Salamanca es una ciudad monumental de color dorado llena de rincones sorprendentes. Para conocerlos, déjate llevar por conchas, ranas y astronautas. ¿Nos acompañas a descubrir qué ver en Salamanca?

Salamanca es una ciudad de Castilla y León perfecta para una escapada de fin de semana. Y es que aquí podrás visitar monumentos impresionantes, probar una rica gastronomía, disfrutar de un gran ambiente y, si te queda tiempo, conocer la provincia, donde hay lugares tan interesantes como Ciudad Rodrigo, La Alberca o Mogarraz.
Así, no exageramos si decimos que Salamanca es una de las ciudades más bonitas de España. De hecho, su casco antiguo alberga una de las universidades más antiguas de Europa, dos catedrales, la impresionante Plaza Mayor, iglesias monumentales y palacios de sorprendentes fachadas.
Y si no nos crees, sigue leyendo, pues te vamos a mostrar los mejores lugares que ver en Salamanca. Por otro lado, en viajar a Salamanca te contamos más sobre ella, como su historia, los restaurantes que más nos gustan o los hoteles donde siempre hemos querido dormir.
Índice
Cómo visitar Salamanca
Una buena idea para empezar a descubrir la ciudad es uniéndote a un free tour por Salamanca, que es perfecto para conocer su centro histórico. Sin embargo, como es un destino muy popular, aquí se organizan numerosas visitas guiadas que te pueden llamar la atención:
– Free tour de las leyendas de Salamanca, que las hay muchas y muy interesantes.
– Tour literario por Salamanca: Antonio de Nebrija, Cervantes, Fernando de Rojas, Carmen Martín Gaite ¿Quién da más?
– Free tour teatralizado por Salamanca, una manera diferente de conocer la historia de la ciudad.
– Tour nocturno por Salamanca, porque no puedes irte sin pasear por sus calles iluminadas. Además, suele haber menos gente visitándola.
Nosotros, para ayudarte a descubrirla, hemos hecho una ruta circular que incluye los mejores lugares que ver en Salamanca y que puedes hacer en un día.
No obstante, si quieres entrar en varios de sus monumentos y descubrir el centro con calma, lo mejor es que te quedes dos días. Además, su oferta gastronómica es muy amplía, por lo que merece la pena que lo tengas en cuenta.
Ruta con los lugares más interesantes que ver en Salamanca
Este es el mapa de la ruta que te proponemos, donde hemos marcado en negrita los lugares que ver en Salamanca que consideramos imprescindibles.
- 1. Plaza Mayor
- 2. Palacio de Monterrey
- 3. Calle de las Úrsulas
- 4. Colegio del Arzobispo Fonseca
- 5. Iglesia de la Purísima
- 6. Calle de la Compañía, Plaza de San Benito
- 7. Clerecía y Casa de las Conchas
- 8. Patio de Escuelas
- 9. Catedral Vieja y Nueva, Palacio Anaya
- 10. Patio Chico, Casa Lis, Huerto Calixto y Melibea
- 11. Puente Romano
- 12. Cueva de Salamanca, murallas
- 13,14. Convento de San Esteban y de las Dueñas
- 15, 16. Plaza Colón y palacio de la Salina
- 17. Iglesia de San Martín
- 18. Mercado central
- 19. Iglesia de Sancti Spiritus
- 20. Iglesia en tienda de ropa
- 21. Plaza de los Bandos
- 22. Barrio del Oeste
Qué ver en Salamanca
Plaza Mayor, uno de los lugares que ver en Salamanca
Comenzamos la ruta en la Plaza Mayor, centro y corazón de la ciudad y, por supuesto, uno de los lugares que tienes que ver en Salamanca sí o sí.
Sobre ella hay un detalle muy curioso que me contaba mi abuela. Antiguamente, los jóvenes de Salamanca venían aquí a pasear, las chicas la recorrían en un sentido y los chicos en el otro, así sabían quién estaba e iban entablando contacto visual.
Actualmente, la plaza sigue siendo punto de encuentro y si algún salmantino te dice para quedar debajo del reloj, que sepas que es el del ayuntamiento.
Historia de la Plaza Mayor de Salamanca
Anteriormente, aquí estaba la plaza del mercado o de San Martín, llamada así por la iglesia que se encuentra en este lugar desde el S. XII. Esta era tan grande, que se la consideraba “la plaza más grande de la cristiandad”, pues se extendía por lo que, a día de hoy, son cuatro plazas diferentes, la del Corrillo, la del Poeta Iglesias, la del Mercado y la Plaza Mayor, esto es, casi cuatro veces más grande que la actual.
Así, la Plaza Mayor actual se construyó a mediados del S. XVIII en estilo barroco, siguiendo el estilo de la de Madrid. Sin embargo, la idea original nunca se completó, pues se quería levantar dos torres a ambos lados de la espadaña. Si quieres saber cómo eran, fíjate en la Clerecía, pues el modelo se usó para sus torres.
Durante su historia, esta plaza ha tenido en su centro jardines, un quiosco de música, urinarios públicos, ha estado abierta al tráfico y ha servido de plaza de toros. Sin embargo, a día de hoy, es un espacio totalmente diáfano.
Por otro lado, según Miguel de Unamuno, la Plaza Mayor «es un cuadrilátero. Irregular, pero asombrosamente armónico”, pues ninguno de sus lados mide lo mismo. Estos se conocen como el Real (lado este), el de San Martín (lado sur), el de Petrineros, donde estaban los artesanos del cuero (lado oeste), y el Consistorial, donde está el ayuntamiento.
Actualmente, este cuadrado imperfecto es perfecto para sentarse y contemplar cómo se desarrolla la vida salmantina. Para ello, puedes acomodarte en alguna de sus terrazas o en uno de sus bancos. De este modo, coincidirás con muchos grupos turísticos, pero igual también ves algún salmantino ataviado con la típica capa charra o con alguna tuna tocando serenatas. Y si llueve, no te preocupes, porque los soportales que la rodean te protegerán del agua.
Qué ver en la Plaza Mayor de Salamanca
Dar una vuelta por la plaza es algo obligatorio que hacer en Salamanca. Aquí verás tiendas, bares y restaurantes. Entre los negocios hay uno que te hará la boca agua, la pastelería de Santa Lucía, donde todavía no hemos probado nada que no nos haya gustado, por ejemplo, su roscón de Reyes está buenísimo.
