El fin de Napoleón se decidió en una batalla el 18 de junio de 1815, cerca de una pequeña ciudad que pasó a la historia gracias a ella. Por si no fuese suficiente, el grupo sueco ABBA trajo de nuevo su nombre a la memoria cuando ganaron Eurovisión en 1974. Estamos hablando de Waterloo, que pertenece a la región belga de Valonia y que está a unos 20 kilómetros de Bruselas. Un lugar por todos conocido… al menos de oídas: Wa-Wa-Wa-Wa-Waterloo ¿Nos acompañas?
¿Sabes qué pasó en la batalla de Waterloo? ¿dónde ocurrió? ¿quiénes se enfrentaron? o ¿cuáles fueron sus consecuencias? Todas estas respuestas las encontrarás en el campo de batalla de Waterloo y en este post vamos a contarte cómo visitarlo.
La famosa batalla se desarrolló a menos de 20 kilómetros al sur de Bruselas, en Waterloo, en lo que hoy es la región de Valonia, en la frontera con Flandes. Esta recibe su nombre de esta pequeña ciudad belga, aunque también llegó a ser conocida como la batalla de Mont Saint-Jean o como la Hermosa Alianza.
Tuvo lugar el 18 de junio de 1815 y enfrentó al ejército del I Imperio francés, comandado por Napoleón Bonaparte, y al de la Séptima Coalición, que contaba con tropas de Reino Unido, Países Bajos, Hannover, Brunswick, Nassau y Prusia, y cuyos principales comandantes eran el duque de Wellington y el mariscal von Blücher.
La batalla de Waterloo duró sólo un día, un largo y sangriento día. Durante más de 10 horas, casi 200.000 hombres se enfrentaron bajo el fuego de 500 cañones y con 35.000 caballos. Se conoce su desarrollo, los movimientos de cada ejército y sus momentos clave. La victoria no siempre estuvo del lado de los aliados, de hecho, hacia el mediodía, pintaba mucho mejor para los franceses. Uno de los factores que cambió el rumbo de la batalla fue la llegada de los prusianos. Todo esto se refleja en los distintos lugares que puedes visitar del campo de batalla, que no está igual que entonces, pero que sigue siendo el marco perfecto para aprender sobre la batalla que trajo, tras un largo periodo bélico, una paz relativa a Europa.
Nosotros llegamos al campo de batalla de Waterloo sin esperar mucho y al final se convirtió en una de las visitas que más nos gustó de nuestra ruta por Valonia. No esperes grandes monumentos, ni vistas espectaculares, pues su mayor reclamo es su conexión a la batalla. En nuestra opinión, merece la pena visitar este lugar que te permite viajar en el tiempo y rememorar la batalla que supuso la derrota final de Napoleón y que cambió el orden de Europa.
Índice
Cómo llegar a Waterloo
Waterloo se encuentra a unos 20 kilómetros al sur de Bruselas. Sin embargo, el campo de batalla se encuentra a unos 5 kilómetros de esta localidad. Además, hay un par de lugares relacionados con la batalla que se encuentra fuera de este. Uno es la casa donde pasó la noche Wellington, que se encuentra en la propia Waterloo, y el otro es el lugar donde pasó la noche Napoleón, que se encuentra en Genappe, a unos 5 kilómetros al sur del campo de batalla. Dispersados, verás numerosos memoriales a los caídos de las diferentes tropas.
Si llegas en coche, como nosotros, en el campo de batalla, muy cerca del montículo del león, hay un aparcamiento gratuito. Cuando llegamos, a eso de las 15:00 de la tarde un sábado de mayo, quedaban pocos huecos.
También puedes llegar en tren a Waterloo o a la cercana localidad de Braine l´Alleud. Luego puedes moverte en autobús, el número 365 para en los distintos puntos a visitar.
Si vienes desde Bruselas, puedes tomar la línea de autobús W, que te deja en Waterloo o en Braine l´Alleud.
