Qué ver en Mulay Idrís, Volubilis y Mequinez en un día

Mulay Idrís , Volubilis y Mequinez son sinónimo de lugar sagrado, ruinas romanas y ciudad imperial. Muy cerca unos de otros, son perfectos para conocerlos en una excursión de un día desde Fez. ¿Nos acompañas?

Collage de 8 fotos sobre que ver en Mulay Idrís, Volubilis y Mequinez en un día.

En nuestro viaje de tres días a Fez, aprovechamos para hacer una excursión a las ciudades cercanas de Mulay Idrís, Volubilis y Mequinez.

Pensamos que igual estábamos siendo un poco ambiciosos visitando estos tres lugares en un día, pero tuvimos tiempo suficiente para verlos y, además, resultó ser una combinación perfecta, gracias a que cada uno es totalmente distinto al otro.

Ya sea como día en una ruta por Marruecos o como excursión desde Fez, te recomendamos que hagas estas visitas.

En el blog tenemos más información sobre esta zona. Así, puedes echarle un vistazo a qué ver y qué hacer en Fez, consejos para viajar a esta ciudad imperial, donde no sólo hablamos sobre los lugares que ver, sino también sobre la gastronomía marroquí.

Y sin más dilación, comenzamos con qué ver en Mulay Idrís, Volubilis y Mequinez en un día.

Dónde están y cómo llegar

Todos ellos están a unos 65 kilómetros al oeste de Fez.
 
Mientras que Mulay Idrís y Volubilis se encuentran muy cerca uno de otro, a unos 5 kilómetros de distancia, Mequinez está a unos 30 kilómetros al sur de ellos. 
 
Para llegar, tienes varias opciones:
 

– En coche privado como parte de una ruta por Marruecos

Nosotros no hemos conducido por el país, pero si vimos el tráfico que había en Fez. Por eso te decimos, que, si decides alquilar un coche, tengas mucho cuidado y evites conducir por el centro de las ciudades.

 
Aunque nos hubiese gustado hacerlas, al viajar con una niña pequeña, preferimos viajar solos. La primera excursión que te proponemos no admiten menores de 10 años, pero la segunda sí. 
 
Excursión privada, que puedes reservar con tu alojamiento o con alguna de las numerosas agencias de viaje que te encontrarás en la Medina de Fez. También puedes llegar a un acuerdo con un taxista. 
 
Tras preguntar en varios lugares y recibir más o menos el mismo precio, acabamos reservando con una de las agencias que vimos en Talaa Kebira. La verdad es que son muy flexibles y en todos los lugares nos dejaban reservarla el día anterior a hacerla.
 
En marzo de 2024, el precio por un coche para todo el día con conductor fue de 90€, nos recogió a las 9:30 en la puerta Azul y volvimos a Fez sobre las 19:00.
 
– En transporte público, que es la opción más económica. Aunque de esta manera no da tiempo a hacer todas las visitas en un solo día. 
 
Para llegar en transporte público, lo mejor es que vayas a Mequinez en tren, que llega en menos de 1 hora a esta ciudad y hay viajes con bastante frecuencia. Una vez allí y, tras conocer la ciudad, puedes ir a Volubilis o a Mulay Idrís en Grand taxi. 
 

La estación de tren de Fez está entre la Ville Nouvelle y Fez el-Jdid, a unos 4 kilómetros de la puerta Azul.

La estación de Mequinez es Al Amir Abdul Kader y está a unos dos kilómetros y medio del centro.

Primera parada: Mirador al lago Sidi Chahed

A 30 kilómetros de Fez, el conductor nos paró en un mirador para ver el lago artificial Sidi Chahed. 
 
Las vistas eran muy bonitas y en el lugar había puestecitos donde podías comprar alguna bebida.

Segunda parada: Ciudad sagrada de Mulay Idrís

Mulay Idrís es una pequeña localidad en la base del monte Zerhoun y su Medina no tiene grandes edificios. Eso sí, es uno de los lugares de peregrinaje más importantes de Marruecos

Su nombre ya nos indica el porqué de su importancia, pues se refiere a Idrís I, descendiente directo de Mahoma y fundador de la dinastía Idrisí, que gobernaron del 788 al 974, siendo muy importante para la islamización de Marruecos.