Por cierto, junto a ella se encuentra una de las curiosidades de la Plaza Mayor, una pequeña inscripción que dice “Aquí se mató una mujer, rueguen a Dios por ella. Año de 1838”.
Medallones
Además, no puedes dejar de fijarte en las fachadas de la plaza, donde destacan sus balcones, regularmente dispuestos, y sus más de 60 medallones. De hecho, cada lado de la plaza sigue una temática diferente.
Así, en el lado de los petrineros se muestran personajes que han tenido relevancia en Salamanca, como Unamuno, Santa Teresa de Jesús, Cervantes o el duque de Wellington. Por su parte, el pabellón real está reservado para miembros de la realeza y el de San Martín para militares y conquistadores. Por último, el del ayuntamiento se reserva a personalidades relevantes y algún miembro de la realeza. Además, quedan más de 20 medallones vacíos que esperan a ser esculpidos.
Sin embargo, del que más se ha hablado ya no está, pues el medallón de Franco, que estaba en la esquina con la calle Toro, se quitó en 2017 en cumplimiento con la ley de la memoria histórica. Aunque es el caso más reciente, no ha sido el único medallón retirado a lo largo de la historia.
Cafeterías y el Novelty, el café más antiguo de Salamanca
Una buena manera de empezar a conocer Salamanca es desayunando un chocolate con churros en una cafetería de toda la vida como Las Torres. Avisamos que es muy popular y suele estar llena, tanto en los desayunos como en las meriendas.
Por eso, si no encuentras sitio, prueba en otras con mucha tradición, como los Escudos o el Casino, y, por supuesto, el Novelty, que se fundó en 1905 y es el café más antiguo de Salamanca. Además, fue lugar de encuentro de artistas, escritores y políticos, como Miguel de Unamuno, Carmen Martín Gaite o Torrente Ballester, que vivió en Salamanca y cuya escultura te da la bienvenida desde su rincón favorito. Asimismo, aquí se fundó la Unión Deportiva Salamanca y Radio Nacional de España, ahí es nada.
Pero bueno, por cafeterías no va a ser, que hay muchas por esta zona, por ejemplo, para los amantes de Starbucks, en la plaza mayor hay uno.
Palacio de Monterrey, uno de los monumentos que visitar en Salamanca
Saliendo de la plaza por la calle del Prior, enseguida llegamos a otro edificio que ver en Salamanca, el palacio de Monterrey, que muestra detalles en estilo plateresco, un estilo que apareció entre el gótico tardío y el Renacimiento y del cual Salamanca es la ciudad por excelencia.
Pues bien, este palacio, que pertenece a la Casa Ducal de Alba, fue construido en el S. XVI, pero no llegó a completarse, pues sólo se levantó una de las cuatro alas planificadas. Si ya es imponente ¿Cómo hubiera sido totalmente acabado?
Actualmente, lo puedes visitar para conocer sus habitaciones, disfrutar de las vistas desde la terraza y echar un vistazo a las cocinas y las salas de servicio. Información sobre la visita.
A propósito, puedes reservar con antelación tus entradas al Palacio de Monterrey, uno de los monumentos más emblemáticos que ver en Salamanca. Si lo haces, cosa que te agradecemos, al ser un enlace de afiliados, nosotros nos llevaremos una pequeña comisión sin coste alguno para ti.
Calle de las Úrsulas, una de las calles más bonitas que ver en Salamanca
Tomando la calle Bordadores, llegamos a una zona con muchísimo encanto y a la que no suelen llegar muchos turistas, la calle de las Úrsulas.
Aquí te encontrarás con la estatua de Miguel de Unamuno, que está mirando hacia la casa del Regidor Ovalle Prieto. Y ¿por qué? porque este era su hogar, donde murió el último día de 1936.
A su lado está la casa de las Muertes, llamada así porque su fachada plateresca está decorada por cuatro calaveras. Además, existen varias leyendas que cuentan extraños sucesos que ocurrieron en ella, como un asesinato de cuatro personas en el S. XIX.
Por otro lado, esta calle empedrada, donde los árboles ofrecen una agradable sombra en verano, está llena de conventos. Eso sí, a día de hoy, están todos vacíos, es decir, sin monjas.
Antiguos conventos de la calle de las Úrsulas
Así, el primero es la iglesia de Santa María de los Caballeros, que está cedida a la comunidad Ortodoxa Rumana.
El segundo es el que da nombre a la calle y ocupa su mayor parte, el convento de la Anunciación, más conocido como de las Úrsulas. Las últimas monjas se fueron en 2018 y ahora es un museo.
Este fue fundado en el S. XV y, en un principio, el edificio era de menor tamaño. Sin embargo, Alonso II de Fonseca, arzobispo de Santiago y sobrino de la fundadora, apoyó su ampliación, pues pensaba convertirla en su capilla funeraria. De hecho, si entras, podrás ver su imponente sepulcro en mármol hecho por Diego de Siloé.
Por último, está la iglesia de la Vera Cruz, una pequeña capilla cuyo interior te va a sorprender por su decoración barroca. Y, si te gusta la Semana Santa, aquí están las imágenes de la hermandad más antigua de la ciudad. Es más, fue esta quien la mandó construir en el S. XVI.
La calle de las Úrsulas termina en el Campo de San Francisco, que es el parque más antiguo de la ciudad. Recibe el nombre del antiguo convento de San Francisco el Real, cuya huerta se encontraba aquí.
Colegio del Arzobispo Fonseca
Enfrente del Parque se encuentra el Colegio del Arzobispo Fonseca, que fue uno de los cuatro Colegios Mayores de la ciudad y el único que queda. Este fue fundado en el S. XVI por el arzobispo Alonso III de Fonseca y se cerró a finales del S. XVIII. No obstante, tras servir de hospital, volvió a abrir como colegio mayor, esta vez para clérigos irlandeses, por lo que también se conoce como colegio de los irlandeses.
Sea como fuere, merece la pena acercarse a él, pues es una joya del arte renacentista con añadidos platerescos. Además, al estar fuera del centro, no suele estar muy concurrido.
