue usada como establo por las tropas de Cromwell tras el asedio de Galway en 1652. El interior nos pareció bonito y estuvimos un rato leyendo las muchas placas que hay en memoria a antiguos feligreses.
El sábado pudimos ver el colorido mercado de Galway, que se celebra desde hace ya mucho tiempo cerca de la iglesia de San Nicolás. El ambiente era muy bueno y había bastantes puestos donde se podía comprar desde artesanía y flores, a pan, verduras y queso. En el mercado había también puestos de comida callejera con bastante buena pinta.
El mercado abre los sábados de 8:00 a 18:00, los domingos y festivos de 12:00 a 18:00 y en julio y agosto los miércoles, jueves y viernes de 12:00 a 18:00. En Navidad se celebra aquí un mercado navideño del 14 al 24 de diciembre.
Lo mejor que se puede hacer en el Barrio Latino es callejear. Y eso hicimos, nos dejamos llevar y así fuimos conociendo sus diferentes calles y callejones. Una de las calles que más nos gustó fue Kirwan´s lane. En High Street se encuentra el pub King´s Head, que teníamos anotado, pero que nos quedamos con ganas de entrar. Y es que este edificio con más de 800 años de antigüedad, que ya nos gustó por fuera, está decorado con elementos de la época en la que la casa estaba habitada por una de las familias de las 14 tribus. Su nombre viene del hecho de que parte de la propiedad fue entregada al verdugo del rey Carlos I de Inglaterra en 1649.
En Druid lane cogimos dos cafés para llevar, que estaban muy buenos, en The Lane Café, una cafetería pequeña pero muy acogedora. En esta misma calle se encuentran las ruinas del Salón del Conde Rojo (Hall of the Red Earl) y que pudimos ver a través de un cristal. Estas datan del s. XIII y están asociadas a la fundación de la ciudad por parte del clan anglo-normando De Burgh. Es el edificio más antiguo que sobrevive dentro de las murallas de la ciudad y fue el primer edificio municipal de Galway. Se utilizó tanto para la recaudación de impuestos, como para la celebración de banquetes y para la administración general de justicia.
Quay street termina en el edificio de piedra que en su tiempo fue el Castillo de la familia Blake, otra de las tribus de Galway.
Y saliendo por Quay Street nos dirigimos a los antiguos muelles, donde se encuentra el Arco Español. El actual nombre se cree que hace referencia al antiguo comercio con España y a los galeones españoles, que a menudo atracaban aquí, pero originalmente se conocía como la cabeza del muro. Este fue construido a finales del s. XVI y era una prolongación de la muralla construida por los normandos en el s. XII. Su objetivo era proteger los muelles que se encontraban en esta zona. En 1755 el Arco Español fue parcialmente destruido por un tsunami generado por el terremoto de Lisboa.
El museo de la ciudad de Galway se encuentra muy cerca del Arco Español, la visita es gratuita pero hay que reservar las entradas con antelación. Para más información, aquí.
Nosotros decidimos no visitar el museo por falta de tiempo y continuamos con nuestra visita cruzando el Arco Español. Recorrimos el paseo llamado Long Walk disfrutando de las vistas hacia el barrio de Claddagh, situado en la otra orilla del río Corrib.
El barrio de Claddagh, una de las partes más antiguas de Galway, fue un antiguo pueblo de pescadores cuyos orígenes se remontan al s. V. Este se encontraba fuera de las murallas de la ciudad y tenía sus propias leyes y tradiciones. Los habitantes estaban gobernados por un Rey que ellos mismos elegían. Este dirigía la flota pesquera y resolvía los problemas de la comunidad. El último rey verdadero murió en 1972, aunque el título todavía se usa de manera ceremonial. Vivían en cabañas con tejado de paja de las cuales ya no queda ninguna. Y es que en 1927 hubo un brote de tuberculosis que se propagó por Claddagh. Como medida de sanidad se demolieron las cabañas, la última en 1934. Las familias fueron reubicadas y Claddagh se convirtió en un suburbio de Galway.
Paseando por las calles del barrio Latino vimos varias referencias al anillo de Claddagh. Este anillo data del s. XVII y se originó en el pueblo de Claddagh. Representa 2 manos sujetando un corazón donde se apoya una corona: el corazón simboliza el amor, las manos la amistad y la corona la lealtad y la fidelidad. Este anillo tradicional irlandés se pasa de madres a hijas y se intercambia como muestra de amor y algunos irlandeses lo usan como anillo de compromiso o de boda.
Hay varias leyendas que explican el origen de este anillo, siendo la más popular la del joven Richard. Este era miembro del clan Joyce, e iba de camino a las Indias Occidentales, cuando fue capturado en el mar por piratas y vendido como esclavo en Argelia, poco antes de su boda. Su amo era un rico orfebre moro, quien le enseñó el oficio al ver que tenía potencial. Con el tiempo se convirtió en un maestro artesano y, pensando en la mujer que había dejado, creó el primer anillo Claddagh. En 1689, cuando el rey Guillermo III subió al trono, solicitó a los musulmanes la liberación de todos los prisioneros británicos y Richard Joyce volvió a ser libre. Su amo, que le había cogido mucho cariño, le ofreció a su hija en matrimonio y la mitad de su riqueza, pero Joyce no aceptó y regresó a Galway. Allí descubrió que su amada le había esperado, y al presentarle el anillo de Claddagh se casaron.