Para informarte sobre rutas y horarios de trenes, entra en la página web de la compañía de trenes belga. Para informarte sobre los autobuses, puedes entrar en la página oficial de TEC, la empresa que gestiona los transportes en Valonia.
Cuánto dura la visita a Waterloo
Creemos que el tiempo mínimo para explorar el campo de batalla es de unas 3 horas. Nosotros estuvimos unas 3 horas y media y, para poder llegar a la granja de Hugoumont y ver su audiovisual, tuvimos que ver el museo memorial en menos tiempo del que nos hubiese gustado. Además, no pudimos visitar ni la casa de Wellington ni la de Napoleón. Si estás muy interesado en el tema, lo mejor es que le dediques un día.
Waterloo puede ser una buena excursión desde Bruselas o una parada en una ruta por la menos conocida región belga de Valonia. Sea como fuere, para encontrar las mejores ofertas de vuelos a Bélgica, te recomendamos usar Skyscanner, desde donde también podrás reservar hoteles y coches de alquiler.
Antecedentes históricos
Antes de hablar sobre lo qué puedes ver en Waterloo y sus alrededores, déjanos que te contemos cómo estaba la situación en Europa antes de la batalla. Lo haremos de manera muy breve, las guerras napoleónicas dan para mucho y no es el objetivo de este post darte una clase sobre ellas. Además, te contaremos algo sobre la batalla que supuso el fin de Napoleón y del Primer Imperio francés, pero sin entrar en detalles, pues para eso está el sitio de Waterloo, con sus exhibiciones y audiovisuales.
En capítulos anteriores…
En 1803, Gran Bretaña declaró la guerra a Francia y formó la Tercera Coalición con Austria, Suecia, Rusia y Nápoles. Durante la batalla de Trafalgar, la flota británica derrotó a la armada franco-española, pero en diciembre de 1805, Napoleón derrotó al ejército aliado ruso y austriaco, poniendo fin a la Tercera Coalición. En 1806, se crea la Cuarta Coalición, en la que se incorpora Prusia. Sin embargo, Napoleón derrotó a los prusianos y a los rusos. En 1809, comenzó de nuevo la guerra con la Quinta Coalición, liderada por Austria, que fue finalmente derrotada. En 1808, Napoleón invadió la Península Ibérica. En 1814, con el apoyo británico, españoles y portugueses consiguen expulsar a los franceses. Al mismo tiempo, en 1812, Napoleón trató de invadir Rusia, pero la campaña fue un desastre para la Gran Armada francesa, que acabó retirándose.
Esta derrota fue un aliciente para las potencias europeas que habían sido derrotadas anteriormente por Napoleón. Así, Reino Unido, Austria, Prusia, Suecia y Rusia formaron la Sexta Coalición e iniciaron una nueva guerra contra Francia. Finalmente, en 1813, el ejército de la coalición derrotó a Napoleón e invadió Francia, obligándole a abdicar. El emperador francés fue exiliado a la isla de Elba.
En febrero de 1815, Napoleón logró escapar y tomar de nuevo el control de Francia. En respuesta a su regreso, los aliados formaron la Séptima Coalición, la última alianza militar de las potencias europeas contra el emperador francés.
Y así llegamos a junio de 1815 y a la batalla de Waterloo, en la que se enfrentaron el ejército francés, bajo el mando de Napoleón Bonaparte, y dos ejércitos de la Séptima Coalición: una fuerza liderada por Arthur Wellesley, el duque de Wellington, con unidades del Reino Unido, Países Bajos, Hannover, Brunswick y Nassau, y el ejército prusiano, al mando del mariscal de campo Gebhard Leberecht von Blücher.