Puedes visitar su claustro bajo y la capilla del Colegio de 10:00h a 13:30h y de 16:00h a 19:00h, y la colección de relojes de 12:00 a 13:30 y de 17:00 a 19:00. La entrada normal cuesta 2€.
Justo enfrente está la iglesia de San Blas, cuyos orígenes se remontan al S. XIII y ahora es un auditorio. Durante la Guerra de la Independencia, se usó como cuartel de las tropas napoleónicas, sufriendo muchos daños. De hecho, esta zona fue conocida como el barrio de los Caídos por los muchos destrozos que se causaron. Si quieres saber más sobre este momento histórico, puedes unirte al tour por la Salamanca napoleónica.
Además, desde aquí tienes buenas vistas a la iglesia de la Clerecía, que es una de las iglesias que ver en Salamanca de la te hablaremos enseguida.
Iglesia de la Purísima, uno de los lugares que ver en Salamanca
Bajando por la calle Ramón y Cajal, regresamos al palacio de Monterrey. Junto a él está el convento e iglesia de las Agustinas Recoletas, más conocido como la Purísima, que destaca por su bonita cúpula y su gran pórtico.
Este se construyó en el S. XVII por orden de Manuel de Zúñiga y Fonseca, VI Conde de Monterrey, según dicen, porque quería que una de sus hijas nacida fuera del matrimonio procesara en él. Sin embargo, aunque su hija fue monja en este convento, esto no puede ser cierto, ya que la niña nació cinco años después del comienzo de la construcción.
Así, la iglesia es la capilla funeraria del Conde y de su mujer, Leonor María de Guzmán, hermana del Conde duque de Olivares, valido de Felipe IV. Sus sepulcros los verás a ambos lados del altar.
Interior de la iglesia de la Purísima
Su interior es muy elegante, al más puro estilo del renacimiento italiano. De hecho, aquí trabajaron artistas de este país y el mármol de sus elementos decorativos fueron diseñados y cortados en Nápoles, tras lo cual viajaron en barco hasta Cartagena y de allí, en carros tirados por bueyes, llegaron a Salamanca.
No obstante, estamos dejando lo mejor para el final. Nada más entrar en la iglesia, tus ojos se dirigirán al altar mayor, donde hay un maravilloso retablo de mármol, en cuyo centro destaca el gran lienzo de la Inmaculada de José de Ribera.
Además, está acompañado por tres cuadros de pintores italianos y un cuarto que ha sido atribuido a Rubens. Es el de San Agustín, en la parte inferior derecha. Asimismo, la Piedad en la parte superior también es de Ribera y en los laterales de la iglesia hay dos cuadros más de este pintor, San Jenaro y San Agustín.
Algo curioso sobre esta iglesia es que el cuadro de la Inmaculada y el altar fueron diseñados antes que el edificio, por lo que puede decirse que la Purísima es una iglesia pensada para alojar esta pintura.
Otro dato que te va a gustar es que su visita es gratuita. Sin embargo, si quieres verla desde otra perspectiva, puedes subir al coro por 1,5€ o pagar 3€ y visitar también la cripta.
Calle de la Compañía, uno de los lugares más bonitos por los que pasear en Salamanca
Tomamos ahora la calle de la Compañía, una de las más bonitas que ver en Salamanca. Su nombre viene de la orden religiosa que había aquí, la Compañía de Jesús o Jesuitas.
Por cierto, desde la plaza de la Purísima tienes una espectacular vista de esta calle, con el colegio del Espíritu Santo y sus múltiples ventanas y las torres de La Clerecía al fondo. También en la otra dirección hay una bonita perspectiva, pues en el otro extremo de la calle está el palacio de Monterrey.
Y aunque la Compañía no sea muy larga, está llena de bellos edificios.
Plaza de San Benito y la Guerra de los Bandos
El primero es el convento de la Madre de Dios, que está en la plaza de San Benito, donde destacan dos casas-palacios con bonitas fachadas. Además, en el centro está la iglesia gótica de San Benito, que sustituyó a un templo románico del S. XII. En ella destaca su fachada plateresca.
Asimismo, la parroquia de San Benito fue protagonista de la llamada Guerra de los Bandos, que tuvo lugar en el S. XV e hizo tambalear la vida en la ciudad. De hecho, su historia podría ser el argumento de una serie de éxito. Y es que había dos bandos enfrentados que estaban liderados por familias de la nobleza. Estas luchaban, como no, por el poder y eran los Benitinos, agrupados en torno a la parroquia de San Benito, y los Tomesinos, alrededor de la de Santo Tomé, que ya no existe. Este conflicto acabó gracias a San Juan de Sahagún, el actual patrón de Salamanca.
Y llegamos al final de la calle, su parte más sorprendente, donde se enfrentan dos edificios de gran belleza que ver en Salamanca, la casa de las conchas y la iglesia del Espíritu Santo, más conocida como la Clerecía.
Por cierto, a este tramo se le conoce popularmente como la calle o esquina de los tres coños. Y es que al llegar a este punto uno exclama !coño que bonito!, y al mirar arriba dice !coño que alto!. El tercero viene al sentir el aire gélido que suele soplar por esta zona, !coño que frio!. Hay otra versión que decía, !coño cuantos curas!, al encontrarse aquí el seminario.
Casa de las conchas, uno de los monumentos más bonitos que ver en Salamanca
Este palacio es mezcla de estilos gótico, mudéjar y renacentista, y tiene una fachada decorada con más de 300 conchas. Además, presenta ventanas góticas protegidas por rejas, escudos nobiliarios y una puerta de entrada bellamente decorada.
Así, la Casa de las Conchas se construyó a finales del S. XV y fue un encargo de Don Rodrigo Maldonado de Talavera, que fue catedrático de la Universidad y regidor de la ciudad. Debido a su muerte, fue terminado por su hijo, que se casó con Juana de Pimentel, dama de la Reina Isabel la Católica.
Y si el edificio llama la atención, debió de llamarla aún más en sus orígenes, pues tenía dos torres. Sin embargo, en el S. XVIII, se tuvo que derruir una por motivos estructurales y la que actualmente se conserva tuvo que ser rebajada de altura.
Por otro lado, el palacio ha tenido diversos usos. Así, ha servido de cuartel y colegio, y sus sótanos llegaron a ser cárcel de la Universidad. A día de hoy, es una biblioteca pública.
¿Por qué hay conchas en el edificio?