En el S. VII, Idrís I se asentó en Walili (Volubilis) y llegó a ser el líder religioso más importante de la zona. A su muerte, fue enterrado cerca de Walili. 

El lugar se convirtió en un lugar de peregrinaje, aunque su importancia no fue siempre la misma durante las distintas dinastías gobernantes, disminuyendo tras la caída de los Idrísidas. 

A partir del S. XIV, vuelve a ganar importancia la figura de Idrís y, además, en 1318, fue redescubierta su tumba, lo que atrajo aun más el interés hacia este lugar. 

A comienzos del S. XVIII, bajo el gobierno de Mulay Ismail, el mausoleo fue reconstruido en mayor tamaño y en los siglos XIX y XX, volvió a ampliarse y redecorarse.

Como ciudad santa, la zona ha estado prohibida para los no musulmanes, pero, a día de hoy, podemos visitarla, aunque no nos permiten entrar en el mausoleo, el cual sólo podemos ver desde la entrada. 

Qué ver en Mulay Idrís

Plaza Principal

Al llegar a Mulay Idrís, lo primero que vimos fue su plaza principal, que está rodeada de tiendas.

Este es un buen lugar para ver cómo se desarrolla la vida tradicional en esta localidad. Te adelantamos que uno de los sonidos que más oirás será el rebuznar de los numerosos burros que cruzan sus calles transportando distintas mercancías. 

Mausoleo de Mulay Idrís

Justo al lado de la plaza está la entrada al lugar más importante de la ciudad: el mausoleo o zawilla de Mulay Idrís

Es desde aquí desde donde los no musulmanes podemos verlo. Además, desde los miradores podrás ver sus tejados verdes y hacerte una idea de su tamaño.

Una vez visto el mausoleo, es hora se introducirse en su pequeña Medina, donde, entre casas de baja altura y pequeñas tiendas de alimentación, tendrás que encontrar la mezquita Sentissi y dos miradores.

La ciudad se encuentra en las laderas de dos colinas, con el mausoleo en el centro de ambas. Por eso, para llegar a los sitios que te vamos a indicar, subirás alguna que otra cuesta. 

No hay señales, por lo que tendrás que ir pidiendo ayuda a las personas que veas. De todas formas, la Medina no es muy grande, por lo que, aunque te equivoques de calle, acabarás encontrando tus objetivos. Y, aunque Google no sea de gran ayuda, si que sirve para orientarse un poco.

A nosotros se nos acercó un hombre en el mausoleo que se puso a guiarnos, pero cuando le dijimos que no teníamos dinero, se fue. Es poco probable que no te encuentres con nadie que se ofrezca a llevarte, aunque sea a cambio de una propina.

Mezquita Sentissi y su minarete cilíndrico

La Mezquita Sentissi fue construida en 1939 y no tendría mucho interés sino fuera por su curioso minarete, que es el único con forma cilíndrica de Marruecos. Además, esta decorado con azulejos verdes y con letras árabes describiendo partes del Corán.

Miradores de la Medina

Subiendo por la medina te encontrarás con dos miradores, la pettite Terrase, y, muy cerca, la grande Terrase, desde donde tendrás las mejores vistas.

Mirador en las afueras de la ciudad

Saliendo de Mulay Idrís, de camino a Volubilis, el conductor nos paró en un mirador junto a la carretera. 

Este es un buen lugar para ver como la ciudad se encuentra en las faldas de dos colinas con el mausoleo en medio.

Tiempo estimado para la visita a Mulay Idrís: 1 hora.

Si tienes tiempo e interés, puedes acercarte al acueducto Haroune, a 1,5 kilómetros del centro.

En algunos sitios pone que es romano, pero en otros, que es de comienzos del S. XX. Eso sí, todos los que van coinciden en que está un poquito abandonado, pero que, aún así, retiene su encanto. Nosotros no fuimos.

Tercera parada: antigua ciudad romana de Volubilis

La zona de Volubilis ha estado habitada, al menos, desde el Neolítico.

Alrededor del S. III a.C., llegaron los cartagineses y, tras su caída, le siguieron los romanos. 