Los ejércitos de Wellington y Blücher estaban acampados cerca de la frontera francesa y Napoleón quería atacarlos por separado para ganarles antes de que se uniesen con otros miembros de la coalición. El 16 de junio, los franceses derrotaron a los prusianos en la batalla de Ligny, logrando que se retirasen. Sin embargo, estos lo hicieron con orden y siempre dentro de la distancia de apoyo a Wellington y en comunicación con él. El mismo día, una parte del ejército francés, al mando del mariscal Ney, participó en la batalla de Quatre Bras, un cruce estratégico, donde consiguieron bloquear al ejército anglo-aliado, que no pudo ayudar a los prusianos en Ligny.
El 17 de junio, Wellington se retiró al norte, hasta Waterloo. Napoleón le siguió y envió unos 33.000 hombres, comandados por el mariscal Grouchy, a perseguir a los prusianos. Esto dio lugar a la batalla de Wavre, a unos 15 km de Waterloo, los días 18 y 19 de junio. Y aunque los franceses salieron victoriosos, no importó mucho, pues los prusianos impidieron que estas tropas francesas participasen en la definitiva batalla de Waterloo, donde podrían haber ayudado a Napoleón a ganar y cambiar el curso de la historia.
Y por fin, el domingo 18 de junio de 1815, se produjo el enfrentamiento más decisivo de la campaña: la batalla de Waterloo.
Wellington sabía que el ejército prusiano estaba en camino para apoyarlo, así que decidió ofrecer batalla en la meseta del Mont-Saint-Jean, cerca de Waterloo. Durante gran parte del día, el ejército francés atacó las posiciones anglo-aliadas, pero estos consiguieron resistir los repetidos ataques y, aunque la victoria estuvo por momentos del lado de Napoleón, el ejercito de Wellington fue finalmente ayudado por 50.000 prusianos que llegaron progresivamente. Al final, el ejército francés fue derrotado.
Como resultado, Luis XVIII volvió al trono de Francia, el emperador Napoleón Bonaparte se rindió y fue exiliado a la isla de Santa Elena, donde murió en 1821.
La batalla puso fin también a las continuas guerras que se habían desarrollado en Europa desde la Revolución Francesa a finales del s. XVIII, lográndose un periodo de paz relativa en Europa continental.
Qué ver en Waterloo
La visita principal es el campo de la batalla de Waterloo, cuyo terreno ha sido alterado desde 1815. Sin embargo, aun quedan recuerdos de ella. De la batalla se conocen muy bien los movimientos que se realizaron y las ofensivas, así como cuando ocurrieron. Todo ello se muestra en los diferentes sitios del memorial, al cual sabrás que has llegado cuando veas el Montículo del León, una colina artificial construida con tierra extraída del campo de batalla y coronada por una estatua de un león que conmemora la victoria de las monarquías.
La primera visita que puedes hacer es al museo del Memorial 1815, un sitio perfecto para aprender sobre la batalla, con una maqueta del terreno, objetos históricos y mucha información. Aquí podrás ver una película 3D sobre el desarrollo de la batalla, dura unos 15 minutos y está muy bien.
Después puedes pasar al Panorama, un edificio circular que alberga un gran cuadro panorámico. Este representa la batalla de Waterloo y fue pintado en 1912 por Louis Dumoulin. En comparación con las otras exhibiciones, el panorama te puede parecer algo anticuado. Sin embargo, tiene su encanto el estar rodeado por un cuadro de 110 metros de circunferencia y 12 metros de altura decorado, además, con esculturas y otros objetos y animado con música.
Tras esta visita, es hora de subir los 226 escalones que te permiten llegar a lo alto del montículo del león. Desde sus 40 metros de altura, podrás disfrutar de una vista que abarca todo el campo de batalla. Además, hay señales que te ayudan a entender el desarrollo de esta. Este monumento a las víctimas fue levantado en la década de 1820 por encargo del rey de los Países Bajos, Guillermo I, que quería conmemorar el lugar donde, se supone, fue herido su hijo, el Príncipe de Orange.
Junto al montículo se ha recreado un pequeño campamento, donde organizan distintas representaciones. Por ejemplo, desde lo alto de la cima pudimos ver cómo disparaban un cañón.