Para observar todos sus detalles te recomendamos sentarte en las escaleras de la Iglesia de la Clerecía. Y, ahora que estás cómodo, vamos a contarte algunas teorías que tratan de explicar el motivo de las conchas.
Así, una dice que se debe a que Rodrigo Maldonado pertenecía a la Orden de Santiago; otra, más plausible y romántica, que la concha es el símbolo nobiliario de la familia Pimentel, a la cual pertenecía la mujer de su hijo.
Además, hay varias leyendas en torno a ella. Una dice que debajo de una concha hay una moneda de oro. Otra, más interesante todavía, cuenta que bajo una concha están escondidas las joyas de la familia. Además, debe de haber un documento en el que se da su valor. Si quieres buscarlas, tendrás que abonar una fianza igual a esta cantidad y, si encuentras las joyas, te devuelven el dinero. ¿Te atreves?
Por último, hay una historia en donde entra en juego la Clerecía, que fue construida después que el palacio. De este modo, los jesuitas intentaron comprarlo, pues estorbaba a la hora de disfrutar de las vistas de su iglesia. Sin embargo, ninguno de sus dueños quiso venderla. Por ello, según dicen, los clérigos ofrecieron una moneda de oro por cada concha de la fachada, pero ni con esas consiguieron la propiedad.
Y ya es hora de conocer su interior, cosa que puedes hacer de manera gratuita. Dentro, verás su patio con arcos mixtilíneos, que son muy típicos en Salamanca, su bella escalera, sus múltiples detalles y, desde su piso superior, disfrutarás de unas bonitas vistas de las torres de la Clerecía.
La Clerecía, una de las iglesias que ver en Salamanca
Su nombre oficial es Real Colegio del Espíritu Santo y se comenzó a construir a comienzos del S. XVII por orden de Margarita de Austria, esposa de Felipe III, como principal centro de formación de los jesuitas. La obra duró más de 100 años. Sin embargo, tras la expulsión de esta orden, pasó a la Real Clerecía de San Marcos, de donde le viene su actual nombre. Más tarde, se instaló aquí un seminario y, en 1940, se creó la Universidad Pontificia de Salamanca, que tiene su sede en la Clerecía.
Hay un detalle curioso de su pasado en la fachada de la iglesia. Así, si te fijas en la escultura que hay sobre la puerta del cuerpo central, verás una inscripción que te hará pensar que ves borroso, pero no. Esa imagen representa a San Ignacio de Loyola y la inscripción decía algo así como que los reyes daban esta casa a la Compañía de Jesús. Al ser expulsados, este recuerdo tenía que ser borrado, por lo que se escribió otra frase encima, lo que le da un aspecto algo extraño.
Sea como fuere, la iglesia de la Clerecía es de estilo barroco y, como ya hemos dicho, presenta las torres que habían sido diseñadas para la Plaza Mayor.
Visitar la Clerecía
La iglesia suele estar cerrada, pero si tienes la posibilidad de entrar, no la dejes pasar. Además de su interior en estilo barroco, en ella puedes ver la imagen de Jesús Flagelado de Salvador Carmona, un escultor del S. XVIII.
Lo que sí puedes hacer, es subir a las torres de la Clerecía dentro de la visita Scala Coeli. Además, durante la subida puedes echar un vistazo al interior de la iglesia. Asimismo, hay una pequeña exposición sobre la historia de la iglesia. Si te preguntas si merece la pena, échale un ojo a las fotos,
Scala Coeli abre todos los días de 10:00 a 18:00 durante los meses de invierno y el resto hasta las 20:00. La entrada cuesta 3,75€, pero puedes comprar una entrada conjunta por 6€ para visitar también Vita Ignati, donde se ven cuadros que narran la vida de San Ignacio de Loyola. Entre ellos hay dibujos de Rubens. Dentro del Colegio destaca, además, el aula magna, la escalera y el patio barroco.
Calle de la Rua
Antes de seguir la ruta, nos tomaremos un descanso para disfrutar de las espectaculares vistas de estos dos edificios desde la fuente del maestro Salinas, organista y catedrático de música de la Universidad del S. XVI.
Seguro que habrá mucho jaleo, pues la calle donde está, la de la Rua, es una de las principales del casco histórico, ya que une la plaza mayor con las catedrales y la universidad.
Aquí ha habido siempre mucho negocio. En la actualidad, las tiendas antiguas han sido reemplazadas por locales que venden mayoritariamente bocadillos de jamón, hornazo y otras delicias de esta tierra, además de tiendas de regalos con los típicos souvenirs.
Asimismo, en la Rua, muy cerca de la plaza, hay una pastelería de toda la vida, La Industrial, donde puedes probar los dulces típicos de Salamanca.
Podríamos continuar por la Rua para llegar a la catedral Nueva, pero vamos a tomar un camino un poco más largo. Este nos permitirá descubrir el edificio más famoso que ver en Salamanca y que más prestigio ha dado a la ciudad:
La Universidad, uno de los monumentos que visitar en Salamanca
Así, tomamos la calle Libreros, donde seguro que te vas a llevar una sorpresa al ver la fachada plateresca de la Universidad. Y es que poco espacio queda sin estar decorado.
Sin embargo, antes que la fachada, puede que veas a mucha gente parada frente a ella, mirando para arriba y cuchicheando está ahí, no ahí… y es que están buscando el animal más famoso que ver en Salamanca, la rana de la Universidad.
Pues bien, que sepas que estás ante la universidad en activo más antigua de España y la tercera de Europa. Y es que sus orígenes se remontan a principios del S. XII, cuando se fundaron las Escuelas Catedralicias.
Historia de la Universidad de Salamanca
En 1218, se crearon las scholas Salamanticae, que, en 1254, obtuvieron el título de Universidad. En sus orígenes se centró en los estudios jurídicos y se impartían asignaturas de Derecho, Medicina, Lógica, Gramática y Música.
La Universidad de Salamanca disfrutó de gran prestigio nacional y, hasta el S. XVII, era la más afamada de España. Durante esta época, asistieron a ella algunas de las que, probablemente, fueron las primeras estudiantes universitarias del mundo, Beatriz Galindo y Luisa de Medrano, primera mujer que dio clases en una Universidad. Sin embargo, la Universidad perdió fuerza en el S. XIX en favor de la de Madrid.