La región de Volubilis era muy fértil y producía importantes productos de exportación, como el aceite de oliva. Esto le permitió crecer y enriquecerse, alcanzando su apogeo en el S. II. La ciudad fue la capital de esta provincia romana y llegó a alcanzar los 22.000 habitantes.

El control de Roma acabó en el S. III, aunque la ocupación de la ciudad continuó, pues hay mosaicos que datan de fechas posteriores. Se cree que el fin de la ciudad romana pudo ser por un terremoto a finales del S. IV.

A comienzos del S. VIII llegaron los árabes y la llamaron Walili, siendo habitada por una tribu bereber. A finales de siglo, se estableció aquí Moulay Idrís, que gobernó hasta que fue asesinado en esta ciudad en el año 791.

Su hijo, Idrís II, trasladó la capital a Fez, haciendo que Volubilis perdiera su importancia política.

La ciudad seguiría habitada durante varios siglos, pero en el S. XIV estaba ya casi abandonada. En el S. XVII, Moulay Ismail usó sus restos de cantera para levantar su nueva ciudadela imperial en Mequinez.

Un terremoto a mediados del S. XVIII la acabó de destruir.

Las primeras excavaciones en el lugar se realizaron a finales del S. XIX y, en 1997, Volubilis fue incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Información práctica para visitar Volubilis

Precio a marzo de 2024: 70 MAD; 30 MAD para menores de 12 años. No nos hicieron pagar por nuestra hija de 4 años.

Horario: Abre a las 8:30 y cierra: a las 17:30 en enero, noviembre y diciembre; a las 18:00 en febrero y octubre; a las 18:15 en marzo; a las 19:15 en abril; a las 19:30 en mayo y junio; a las 19:00 en julio y agosto y a las 18:45 en septiembre.

Esta información la sacamos del cartel a la entrada al yacimiento arqueológico.

Nosotros hicimos la visita por libre, pero habíamos leído que a la entrada podías reservar un guía. La verdad es que no preguntamos por esta opción.

Qué ver en Volubilis

La antigua ciudad romana de Volubilis es uno de los mejores yacimientos arqueológicos de Marruecos, en el que podrás ver importantes edificios públicos y varias casas que demuestran la prosperidad de la ciudad, gracias a los mosaicos que todavía decoran sus suelos y que son la parte más conocida de Volubilis. 
 

Al comprar la entrada no nos dieron ningún tipo de información, pregunté por un mapa, pero me dijeron que no tenían.

Sin embargo, no fue muy grave, pues por el camino hay carteles con información de cada edificio, en árabe, francés e inglés, y también mapas del recinto con una ruta recomendada. 

Cuando nosotros visitamos Volubilis en marzo de 2024, el centro de interpretación que está cerca de la entrada estaba cerrado. 

Así, algunos de los puntos más interesantes que verás en tu visita son:

– En el sur está la casa de Orfeo, de gran tamaño y con varios mosaicos, uno de los cuales, el que representa a este dios tocando un arpa, es el que le da su nombre.

Tip: para saber dónde están los mosaicos en el yacimiento, busca zonas cuyo acceso esté limitado por cordones. 

– Ya hemos dicho que Volubilis fue un importante productor de aceite de oliva. Además de restos de construcciones dedicadas a su elaboración, se ha reconstruido una prensa de aceite romana, que está muy cerca de la casa anterior.

– También en este área están las termas de Galeno, donde podrás ver su sistema de calefacción.

– Y enseguida llegas al centro de la vida pública de Volubilis: el foroel templo Capitolino, construido en el 218 d.C y dedicado a los tres dioses principales de los romanos, Júpiter, Juno y Minerva, y la basílica, donde se reunía el gobierno de la ciudad y se impartía justicia.

Mientras recorres las ruinas, podrás ver en la distancia la cercana ciudad de Mulay Idrís.

– Cerca del foro está la casa del acróbata, con un curioso mosaico que representa a un hombre montado en un burro, pero en la dirección equivocada.

– Y ya estás en el arco de Caracalla, uno de los edificios más visibles del yacimiento, que fue construido en mármol en el 217 d. C, en honor al emperador Caracalla y su madre.

En este arco del Triunfo comienza la calle principal de la ciudad, el Decumanos Maximus, a cuyos lados están la mayoría de las mansiones de Volubilis, aquellas que destacan por sus mosaicos. 