Estas visitas se encuentran muy cerca la una de la otra. Sin embargo, el siguiente punto, la granja de Hugoumont, se encuentra algo alejado, a 1,5 kilómetros. El paseo hasta ella es sencillo y te permite ver la extensión del terreno. También hay un tren eléctrico que recorre este trayecto, pero parece que sólo está en funcionamiento desde mediados de junio.
¿Pero qué es la granja de Hugoumont? Pues es un lugar histórico muy interesante y el último testigo original de la batalla de Waterloo. Esta era una gran casa de campo fortificada y se convirtió en uno de los frentes importantes durante el 18 de junio de 1815, de hecho, la lucha por ella se convirtió en un punto clave. El primer ataque de Napoleón, que fue liderado por su hermano Jerónimo, fue contra esta finca, pero sus defensores resistieron todos los ataques del día y la granja resistió hasta el final sin caer en manos francesas. El edificio principal fue incendiado y lo que ves actualmente es la antigua casa del jardinero. También puedes entrar en la capilla con los restos de un Crucifijo que sobrevivió al fuego.
Además de pasear por lo que queda de la granja, hay una instalación multimedia de unos 20 minutos que te permite aprender sobre la batalla dentro de la batalla. Es muy interesante, por lo que si vas por la tarde, chequea que llegas con tiempo a la última representación. A nosotros fue el lugar que más nos gustó de la visita.
Otro frente importante se desarrolló en la granja de la Haye Sainte. Esta acabó cayendo en manos de los franceses, lo que fue un incidente muy peligroso para los aliados. Su edificio no se puede visitar y sólo puedes ver su parte exterior junto a la carretera.
Estos son los sitios que nosotros conseguimos visitar en unas 3 horas. Sin embargo, si le dedicas más tiempo a Waterloo, podrás explorar otros lugares que también están asociados a la batalla y que se encuentran próximos al lugar donde se desarrolló.
En la ciudad de Waterloo puedes visitar el museo de Wellington, situado en un edificio de comienzos del s. XVIII que fue elegido por el duque de Wellington para organizar su cuartel general el 17 de junio de 1815.
Si te acercas hasta aquí, puedes visitar la iglesia de San José, donde se dice que Wellington rezó antes de la batalla y donde hay placas que conmemoran a los caídos.
El último cuartel general de Napoleón se encuentra a menos de 5 kilómetros del campo de batalla, en Genappe. Fue aquí, en la granja de Le Caillou, donde Napoleón Bonaparte pasó la noche anterior a la batalla. Tras esta, los prusianos le prendieron fuego y, tras ser reconstruida y pasar por varios usos, actualmente alberga un museo.
De camino a este último lugar puedes pasar por la Belle Alliance, donde Napoleón se quedó durante la batalla y, donde, según dicen, alrededor de las 21:00, se encontraron el duque de Wellington y el mariscal Blücher y se saludaron ya como vencedores. Si llegas hasta aquí, no esperes ver mucho, un edificio junto a la carretera con un par de placas conmemorativas y el monumento del águila herida, que recuerda a los caídos de la Gran Armada. Muy cerca, se encuentra el mirador de Napoleón, desde el que el emperador observó el desarrollo de la batalla a lo largo de la tarde.
También puedes visitar el mausoleo Duhesme, junto a la iglesia de San Martín en Ways, que es la tumba de Guillaume Philibert, conde Duhesme, un general francés que murió tras la lucha y que es uno de los pocos soldados enterrados cerca del campo de batalla. O el pueblo de Placenoit, un punto estratégico de la batalla al ser el centro de la resistencia francesa. Aquí puedes ver un monumento en recuerdo a los muertos de las tropas prusianas.
Información práctica para visitar Waterloo
Las visitas del campo de batalla son de pago. Así, el complejo de Waterloo está formado por el museo memorial, el Panorama, el montículo del león y la granja Hugoumont. Y, desde ya te decimos, no es una visita barata. Eso sí, a nosotros nos parece que sí merece la pena llegar hasta aquí.