Edificios de la Universidad
Hasta el S. XV, las clases se impartían en el claustro de la Catedral Vieja, así como en alguna iglesia o en alguna casa alquilada. Esto cambió cuando se construyeron sus propios edificios. Estos son las Escuelas Mayores, las Escuelas Menores y el Hospital del Estudio, que están en el patio de Escuelas presidido por Fray Luís de León.
Escuelas Mayores
El más conocido es el de las Escuelas Mayores con su imponente fachada plateresca. Este se construyó por orden del Papa Luna y se finalizó en 1533. En su interior destaca el Paraninfo, la Biblioteca antigua y la Capilla, así como las diferentes aulas donde han dado clase personajes como Miguel de Unamuno o Fray Luis de León. Asimismo, no puedes dejar de admirar su escalera renacentista o la sequoia roja que hay en el centro del claustro.
Fachada de las Escuelas Mayores: la rana de Salamanca
Sin embargo, lo más destacado es su fachada del S. XVI, que puedes estar horas mirando. Y no nos referimos al tiempo que tardes en encontrar la famosa rana, pues no debes quedarte sólo con buscarla, aunque seas estudiante y oigas la leyenda que dice que, si la encuentras, tendrás éxito en los estudios. Ya lo dijo Unamuno «Lo malo no es que vean la rana, sino que no vean más que la rana».
De hecho, en la fachada hay mucho que ver. De manera resumida, está dividida en tres calles. En la superior se ve a un papa conversando con cardenales y dos medallones de Venus y Hércules; en la central se representa al emperador Carlos V, rey en el momento de su construcción, además de un gran escudo central donde están los reinos de España por aquel entonces; y en la inferior se encuentra el medallón de los Reyes Católicos sosteniendo el cetro real.
Y no te preocupes, que también vamos a decirte dónde está la rana: apoyada sobre un cráneo en la parte izquierda de la fachada.
¿Por qué hay una rana en la fachada de la universidad de Salamanca?
Pues no se sabe a ciencia cierta. De hecho, ha originado varias suposiciones.
Así, puede ser el sello del cantero o una representación de los pecados, pues la rana representa la lujuria y recordaría a los estudiantes que hay que evitarla y dedicarse al estudio. También puede ser una burla a la Inquisición, ya que podría representar al príncipe Juan, hijo de los Reyes Católicos que murió en Salamanca con unos 20 años. Esta vendría a decir que la Resurrección llegará cuando las ranas críen pelo.
Escuelas Menores: Cielo de Salamanca
Las Escuelas Menores se llaman así porque aquí se impartían las clases para obtener el título menor de los estudios universitarios, es decir, el de bachiller. Este edificio comenzó a construirse en el S. XV y actualmente aloja dependencias de la Universidad.
No dejes de entrar en su patio de arcos mixtilíneos, donde puedes visitar el Cielo de Salamanca, una pintura del S. XV con temas astronómicos y astrológicos de Fernando Gallego. Este decoraba originalmente el techo de la antigua biblioteca de la Universidad, pero permaneció oculto bajo una bóveda y fue descubierto en el S. XX. Sólo una tercera parte de él ha sobrevivido, pues el techo debió de derrumbarse en algún momento.
Hospital del Estudio
El Hospital del Estudio, del S. XV, ofrecía alojamiento a estudiantes con poco dinero. Más tarde, actuó de hospital y se impartieron aquí clases de medicina. Hoy es sede del Rectorado.
Por cierto, aparte de la rana, en el patio de Escuelas puedes ver otro detalle curioso. Este se encuentra en la crestería del Hospital del Estudio, donde, entre las múltiples figuras, verás a un hombre con gafas, que, ajeno al bullicio de la plaza, se dedica a darse placer.
Precios y horarios para visitar los monumentos del Patio de Escuelas
Al lado de las Escuelas Mayores está la Casa Rectoral que acoge la Casa-museo de Miguel de Unamuno, que vivió aquí cuando era rector de la universidad.
Girando por la calle Calderón de la Barca, tendrás ante ti la fachada principal de la Catedral Nueva, otra joya del plateresco. Además, aquí está el vítor de Antonio de Nebrija, el autor de la primera gramática española y estudiante y docente de la universidad.
No será el único que veas, pues en Salamanca hay muchos pintados en rojo por sus paredes. Y es que el vítor es un símbolo que conmemora a los estudiantes que obtienen el título de doctor. Antiguamente, si el estudiante lograba el título, daba una fiesta de toros y con la sangre del ganado, mezclada con algunos pigmentos, se pintaba el vítor en los muros universitarios como señal de victoria.
Las Catedrales de Salamanca
La mayoría de las ciudades tienen una sola catedral, pero Salamanca tiene dos. ¿Por qué? porque la vieja se quedó pequeña debido al crecimiento de la ciudad, especialmente gracias al auge de la Universidad.
Catedral Vieja
La Catedral Vieja, o Santa María de la Sede, es de estilo románico, aunque durante su construcción se fueron añadiendo elementos de transición al gótico.
Esta se levantó entre los siglos XII y XIII y en sus orígenes tenía carácter defensivo. Así, aunque ha ido perdiendo estos elementos, aun puedes ver muros almenados desde la calle de Tentenecio y la plaza Juan XXIII.
Por otra parte, su fachada principal estaba flanqueada por dos torres, pero una quedó bajo la torre de la catedral nueva y la otra, inacabada, es la torre mocha. Su parte más destacable es el cimborrio del S. XII, conocido como la Torre del Gallo por su veleta. Este pertenece al grupo de cúpulas del Duero, junto con las de Zamora Toro y Plasencia.
Interior de la Catedral Vieja
Su interior es muy interesante y en él destaca el retablo mayor. Este está compuesto por 53 tablas pintadas en el S. XV por varios artistas italianos, entre ellos Nicolás Florentino, que también pintó el fresco del Juicio Final que lo corona. En él verás la talla de la Virgen de la Vega, que es la patrona de Salamanca.
Además, en la capilla de San Martín o del aceite puedes ver pinturas murales, algunas del S. XIII.
El claustro, donde se encuentra el origen de la Universidad de Salamanca, sufrió bastantes daños durante el terremoto de Lisboa de 1755 y tuvo que ser reconstruido. Alrededor de él se disponen varias capillas:
– La capilla de Talavera, que es la más antigua y tiene influencia islámica. Aquí se mantiene el rito mozárabe durante las celebraciones.