Algunas de las casas que verás en esta zona son:

La casa del Efebo, cuyo nombre viene de una estatua que fue encontrada allí. 

La casa del caballero, con el mosaico de Baco junto a Ariadna dormida.

La casa de los trabajos de Hércules, con un mosaico que representa las doce tareas que tuvo que cumplir este semidios. 

El palacio Gordiano, el edificio más grande de Volubilis.

La casa de Venus, una de las más lujosas de la ciudad con baños privados y mosaicos del S. II d. C.

Y ya llegamos al extremo norte de la ciudad, donde está la puerta de Tingis, más modesta que el arco de Caracalla.

Tiempo estimado para la visita a Volubilis: mínimo hora y media, mejor unas dos horas.

Cuarta parada: Mequinez

Mequinez, en francés Meknés, es la más modesta y menos visitada, de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos, junto con Fez, Marrakech y Rabat. Una ciudad tranquila, en cuya visita encontrarás más sosiego que en la caótica cercana ciudad de Fez. 

Su nombre recuerda el de la tribu bereber Meknasa, que se asentó en esta zona alrededor del S. X. 

En el S. XI, los almorávides fundaron un asentamiento, considerado como el comienzo de su antigua medina. Sin embargo, los almohades destruyeron la ciudad tras un largo asedio en el S. XII, aunque fue reconstruida.

Bajo la dinastía Meriní, que comenzó a mediados del S. XIII, Mequinez sería la residencia de príncipes y visires. Además, en esta época se construyeron sus principales madrazas.

En el S. XVI y XVII, la capital pasó a ser Marrakech y Mequinez perdió importancia, teniendo que esperar a la dinastía alauita, en la segunda mitad del S. XVII, para vivir su periodo de mayor prestigio. 

Así, en la segunda mitad del S. XVII, bajo el gobierno de Moulay Isma’il, Mequinez se convirtió en la capital de Marruecos y el sultán mandó construir una impresionante ciudadela imperial al sur de la antigua ciudad. El trabajo fue realizado por trabajadores asalariados, así como por esclavos, especialmente, prisioneros de guerra cristianos.

Tras su muerte, la ciudad perdió su papel de capital y, además, en 1755, quedó dañada por un terremoto. Mequinez dejó de ser importante.

En la época francesa, a comienzos del S. XX, se creó la Ville Nouvelle, al noreste de la ciudad vieja, y la capital se trasladó de la cercana Fez a Rabat.

En 1996, Mequinez fue incluida en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.

La ciudad vieja sufrió cierto abandono y, en los últimos años, se ha estado trabajando en su conservación y restauración. 

Cuando nosotros la visitamos en marzo de 2024, estaban en marcha varios proyectos de restauración y muchas de sus principales visitas estaban cerradas al público. 

Por eso, si estás pensando en ir a Mequinez, chequea antes cómo van las obras, porque, si te somos sinceros, a nosotros la visita nos supo a poco, pues todo estaba cerrado por obras o cubierto por andamios. 

Sin embargo, no vamos a quejarnos, las obras de restauración en la ciudad eran necesarias, sólo que podían haberlas espaciado un poco en el tiempo.

Qué ver en Mequinez

A veces llamada la Versalles Marroquí, la ciudad está rodeada por más de 40 kilómetros de murallas y guarda varios lugares para visitar.

Ciudadela real de Mulay Isma‘il

El gobernante más importante para Mequinez fue Moulay Isma’il, que también jugó un papel importante en la historia de Marruecos, gobernando el país durante 55 años.

El sultán convirtió a Mequinez en la capital del país, construyendo para ello una imponente ciudadela imperial, que comenzó a levantar en cuanto subió al trono en 1672, usando restos de la ciudad de Volubilis y también de palacios de dinastías anteriores.

Esta se encontraba al suroeste de la Medina y era un monumental complejo que contenía tres palacios principales y otros elementos como jardines y embalses. 

La ciudad-palacio de Ismail destacó por su gran tamaño y por su desarrollada infraestructura. Así, ocupaba un área más grande que la Medina y funcionaba como una ciudad independiente, con fortificaciones, un sofisticado suministro de agua, reservas de alimentos y tropas. Este proyecto tan ambicioso se ha ganado el sobrenombre del Versalles marroquí.