Por falta de tiempo no pudimos pasar al barrio de Claddagh por el puente Wolfe Tone. Pero las vistas desde ese lado, desde Claddagh Quay o Nimmo´s Pier, con las casitas de colores de fondo es muy bonita. Nosotros nos conformamos con ver estas casas de cerca mientras paseábamos por el Long walk.
Y aquí pusimos punto final a nuestra visita a la ciudad de Galway. Pero si se dispone de más tiempo, aquí os dejamos algunas actividades que os podrían resultar interesantes.
– Visita autoguiada con una app.
Una actividad que encontramos interesante, pero que pilla un poco lejos de la ciudad, es un paseo en un velero tradicional por la costa oeste de Irlanda. Dura unas 2 horas y se viaja en un Galway hooker. El paseo comienza en Kilkieran, que se encuentra a unos 65 km.
Si no se tiene mucho tiempo para visitar la ciudad, quizás es una buena idea reservar billetes para el autobús turístico de Galway que pasa por los puntos más importantes.
Dónde beber y dónde comer en Galway
Teníamos apuntados bastantes pubs, el King´s Head, el Quays, el Tigh Chóilí, el Tig Neactain… todos ellos en el barrio latino. Al final acabamos en The Quays, un pub decorado con elementos provenientes de una iglesia francesa. El camarero fue muy simpático y nos recomendó dos cervezas que nos gustaron mucho, una Chieftain IPA y una Rockshore Irish Lager. Las dos nos costaron 6,50€.
Si os gusta Ed Sheeran, en el videoclip de Galway Girl, que fue rodado en esta ciudad, salen dos pubs: El O´Connells, en Eyre Square y el O´Connors, un poco más alejado en Salthill.
No somos de recomendar restaurantes (a no ser que nos llamen especialmente la atención). Nos ha pasado de seguir alguna recomendación y encontrarnos que el restaurante había cambiado de dueño o había cerrado o que nuestros gustos eran diferentes al del que lo recomendó. Por todo ello preferimos buscar en internet restaurantes abiertos por la zona y, en función de lo que nos apetezca comer y de las opiniones, elegir uno. En Irlanda, en la mayoría de los casos, acabamos siempre muy contentos, tanto con la comida como con el servicio.
En Galway cenamos en Quay Street Kitchen, que está justo al lado del Pub The Quays. El restaurante era acogedor y la calidad de la comida muy buena. Además el servicio fue muy amable. Para comer pedimos un Chowder y Fish and Chips, y para beber una cerveza Full Sail IPA de Galway Bay brewery, el agua estaba incluida. Pagamos 28,20€.
Dónde aparcar en Galway
Aparcar en Galway es relativamente caro. Nosotros aparcamos en 3 parkings diferentes durante los 2 días que estuvimos en la ciudad:
– El aparcamiento del puerto, que está muy cerca del barrio latino: 2€/hora.
– El aparcamiento que está detrás de la catedral: 5€ todo el día.
– El aparcamiento que se encuentra en la misma catedral: 1,5€ la primera hora. 8€ el día completo.
Se puede aparcar en la calle, pero es de pago.
Dónde dormir en Galway
Como ya nos pasó en otras ciudades irlandesas, al ir a buscar alojamiento nos encontramos que en el centro de Galway había poca disponibilidad y, además, era un poco caro. En este caso, debido a la incertidumbre de organizar un viaje en tiempos de pandemia, reservamos sólo con unas tres semanas de antelación. Pensamos que, como íbamos en temporada baja, sería tiempo suficiente para encontrar buenas opciones. Pero igual por haber menos disponibilidad debido al virus, no pudimos encontrar nada que nos convenciera y acabamos reservando un apartamento a 5 min en coche del centro. Quedamos contentos pero hubiéramos preferido quedarnos en el centro de Galway y poder disfrutar un poco más del ambiente de esta ciudad.
Los alojamientos los buscamos usando Skyscanner, pues nos parece la manera más fácil para encontrar las mejores ofertas.
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Nos gusta mucho sacar fotografías en nuestros viajes. Para ello llevamos la cámara Nikon D3400 con objetivo Tamron 18-200. En los viajes largos llevamos también nuestra antigua cámara, la Canon Powershot G5x, por si tenemos problemas con la primera. Además, esta sigue siendo nuestra primera opción si vamos a la montaña, pues es pequeña y ligera. Siempre llevamos varias tarjetas de memoria. La mochila que usamos para llevar las cámaras es esta.
Nuestra guías favoritas para preparar nuestro viajes son la DK y la Lonely Planet.
Hicimos una parada en Galway de camino a los acantilados de Moher y aunque fue muy poquito rato y nos quedamos con ganas de más, nos encantó!
Nosotros nos quedamos también con ganas de pasar unas horas más en Galway. El ambiente de la ciudad nos gustó mucho!!