– La capilla de Santa Bárbara, donde antiguamente se realizaban los exámenes finales de la Universidad. Así, el estudiante pasaba encerrado la noche anterior en esta capilla. A la mañana llegaban los profesores y se llevaba a cabo la discusión del trabajo. Si aprobaba, salía por la puerta principal, donde le esperaban sus compañeros para celebrarlo. Si no, salía por la puerta conocida como la de los carros. Tras su restauración en 2020, salió a la luz que tras el retablo gótico había otro más antiguo. Ahora puedes ver los dos gracias a una estructura móvil.
– La capilla de los Anaya, donde verás el sepulcro en alabastro de Diego de Anaya, así como uno de los órganos más antiguos de Europa.
Catedral Nueva de Salamanca
La Catedral de Nuestra Señora de la Asunción se encuentra adosada a la Catedral Vieja y se construyó entre 1513 y 1733. La idea era derruir la Vieja, pero se mantuvo abierta durante las obras y, como duraron tanto tiempo, al final se cambió de opinión.
Esta es de estilo gótico, aunque presenta también elementos barrocos, y su estructura se vio afectada por el terremoto de Lisboa de 1755. Así, la torre del reloj tiene desde entonces algo de inclinación. Además, tuvo que reforzarse y revestirse en piedra para evitar su desplome. El terremoto también dañó el cimborrio barroco, que fue reemplazado por la cúpula actual.
Este hecho sigue recordándose y cada 31 de octubre, día del terremoto, el Mariquelo, que era un miembro de la familia de los campaneros catedralicios, sube a la torre para recordar aquel día, en el que el primer Mariquelo subió para agradecer a Dios que el terremoto no causara muertes ni grandes daños tocando las campanas.
Puertas de entrada
Las puertas más bonitas de la Catedral Nueva son la de Ramos y la Fachada Principal. De estas, la más impresionante es la segunda. Aquí, un Calvario, San Pedro, San Pablo, medallones, la Epifanía, el Nacimiento, escudos y diversas figuras harán que te pases un rato mirando hacia arriba.
Sin embargo, la más conocida es la de Ramos, especialmente tras su restauración de 1993, cuando se le añadieron algunos detalles contemporáneos que la han convertido en uno de los lugares que ver en Salamanca.
Nos referimos al famoso astronauta de Salamanca, que está acompañado por un toro, un lince y un dragón con un helado. Junto a ellos, verás una cigüeña, una liebre y un cangrejo de río, que representan cielo, tierra y agua de Salamanca o bien la fauna de esta tierra.
Interior de la Catedral Nueva
En su interior destaca el coro y la capilla de Todos los Santos o Capilla Dorada, que está decorada con un gran número de estatuas del Antiguo y Nuevo Testamento. Además, hay obras de importantes escultores, como Luis Salvador Carmona, Mariano Benlliure, Luis de Morales o La Roldana. Asimismo, alberga la imagen románica del Cristo de las Batallas, que era llevado por Jerónimo de Periqueux, capellán del Cid Campeador, cuando le acompañaba en las batallas.
Eso sí, puede sorprenderte la falta de retablo, pues el proyecto que se quería, un tabernáculo en mármol, excedía el presupuesto.
La visita a la catedral Nueva incluye la de la Vieja y estos son los horarios y precios.
Subir a lo alto de las catedrales, una de las mejores actividades que hacer en Salamanca
Además de admirar el exterior de las catedrales y visitar su interior, también puedes subir arriba dentro de la exposición Ieronimus. De este modo, disfrutarás de unas vistas maravillosas de la ciudad. Asimismo, visitarás varias salas con información sobre los edificios, verás el interior de la Catedral Vieja y pasearás por las pasarelas superiores de la Nueva.
Por otro lado, puedes hacer esta visita de día o de noche y, en nuestra opinión, es uno de los lugares que hay que ver en Salamanca. Si tuviéramos que decidirnos entre subir a la Clerecía o a las catedrales, diríamos que las vistas son algo mejores desde la Clerecía, pero que el conjunto de vistas más visita a las Catedrales es más completo.
Desde aquí arriba tienes una muy buena vista de la plaza de Anaya, la que se abre justo frente a la Catedral Nueva. Esta se levantó durante la ocupación francesa en 1811, derribándose las casas que se encontraban entre la catedral y el actual palacio de Anaya.
Este palacio neoclásico, que ahora aloja la facultad de Filología, fue fundado en 1401, siendo el primer Colegio Mayor de España. Debido al terremoto de Lisboa, tuvo que ser reconstruido.
A su lado está San Sebastián, la antigua iglesia del colegio, y la Hospedería del mismo, construida a comienzos del S. XVIII. Aquí se alojaban los estudiantes menos pudientes, que pagaban sus estudios sirviendo a los estudiantes más ricos que estaban alojados en el Colegio Mayor. Desde su patio tendrás una bonita vista de la Catedral Nueva
Tomaremos ahora la calle Tentenecio, cuyo nombre hace referencia a uno de los milagros de San Juan de Sahagún. Según dicen, el fraile se encontró aquí con un toro que se había escapado y corría salvajemente. A la voz de, Tente necio, el toro se paró.
Giraremos por la calle Gibraltar, para descubrir tres rincones que tienes que ver en Salamanca y que nos encantan.
Casa Lis, uno de los museos que ver en Salamanca
El primero es la Casa Lis, un palacio modernista del S. XIX que está sobre las murallas de la ciudad. Este alberga el Museo de Art Nouveau y Art Decó, que te recomendamos visitar, pues tiene una colección permanente muy interesante y organiza buenas exposiciones temporales.
Aparte, el edificio en sí es una maravilla, con su techo acristalado de colores y su galería con vistas al río. Dentro, hay una cafetería decorada en estilo modernista con una terraza muy especial. Además, los jueves de 11:00 a 14:00 la visita es gratuita.
Si decides no entrar, al menos, admira su fachada desde el puente romano.
Horarios y tarifas de la casa Lis
Patio Chico, un rincón que descubrir en Salamanca
El segundo rincón es el patio Chico, un lugar perfecto para ver el conjunto arquitectónico de las dos catedrales. Además, aquí verás una increíble mezcla de estilos: el ábside románico de la catedral Vieja, la bizantina torre del gallo, la estructura gótica de la catedral Nueva, la plateresca fachada sur del crucero de esta, su cúpula barroca y el edificio renacentista adosado que aloja la sacristía catedralicia. ¿Quién da más?
Huerto de Calixto y Melibea, uno de los lugares más románticos que ver en Salamanca
El tercero es el huerto de Calixto y Melibea, que está justo al lado del Patio Chico, rodeado por las antiguas murallas. Se cree que este era el lugar donde se encontraban los protagonistas de la Celestina, escrita por Fernando de Rojas, estudiante de la Universidad de Salamanca.
Además, el jardín es uno de los lugares más románticos que ver en Salamanca. De hecho, en su pozo cuelgan ya los típicos candados del amor, que no pueden faltar en ninguna ciudad.
Aparte, desde aquí hay vistas a las catedrales y a la rivera del Tormes.
Puente Romano, uno de los lugares que visitar en Salamanca
Ahora nos dirigimos al Puente Romano, otro de los monumentos más emblemáticos que ver en Salamanca. Desde el otro lado, tendrás unas vistas maravillosas de la ciudad. Sin embargo, antes de cruzarlo, hay dos esculturas muy interesantes.
Monumento al Lazarillo de Tormes y el verraco de piedra
Por un lado, Lázaro es el protagonista de la famosa novela. Este habría nacido en Salamanca y en compañía del ciego habría estado en este lado del puente, donde se habrían parado frente al verraco de piedra. Es aquí donde Lázaro habría recibido un cabezazo contra el animal y aprendido la siguiente lección: «Necio, aprende, que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo”.
Por otro lado, el verraco es la estatua más antigua de Salamanca, del tiempo de los vettones, alrededor del IV a.C. Además, ha pasado por muchas vicisitudes. Así, en el S. XIX, fue arrojada al río. Tras un tiempo en el agua y rota en tres pedazos fue rescatada.
Se desconoce su función original y se cree que podía delimitar áreas, proteger al ganado o ser un símbolo totémico. Sea como fuere, forma parte del escudo de Salamanca, apareciendo en él sobre el puente romano.
Historia del Puente Romano
El puente romano fue construido por Trajano alrededor del S. I d.C, aunque ha sufrido muchas restauraciones a lo largo de los años. Así, a día de hoy, sólo la parte más cercana a la ciudad es de origen romano, es decir, de los 26 arcos, sólo los 15 primeros datan de esta época.
Su construcción vino de la necesidad de crear un paso al río Tormes, que se encontraba en la importante Vía de la Plata que unía Mérida con Astorga.
En este punto, te recomendamos pasear por la otra orilla para disfrutar de las vistas de la ciudad sobre el río. Sin embargo, si no tienes mucho tiempo, lo mejor es que vuelvas por el puente romano y sigas con la visita a la ciudad.
Si has decidido hacer el camino más largo, volverás al centro cruzando el puente Enrique Esteban. De aquí puedes ir recto hasta los restos de la antigua muralla, junto a las ruinas de la Iglesia de San Polo, o desviarte para pasar por el museo de la Automoción, desde donde hay buenas vistas de la Casa Lis, y de ahí, dirigirte ya a los restos de la antigua muralla.
Al llegar a la Cuesta de Carvajal, encontrarás un par de curiosidades que ver en Salamanca:
– La Cueva de Salamanca, donde, según la leyenda, impartía clases el Diablo.
Esta se corresponde a la cripta de la iglesia desaparecida de San Cebrián y ha pasado a la historia gracias a varios autores, entre ellos Miguel de Cervantes, que habla de ella en su entremés La Cueva de Salamanca.
Si quieres conocer la unión de Salamanca con la literatura española, puedes unirte al tour literario por Salamanca.
– El pequeño museo gratuito Salmantica Sedes Antiqua Castrorum, donde se muestran los restos más antiguos de la muralla, fechados en el S. IV a.C.
Aquí aprenderás sobre las fortificaciones de Salamanca, que ha tenido cuatro murallas a lo largo de su historia.
Iglesia de San Esteban, uno de los templos que visitar en Salamanca
Y de aquí nos dirigimos al convento dominico de San Esteban, otra joya plateresca que ver en Salamanca con mucha historia a sus espaldas. Y es que los dominicos llegaron a la ciudad a mediados del S. XIII. Sin embargo, el convento actual se construyó durante los siglos XVI y XVII.
Al llegar, seguro que te sorprende su fachada, donde está representado el martirio de San Esteban. Además, su interior es también muy interesante, sobre todo su claustro y los Capítulos, donde se reunían los domínicos a discutir temas de la Orden.
Y es que este convento jugó un papel importante en el descubrimiento de América. Así, Cristóbal Colón se alojó aquí, en el antiguo edificio, donde se reunió con Fray Diego de Deza, prior del convento y confesor de Isabel la Católica, para que le ayudara a convencer a la reina a financiar su viaje. Además, Colón también pasó por la Universidad, donde defendió sus ideas frente a los geógrafos.
Asimismo, aquí estuvieron importantes dominicos que fundaron la Escuela de Salamanca. Uno de ellos, Francisco de Vitoria, es considerado el padre del derecho internacional moderno y el principal defensor de los derechos humanos de los indios americanos.
Información de la visita a la iglesia de San Esteban
Por cierto, si te pones de espaldas a la fachada, tendrás frente a ti unas bonitas vistas de la catedral. Además, verás el convento dominico de Santa María, más conocido como las Dueñas.
Convento de las Dueñas, una sorpresa que descubrir en Salamanca
A pesar de ser bastante grande, el convento de las Dueñas pasa bastante desapercibido. Sin embargo, su interior esconde una auténtica joya que lo convierte en uno de los lugares que ver en Salamanca: su claustro.
Así, el convento lo fundó a principios del S. XV Doña Juana Rodríguez Maldonado en su palacio mudéjar del S. XIV. Su deseo era fundar un lugar donde pudieran retirarse las nobles señoras, de ahí su sobrenombre.
El claustro, su parte más bella, se construyó en el S. XVI y su curiosa forma de pentágono irregular se debe a que tuvo que amoldarse a la estructura del palacio. Una vez allí, no sabemos dónde decirte que centres tu atención, si en sus maravillosos medallones o en sus increíbles capiteles, donde el escultor vertió toda su imaginación y fantasía.
Para visitarlo, busca una pequeña puerta junto a la fachada plateresca de la iglesia. La entrada cuesta 3€ y su horario es de lunes a sábado de 10:30 a 12:45 y de 16:30 a 19:00. También verás el torno, donde puedes comprar los dulces que hacen estas monjas de clausura.
El horario puede cambiar en temporada baja.
Y vamos llegando al final del recorrido, aunque todavía queda alguna maravilla que ver en Salamanca antes de llegar de nuevo a la plaza Mayor, punto de inicio y final de esta ruta.
Plaza de Colón
De las Dueñas vamos a la plaza de Colón, donde está la estatua del Navegante. Un dicho popular en la ciudad es ¿A dónde apunta Colón? A la calle pan y carbón.
Alrededor de la plaza verás varios edificios interesantes, como la iglesia de San Pablo, la torre de los Anaya, que alberga una sala de exposiciones, el palacio de Orellana y la bonita torre del Clavero, con su característica forma octogonal del S. XV.
Palacio de Fonseca
Muy cerca se encuentre este palacio plateresco del S. XVI, que tiene uno de los patios más bonitos que ver en Salamanca.
Este se conoce también como el palacio de la Salina, ya que aquí se almacenaba la sal hasta finales del S. XIX. Actualmente, es la sede de la Diputación provincial.
Además, existe una leyenda sobre él que habla del arzobispo Alonso de Fonseca y su amante gallega, Juana Pimentel, conocida como La Salina. Según esta, durante una visita del Arzobispo a la ciudad en compañía de su amante, las familias de noble apellido no quisieron darle cobijo. Se dice que, enfadado, mandó construir este palacio y decoró el patio con figuras monstruosas que representaban a los nobles de Salamanca.
Sin embargo, la historia no es cierta, pues el arzobispo murió unos años antes de su construcción y su dueño, aunque Fonseca, no era este.
Si te gustan las leyendas, puedes unirte a este free tour de las leyendas de Salamanca.
Iglesia de San Martín
Antes de entrar en la Plaza Mayor, verás la iglesia románica de San Martín, que está parcialmente escondida detrás de varias casas. Esta fue construida a principios del S. XII, pero ha sufrido numerosas reformas. Así, originalmente tenía tres entradas románicas. Una es la que da a la plaza Mayor, la segunda está oculta tras la puerta renacentista de la calle de Rúa y la tercera ya no existe, pues se construyó sobre ella una capilla.
Puedes visitar parte de ella de manera gratuita entrando por la calle de la Rúa. Sin embargo, hay un pequeño museo al que se entra por la puerta de la plaza Mayor. En este, además de aprender sobre su larga historia, verás los restos de la tercera entrada..
Y llegamos al final del recorrido, aunque, por supuesto, quedan más lugares que ver en Salamanca. Por eso, si dispones de más tiempo, aquí te dejamos algunas ideas.
Otros lugares que ver en Salamanca
Mercado de abastos, donde comprar embutido en Salamanca
Justo al lado de la plaza Mayor está el mercado, que es el lugar perfecto para comprar el famoso embutido de Salamanca.
Además, en una de sus entradas está la estatua de una turronera de la Alberca, uno de los pueblos más bellos de España. Por cierto, si visitas Salamanca los días antes de Navidad, verás a estas mujeres en los soportales de la plaza vendiendo sus ricos productos, como turrones, frutos secos o miel.
Una iglesia convertida en tienda de ropa, un lugar diferente que descubrir en Salamanca
Si crees que has visto pocas iglesias, puedes ir a comprar ropa en una de ellas. Esta se encuentra en la Calle Toro, muy cerca de la plaza Mayor, en lo que fue la iglesia del convento de San Antonio el Real.
Justo enfrente verás la escultura del que fue seleccionador nacional, Vicente del Bosque. Y es que este nació en Salamanca.
Plaza de los Bandos
Por otro lado, si te ha llamado la atención la Guerra de los Bandos, un rincón que ver en Salamanca que te puede interesar es esta plaza, donde estaba la desaparecida iglesia de Santo Tomé, a la cual pertenecía uno de los bandos. Además, aquí está la casa de Doña María la Brava, que es la protagonista de uno de los episodios más sangrientos y vengativos de esta Guerra.
Así, dos de sus hijos fueron asesinado por los hermanos Manzano, miembros del bando enemigo. En venganza, ella los persiguió hasta darles caza en Portugal. Después, los mató, les cortó la cabeza y las arrojó sobre las tumbas de sus hijos en la iglesia de Santo Tomé. ¿Entiendes ahora su sobrenombre?
Iglesia de Sancti Spiritus
Sin embargo, si lo que más te han gustado son las fachadas platerescas, acércate a la iglesia de Sancti Spiritus. Además, en su interior verás un precioso techo mudéjar.
Barrio del Oeste: la zona alternativa que visitar en Salamanca
Y si quieres dejar de ver monumentos, ve al barrio del Oeste, donde puedes callejear en busca de sus muchos murales.
Eso sí, es probable que en el camino veas la iglesia de San Marcos, un templo románico de finales del S. XI con una curiosa forma circular.
Y ahora que ya te hemos mostrado los lugares que ver en Salamanca, esperamos que entiendas mejor las palabras que Cervantes escribió sobre ella en El Licenciado Vidriera:
«Salamanca, que enhechiza la voluntad de volver a ella a todos los que de la apacibilidad de su vivienda han gustado”.
Por cierto, puedes ver la ciudad desde otra perspectiva dando un paseo en globo por Salamanca.
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¡Una ruta súper completa por la ciudad! No conocía algunos detalles, como lo de la plaza más grande de la cristiandad antes de la construcción de la Plaza Mayor. O se me había olvidado… 🙈
Me alegro que te guste. Con tanta historia uno no puede recordarlo todo
Pocas veces he visto una narración tan preciosa.
Fui estudiante allí y sigo enamorado de esta ciudad y de tantos amigos que hicimos
Gracias
Muchas gracias! Nos alegramos mucho de que te haya gustado. Salamanca es una ciudad muy especial para nosotros
Que artículo más completo! nuestras felicitaciones! 😉 Saludos!
Muchas gracias!!