Sin embargo, esta zona sufrió grandes daños en el terremoto de 1755 y, a día de hoy, muchos de estos edificios han desaparecido o están en ruinas. Así, sólo quedan unas pocas estructuras que se pueden visitar.

Como ya hemos dicho, la ciudad está llevando a cabo grandes reformas y esta zona nos la encontramos en obras, por lo que no la pudimos descubrir como nos hubiera gustado.

Algunas de las visitas que puedes hacer en la ciudadela son:

Antiguas fortificaciones

La ciudadela estaba protegida por un potente sistema de murallas y todavía hoy podemos ver algunos de sus muros. Asimismo, han sobrevivido alguno de los bastiones que defendían sus esquinas principales, como Borj Belkari, que alberga un museo de cerámica. No llegamos a acercarnos, pero parece que está abierto.

Las murallas exteriores de la ciudadela podrás verlas en el lado sureste de la medina y de la plaza El-Hedim. 

Es en el lado sur de esta plaza donde está la puerta más famosa y bonita de la ciudadela: Bab Mansour, que comenzó a construirse en los últimos años del reinado de Moulay Isma’il, pero fue terminada en 1732 por su hijo Moulay Abdallah.

El objetivo de esta puerta, más que jugar un papel defensivo, era el de impresionar a los visitantes. Su nombre dicen que recuerda a su arquitecto, Mansour al-‘Alj, un ex esclavo cristiano convertido al Islam.

Nosotros encontramos la puerta cubierta por andamios, pero al menos su puerta vecina, Bab Jama’ en-Nouar, que es de menor tamaño, era parcialmente visible.

Dicen que Bab Mansour es la puerta más bonita de Marruecos, como puedes ver por la foto, no podemos saber si esta afirmación es cierta o no.

Y aunque esta es la más llamativa, en Mequinez se han conservado otras puertas de entrada, por lo que si tienes tiempo, puedes ir en busca de alguna de ellas.

Cruzando la puerta Bab Mansour, o alguna de las que encuentres abiertas, te encontrarás en la espaciosa plaza Lalla Aouda, donde, seguramente, te ofrecerán un paseo en calesa por la ciudad. 

Este lugar era el mechouar del palacio, es decir, un patio de armas donde se celebraban ceremonias, recepciones y desfiles militares. Desde aquí verás el minarete de la Mezquita Lalla Aouda, que era la principal mezquita de la ciudadela y que fue reconstruida por Moulay Isma’il.

Mausoleo de Mulay Isma’il

El mausoleo que alberga la tumba de este gobernante formaba parte de Dar al-Kebira, el palacio más antiguo de la ciudadela, que fue el palacio privado de Moulay Isma’il y su familia.

El sultán eligió este lugar por encontrarse aquí la tumba de un santo local, Sidi ‘Abd ar-Rahman al-Majdub, un poeta y místico sufí del S. XVI.

Esta es una de las visitas imprescindibles que hacer en Mequinez. Y es que es uno de los pocos edificios religiosos de Marruecos en los que podemos entrar los no musulmanes, aunque no puedas acercarte a la tumba.

El complejo fue construido en 1703, pero ha sido modificado y ampliado varias veces, sobre todo bajo el gobierno de su hijo, Ahmad ad-Dhahabi, quien también está aquí enterrado, así como  el sultán Mulay Abd ar-Rahman, que murió en 1859.

En el interior podrás entrar en varios patios y habitaciones, que están decorados con elementos típicos de la arquitectura marroquí. Además, se cree que usaron también restos de antiguos palacios saadíes de Marrakech que fueron tomados por Mulay Ismail.

Y hasta aquí podemos leer, ya que no pudimos entrar, pues estaba cerrado por un importante funeral que se estaba llevando a cabo en su interior. Eso sí, está abierto, sólo que nosotros coincidimos con una celebración.

Cúpula de los embajadores

Muy cerca del mausoleo, está la sala de recepción de embajadores extranjeros de Moulay Isma’il, que más tarde sería usada como taller de confección de uniformes militares y carpintería. 

En nuestra visita, la plaza donde se encuentra estaba en obras. Por eso, no pudimos visitarla, ni tenemos información de cuándo, ni cómo, se podrá ver.