Lo primero que tienes que haces es pasarte por el centro de información. Allí encontrarás toda la información sobre las visitas.
El memorial abre todos los días del año, a excepción de la granja de Hugoumont, que, de septiembre a junio, sólo está abierta los fines de semana y algunos miércoles. Aquí puedes ver el horario de los monumentos del campo de batalla, que depende de la época del año. Ten en cuenta que la granja cierra antes que el resto de las visitas.
El ticket del memorial incluye la entrada a todos los monumentos del complejo. El precio también varía según la época del año. Aquí puedes informarte sobre los precios de la visita. Para que te hagas una idea, en temporada alta, de abril a octubre, la entrada normal cuesta 23 € y en temporada baja 19,5€ (precioso de septiembre 2023). Hay descuentos para estudiantes y mayores de 60. Además, los jóvenes hasta los 17 años pagan menos y los niños hasta 9 años entran gratis.
Si sólo te interesa visitar la granja de Hugoumont, esta tiene un precio individual de 10€. No llegues muy tarde, porque si no puedes perderte el audiovisual. Nosotros vimos el último pase que se hacía media hora antes del cierre.
De abril a octubre hay visitas guiadas a lo largo del campo de batalla, así como diversas representaciones. Puedes encontrar la información en la página oficial.
El museo de Wellington abre de octubre a marzo de 10:00 a 17:00 y el resto del año de 9:30 a 18:00. La última entrada es 30 minutos antes del cierre. Los precios varían si sólo ves la exhibición permanente o la temporal. Puedes encontrar toda la información sobre la visita en su página oficial.
El último cuartel general de Napoleón abre de octubre a marzo de 10:00 a 17:00 y el resto del año de 9:30 a 18:00. La última entrada es 30 minutos antes del cierre. La entrada normal cuesta, a septiembre de 2023, 5€. Hay descuentos para estudiantes, mayores y jóvenes. Además, los menores de 7 años entran gratis. Para más información, entra en su página.
Existe además el pass 1815, que engloba estos dos museos y todos los del campo de batalla. Su precio normal, a septiembre de 2023, es de 29€. Aquí puedes ver los precios actuales del pass 1815.
Si quieres comer, en el campo de batalla y cerca de él hay varios restaurantes. Uno que nos llamó la atención, pero al que no llegamos a ir, fue la granja de Mount Saint Jean, que se encuentra a 1 kilómetro del campo de batalla. Este fue el lugar escogido por el duque de Wellington para establecer su hospital de campaña, donde se trataron a miles de soldados heridos, entre los que estaba el príncipe Guillermo de Orange. Además de ser un restaurante con su propia cervecería, tiene un pequeño museo sobre su historia como hospital. Este abre de miércoles a sábado de 10:00 a 19:00 y los domingos desde las 9:00. La entrada cuesta, a septiembre de 2023, 5€.
Si quieres quedarte aquí a dormir, que sepas que lo puedes hacer en el propio campo de batalla, ya que la granja Hugoumont funciona también de casa rural.
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Nos gusta mucho sacar fotografías en nuestros viajes. Para ello llevamos la cámara Nikon D3400 con objetivo Tamron 18-200. En los viajes largos llevamos también nuestra antigua cámara, la Canon Powershot G5x, por si tenemos problemas con la primera. Además, esta sigue siendo nuestra primera opción si vamos a la montaña, pues es pequeña y ligera. Siempre llevamos varias tarjetas de memoria. La mochila que usamos para llevar las cámaras es esta.
Nuestra guías favoritas para preparar nuestro viajes son la DK y la Lonely Planet.
Desde luego, parece una visita muy interesante. Nunca se me habría ocurrido ir, ¡pero entran ganas! 👏
Pues no lo dudes. Una ruta por Valonia trae grandes sorpresas 🙂