Prisión de Qara

Frente a la cúpula de los embajadores y en el subsuelo de la plaza, hay grandes cámaras abovedadas, que, aunque se describen como prisión para los cristianos prisioneros, es más probable que sirvieran de granero en la época de Moulay Isma’il.

Estas serían uno de los lugares donde se almacenaban las provisiones, para que la ciudadela pudiera sobrevivir a un largo asedio.

De la misma manera que el anterior, la prisión de Qara estaba cerrada.

Palacio Real

El recinto del palacio real está separado del mausoleo por la avenida Bab Marrah, que está limitada por dos altos muros. Nosotros entramos por aquí al centro de la ciudad y quedamos bastante impresionados.

El palacio real, o Dar al-Makhzen, está en el corazón de la ciudadela imperial y fue construido a comienzos del S. XVIII.

El edificio, que está fortificado, todavía está en uso como residencia ocasional del rey de Marruecos, por lo que no es accesible y tendrás que conformarte con ver su puerta de entrada, que no es tan llamativa como la de Fez. Por eso, no la consideramos una visita imprescindible en Mequinez y no te aconsejamos acercarte sólo para ver esto.

Hay una parte del recinto del palacio al cual puedes entrar para echar un rápido vistazo y es el que funciona de campo de golf, cuya entrada está cerca del mausoleo. La verdad es que es curioso ver un campo de golf en el centro de la ciudad.

Heri es-Souani

Sin embargo, si en tu visita ya ha abierto este complejo del que te vamos a hablar y en el que te puedes hacer una idea de la antigua grandeza de la ciudadela, si que merece la pena que te acerques a esta zona, que está a unos dos kilómetros y medio del centro.

Este gran edificio sirvió como granero para la ciudadela y formaba parte de un complejo más grande, que también proporcionaba agua a los palacios, con una gran cuenca de agua cercana, Bassin Souani, un lugar que parece bastante tranquilo.

Así, la estructura principal constaba de dos partes: la casa de las diez norias, que abastecía de agua a la ciudad imperial a través de un sistema de canales de arcilla, y Heri es-Souani, un gran área de almacenamiento. 

En nuestra visita estaba cerrado por obras de restauración, pero puede ser una de las vistas más interesantes de Mequinez.

Ciudad vieja de Mequinez o Medina

Por otro lado, está la Medina de la ciudad, donde podrás perderte por sus calles estrechas y ver sus zocos. Esta es menos caótica que la de Fez, menos visitada y, por supuesto, más pequeña.

Además, nadie intentó guiarnos, ayudarnos o vendernos nada, por lo que fue un paseo muy agradable, aunque, ciertamente, no tenga tanto encanto como la de Fez.

Por cierto, Mequinez destaca por los damasquinados, que son productos de metal, decorados con incrustaciones de hilo de plata.

En la Medina destaca la madraza de Bou Inania, la cual se puede visitar.

Madraza de Bou Inania

Antes que nada, decir que está cerrada por restauración, por lo que tuvimos que conformarnos con ver su bello interior en fotos.

La madraza Bou Inania es un buen ejemplo de escuela coránica profusamente decorada del período meriní, que fue fundada por Abu al-Hasan Ali ibn Othman, en la década de 1330. Este era padre de Abu Inan Faris, que fundó la madraza de Bou Inania de Fez.

Esta madraza era una de las varias que había cerca de la gran mezquita de Mequinez, la principal de la ciudad y uno de los edificios más antiguos de la Medina, donde también se daban clases. Si no eres musulmán, no podrás entrar y tendrás que verla sólo por fuera, así como ver su minarete decorado con azulejos verdes.

Las madrazas no sólo se dedicaban a impartir ciencias islámicas, sino también a proporcionar alojamiento a los estudiantes y en la madraza de Bou Inania había celdas para 39 estudiantes.

Museo Dar Jamai
Y por fin una visita que sí pudimos disfrutar en Mequinez, el museo Dar Jamai, que está ubicado en un bonito palacio de finales del S. XIX, que perteneció a Mohamed Ben Larbi Jamai, gran visir del sultán Mulay Hassan.
 

Durante el protectorado francés, el palacio se usó de hospital militar, luego de tribunal militar y, finalmente, se convirtió en museo. Hace poco que se ha restaurado, lo que se ve en su perfecto estado de conservación.

En sus salas podrás aprender sobre la música del país, sus tradiciones y géneros. Aunque no vamos a engañarte, lo que realmente merece la pena es el edificio. Y es que sus patios y salas están bellamente decoradas, siguiendo la arquitectura tradicional marroquí. Además, tiene un patio con jardín y árboles frutales.

El palacio está en el extremo norte de la plaza el-Hedim y, junto a la actual entrada al museo, hay una gran fuente monumental decorada con azulejos que fue creada en 1913.

Información práctica sobre el museo
 
Precio de la entrada: 30 MAD y 20 MAD para mayores de 10 años.
 
Horario: abre de 10:00 a 18:00 y cierra los martes.
 
Te dejamos la página web del museo Dar Jamai para que puedas ver su información actualizada.
 
Plaza El-Hedim

Y terminamos con esta amplia plaza, que también estaba en obras, cuyo nombre significa plaza de los escombros, por la gran cantidad que se amontonaron aquí cuando Moulay Isma’il demolió la antigua ciudadela y despejó el área para la construcción de su nueva ciudad.

Esta plaza dicen que recuerda, en pequeño tamaño, a la plaza Yamaa el Fna de Marrakech. Además, igual que aquella, se convierte en un lugar muy animado por las tardes. Nosotros no podemos confirmarlo, ni hemos estado en la de Marrakech ni vimos esta en su mejor momento.

Si le dedicas más tiempo a esta ciudad, siempre puedes tomarte un té o un zumo en alguna terraza de las que están alrededor de la plaza, disfrutando del ambiente. 

Por supuesto, será mejor cuando terminen las obras.

Comer en Mequinez

Nosotros comimos muy cerca del mausoleo, en el Palais Ismailia, que es muy turístico, pues estaban dando de comer a muchos tours. La comida estaba muy rica y el servicio fue bueno. Te recomendamos la pastilla, que parece que es muy típica de Mequinez. Pagamos 150 MAD por menú, que incluía ensaladas marroquíes, primer plato y postre.

Hablamos más sobre la gastronomía marroquí en consejos para visitar Fez.

Y, aunque quedamos satisfechos, creemos que puede haber sitios mejores a los que ir, en base a nuestra buena experiencia con los restaurantes de Fez. 

Nosotros fuimos, porque nuestro chófer nos dijo que iba a comer a un sitio muy bueno y que si queríamos ir con él. Y, pensando que sería un local tradicional, le dijimos que sí, pero él no se quedó a comer, por lo que nos entró la duda de si nos llevó por ser amigo del dueño o por un problema con el idioma.

Y es que, aunque los marroquíes son muy simpáticos, siempre te entra la duda de si estarán queriendo sacar algún partido del turista. 

Tiempo estimado para la visita a Mequinez: en el estado de obras en el que se encuentra ahora, no necesitarás más de dos horas. 

Si vas en un futuro y quieres visitar todos sus interiores, es probable que necesites algo más de tiempo para conocerla, algo así como 4 horas, sobre todo si te acercas a la zona del palacio real, que está a unos dos kilómetros y medio del centro.

Para moverte dentro de las ciudades puedes usar los petit taxis, que son muy baratos.

Mapa con los lugares qué ver en Mequinez

Mapa indicando los lugares más interesantes que ver en Mequinez

¿Vas a viajar a Marruecos?

Pues esta información puede resultarte útil. Además, al usar nuestros enlaces nos ayudas a seguir creando contenido 😊

Encuentra los mejores vuelos con Skyscanner

Encuentra los mejores hoteles con Bookingquehoteles

Busca tu coche de alquiler con Rentalcars

Sácale el máximo partido al viaje con las actividades de Civitatis o GetYourGuide

Guarda todos tus recuerdos con un álbum personalizado de 51Trips y ahórrate un 5% con nuestro código VIAJANDODEINCOGNITO

2 comentarios en “Qué ver en Mulay Idrís, Volubilis y Mequinez en un día”

  1. Qué artículo más completo! 😉 nos trasladamos a Marruecos con vuestro post, con vuestra descripción tan detallada, gracias por compartir! Saludos! 🙋‍♂️🙋‍♀️

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *